M¨¢s de 200.000 personas se podr¨¢n beneficiar de la legalizaci¨®n del cannabis medicinal en Espa?a
El Congreso ultima un informe para pedir a Sanidad que apruebe la sustancia en unas condiciones muy tasadas que sus partidarios ven insuficientes
El cannabis medicinal est¨¢ a un paso de aprobarse en Espa?a. Lo que no queda a¨²n del todo claro es qu¨¦ magnitud tendr¨¢ y en qu¨¦ condiciones se podr¨¢n beneficiar los pacientes para los que esta sustancia puede estar indicada. Por la experiencia de otros pa¨ªses con larga tradici¨®n en su uso terap¨¦utico, como Israel o Canad¨¢, se calcula que en Espa?a podr¨ªan beneficiarse de su regulaci¨®n m¨¢s de 200.000 personas; sobre todo, para paliar dolores cr¨®nicos, el uso mayoritario, pero no legalizado todav¨ªa.
El Congreso de los Diputados est¨¢ ultimando un informe para pedir al Ministerio de Sanidad que autorice la comercializaci¨®n de derivados de la planta; y el Gobierno se comprometi¨® a seguir sus recomendaciones. Espa?a se sumar¨ªa as¨ª a una cuarentena de pa¨ªses (diez en la Uni¨®n Europea) donde esto ya sucede. EL PA?S ha hablado con algunos de los mayores expertos en la materia, consumidores y sociedades m¨¦dicas sobre los pros y contras de esta nueva regulaci¨®n.
Est¨¢ muy equivocado quien piense que la comercializaci¨®n del cannabis con fines terap¨¦uticos se traducir¨¢ en que el m¨¦dico puede firmar una receta que permita a alguien comprar marihuana para fumarse un porro. Tambi¨¦n quien imagine que podr¨¢ recurrir a esta sustancia para cualquier dolor. Su uso quedar¨¢ muy tasado, incluso excesivamente, en opini¨®n de los defensores de su utilizaci¨®n m¨¦dica.
El borrador del informe solo contempla que se dispense en farmacia hospitalaria, ya sea con f¨®rmulas magistrales o, preferentemente, medicamentos industriales que ya existen, pero que no est¨¢n aprobados en Espa?a. De ah¨ª, parece descartada la autorizaci¨®n a la inhalaci¨®n de la flor, aunque es algo que no queda del todo claro. Es un m¨¦todo que vaporiza la sustancia a una temperatura menor que la combusti¨®n (lo que ser¨ªa fumar, que est¨¢ completamente descartado) y puede proporcionar un alivio casi inmediato del dolor, lo que se conoce como una dosis de rescate.
?A qui¨¦n puede ayudar el cannabis medicinal? Manuel Guzm¨¢n, catedr¨¢tico de Bioqu¨ªmica y Biolog¨ªa Molecular en la Universidad Complutense de Madrid, y una de las voces autorizadas en la materia en Espa?a, aclara que no es un producto milagroso. ¡°Es un medicamento con sus ventajas, que puede mejorar la calidad de vida para personas a las que no les funcionan otros, pero tambi¨¦n con sus posibles efectos secundarios¡±, matiza.
Los estudios con cannabis tienen ciertas limitaciones, por no ser una sustancia legal y porque, al no ser patentable, las farmac¨¦uticas no suelen estar interesadas en hacer grandes ensayos cl¨ªnicos. Hasta ahora, existe evidencia ¡°rigurosa¡±, en palabras de Guzm¨¢n, para cinco indicaciones: inhibici¨®n de n¨¢useas y v¨®mitos en pacientes de c¨¢ncer; aumento de apetito y atenuaci¨®n de p¨¦rdida de peso, sobre todo para enfermos de c¨¢ncer y sida; inhibici¨®n de dolor, especialmente cr¨®nico, ya sea neurop¨¢tico, de tipo oncol¨®gico, migra?as o posoperatorios; inhibici¨®n de rigidez muscular, lo que puede tener utilidad en esclerosis, y acci¨®n inhibidora de convulsiones en epilepsias refractarias a otros tratamientos.
La nueva norma no permitir¨ªa que estos pacientes acudieran al cannabis como primera opci¨®n. Guzm¨¢n cree que a priori pueden ser un tratamiento de segunda l¨ªnea, una vez que han fallado los m¨¢s convencionales. La Sociedad Espa?ola del Dolor (SED) lo contempla para una tercera, al mismo nivel de los opioides, a los que se recurre cuando han fallado analg¨¦sicos menos potentes o incluso antidepresivos, en algunas dolencias.
El borrador del informe, adem¨¢s, restringe a tres los supuestos de uso: ¡°Las indicaciones para las que parecen existir indicios m¨¢s s¨®lidos de utilidad del uso del cannabis o sus productos son limitadas. En el momento actual parecen concentrarse en la espasticidad en pacientes con esclerosis m¨²ltiple, algunas formas de epilepsia, y el dolor cr¨®nico no oncol¨®gico (incluido el dolor neurop¨¢tico)¡±. Esto dejar¨ªa fuera a los pacientes con c¨¢ncer, tanto para tratar el dolor como para mejorar el apetito, un error, al parecer de Guzm¨¢n, quien considera que podr¨ªan ser uno de los grandes grupos beneficiados y que s¨ª pueden ser tratados con cannabis en otros pa¨ªses donde est¨¢ regulado su uso, como Canad¨¢ o Alemania.
Tanto para la esclerosis como para la epilepsia ya hay dos medicamentos derivados del cannabis en el mercado espa?ol. La principal novedad y el p¨²blico diana m¨¢s numeroso ser¨¢n los pacientes que sufren dolor cr¨®nico, que se calcula que afecta a ocho millones de personas. De ellas, casi 1,5 millones no tienen un tratamiento que les alivie, lo que les convertir¨ªa en potenciales beneficiarios, seg¨²n explica Jes¨²s de Santiago, coordinador del Grupo de Trabajo de Cannabinoides de la SED. Pero los requisitos para acceder a estos medicamentos, que tienen que estudiarse en cada paciente, lo reducen a un porcentaje menor de la poblaci¨®n. En Israel y Canad¨¢ lo usan entre un 0,6% y un 0,7% de sus habitantes, lo que llevado a Espa?a se quedar¨ªa en m¨¢s de 200.000 personas. En Alemania, que regul¨® el cannabis medicinal en 2017, lo consumen 128.000 personas al a?o, pero m¨¢s de un mill¨®n tendr¨¢n acceso a estos f¨¢rmacos en 2024, seg¨²n la revista Forbes.
Sin embargo, la regulaci¨®n espa?ola, por lo que se desprende del borrador, ser¨¢ algo m¨¢s restrictiva que en estos pa¨ªses. Como est¨¢n haciendo otros estados europeos, est¨¢n explorando un universo que hasta ahora estaba vetado, y se har¨¢ poco a poco. ¡°Se trata de un primer paso. Creemos que es bueno que se usen f¨¢rmacos que puedan ser administrados como un medicamento cualquiera para facilitar su uso. Se debe permitir que el m¨¦dico especialista pueda recetar una dosificaci¨®n correcta, as¨ª que lo m¨¢s aconsejable es prescribir f¨¢rmacos comerciales con distintas concentraciones de CBD o THC (los dos principales principios activos del cannabis)¡±, expone De Santiago.
No en farmacias comunitarias
Uno de los puntos del borrador que suscita m¨¢s rechazo entre pacientes y expertos es que el cannabis solo se pueda dispensar en farmacia hospitalaria. ¡°El paciente ya va a tener que cumplir un mont¨®n de requisitos de no contraindicaciones y licencias. Una vez que se le autoriza, ?le vas a poner m¨¢s trabas?¡±, se pregunta De Santiago. La norma ser¨¢ una ¡°burocratizaci¨®n¡± del uso, en palabras de Rafael Maldonado, catedr¨¢tico de Farmacolog¨ªa de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y experto en cannabis medicinal.
Maldonado es partidario de una regulaci¨®n m¨¢s amplia: ¡°Ya tenemos medicamentos para dos de los supuestos que contempla el borrador, para eso no hace falta una comisi¨®n del Congreso. La idea es que m¨¢s pacientes a los que no les vale nada tengan una oportunidad. Es cierto que la evidencia del cannabis tiene limitaciones. Pero no se puede tratar como cualquier f¨¢rmaco porque ninguna farmac¨¦utica va a hacer ensayos cl¨ªnicos. Estar¨ªamos cerrando la puerta a una opci¨®n que puede ser muy buena y cuyo perfil de seguridad s¨ª conocemos bien¡±.
Coincide en este punto de vista Carola P¨¦rez, presidenta del Observatorio Espa?ol del Cannabis Medicinal, que a¨²na investigadores y asociaciones de pacientes. ¡°Por lo que sabemos del borrador, deja a muchos potenciales beneficiarios fuera. Cuanto m¨¢s restrictivo sea el modelo, m¨¢s gente volver¨¢ al mercado negro¡±, se?ala.
La Sociedad Espa?ola de Farmacia Hospitalaria dice estar preparada para formular estos nuevos compuestos, pese a que se trata de sustancias con las que los profesionales no vienen trabajando hasta ahora. ¡°Si no es un n¨²mero muy elevado de pacientes, es asumible hacer formulaciones como ya hacemos con la metadona¡±, asegura Olga Delgado, su presidenta.
La otra gran pol¨¦mica sobre el cannabis son sus contraindicaciones. Uno de los comparecientes en la subcomisi¨®n del Congreso fue N¨¦stor Szerman, presidente Fundador de la Sociedad Espa?ola de Patolog¨ªa Dual, centrada en las patolog¨ªas mentales y las adicciones. Desde su punto de vista, el debate del cannabis medicinal (tambi¨¦n el recreativo) es muy complicado. Cree que est¨¢ muy polarizado: ¡°Quienes est¨¢n a favor suelen exagerar sus beneficios y los que est¨¢n en contra, sus peligros. Tambi¨¦n hay una ideologizaci¨®n. Parece que estar a favor del cannabis medicinal es de izquierdas y en contra, de derechas, algo que es completamente absurdo¡±.
Porque el cannabis, que puede mejorar las vidas de ciertos pacientes, tambi¨¦n tiene sus efectos secundarios. ¡°El THC es una de las sustancias con mayor capacidad para producir patolog¨ªas psic¨®ticas. Tenemos claro tambi¨¦n que el cannabis no es ni necesario ni suficiente para tener psicosis, pero en personas vulnerables aumenta el riesgo¡±, apunta Szerman.
Los resultados observacionales de los lugares donde se ha legalizado el cannabis aportan resultados contradictorios en este sentido. Est¨¢ claro que donde se regula el consumo sube, por haber una mayor disponibilidad; pero, a falta de m¨¢s y mejores estudios, no se encuentra por el momento una mayor patolog¨ªa mental.
Szerman cree, sin embargo, que los profesionales se van a tener que adaptar a esta nueva realidad: ¡°Es una demanda social que se est¨¢ instaurando en cada vez m¨¢s pa¨ªses. Hay que enfrentarse a esa realidad. Los profesionales de salud mental debemos estar preparados para lo que la sociedad demanda. Tambi¨¦n podr¨ªamos pedir que se proh¨ªban sustancias como el alcohol, que genera grandes problemas, pero no lo hacemos: nos enfrentamos a ello¡±. Y el cannabis terap¨¦utico es, desde su punto de vista, solo un primer paso, al que seguir¨¢ m¨¢s tarde o m¨¢s temprano el uso recreativo de esta sustancia. Ese ser¨¢ otro debate.
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