¡°Me pasa que tengo la regla¡±
La gran mayor¨ªa de las mujeres han sufrido en alguna ocasi¨®n dolores incapacitantes por el periodo o s¨ªntomas premenstruales que afectan a su estado de ¨¢nimo, pero sigue siendo un problema poco investigado
Puede llegar acompa?ada de dolor, de tristeza, de hinchaz¨®n. Puede deprimir, cabrear, causar contracciones intensas, molestas cefaleas, sangrados abundantes... Tambi¨¦n puede pasar pr¨¢cticamente desapercibida. En el mundo viven 1.800 millones de mujeres en edad menstrual, y la regla se manifiesta de tantas formas y est¨¢ tan poco estudiada que ni siquiera los especialistas tienen del todo claro lo que significa un ¡°periodo normal¡±. Lo evidente es que produce procesos fisiol¨®gicos que trastocan la vida de millones de mujeres todos los meses: les puede cambiar el humor o dejarlas baldadas, unos s¨ªntomas que todav¨ªa producen estigma, generan tab¨² y poca comprensi¨®n de parte de la sociedad y el propio sistema sanitario, cuya soluci¨®n a menudo se limita a eliminarlo con p¨ªldoras anticonceptivas y antinflamatorios.
¡°Yo no s¨¦ si estoy mal hecha. Hay gente que tiene regla y no le pasa nada, pero a m¨ª me sienta fatal¡±, cuenta Virginia Olmedo que, con 53 a?os, lleva 43 menstruando y todav¨ªa no ha llegado a la menopausia. En los d¨ªas previos al periodo sufre una ¡°profunda tristeza¡±, entre otros s¨ªntomas que incluyen cansancio, acidez, estre?imiento, insomnio, tensi¨®n mamaria y el agravamiento de cualquier problema f¨ªsico o mental por el que atraviese. ¡°Suena a co?a, pero son momentos en los que te quieres suicidar, aunque sepas que pasar¨¢ en unos d¨ªas¡±, asegura.
Su caso est¨¢ en el extremo del s¨ªndrome premenstrual y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) lo reconoci¨® en su cat¨¢logo de enfermedades en 2019 con el nombre de trastorno disf¨®rico premenstrual. Aunque faltan estudios m¨¢s exhaustivos y actualizados, una revisi¨®n de 2004 calculaba que lo sufr¨ªan entre un 3% y un 8% de las mujeres (otros han arrojado mayor prevalencia entre occidentales que asi¨¢ticas). La cifra se eleva hasta el 75% entre las que han padecido signos m¨¢s leves del s¨ªndrome premenstrual, una amplia variedad de dolencias f¨ªsicas y alteraciones conductuales que afectan a las relaciones sociales durante la ¨²ltima mitad del ciclo y entre las que pueden aparecer: irritabilidad, ansiedad, agitaci¨®n, enfado, insomnio, dificultad para concentrarse, letargia, depresi¨®n, cansancio extremo, retenci¨®n de l¨ªquidos, aumento transitorio de peso, dolores mamarios, pesadez o presi¨®n en la pelvis, dolor de espalda, cefaleas, v¨¦rtigo, parestesias (un trastorno de la sensibilidad) en las extremidades, s¨ªncope, palpitaciones, estre?imiento, n¨¢useas, v¨®mitos y cambios en el apetito, acn¨¦ y neurodermatitis.
No est¨¢ del todo claro c¨®mo funciona el mecanismo fisiol¨®gico que los causa, pero se cree que son el resultado de la interacci¨®n de los neurotransmisores centrales y los cambios hormonales menstruales normales. Aunque no se limita a un perfil concreto y puede sufrirlo cualquier mujer, ocurre con m¨¢s frecuencia en las que est¨¢n entre finales de la veintena y los 40 a?os, con al menos un hijo y antecedentes familiares o personales de depresi¨®n.
La endocrina Carme Valls, que lidera el programa Mujer, Salud y Calidad de Vida en el Centro de An¨¢lisis y Programas Sanitarios, asegura que el periodo no deber¨ªa ser un problema en una mujer sana. En su libro Mujeres invisibles para la medicina (Capit¨¢n Swing) escribe: ¡°La menstruaci¨®n no debe producir dolor, en todo caso una ligera molestia. No debe ser precedida de s¨ªntomas corporales ni de labilidad en el estado de ¨¢nimo [...]. Y sus problemas no se han de vivir en silencio porque, en realidad, cuando se presentan fuera de los par¨¢metros normales, sus caracter¨ªsticas an¨®malas son claros indicadores de problemas de salud, de mala nutrici¨®n o de estr¨¦s f¨ªsico y mental¡±.
En mujeres a las que no se les detecta otro problema f¨ªsico ¡ªcomo la endometriosis, que afecta a entre un 1% y un 5% de las mujeres, seg¨²n el Ministerio de Sanidad¡ª las afecciones de la menstruaci¨®n se pueden dividir en dos grandes tipos: todas las relacionadas con el s¨ªndrome premenstrual, que comienzan a mitad de ciclo, con la ovulaci¨®n, y los dolores propiamente menstruales, que tienen que ver con el proceso en el que el ¨²tero se desprende de su revestimiento y puede comenzar entre uno y dos d¨ªas antes del sangrado. Seg¨²n la Sociedad Espa?ola de M¨¦dicos Generales y de Familia, casi tres de cada cuatro mujeres han padecido dolores que no les han permitido seguir con sus actividades en alguna ocasi¨®n.
Alexandra Vidal D¡¯oleo, de 26 a?os, padece cada tres o cuatro periodos uno que la incapacita. ¡°En mi caso el problema no es tanto el dolor, como muchas n¨¢useas, mareo: no puedo tenerme en pie. Me baja la tensi¨®n y me entran ganas de devolver. Me pasa siempre el primer d¨ªa de regla y cuando me da fuerte no puedo hacer nada. Si estoy en el trabajo me tengo que ir. Y tiene que ser en taxi, porque no puedo caminar¡±, explica esta joven, que se queja de la ¡°falta de herramientas¡± de los ginec¨®logos que la han tratado: ¡°No me han dado una soluci¨®n real al problema¡±.
Un estudio publicado en 2019 en la versi¨®n online de British Medical Journal afirmaba que las mujeres pierden un promedio de nueve d¨ªas al a?o de productividad por culpa de la regla. En la investigaci¨®n participaron m¨¢s de 32.000 mujeres en Pa¨ªses Bajos de entre 15 y 45 a?os: el 14% hab¨ªa pedido ausentarse de su puesto por culpa del dolor menstrual. A menudo su justificaci¨®n era que estaban enfermas, sin especificar por qu¨¦. Un 81% asegur¨® que continuaba en su puesto a pesar de los s¨ªntomas, lo que produc¨ªa un gran descenso de su productividad. ¡°Es un tema del que no se habla abiertamente. A pesar de haber pasado casi dos d¨¦cadas del siglo XXI, es todav¨ªa un tab¨²¡±, concluyen los investigadores.
Alexandra ha sentido bastante comprensi¨®n en sus ¨²ltimas experiencias laborales. Pero no cuando se sacaba un dinero durante la carrera como azafata de congresos: ¡°En uno me puse muy mal y mis jefas, mujeres, me echaron la bronca. No me volvieron a llamar en mucho tiempo¡±. Otras mujeres que han preferido no salir con su nombre y apellidos en este reportaje reconocen que prefieren silenciar las dolencias menstruales y los cambios de humor en el trabajo porque les hace sentirse vulnerables ante sus colegas. Optan por intentar ocultar estas alteraciones que experimentan ¨Dirascibilidad, tristeza...¨D para evitar que se cuestione su profesionalidad.
Algunos pa¨ªses asi¨¢ticos (como Jap¨®n, Indonesia o Corea del Sur) contemplan en su normativa laboral la baja por motivos menstruales, pero ning¨²n Estado europeo ha implantado algo parecido. En Espa?a, los ayuntamientos de Castell¨®n y Girona permiten a sus funcionarias un permiso menstrual, para que puedan ausentarse unas horas semanales. Maria ?ngels Planas, concejal de Hacienda y R¨¦gimen Interior del Ayuntamiento de Girona, explica que fue fruto de una demanda sindical: ¡°Proporcionamos ocho horas al mes que despu¨¦s se pueden recuperar a lo largo del a?o. Normalmente, son indisposiciones que no ocupan todo el d¨ªa, hasta que te tomas la medicaci¨®n y puedes ir tirando¡±. La norma lleva en vigor solo unas semanas y el Consistorio todav¨ªa no tiene datos de su uso.
Pocas soluciones
Media docena de ginec¨®logos consultados denuncian carencias de investigaci¨®n para solucionar los problemas menstruales, que ni siquiera se entienden del todo bien. ¡°Muchas mujeres no saben lo que es un periodo normal. Y muchos expertos en el ciclo, los ginec¨®logos, tampoco, porque ven a pacientes enfermas, no a mujeres sanas. As¨ª que tienen un conocimiento distorsionado de su experiencia¡±, se?ala Jerilynn Prior, directora del Centro para la Investigaci¨®n del Ciclo Menstrual y la Ovulaci¨®n de Vancouver (Cemcor, por su acr¨®nimo en ingl¨¦s), el ¨²nico especializado en esta materia en el mundo.
Para entender mejor la regla, el Cemcor est¨¢ realizando un estudio con mujeres de forma aleatoria para que apunten todas las caracter¨ªsticas de su periodo, c¨®mo es y c¨®mo lo sienten. Una vez que lo completen analizar¨¢n todos los datos y tratar¨¢n de sacar conclusiones. Pero el inter¨¦s de la industria y las administraciones p¨²blicas por los problemas menstruales es limitado. ¡°Ped¨ª una beca, pero me dijeron que no era un tema relevante. No hubo manera de que me dieran dinero¡±, ejemplifica Carme Valls, convencida de que habr¨ªa mucho m¨¢s conocimiento si el problema afectara a los hombres.
La farmacolog¨ªa es la principal soluci¨®n que ofrece el sistema sanitario p¨²blico a las mujeres. Josep Perell¨®, adjunto de Ginecolog¨ªa y Obstetricia en el Hospital Sant Pau, explica que para el dolor lo m¨¢s eficaz es el ibuprofeno: ¡°Pero no cuando el dolor es fuerte, sino justo cuando empieza a asomar. Es la forma m¨¢s efectiva¡±. En esto coincide Prior, quien asegura que 400 gramos de ibuprofeno con las primeras molestias suelen ser suficiente para frenarlo y, si no remite, a?adir 200 m¨¢s, sin esperar que pasen ocho horas. Ambos insisten en no dejar que la molestia se desarrolle. ¡°Muchas mujeres aguantan el dolor para evitar los f¨¢rmacos y acaban tomando los mismos cuando ya no pueden m¨¢s; cuando lo mejor para ellas habr¨ªa sido evitarlo desde un principio¡±, subraya Perell¨®.
Para las afecciones del s¨ªndrome premenstrual se recurre muy a menudo a p¨ªldoras anticonceptivas, que cortan el ciclo. Eliminada la regla, resuelto el problema, ser¨ªa la teor¨ªa. ¡°Pero lo que realmente se eliminan son los s¨ªntomas, no se va al fondo. Los anticonceptivos tienen enormes cantidades de hormonas y sirven para controlar la natalidad, no la regla¡±, enfatiza Prior, que cree que recetar estos f¨¢rmacos es de ¡°m¨¦dicos vagos¡±. ¡°Es m¨¢s f¨¢cil eso que interesarse por el estilo de vida, por la alimentaci¨®n y el estr¨¦s que sufre la paciente¡±, a?ade esta especialista. Aunque no hay recetas sencillas, el ejercicio, la alimentaci¨®n saludable y el equilibrio del estr¨¦s es lo que esta ginec¨®loga prescribir¨ªa a la mayor¨ªa de mujeres con s¨ªntomas premenstruales.
A ra¨ªz de su experiencia con la regla, Paloma Alma decidi¨® montar Cyclo, una empresa que imparte cursos para ayudar a las mujeres con sus periodos. ¡°La ¨²nica soluci¨®n que han dado a la mayor¨ªa de mujeres que acuden a nosotras es ibuprofeno y anticonceptivos. Cada vez son m¨¢s los profesionales que se mantienen informados en torno a la menstruaci¨®n, pero siguen siendo pocos los que ante los problemas te recomiendan que visites al nutricionista o al fisioterapeuta de suelo p¨¦lvico. O que busque problemas subyacentes¡±, asegura.
Las formas m¨¢s graves de trastorno disf¨®rico premenstrual son tambi¨¦n tratadas con antidepresivos, que tienen buenos resultados entre un 40% y un 60% de las mujeres despu¨¦s de entre 12 y 18 meses de tratamiento, seg¨²n el psiquiatra Sergio Oliveros Calvo. Virginia Olmedo estuvo un tiempo tomando Prozac. ¡°Me fue bien, pero lo que realmente me cambio la vida fue el DIU [un dispositivo intrauterino que se usa como anticonceptivo]¡±, cuenta. Lo usa desde hace ocho a?os y, desde entonces, sobrelleva mejor los s¨ªntomas de un problema que le condicionaba la vida: ¡°Es algo que te hace sentir fatal, que afecta todos los niveles y la mente, lo ves todo negro, no tienes esperanza, es una depresi¨®n en toda regla¡±.
Este estado puede llevar a situaciones extremas a quienes lo sufren. Una paciente de Oliveros Calvo lleg¨® a agredir a un polic¨ªa y a pasar la noche en el calabozo. ¡°Es un tema que pr¨¢cticamente no llama la atenci¨®n de la investigaci¨®n. Sabemos lo mismo que en los ¨²ltimos 20 a?os. A los efectos funciona como si fuera una enfermedad rara y no es nada rara¡±, confiesa el psiquiatra.
M¨¢s all¨¢ de situaciones extremas, los cambios de humor y de ¨¢nimo son muy comunes con el periodo y algunos especialistas recomiendan posponer decisiones a momentos hormonales m¨¢s tranquilos. Prior le sol¨ªa decir a su marido en esos momentos: ¡°Mira, no me encuentro como para hablar de esto ahora mismo. Estoy en mi periodo, y puede que est¨¦ rara, no te culpo a ti. Pero quiero que hagas la promesa de que hablemos cuando est¨¦ mejor, en unos d¨ªas¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.