La viruela del mono en ?frica: una vieja conocida con miles de casos al a?o y decenas de muertos
Los brotes en el continente del virus que ha hecho saltar las alarmas en Occidente van en aumento desde hace dos d¨¦cadas. Las ¨²ltimas investigaciones apuntan a ardillas y roedores como posibles hu¨¦spedes naturales del virus
La viruela del mono es una vieja conocida en ?frica, en particular en las regiones central y occidental, donde cada a?o provoca miles de casos y decenas de fallecidos. De hecho, los brotes han aumentado en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas debido a factores como el cese de la vacunaci¨®n contra la viruela a partir de 1980, que generaba inmunidad cruzada, y la deforestaci¨®n y la presi¨®n demogr¨¢fica en zonas de bosque tropical, donde viven varias especies de ardillas y roedores que, seg¨²n las investigaciones m¨¢s recientes, podr¨ªan ser los hu¨¦spedes naturales del virus. Por ello y por el creciente riesgo de contagios en el exterior de ?frica, los cient¨ªficos llevan tiempo alertando de la necesidad de dedicar m¨¢s fondos a investigaci¨®n, prevenci¨®n y vacunaci¨®n.
¡°No se ha hecho lo suficiente. Seguimos teniendo un conocimiento muy limitado de los distintos aspectos de la enfermedad y hasta que no se produce un contagio en el norte global no se dedica la atenci¨®n que merece este virus. Estamos siendo m¨¢s reactivos que proactivos¡±, asegura Nikola Sklenovsk¨¢, epidemi¨®loga experta en la viruela del mono. El virus se identific¨® por primera vez en 1958, en el Instituto Serol¨®gico Estatal de Copenhague, en una poblaci¨®n de simios, de ah¨ª el nombre de la enfermedad, que hab¨ªan sido llevados a Europa desde distintos pa¨ªses africanos para usarlos como cobayas en el desarrollo de la vacuna contra la polio. A?os m¨¢s tarde se produjo otro brote en zool¨®gicos estadounidenses que afect¨® a primates, ant¨ªlopes y roedores. Se considera que los primates son hu¨¦spedes incidentales y no el reservorio principal del virus.
Sin embargo, no fue hasta 1970 cuando se detect¨® el primer caso en humanos en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC). Durante los siguientes 10 a?os hubo apenas 45 casos registrados, casi todos en la frondosa selva tropical congole?a, as¨ª como en Liberia y Sierra Leona. De hecho, la enfermedad aparec¨ªa solo de manera muy espor¨¢dica hasta que a principios de la d¨¦cada de los 2000 se empez¨® a observar un cambio en el patr¨®n y un incremento de brotes. ¡°En la actualidad tenemos unos 2.000 casos cada a?o en la RDC en una tendencia creciente, aunque con la informaci¨®n actual es dif¨ªcil saber si obedece a causas ambientales o a que se ha hecho un esfuerzo en detecci¨®n¡±, asegura Sklenovsk¨¢.
El primer susto en los pa¨ªses occidentales se produjo en 2003, con un brote en Estados Unidos en el que se contagiaron unas 70 personas a partir de roedores procedentes de Ghana que se hab¨ªan puesto de moda como mascotas. En Europa, los primeros tres infectados se identificaron en 2018, en concreto en el Reino Unido. Dos de ellos eran personas que hab¨ªan estado en Nigeria, donde una epidemia ese mismo a?o lleg¨® a provocar 400 casos entre confirmados y sospechosos.
Durante uno de los brotes en Congo, Katy Brown, enfermera y asesora sanitaria de la unidad de emergencias de M¨¦dicos sin Fronteras (MSF), atendi¨® a un ni?o de cinco a?os que sufr¨ªa esta enfermedad. ¡°Debido a la erupci¨®n en la boca le resultaba dif¨ªcil comer y beber, as¨ª que la hidrataci¨®n y el soporte nutricional fueron muy importantes, as¨ª como la prevenci¨®n y control de infecciones¡±, asegura. De hecho, la mayor¨ªa de las muertes en ?frica se producen por septicemia derivada de las heridas que provoca el virus, sobre todo en la piel de cara, torso y extremidades. ¡°Fue un momento aterrador para el ni?o y su padre, tuvimos que aislar a ambos y necesitaron mucho apoyo¡±, recuerda Brown.
Dos variantes
Existen dos variantes conocidas de la viruela de los monos, una prevalente en ?frica central y m¨¢s virulenta, con una letalidad entre ni?os que puede llegar al 10%, aunque en los ¨²ltimos brotes ha descendido hasta el 6%, y otra presente en ?frica occidental que se considera m¨¢s leve porque provoca solo un 1% de fallecidos de media. La OMS la define como ¡°una enfermedad zoon¨®tica viral rara que ocurre principalmente en partes remotas del centro y oeste de ?frica, cerca de las selvas tropicales¡±. Sin embargo, esta definici¨®n se ha quedado anticuada a medida que los casos han ido apareciendo con mayor frecuencia y tambi¨¦n en entornos m¨¢s urbanos.
¡°Existen dos vacunas¡±, explica Miriam Al¨ªa, responsable de vacunaci¨®n y respuesta a emergencias de MSF, ¡°una aprobada por la agencia estadounidense del medicamento que usa EE UU para sus casos y otra autorizada por la Agencia Europea del Medicamento¡±, dice. ¡°El problema es que se producen pocas y, para muchos pa¨ªses africanos, es dif¨ªcil acceder a las dosis¡±. La inmunizaci¨®n contra la viruela del mono no es masiva, sino en anillos: se vacuna a los contactos de las personas infectadas, como ocurre con el ¨¦bola. La vacuna de la viruela otorgaba una protecci¨®n de hasta el 85%, pero como esta enfermedad est¨¢ erradicada, ya no se administra desde 1980. ¡°La gente inmunizada se est¨¢ muriendo y nacen ni?os que no se vacunan: esto genera un nicho para la expansi¨®n del virus¡±, recuerda Sklenovsk¨¢.
Durante a?os los cient¨ªficos han alertado sobre la reemergencia de esta enfermedad. En 2017, en una entrevista con EL PA?S, la bi¨®loga Anne Laudisoit recordaba la amenaza que supone este virus, sobre todo en ?frica, pero tambi¨¦n para el resto del mundo, y advert¨ªa con un tono de frustraci¨®n de que ¡°mientras no haya un blanco con viruela del mono que presente p¨²stulas y erupci¨®n como si fuera la viruela, todo seguir¨¢ igual¡±. A juicio de Brown, ¡°aliviar el sufrimiento que supone la viruela del mono y otras enfermedades tropicales olvidadas merece ser tomado en serio, sea cual sea su localizaci¨®n en el mundo; es condenable que ciertas enfermedades solo merezcan atenci¨®n cuando afectan a los pa¨ªses de altos ingresos¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.