Tensi¨®n por las restricciones y grupos violentos: el origen de los peores disturbios en Pa¨ªses Bajos en 20 a?os
El Gobierno en funciones ha remitido al Congreso para su discusi¨®n tres proyectos de ley de pases covid para acceder al trabajo, la educaci¨®n y el ocio
El estallido en cadena de disturbios callejeros registrado el pasado fin de semana en Pa¨ªses Bajos refleja la tensi¨®n ciudadana acumulada por la pandemia. La presi¨®n por el aumento de la ocupaci¨®n hospitalaria, las restricciones para frenar los contagios y la necesidad de una dosis de refuerzo de la vacuna repercuten en la sensaci¨®n de falta de libertad individual. Pero otros factores han influido en la aparici¨®n de estas revueltas, arrastrados desde hace tiempo y que da?an la credibilidad del Gobierno. Entre ellos, destaca la inquietud por la falta de viviendas asequibles, el esc¨¢ndalo de los subsidios familiares que permea a todo el sistema ¡ªdesde la Agencia Tributaria al Consejo de Estado¡ª o bien la protesta para acelerar la lucha contra el cambio clim¨¢tico. A esta mezcla de emergencia sanitaria y malestar social, se ha sumado la presencia de grupos violentos organizados que aprovechan las manifestaciones contra las medidas de contenci¨®n de la covid para actuar. Las usan para lanzarse contra la polic¨ªa y todo lo que represente un servicio p¨²blico, porque tambi¨¦n han sido atacados bomberos y ambulancias. Es una revuelta que sorprendi¨® a la polic¨ªa el pasado viernes, en R¨®terdam, y que ha tenido su eco en otros pa¨ªses europeos.
Los choques, iniciados en R¨®terdam en el curso de una manifestaci¨®n no registrada contra las limitaciones de la pandemia, han dejado escenas dif¨ªciles de digerir. Hubo agentes acorralados y atacados y cuatro heridos de bala cuyo origen est¨¢ siendo investigado. Hogueras en las calles, lanzamiento de adoquines y fuegos artificiales, y destrozo del mobiliario urbano. Los tumultos se repitieron en otras localidades ¡ªy tambi¨¦n este lunes¡ª y los detenidos superan ya el centenar. Mark Rutte, el primer ministro, ha llamado ¡°idiotas¡± a quienes han recurrido a la violencia. A su vez, Ferd Grapperhaus, titular de Justicia, dice que las manifestaciones se han utilizado, por parte de algunos, ¡°como tapadera para lanzarse contra las fuerzas del orden¡±.
Jan Struijs, presidente del Sindicato de Polic¨ªa, ofrece una visi¨®n desde el terreno. Considera que lo ocurrido en R¨®terdam refleja la tensi¨®n acumulada en la sociedad, que lleva a la gente a salir a la calle. Pero, a?ade, hay una conjunci¨®n de factores. ¡°Era viernes y hab¨ªa mucha gente joven al aire libre en R¨®terdam. La hosteler¨ªa cierra a las ocho de la tarde, el p¨²blico no puede acudir a los estadios de f¨²tbol y se ha suprimido la pirotecnia en Nochevieja. Los ¨¢nimos se exacerbaron y todo estall¨®. En La Haya, un d¨ªa despu¨¦s, tambi¨¦n hubo muchos problemas. Y hay un grupo de extremistas, peque?o pero bien organizado y muy agresivo, que estuvo all¨ª y fueron a por los agentes¡±, explica por tel¨¦fono. A?ade que esos violentos tienen contactos internacionales en Francia, Alemania, B¨¦lgica y Austria.
Su relato de la noche de R¨®terdam es muy duro, y reconoce que pudo haber ocurrido una desgracia. ¡°Ese grado de violencia. Son cosas que no hab¨ªan pasado en 20 o 30 a?os¡±, asegura. En su opini¨®n, la mayor¨ªa de la poblaci¨®n acepta las restricciones de la crisis sanitaria, pero hay que buscar el equilibrio entre la protecci¨®n sanitaria y las libertades individuales. ¡°Piense en la gente que rechaza la vacuna. Por eso es muy importante que la mayor¨ªa de los ciudadanos est¨¦ de acuerdo con las nuevas medidas que puedan imponerse. Hay que evitar la quiebra social. En este punto, no ayuda el hecho de que el Gobierno siga en funciones [la nueva coalici¨®n lleva ocho meses negoci¨¢ndose] y las decisiones solo puedan tomarse a corto plazo¡±, asevera.
El soci¨®logo Paul Schnabel incide en el malestar ciudadano, ¡°que se ha visto tambi¨¦n en Austria, un pa¨ªs que solemos percibir como tranquilo¡±. ¡°La gente est¨¢ cansada y eso no es bueno para nadie¡±, indica por tel¨¦fono. Cree que las convocatorias en las redes sociales han tenido mucho que ver en la presencia nocturna de j¨®venes y menores de edad. Y a?ade: ¡°Cerca de un 86% de la poblaci¨®n est¨¢ vacunada en Pa¨ªses Bajos, pero la variante delta es mucho m¨¢s contagiosa. Estamos hablando de ser solidarios y estar bien informados. Es cierto que los que no se vacunan son un grupo minoritario. Sin embargo, encabezan las hospitalizaciones mientras sigue habiendo gente que maneja la pandemia como un concepto abstracto¡±.
Este lunes, el equipo de expertos que asesora al Ejecutivo se?al¨® que el uso de mascarillas, el respeto de la distancia de seguridad de 1,5 metros y las pruebas de diagn¨®stico cuando hay s¨ªntomas de coronavirus han bajado a la mitad en Pa¨ªses Bajos. En el informe remitido luego al Ministerio de Sanidad, estos cient¨ªficos aseguran que ¡°la ¨²nica forma de prevenir nuevas restricciones, incluido un posible confinamiento, es cumplir con un comportamiento preventivo que se ha relajado¡±. Si bien no han recomendado por ahora disposiciones adicionales, Hugo de Jonge, titular de Sanidad, ha remitido al Congreso tres proyectos de ley para imponer el uso del certificado covid. Por un lado, se pedir¨ªa uno, solo v¨¢lido para vacunado, o que hayan pasado la enfermedad, en lugares con alto riesgo de contagio, como la hosteler¨ªa, el sector cultural, eventos y servicios no esenciales. En los centros educativos, tambi¨¦n se aceptar¨ªa el certificado obtenido a trav¨¦s de una PCR con resultado negativo. Est¨¢ previsto que ambas medidas sean debatidas la pr¨®xima semana. No est¨¢ claro, por ahora, el recorrido de un tercer pase ¨Dsimilar al de los centros educativos¡ª para acceder al trabajo. Es una propuesta mucho m¨¢s pol¨¦mica y est¨¢ siendo analizada por los diputados.
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