M¨¢s de la mitad de las mujeres j¨®venes ha tenido sexo sin deseo
El estudio ¡®La sexualidad de las mujeres j¨®venes en el contexto espa?ol¡¯ refleja la supervivencia de estereotipos, ideas y conductas patriarcales que chocan con un cambio generacional
Sacrificio, presi¨®n, insistencia. Son palabras que no cuadran, o no deber¨ªan, con una relaci¨®n sexual y, sin embargo, siguen apareciendo en los relatos. Los de las mujeres. En este caso, en el de las m¨¢s j¨®venes, las que tienen entre 18 y 25 a?os. M¨¢s de la mitad de ellas (57,7%) han tenido sexo alguna vez sin ganas o por compromiso. Sin deseo. Son cifras del estudio La sexualidad de las mujeres j¨®venes en el contexto espa?ol, del Ins...
Sacrificio, presi¨®n, insistencia. Son palabras que no cuadran, o no deber¨ªan, con una relaci¨®n sexual y, sin embargo, siguen apareciendo en los relatos. Los de las mujeres. En este caso, en el de las m¨¢s j¨®venes, las que tienen entre 18 y 25 a?os. M¨¢s de la mitad de ellas (57,7%) han tenido sexo alguna vez sin ganas o por compromiso. Sin deseo. Son cifras del estudio La sexualidad de las mujeres j¨®venes en el contexto espa?ol, del Instituto de las Mujeres, presentado este martes. Y aunque no media violencia f¨ªsica ¡ªla m¨¢s visible¡ª, s¨ª subyacen a veces otras, como la psicol¨®gica; y siempre, concepciones de las relaciones en las que los hombres tienen prioridad. ¡°Se perpet¨²a el deseo propio como elemento secundario y la idea de disponibilidad¡±, explicaba en la presentaci¨®n de ese estudio Toni Morillas, la directora del Instituto.
Una situaci¨®n que supone la vivencia ¡°de la gran mayor¨ªa de participantes¡± una o varias veces en su vida, seg¨²n la investigaci¨®n. Aunque no siempre de la misma forma: puede darse en contextos muy diferentes. ¡°Resulta que yo s¨ª que me sent¨ªa superpresionada, yo no quer¨ªa, pero s¨ª me sent¨ªa muy presionada porque ¨¦l me estaba insistiendo, insistiendo y dije vale. La cosa es que se acab¨® la relaci¨®n sexual y yo me qued¨¦ con un vac¨ªo interno impresionante, como ?qu¨¦ acabo de hacer? ?Es que soy est¨²pida, basta!¡±, explicaba una de ellas durante las entrevistas para el estudio. ¡°Ocasionalmente en pareja no me apetece, pero lo hago un poco como sacrificio...¡±, contaba otra.
El an¨¢lisis se?ala que ¡°una cosa es mantener relaciones sexuales sin ganas con la pareja y otra muy distinta con desconocidos o parejas sexuales puntuales o espor¨¢dicas. Qu¨¦ es lo que mueve a las mujeres a hacerlo en uno y otro caso puede variar: desde el af¨¢n por complacer al otro o de sacrificarse por el placer del otro, hasta no ser capaz de resistir la presi¨®n y las insistencias de la otra persona¡±.
En todo caso, ¡°el tema del sexo sin deseo evoca todo un arco de situaciones que van desde el estereotipo de la mujer sumisa y complaciente hasta los m¨¢rgenes m¨¢s oscuros del desmedro de consentimiento femenino en la relaci¨®n sexual¡±. Cuestiones vinculadas ¡°a roles y patrones de g¨¦nero¡± que atraviesan todo el estudio, realizado por Sigma Dos para el Instituto de las Mujeres, con una muestra representativa de 1.516 entrevistas, hechas entre el 5 y el 18 de julio de este a?o a mujeres de 18 a 25 a?os, cuya edad media de entrada a las relaciones con penetraci¨®n son los 16 a?os y medio, y casi siempre con una pareja (un 72,1%); tambi¨¦n con esas ideas que siguen encajando con una concepci¨®n patriarcal y heteronormativa de las relaciones.
Se percibe en ¨¢mbitos como la violencia sexual. ¡°La centralidad del miedo¡± es uno de los ¡°hallazgos¡± de este an¨¢lisis: ¡°Evocar la situaci¨®n de haberse sentido acosada de alguna manera fue m¨¢s la norma que la excepci¨®n¡±. El 60,7% de las mujeres declaran haber sentido miedo de que alguien pudiera ejercer alg¨²n tipo de violencia sexual sobre ellas en espacios p¨²blicos; el 41,6% lo ha experimentado en lugares de ocio nocturno; el 8,3% con su propia pareja; y alrededor del 5% en el trabajo, en clase o con alguien de su familia.
Y ese miedo, que explicaba Silvina V¨¢zquez, la responsable del estudio, se colaba a trav¨¦s de comportamientos como ¡°llevar llaveros que hacen ruido o el m¨®vil siempre abierto en la pantalla de llamadas¡±, y ya supone una forma de sometimiento: limita el movimiento y el espacio de las mujeres, y restringe su libertad. Junto a ese concepto, ¡°emergieron otros de manera secundaria¡±, como acoso, agresi¨®n, abuso, v¨ªctimas, machista, consentimiento, violaci¨®n o g¨¦nero. Tambi¨¦n ¡°menciones a La Manada, el 25-N, denuncia o polic¨ªa, y referencias a t¨¦rminos como sola y calle ¡ªaludiendo a escenarios de temor¡ª¡±, que a veces se materializan.
Seg¨²n los datos, ¡°los tocamientos sexuales no deseados y realizados al descuido (en el transporte p¨²blico, locales, aglomeraciones, etc.) son tambi¨¦n una experiencia frecuente¡±, un 36,2% manifiesta haberlos padecido en alguna ocasi¨®n. M¨¢s all¨¢, un 12,7% los ha sufrido por la fuerza y el 9,1% ha vivido alg¨²n intento de violaci¨®n o una violaci¨®n consumada. ¡°?nicamente el 18,2% de las j¨®venes afirma no haber sufrido nunca ninguna de las situaciones previamente descritas¡±. Seg¨²n un informe del INE de este pasado septiembre, los delitos sexuales aumentaron en 2021 un 34,6% respecto a 2020 y un 18% respecto a 2019. Un incremento en comparaci¨®n al a?o previo que puede estar relacionado con dos cuestiones. La situaci¨®n excepcional de la pandemia, por un lado, y el aumento de la conciencia sobre estos delitos. ¡°Las activas pol¨ªticas de concienciaci¨®n social han provocado una mayor disposici¨®n de las v¨ªctimas a denunciar estos delitos y a poner sus casos en manos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, reduciendo de esta forma los niveles de infradenuncia que pueden existir en estos tipos penales¡±, como apuntaba uno de los ¨²ltimos balances de criminalidad del Ministerio del Interior.
Y esto ¨²ltimo tiene un lado positivo que tambi¨¦n aparece en el estudio. Por ejemplo, que cada vez son m¨¢s las j¨®venes que consideran las violencias sexuales como un problema social de primera magnitud: sit¨²an su relevancia en un 8,6 en una escala de 0 a 10, y m¨¢s de la mitad de las entrevistadas (56,7%) otorga a esta cuesti¨®n la m¨¢xima importancia. Estos datos ¡°hablan de una clara consciencia colectiva entre las j¨®venes de la incidencia y consecuencias de este fen¨®meno¡±.
O que empiezan a alejarse ¡°de concepciones del sexo indisolublemente asociadas al amor¡±. Hasta un 40,6% se manifiesta totalmente contraria a la idea de que para mantener relaciones sexuales sea preciso estar enamorada, y un 24,6% manifiesta estar bastante en desacuerdo. Solo el 14% vincula, de manera necesaria, amor y sexualidad. ¡°La aproximaci¨®n a las percepciones y actitudes generales de las j¨®venes hacia la sexualidad permite tomar el pulso de los cambios ¡ªy continuidades¡ª acaecidos en la sociedad espa?ola en el curso de las ¨²ltimas d¨¦cadas¡±, dice el estudio.
Toni Morillas, la directora del Instituto, tambi¨¦n ha destacado que, pese a los datos negativos en ¨¢reas como la violencia sexual, ¡°hay esperanza¡±, ya que se est¨¢ produciendo un ¡°cambio¡±. Se refiere a c¨®mo las propias j¨®venes hablan de relaciones ¡°falocentristas¡±; de su conciencia de que la pornograf¨ªa est¨¢ hecha ¡°fundamentalmente para la satisfacci¨®n del deseo sexual¡± de ellos, lo piensa un 52,3% de las mujeres; a que m¨¢s de la mitad de las entrevistadas se define como ¡°totalmente feminista¡± (54,2%) y solo un 5,9% dice ser ¡°nada feminista¡±; o a la cifra sobre bisexualidad, una orientaci¨®n con la que se identifican el 18,5% de las j¨®venes.
¡°Se ratifica la hip¨®tesis de que el feminismo provoca cambios profundos en los discursos y concepciones de las j¨®venes, en particular con lo que tiene que ver la sexualidad, en c¨®mo se desvincula sexo y amor, en c¨®mo son cr¨ªticas a las relaciones patriarcales y violentas en el porno, tambi¨¦n en cuanto a la cosificaci¨®n del cuerpo de las mujeres y en la apertura y normalizaci¨®n a la diversidad sexual¡±. Tambi¨¦n en la necesidad expl¨ªcita que expresan de una educaci¨®n con la que atravesar la adolescencia sin que sean sus amigas y las redes sociales sus fuentes de referencia para resolver dudas, como sucede hasta ahora.
Las encuestadas ponen una nota de 4,4 sobre 10 a la formaci¨®n que han recibido; creen que son los colegios e institutos (un 41,7%) ¡°los principales responsables de impartir la educaci¨®n sexual¡±, por delante del personal sanitario (29,9%) y los progenitores o la familia (25,4%); y si se les pregunta por qu¨¦ temas piensan que ser¨ªa necesario o les hubiera gustado recibir m¨¢s formaci¨®n o informaci¨®n, contestan que sobre violencia y abusos (26,8%), problemas en el sexo (28,4%), prevenci¨®n de enfermedades e infecciones de transmisi¨®n sexual (42%) y, sobre todo, sobre ¡°amor y relaciones¡±, un 49,9%.