Tras 32.600 sismos en dos meses, la isla portuguesa de San Jorge aprende a vivir con el riesgo
La poblaci¨®n regresa a Velas, la localidad m¨¢s afectada por los temblores, que revive lo ocurrido en La Palma. El Gobierno regional de Azores recomendar¨¢ de nuevo los viajes a la isla, aunque se mantiene la alerta alta por la amenaza de erupci¨®n
El brasile?o Jefferson Silva lleg¨® en marzo a la isla de San Jorge, en el archipi¨¦lago portugu¨¦s de las Azores, para trabajar de camarero en un restaurante de Velas. A la semana comenzaron los temblores y ¨¦l decidi¨®, antes incluso de que las autoridades recomendasen a todos los vecinos que tuviesen una maleta preparada con lo b¨¢sico para salir corriendo en caso de peligro, que no deshar¨ªa las suyas. ¡°Y as¨ª seguir¨¢n¡±, dice entre risas 32.600 sismos despu¨¦s. La gesti¨®n de esta crisis es tambi¨¦n para cada vecino la gesti¨®n de la incertidumbre.
Desde el pasado 19 de marzo San Jorge, una isla atl¨¢ntica situada a m¨¢s de 1.600 kil¨®metros de Lisboa, sufre una inusual actividad sismo-volc¨¢nica que ha dejado d¨ªas con m¨¢s de mil episodios, aunque la mayor¨ªa son imperceptibles para los habitantes. El Centro de Informaci¨®n y Vigilancia Sismovolc¨¢nica de las Azores (CIVISA), una entidad formada por la Universidad de Azores, el Instituto de Vulcanolog¨ªa y Evaluaci¨®n de Riesgos y el Gobierno regional para monitorizar los principales riesgos del archipi¨¦lago, contabiliz¨® hasta este s¨¢bado 267 temblores sentidos por la poblaci¨®n. Hasta ahora el de mayor magnitud fue de 3,8 y se percibi¨® en tres de las nueve islas de las Azores. ¡°Las personas ahora sienten menos los sismos y pueden tener la sensaci¨®n de que el peligro ha pasado, pero no ha pasado del todo¡±, aclara la vulcan¨®loga F¨¢tima Viveiros, una de las coordinadoras del CIVISA, que asiste a la iron¨ªa de ensayar en la isla donde naci¨® su conocimiento te¨®rico. ¡°Esta es una situaci¨®n in¨¦dita para los cient¨ªficos. Todo lo que estoy viviendo ha cambiado mi forma de dar clase. Estoy convencida de que ser¨¦ mejor profesora a partir de ahora¡±, reflexiona Viveiros, que imparte Vulcanolog¨ªa y Gesti¨®n de Crisis y Mecanismos de Respuesta en la Universidad de las Azores.
Los equipos del CIVISA miden a diario en 23 puntos la actividad sismovolc¨¢nica de San Jorge para realizar una previsi¨®n de riesgo de erupci¨®n. La causa de la crisis no est¨¢ clara y se barajan varios escenarios. San Jorge se encuentra sobre una encrucijada subterr¨¢nea: la banda que separa las placas euroasi¨¢tica, norteamericana y africana. La zona bajo la corteza debe ser una fiesta. ¡°Pensamos que se ha introducido nuevo magma en el sistema, que a veces acaba en erupci¨®n y a veces no. La gran cuesti¨®n es si el magma entr¨® y caus¨® los episodios o si fueron los sismos los que abrieron fisuras que permitieron entrar el magma¡±, explica Viveiros. ¡°Comparo nuestro trabajo con el de un pediatra. Miramos el enfermo y analizamos sus se?ales, pero no sabemos por qu¨¦ le duele. Ni el volc¨¢n ni los beb¨¦s hablan¡±, a?ade.
El temor a una erupci¨®n volc¨¢nica como la de 1808, que caus¨® 30 fallecidos en San Jorge, hizo que la mitad de los 5.000 habitantes de Velas, en la zona de epicentros, abandonase sus casas. El Gobierno auton¨®mico recomend¨® en marzo no viajar hacia la isla, una cat¨¢strofe econ¨®mica a las puertas de su temporada alta tur¨ªstica (mayo a septiembre). El s¨ªndrome de La Palma a?adi¨® m¨¢s preocupaci¨®n. Son islas hermanas. Comparten un historial de estr¨¦s s¨ªsmico, que en la espa?ola acab¨® en erupci¨®n y que en la portuguesa todav¨ªa es un fen¨®meno en evoluci¨®n y de final impredecible. Ambas huyen del turismo de masas de otros destinos y atraen a senderistas y deportistas de aventura. Si hay alg¨²n para¨ªso en la tierra, puede que se deje caer por el Atl¨¢ntico entre La Palma y San Jorge.
El ed¨¦n azoriano se encuentra ahora bajo el nivel de alerta V4 en una escala de seis por amenaza de erupci¨®n, pero la disminuci¨®n de la actividad ha animado a la poblaci¨®n a regresar y reanudar su vida. Uno de los que sali¨® fue Honorato Bettancourt ?vila, de 82 a?os, forzado por sus hijas, emigradas a Estados Unidos como buena parte de la poblaci¨®n. ¡°Me fui tres semanas. Yo no quer¨ªa, pero mi hija gritaba como si se hubiera muerto alguien. Llega un momento en el que la gente no manda¡±, comenta con picard¨ªa mientras comparte tertulia con otros amigos en el jard¨ªn de la plaza de la Rep¨²blica de Velas. ¡°Todo el mundo hace la comparaci¨®n con La Palma. Yo creo que Protecci¨®n Civil ha trabajado bien. Mi mujer y yo tenemos las maletas preparadas para salir en cualquier momento¡±, sostiene Jo?o Manuel Oliveira Melo, otro de los jubilados del jard¨ªn y familiar del gran benefactor de San Jorge, Jo?o Ignacio Sousa Oliveira, que emigr¨® para salir de la pobreza y se convirti¨® en multimillonario gracias al petr¨®leo.
Este mi¨¦rcoles Bettancourt reviv¨ªa tambi¨¦n la experiencia de 1964, cuando se registr¨® un terremoto que acab¨® en erupci¨®n en el mar (o esa es la sospecha cient¨ªfica). ¡°Estaba sembrando trigo cuando lo not¨¦, algunas paredes se cayeron y el tejado se inclin¨®. Fuimos evacuados a Calheta [la segunda localidad de la isla] durante dos semanas. Aquello fue una limosna de San Jorge porque las casas eran d¨¦biles y, sin embargo, solo hubo una v¨ªctima que ni siquiera muri¨® por el terremoto¡±, recuerda.
Uno no puede vivir evacuado indefinidamente en previsi¨®n de lo que pueda pasar. Porque puede que no ocurra nada grave. Detr¨¢s de los vecinos han comenzado a llegar los primeros senderistas. ¡°Nuestra situaci¨®n es muy distinta a la del principio, cuando ten¨ªamos 4.000 sismos y no hab¨ªa aqu¨ª nadie. Ahora tenemos gente lista para actuar y una situaci¨®n m¨¢s calmada¡±, compara Eduardo Faria, el presidente de Protecci¨®n Civil de Azores, que se instal¨® en Calheta para dirigir todo el operativo de emergencia. La isla cuenta hoy con 1.400 camas distribuidas por gimnasios, casas del pueblo y hermandades para recibir evacuados. Se han desplazado militares, personal sanitario y veh¨ªculos.
Faria, que ha sido piloto de la Fuerza A¨¦rea portuguesa durante 40 a?os, ha dise?ado un plan de evacuaci¨®n para todos los escenarios posibles. Incluso en el caso de que se inutilizase el aeropuerto o se cortasen las carreteras entre las principales localidades de San Jorge. ¡°Tenemos movilizado el nav¨ªo de la Armada y nos hemos coordinado con empresas mar¨ªtimas y particulares que tienen barcos. Hemos hecho el inventario de todos los puertos y porti?os de San Jorge para saber qu¨¦ tipo de embarcaciones pueden atracar en caso de que necesitemos una evacuaci¨®n mar¨ªtima¡±, cuenta Faria en el cuartel de bomberos de Calheta. Trata de enviar un mensaje equilibrado: ¡°La gente no debe relajarse por los n¨²meros bajos de episodios ni alarmarse con opiniones exageradas¡±. La poblaci¨®n recibir¨¢ la orden de evacuaci¨®n por sms, redes sociales, medios de comunicaci¨®n y, tambi¨¦n, por sirenas de bomberos y campanas de iglesias, que desde que comenz¨® la crisis han enmudecido y solo se emplear¨¢n para dar la se?al de peligro.
Est¨¢ por ver qu¨¦ har¨¢ Jo?o Silveira, un productor de quesos que vive en Santo Amaro, en la zona caliente. ¡°Estoy aprensivo porque es algo de la naturaleza que no puedes prever. Mi familia es cat¨®lica y, como dice mi madre, me entrego a las manos de Dios, pero nosotros no podemos irnos porque tenemos vacas de leche que necesitan ser orde?adas dos veces al d¨ªa para no enfermar¡±. La f¨¢brica familiar, abierta hace 40 a?os, produce al a?o alrededor de 5.000 quesos, una de las se?as de identidad de San Jorge. Despu¨¦s de mostrar todo el proceso de producci¨®n artesanal, Silveira recuerda que sus animales se asustaron durante una crisis s¨ªsmica anterior y que ahora no han alterado su comportamiento. ¡°Para m¨ª hubo un exceso de informaci¨®n y se asust¨® a las personas sin raz¨®n aparente¡±, opina.
Tambi¨¦n Eleuterio Su¨¢rez, un empresario tur¨ªstico que gestiona un alojamiento con 24 habitaciones, se muestra cr¨ªtico con el nivel de alerta declarado que ha vaciado su quinta. Puede que las vacas de Jo?o Silveira no se hayan estresado, pero los turistas, s¨ª. Las quejas parecen asumidas por la vulcan¨®loga Viveiros: ¡°Forma parte de la gesti¨®n de crisis que los cient¨ªficos podamos perder algo de descr¨¦dito en estas situaciones de crisis muy prolongadas¡±. La econom¨ªa de San Jorge depende de los quesos y del turismo. ¡°Hace un mes no nos sent¨ªamos tranquilos, pero ahora creemos que es seguro venir con todo el operativo montado para que vecinos y turistas sepan qu¨¦ hacer¡±, expone el presidente de la C¨¢mara Municipal de Velas, Lu¨ªs Silveira, en la sede de la instituci¨®n. Cada visitante podr¨¢ registrarse en una aplicaci¨®n de Protecci¨®n Civil que permitir¨¢ conocer su localizaci¨®n exacta para ser evacuado en caso de erupci¨®n o terremoto. Est¨¢ previsto que el Gobierno regional recomiende en breve de nuevo los viajes a San Jorge. La isla se ha preparado para lo peor, pero sigue ofreciendo lo mejor.
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