El esc¨¢ndalo de la pederastia abre grietas en la c¨²pula del poder de la Iglesia
La comisi¨®n ejecutiva de la Conferencia Episcopal se re¨²ne este jueves sin orden del d¨ªa, pero con el tema de abusos sexuales provocando grandes diferencias entre algunos obispos
?Qui¨¦n manda en la Conferencia Episcopal? ?Por qu¨¦ los obispos no asumen los deseos del papa Francisco y aceptan abrir una investigaci¨®n independiente sobre los abusos perpetrados por eclesi¨¢sticos? ?Las diferencias de criterio son tan profundas que el ¨®rgano que coordina a la jerarqu¨ªa del catolicismo tiene las manos atadas? Hay respuestas para todos los gustos, pero se impone la principal: la Conferencia Episcopal Esp...
?Qui¨¦n manda en la Conferencia Episcopal? ?Por qu¨¦ los obispos no asumen los deseos del papa Francisco y aceptan abrir una investigaci¨®n independiente sobre los abusos perpetrados por eclesi¨¢sticos? ?Las diferencias de criterio son tan profundas que el ¨®rgano que coordina a la jerarqu¨ªa del catolicismo tiene las manos atadas? Hay respuestas para todos los gustos, pero se impone la principal: la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE) no es un ¨®rgano ejecutivo. Pero s¨ª tiene funciones de coordinaci¨®n. Aprueba en asamblea documentos, instrucciones pastorales o notas, pero los obispos las ejecutan, o no, con gran libertad.
Este jueves se re¨²ne la comisi¨®n ejecutiva de la CEE, con la misi¨®n de organizar la reuni¨®n de su comisi¨®n permanente (8 y 9 de marzo), que a su vez fijar¨¢ el orden del d¨ªa de la asamblea general (conocida como Asamblea de Primavera; hay otra en oto?o), prevista para la semana del 25 al 29 de abril. Forman la ejecutiva nueve prelados, entre ellos el presidente Juan Jos¨¦ Omella y el vicepresidente Carlos Osoro, que no asistir¨¢ porque est¨¢ en Roma con el Papa. Se re¨²nen sin orden del d¨ªa, pero se da por sentado que abordar¨¢n el tema de los abusos sexuales, donde aflorar¨¢n grandes diferencias entre ellos. Todos los presentes est¨¢n tambi¨¦n en la Comisi¨®n Permanente, adem¨¢s de otros 18 prelados, incluidos el resto de cardenales en activo y todos los arzobispos.
En realidad, las conferencias episcopales, 113 en todo el mundo, son una creaci¨®n del Concilio Vaticano II, a finales de 1965, con poderes escasos, decrecientes incluso. Se constata en la ¨²ltima reforma del C¨®digo de Derecho Can¨®nico, hecha en 1983 por Juan Pablo II. Dice el canon 455: ¡°La Conferencia Episcopal puede dar decretos generales tan solo en los casos en que as¨ª lo prescriba el derecho com¨²n o cuando as¨ª lo establezca un mandato especial de la Sede Apost¨®lica [el Vaticano]. En los casos en los que ni el derecho universal ni un mandato peculiar de la Santa Sede haya concedido a la Conferencia Episcopal la potestad de emitir decretos, permanece ¨ªntegra la competencia de cada obispo diocesano y ni la Conferencia ni su presidente pueden actuar en nombre de todos los obispos a no ser que todos y cada uno hubieran dado su propio consentimiento¡±.
Los obispos ejercen como pont¨ªfices en sus di¨®cesis, con la misma parafernalia e iguales ceremonias que el Pont¨ªfice romano. Ni siquiera el Papa manda sobre ellos, aunque s¨ª tiene, desde hace siglos, el poder de nombrarlos. Esto tiene matices en Espa?a: durante la dictadura, era Franco quien seleccionaba una terna de candidatos, que obligaba al Papa; desde 1979, el Gobierno tiene derecho de inspecci¨®n de los candidatos, aunque sin poder para vetarlo, y el Rey mantiene la prerrogativa de elegir al vicario general castrense.
Hoy son mayor¨ªa los obispos que parecen maldecir la anunciada investigaci¨®n p¨²blica de los abusos sexuales perpetrados por eclesi¨¢sticos. Sin embargo, existen sensibilidades y posiciones muy enfrentadas, como en el resto de las actividades pastorales o pol¨ªticas.
Cada vez son m¨¢s las voces con peso de la Iglesia cat¨®lica espa?ola que se manifiestan a favor del escrutinio p¨²blico de la pederastia, aquellos que, en l¨ªnea con el mandato del papa Francisco (orden de ¡°tolerancia cero¡±), querr¨ªan dejar atr¨¢s un problema que bloquea o entorpece cualquier otra iniciativa evang¨¦lica.
¡°Que no haya denuncias no significa que no haya casos. Los casos del pasado son casos del presente¡±, expres¨® este lunes en un v¨ªdeo la archidi¨®cesis de Madrid, uno de los obispados m¨¢s importantes y dirigido por el cardenal Osoro. Esta posici¨®n contrasta con la de la CEE. El portavoz y secretario general de la instituci¨®n, Luis Arg¨¹ello, dijo que en una comisi¨®n en el Congreso ¡°van a influir m¨¢s cuestiones pol¨ªticas¡± que ¡°el inter¨¦s real de las v¨ªctimas¡±. ¡°Una comisi¨®n del Congreso de los Diputados no es el ¨¢mbito adecuado para realizar una investigaci¨®n de este tipo¡±, opin¨®.
En una l¨ªnea parecida a la de Osoro se han expresado otros prelados, como el de Burgos o el de Zamora, a favor de la creaci¨®n de comisiones parlamentarias o independientes que indaguen sobre lo sucedido. El obispo de Canarias cree que ¡°hay que investigar¡± todos los casos de pederastia y se debe ¡°ayudar y reparar a las v¨ªctimas¡±. ¡°La propuesta de una comisi¨®n parlamentaria sobre los abusos en la Iglesia, bien realizada directamente en el Congreso o bien a trav¨¦s del Defensor del Pueblo, por parte de la Iglesia tengo que decirle que es bien recibida¡±, dijo la semana pasada el arzobispo de Santiago de Compostela.
La idea de que nada se parece m¨¢s a un obispo que otro obispo no sirve para Espa?a, por mucho que los papas se esfuercen en unificar criterios para seleccionarlos. Sus embajadores en cada pa¨ªs, que tienen el nombre de nuncios apost¨®licos, pr¨¢cticamente no tienen otra funci¨®n que rastrear entre los sacerdotes en busca de los perfiles exigidos desde Roma. Con frecuencia, muchas di¨®cesis no tienen obispo (en Espa?a, cinco a finales del a?o pasado) como consecuencia de esas dificultades.
S¨ª se parecen, en general, en su avanzada edad. La Conferencia Episcopal Espa?ola suma ahora 112 prelados, de los que 34 son em¨¦ritos y superan, la mayor¨ªa, los 80 a?os de edad (2 cardenales, 9 arzobispos, 21 obispos diocesanos y 2 prelados auxiliares). Entre los que siguen activos, solo dos con menos de 50, hay un dato que subraya el estado general del catolicismo: los jerarcas principales han superado los 75 a?os. Es la edad se?alada para jubilarse seg¨²n el C¨®digo de Derecho Can¨®nico. El presidente de la CEE, Juan Jos¨¦ Omella, cardenal arzobispo de Barcelona, cumple 76 en abril; el vicepresidente Carlos Osoro, tambi¨¦n cardenal arzobispo, en su caso de Madrid, tendr¨¢ 77 el pr¨®ximo mayo.
Osoro present¨® su renuncia al Papa hace dos a?os; Omella lo hizo en 2021. Se da por seguro que seguir¨¢n en el cargo dos o tres a?os m¨¢s. Son los hombres de Francisco en Espa?a, especialmente el arzobispo de Madrid, en el puesto desde 2014. Su ascenso desde la sede de Valencia (antes fue obispo de Ourense y arzobispo de Oviedo) parec¨ªa se?alarlo como el sucesor del cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco al frente del episcopado. Su derrota en las votaciones reflej¨® por primera vez el rechazo de una mayor¨ªa de los obispos al estilo y al programa de reformas del Pont¨ªfice argentino.
La gerontocracia entre los obispos es reflejo del poder en el Vaticano. El actual Papa, el argentino Francisco, reina con 85 a?os; el alem¨¢n Benedicto XVI se retir¨® cumplidos los 85 (tiene ya 94) y el polaco Juan Pablo II muri¨® en el cargo tambi¨¦n con 85.
El problema en Espa?a es que esa gerontocracia se extiende al resto del poder y los servicios eclesiales. La media de edad de los sacerdotes se acerca a los 66 a?os (65,6). Suman 16.960, muy insuficientes para atender a las actuales 22.993 parroquias. En muchas de ellas no se oficia una misa en domingo desde hace d¨¦cadas. A¨²n peor es el panorama de los monjes y frailes, con cientos de conventos que se van vaciando. Seg¨²n la CEE, siguen abiertos 751 monasterios y hay 4.641 congregaciones religiosas con 66.000 miembros, la mayor¨ªa monjas. Hace 40 a?os eran el doble.