Viaje en la panza de un bonito del norte, nadador incansable del Cant¨¢brico a las Azores

En el oc¨¦ano Atl¨¢ntico hay en estos momentos unos 100 bonitos monitorizados. Llevan implantada mediante cirug¨ªa una marca electr¨®nica en el abdomen que archiva todos los movimientos que realizan bajo el mar. Uno de estos ejemplares fue capturado hace varios meses por el pesquero franc¨¦s Vincent Galland a unas 100 millas al sur de la costa de Irlanda. El dispositivo que le hab¨ªa sido colocado 14 meses antes cerca del Abra de Bilbao ha permitido recopilar mucha informaci¨®n sobre el comportamiento de estos t¨²nidos. En poco m¨¢s de un a?o este bonito juvenil recorri¨® unos 11.000 kil¨®metros, nad¨® hasta el oeste de las islas Azores para hibernar y regres¨® al golfo de Vizcaya en verano para alimentarse. I?igo Onaindia, investigador marino de AZTI (centro cient¨ªfico y tecnol¨®gico especializado en el medio marino y la alimentaci¨®n), fue quien le coloc¨® una micromarca al bonito a mediados de 2019: ¡°Es el primer caso que nos ha permitido ahora aumentar el conocimiento cient¨ªfico sobre esta especie. Tenemos registrado un a?o completo de vida y ya podemos saber cu¨¢l es la ruta migratoria que realizan estos peces¡±.

Onandia, experto en gesti¨®n pesquera sostenible, pesc¨® el bonito en julio de 2019 a bordo del bote de pesca de su padre Rom¨¢n. Entonces pesaba cerca de siete kilos y med¨ªa 70 cent¨ªmetros. Lo devolvi¨® al mar a unas 12 millas de la costa vasca, despu¨¦s de colocarle un ordenador min¨²sculo en la cavidad ventral. El artilugio ha ido registrando todo el periplo migratorio que ha cubierto hasta su recaptura un a?o y dos meses despu¨¦s. Al cabo de ese tiempo, el at¨²n blanco dio un peso de 11,6 kilos y creci¨® hasta los 85 cent¨ªmetros. ¡°El bonito ha permanecido en verano en el golfo de Bizkaia, adonde estos ejemplares suelen acudir para comer anchoas juveniles en los cantiles [el talud que forma la plataforma continental]¡±, explica el investigador. ¡°Estos peces se quedan hasta noviembre y toman la ruta hacia las Azores para quedarse durante todo el invierno en zonas atl¨¢nticas muy lejanas y a grandes profundidades. En mayo o junio regresan a esta zona de la costa porque son muy fieles con los sitios que han frecuentado¡±.

Memoria

El an¨¢lisis de los datos obtenidos del microchip permite concluir que los bonitos tienen memoria: ¡°Repiten su migraci¨®n al golfo de Bizkaia porque les resulta rentable venir aqu¨ª. En realidad, a todo el mundo le gusta venir aqu¨ª para comer bien¡±, comenta jocosamente Onandia. ¡°En el caso que nos ocupa, tenemos la suerte de que se han dado las mejores condiciones para estudiar su comportamiento: el pez ha sido pescado dos veces, una para insertarle la se?al y otra para extra¨¦rsela. El pesquero avis¨® del hallazgo y, adem¨¢s, la marca contiene la ficha completa del pez¡±. Los cient¨ªficos hab¨ªan registrado las migraciones de una veintena de bonitos, pero no eran muy v¨¢lidos para la investigaci¨®n marina, porque s¨®lo hab¨ªan dejado un rastro de 15 o 20 d¨ªas entre captura y captura, ninguno con un periplo tan largo como el que ha quedado registrado ahora.

El marcado del thunnus alalunga (at¨²n blanco o bonito) est¨¢ contemplado en un programa de investigaci¨®n de la Comisi¨®n Internacional para la Conservaci¨®n del At¨²n Atl¨¢ntico (ICCAT), financiado por la UE, que persigue conocer la biomasa de esta poblaci¨®n para favorecer una pesca m¨¢s sostenible de los t¨²nidos. En los puertos y cofrad¨ªas pesqueras del arco atl¨¢ntico se distribuyen folletos en los que se informa, entre otros aspectos, de los 1.000 euros que se conceden como recompensa econ¨®mica por la entrega de un pez marcado. Este programa europeo prev¨¦ colocar 150 dispositivos electr¨®nicos, de los que ya se han puesto un centenar. De estos han sido recapturados seis bonitos. Onandia explica que a otros 20 o 30 bonitos se les implantar¨¢, tambi¨¦n mediante cirug¨ªa, una marca sat¨¦lite (pop-up), un dispositivo que se suelta autom¨¢ticamente del cuerpo del pez y sale a flote, desde donde emite los datos almacenados v¨ªa sat¨¦lite a una estaci¨®n terrestre.

El bonito del norte, tambi¨¦n conocido como el pr¨ªncipe azul del mar, es un pez de ¡°nataci¨®n obligatoria¡±, comenta Onandia: ¡°No para nunca porque necesita nadar para que haya flujo de agua continuamente en sus agallas¡±. La gr¨¢fica de la ruta migratoria del bonito recuperado ahora muestra que ha realizado unas 6.000 millas n¨¢uticas en los 14 meses que llev¨® colocada la marca. ¡°Esto no quiere decir que todos los bonitos hagan lo mismo, no nos permite generalizar, pero es representativo del ciclo de vida que tienen. Los bonitos juveniles no son sexualmente maduros hasta que cumplen cuatro a?os aproximadamente y suelen pesar entre 10-12 kilos. Cuando maduran y pasan a ser reproductores realizan desplazamientos m¨¢s largos. En AZTI tienen constancia de un bonito que fue localizado en las costas de Venezuela, posiblemente porque suelen acudir a reproducirse al mar de los Sargazos, en el Atl¨¢ntico septentrional.

El estudio migratorio de esta especie marina es fundamental, dice el investigador Onandia, para gestionar adecuadamente las capturas anuales de este recurso. La pesca del bonito representa el 60% de los ingresos anuales para los cerca de 400 barcos del Cant¨¢brico. La flota espa?ola tiene asignada esta campa?a una cuota de 18.126 kilos.