Condenado a siete a?os y nueve meses de c¨¢rcel un cura de Murcia por abusar de un menor
El juez afirma que, aunque la ¨²nica prueba incriminatoria es el testimonio de la propia v¨ªctima, los hechos narrados no ofrecen ninguna duda sobre su veracidad
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La Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a siete a?os y nueve meses de prisi¨®n al sacerdote Antonio Lax Zapata por abusar sexualmente de forma continuada de un ni?o de unos 13 a?os entre 2014 y 2015, cuando dirig¨ªa la parroquia de San Juan Bautista de Yecla. El condenado, tambi¨¦n capell¨¢n del hospital Virgen del Castillo de la misma localidad, realiz¨® tocamientos, besos y felaciones al menor, aprovechando la estrecha relaci¨®n que manten¨ªa con su familia. El ni?o, seg¨²n recoge la sentencia, a la que ha tenido acceso este diario, cont¨® los hechos a otro cura durante unas jornadas de convivencia y fue la propia di¨®cesis de Cartagena la que denunci¨® los abusos ante la Fiscal¨ªa en julio de 2019.
El obispo, Jos¨¦ Manuel Lorca Planes, ha publicado un comunicado en el que recuerda que el cl¨¦rigo est¨¢ ¡°suspendido del ejercicio del ministerio sacerdotal¡± desde que llev¨® el caso ante la justicia y que sigue abierto un proceso can¨®nico contra Lax. El obispado ha manifestado su ¡°total rechazo¡± y ¡°en¨¦rgica repulsa¡± por los delitos cometidos por el cura y su ¡°cercan¨ªa a la v¨ªctima y a su familia¡±, a quienes ha ofrecido su ayuda.
Adem¨¢s de la pena de c¨¢rcel, el condenado deber¨¢ pagar una indemnizaci¨®n de 25.000 euros al chico por los da?os psicol¨®gicos causados. Tampoco podr¨¢ acercarse a menos de 500 metros del menor ni comunicarse con ¨¦l durante los cinco a?os posteriores a la condena, periodo en el que estar¨¢ en libertad vigilada. El sacerdote tambi¨¦n ha sido inhabilitado para el ejercicio de cualquier profesi¨®n u oficio que conlleve el contacto regular y directo con menores de edad.
Los abusos, recoge la sentencia, tuvieron lugar en torno a los a?os 2014 y 2015, cuando el joven, que ahora tiene 20 a?os, ten¨ªa entre 12 y 13 a?os. El sacerdote condenado conoci¨® al ni?o cuando ejerc¨ªa como vice p¨¢rroco en la iglesia de San Pedro Ap¨®stol, en el municipio de San Pedro del Pinatar, a la que lleg¨® en 2006, y entabl¨® una relaci¨®n ¡°pr¨¢cticamente familiar¡± con la familia del afectado ¡°hasta el punto de tener las llaves del domicilio donde resid¨ªa el menor, siendo habitual que pernoctara con frecuencia en dicho domicilio¡±. En 2013, el cura fue trasladado a la parroquia de San Juan Bautista de Yecla, pero su relaci¨®n con la familia continu¨®, y era frecuente que el chico lo visitara y pernoctara en su casa en esa localidad.
El presb¨ªtero, original del pueblo murciano de Monteagudo, estudi¨® en un seminario de Medell¨ªn (Colombia) y fue p¨¢rroco, hasta 2006, en la iglesia de la Sant¨ªsima Trinidad en la localidad colombiana de Turbo (Antioquia), seg¨²n una informaci¨®n del diario colombiano El Tiempo en 2003. En dicha publicaci¨®n se especificaba que el ahora acusado fue extorsionado por dos hombres. Lax regres¨® en 2006 a Murcia, donde desempe?¨® el cargo de vicario parroquial de las iglesias de San Pedro Ap¨®stol (San Pedro del Pinatar) y Nuestra Se?ora del Rosario de (El Mirador). Fue cesado en 2013 y pas¨® a ser p¨¢rroco en San Juan Bautista y en el hospital Virgen del Castillo en Yecla.
Una declaraci¨®n ¡°persistente¡± y ¡°sin contradicciones¡±
Los abusos, que la sentencia considera probados, comenzaron en el domicilio del menor y, en un primer momento, consistieron en besos en la boca y abrazos, aprovechando momentos en que estaban solos. M¨¢s adelante, el sacerdote presionaba al menor para que durmiese en la misma cama que ¨¦l, para que le ense?ara el pene, y para acariciar y tocar sus partes ¨ªntimas. En diversas ocasiones, adem¨¢s, el cura le ense?aba los genitales al chico, al que lleg¨® a practicar al menos dos felaciones.
El juez advierte de que todos los hechos los llev¨® a cabo Lax haciendo uso ¡°del gran nivel de ascendencia y superioridad que hab¨ªa adquirido [sobre el adolescente], dada su condici¨®n de sacerdote y la estrecha relaci¨®n casi familiar¡±. ¡°Para mantener en el tiempo su ascendencia sobre el menor, el acusado le hac¨ªa continuos regalos: una bicicleta, dos c¨¢maras de fotos, hasta cuatro tel¨¦fonos m¨®viles, mucha ropa, un escritorio, material escolar, invit¨¢ndole a comer y cenar en multitud de ocasiones, casi siempre solos¡±, se?ala la sentencia.
El juez explica adem¨¢s que, aunque la ¨²nica prueba incriminatoria es el testimonio de la propia v¨ªctima, los hechos narrados no ofrecen ninguna duda sobre su veracidad. Aunque el chico no cont¨® los abusos hasta ¡°tres o cuatro a?os despu¨¦s¡± de que esa situaci¨®n hubiera acabado, su declaraci¨®n fue ¡°persistente¡± y ¡°sin contradicciones¡±, al tiempo que su testimonio estuvo ¡°lleno de detalles y matices, prestado con total continuidad y sin dudas relevantes, todo lo cual, ofrece al Tribunal total verosimilitud¡±.
El testimonio de la v¨ªctima, a?ade la sentencia, se apoya en apreciaciones de los testigos que participaron en el juicio. Uno de ellos asegur¨® que el cura era una persona ¡°cari?osa y efusiva¡± en general, pero m¨¢s a¨²n con los ni?os y especialmente con la v¨ªctima. El hermano del afectado corrobor¨® tambi¨¦n ese trato de favor hacia el ni?o, los numerosos regalos que le hac¨ªa, as¨ª como que el sacerdote dorm¨ªa en la misma habitaci¨®n que su hermano, mientras que ¨¦l lo hac¨ªa en un cuarto diferente. Los padres del chico tambi¨¦n reconocieron que, una vez que su hijo les cont¨® lo ocurrido, recordaron situaciones que les parecieron ¡°anormales¡±, como una ocasi¨®n en la que la madre encontr¨® al acusado en la habitaci¨®n del menor con la excusa de que hab¨ªa ido a despertarlo.
Si conoce alg¨²n caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escr¨ªbanos con su denuncia a abusos@elpais.es.
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