Juan Carlos Cruz: ¡°Algunos obispos dicen que s¨ª a todo y luego no act¨²an contra los abusos¡±
S¨ªmbolo de las v¨ªctimas del clero en Chile y miembro del organismo del Vaticano para la prevenci¨®n de estos delitos, Cruz cree que la Iglesia espa?ola debe reformular su comisi¨®n para ser cre¨ªble
La Iglesia evit¨® durante d¨¦cadas afrontar el tema de los abusos a menores por parte del clero y solo lo hizo cuando se vio obligada. Pero hay un punto de inflexi¨®n en esta historia. En enero de 2018, durante su viaje a Chile, el papa Francisco cometi¨® un grave error y un importante acierto pr¨¢cticamente a la vez. Interrogado por las v¨ªctimas sobre los abusos del sacerdote Fernando Karadima (alrededor de 200 casos) y por uno de sus encubridores, el obispo Juan Barros, respondi¨® que eran calumnias y exigi¨® que le trajeran pruebas. Recibi¨® por aquello un alud de cr¨ªticas. Y una de las primeras y m¨¢s duras fue la de Juan Carlos Cruz, que hab¨ªa sido v¨ªctima de aquel sacerdote.
Francisco mand¨® poco tiempo despu¨¦s a dos investigadores, encarg¨® un informe demoledor y termin¨® forzando la renuncia de toda la c¨²pula de la Iglesia chilena (34 obispos). A aquello sigui¨® un s¨ªnodo especial, decenas de nuevas normas y un cambio de mentalidad en una parte del clero que ha permitido realizar comisiones de investigaci¨®n en un gran n¨²mero de pa¨ªses. Cruz es hoy un buen amigo del Papa, uno de sus consejeros personales en la lucha contra los abusos y miembro de la comisi¨®n vaticana para la prevenci¨®n de este tipo de casos.
Pregunta. Usted est¨¢ en el origen del cambio de rumbo de la pol¨ªtica del Vaticano en el tema de abusos. ?Qu¨¦ dimensi¨®n tienen esas modificaciones y qu¨¦ posibilidades tienen de mantenerse tras este pontificado?
Respuesta. Ha habido cambios concretos en cuanto a la relevancia que tienen los abusos, en la mano firme en casos donde no la hab¨ªa, en la abolici¨®n del secreto pontificio o en la creaci¨®n de la comisi¨®n para la tutela de menores. Mi cercan¨ªa con el Papa me ha permitido ver c¨®mo ha abierto puertas que otros quer¨ªan mantener cerradas. Pero todo esto no es suficiente. Si colaboradores como obispos y cardenales no ayudan, no llegamos a nada.
P. ?No lo hacen?
R. Muchos obispos tratan de hacer lo correcto. Pero hay algunos que van al Vaticano, ven al Papa, hacen visitas ad limina [las que deben cumplimentar peri¨®dicamente] o participan en cumbres sobre abusos y dicen a todo que s¨ª. Pero luego se dan la vuelta, vuelven a su casa y no hacen nada. Para m¨ª ese es el gran problema de la Iglesia: la falta de compromiso para actuar en bloque. Y en el tema de los abusos se ve claramente.
P. ?Falta autoridad desde el Vaticano para que se acaten las ¨®rdenes?
R. El Papa lo ha dicho de todas las maneras. En la reuni¨®n de la semana pasada nos dijo: ¡°Ustedes tienen un mandato para ayudar a las conferencias episcopales a que investiguen y se creen oficinas donde se puedan recibir denuncias y aclarar estos procesos¡±. Pero hay muchas partes del mundo donde no pasa. Y esa desvinculaci¨®n me impresiona pensando, como buen cat¨®lico, que cuando el Papa dec¨ªa una cosa todos corren a hacerlo. Pero no es as¨ª.
P. El Papa, en cambio, fue inflexible en Chile y liquid¨® a toda la c¨²pula de la Iglesia. ?Cree que ese es un modelo de autoridad que deber¨ªa aplicar m¨¢s?
R. Lo que hizo en Chile, como implicado, me pareci¨® estupendo. Esa conferencia episcopal era como la cueva de Al¨ª Bab¨¢ y los 40 ladrones. Que diera un golpe sobre la mesa as¨ª fue una lecci¨®n para muchas conferencias episcopales del mundo.
P. ?Ayud¨® a mejorar?
R. Queda mucho por hacer. Muchas v¨ªctimas no reciben justicia y quedan muchos obispos de la vieja guardia nefastos. Pero han llegado nuevos prelados que traen otra manera de hacer las cosas. Y hay que reconocerlo. Pero el problema es que el da?o es tan fuerte y doloroso, que la conferencia episcopal es hoy irrelevante en Chile.
P. De todas las nuevas medidas, cu¨¢l le parece m¨¢s relevante.
R. Quiz¨¢ la eliminaci¨®n del secreto pontificio. Era un arma de obispos para no investigar.
P. El otro d¨ªa se reuni¨® por primera vez en persona con el resto de miembros de la comisi¨®n para la tutela de menores y con el Papa. ?Qu¨¦ impresi¨®n le caus¨®?
R. Me impresion¨® el compromiso del Papa para seguir trabajando en este tema. Dijo que era inaceptable y reconoci¨® el horror que supone para las v¨ªctimas. Me gust¨® que dijese que tenemos un mandato para auditar o estar atentos a lo que hacen todas las conferencias episcopales del mundo y reportar a la Santa Sede. Y eso es importante, porque muchos obispos intentan muchas veces que no se husmee en sus cosas. Llegas y te tratan como si fueras el demonio.
P. ?Le ha pasado ya?
R. En algunos sitios del mundo hay juicios ganados y la Iglesia no toma las correspondientes medidas.
P. ?Est¨¢ satisfecho del trabajo de la comisi¨®n? Lo digo porque algunos viejos miembros laicos, como Marie Collins o Peter Saunders, criticaron que no era ¨²til o que era algo est¨¦tico.
R. Estoy satisfecho de haber conocido a las personas que la integran, porque veo que les interesa y no es algo est¨¦tico. Pero ahora viene una renovaci¨®n integral que se anunciar¨¢ pronto. Llega una nueva etapa y la comisi¨®n se integrar¨¢ en la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe (CDF)¡
P. ?Eso puede comprometer su libertad?
R. Yo no dejar¨¦ que se comprometa mi libertad. No estoy aqu¨ª para satisfacer necesidades de relaciones p¨²blicas. He venido a una comisi¨®n que debe ser seria para ayudar a liquidar esta lacra y hacer justicia ante este crimen. No me prestar¨¦ a que me usen, se lo aseguro.
P. ?La Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe ha actuado correctamente en estos a?os? ?Han estado disponibles a sus peticiones?
R. La ¨²ltima renovaci¨®n que ha habido en la CDF responde a esta pregunta: qui¨¦n hab¨ªa y qui¨¦n est¨¢ ahora. Quiz¨¢ falta todav¨ªa que salga gente, pero se han ido algunos muy importantes. Tengo esperanza en John Kennedy [nombrado hace dos semanas como jefe de la secci¨®n disciplinaria], s¨¦ que monse?or Scicluna est¨¢ ah¨ª detr¨¢s, que hay gente buena como Monse?or Jordi Bertomeu. Personas que se la juegan para que haya verdad y transparencia. Pero para m¨ª ha sido impactante ver la lentitud de los casos y la opacidad para explicar en qu¨¦ punto est¨¢n. Solo se informa a las v¨ªctimas cuando se llega a un resultado, y eso es espantoso. Luchar¨¦ para que cambie.
P. El Papa les ha pedido que elaboren un informe anual sobre el estado de la cuesti¨®n en el mundo. ?C¨®mo ser¨ªa? ?Qu¨¦ modelo se seguir¨ªa?
R. La Iglesia no es una multinacional, pero en muchas cosas se parece. Deber¨ªa rendirse cuentas del trabajo anual, por ejemplo. Ese informe puede ser un instrumento para saber si se est¨¢n haciendo bien las cosas, y de presi¨®n. Es una herramienta important¨ªsima para medir la situaci¨®n. Los periodistas, por ejemplo, no tienen documentaci¨®n de ese tipo.
P. ?Ser¨¢ p¨²blico?
R. Claro, y transparente.
P. ?Hay miedo a resarcir a las v¨ªctimas econ¨®micamente?
R. S¨ª, por supuesto. Muchos pintan a las v¨ªctimas como gente que viene a robar el dinero de la Iglesia. Pero el da?o que se les ha causado merece justicia y reparaci¨®n. Yo mismo pas¨¦ por eso. Y el dinero que me dieron no cubre los gastos que tuve ni el dolor y el da?o emocional que sufr¨ª. No pueden sentir miedo u odio hacia las v¨ªctimas.
P. En Espa?a ha sido as¨ª durante muchos a?os. ?C¨®mo ve, como miembro de la comisi¨®n, lo que est¨¢ pasando en los ¨²ltimos meses?
R. Mi opini¨®n es que el cardenal Omella quiere destapar la podredumbre y lo est¨¢ haciendo bien. Pero me decepciona que pongan a un estudio de abogados [Cremades & Calvo-Sotelo] propiedad de un miembro del Opus Dei al frente de la comisi¨®n. Eso produce desconfianza. Parece que no tenga la independencia que deber¨ªa tener. Quiz¨¢ es solo un tema de imagen, pero hace que muchas v¨ªctimas no quieran colaborar.
P. ?Qu¨¦ tipo de comisi¨®n cree que es la m¨¢s ¨²til?
R. Deben tener experiencia en derechos humanos y civiles. Que tengan un amplio espectro pol¨ªtico, no partidistas. Con varias disciplinas cient¨ªficas. Solo esas son efectivas y ¨²tiles para esclarecer la verdad. Pero mire, ojal¨¢ vayan las v¨ªctimas, que se les oiga con el respeto que merecen y que, de una vez, se haga justicia. Los obispos no deben seguir escondi¨¦ndose ni perpetuando la cultura del abuso y el encubrimiento.
P. ?En Espa?a hay posibilidad todav¨ªa de encontrar una v¨ªa que contente a todos?
R. Todav¨ªa hay una oportunidad si hubiera cambios en la de Cremades y lograran inspirar confianza a las v¨ªctimas. La CEE [Conferencia Episcopal Espa?ola] no puede dedicarse a defender a la instituci¨®n y tratar a algunas v¨ªctimas como si les quisieran demandar. La Iglesia espa?ola debe ser humilde.
P. ?Qu¨¦ le pareci¨® la primera reacci¨®n de la CEE al informe que public¨® EL PA?S?
R. La CEE, como tantas otras cuando se ven ya sobrepasadas, no tom¨® una actitud humilde de reparaci¨®n y justicia, y combati¨® lo que sal¨ªa en los medios como EL PA?S, que hizo una labor exhaustiva. Y combaten eso con cifras y decimales para defenderse. Y eso me molesta a m¨ª y al resto de las v¨ªctimas. Dejen de usar cifras est¨²pidas para defenderse y pongan la Iglesia a disposici¨®n de las v¨ªctimas, que tienen derecho enorme de recibir justicia, reparaci¨®n y consuelo de las conferencias episcopales.
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