El perfil de la pobreza en Espa?a: uno de cada tres trabaja y uno de cada seis tiene educaci¨®n superior
Hay m¨¢s de 13 millones de personas en situaci¨®n vulnerable, son 380.000 m¨¢s que antes de la pandemia, seg¨²n un informe que analiza las cifras oficiales
El perfil de las personas pobres est¨¢ cambiando. Un alto nivel educativo o tener un trabajo siguen siendo factores de protecci¨®n, pero han dejado de ser garant¨ªas para evitar la exclusi¨®n. Carmen prefiere usar un nombre ficticio. Lleva todo el d¨ªa en entrevistas de trabajo. Tiene 44 a?os y hace tres meses que perdi¨® su empleo, tras acab¨¢rsele un contrato de cinco meses como cajera de un supermercado. Es licenciada en Administraci¨®n de Empresas, pero no encuentra nada de lo suyo desde hace un a?o. La ¨²nica persona que trabaja en su hogar es su marido, pero los 1.400 euros de su sueldo no alcanzan para que su familia, de cuatro miembros, logre llegar a fin de mes. En Espa?a, una de cada tres personas (34%) que viven bajo el umbral de la pobreza cuenta con un empleo, seg¨²n el informe que la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusi¨®n Social en Espa?a (EAPN-ES) ha presentado este viernes. Y una de cada seis (16%) tiene educaci¨®n superior.
El problema es que la pandemia se solapa con una crisis no resuelta. As¨ª lo explica Juan Carlos Llano, el soci¨®logo y coordinador del estudio que esta red, que agrupa a 8.000 ONG, publica anualmente, en el que se analizan los datos oficiales y se traza una completa radiograf¨ªa de la poblaci¨®n vulnerable en Espa?a. El a?o pasado hab¨ªa 13,1 millones de personas (el 27,8% de la poblaci¨®n espa?ola) en riesgo de pobreza o exclusi¨®n social, es decir, que viven bajo el umbral de la pobreza (para una persona sola, ingresar menos de 9.535 euros anuales), sufren carencia material o presentan baja intensidad de empleo. Son 380.000 m¨¢s que en 2020. Sin el escudo social aprobado por el Gobierno, podr¨ªan haber sido un mill¨®n y medio m¨¢s, seg¨²n destaca el estudio.
Pese a las medidas adoptadas, como los ERTE o el ingreso m¨ªnimo vital, Espa?a se sit¨²a una vez m¨¢s a la cola de la Uni¨®n Europea. Tan solo Rumania, Bulgaria y Grecia est¨¢n en peor posici¨®n. Llano asegura que la situaci¨®n iba mal ya antes de la irrupci¨®n de la covid, ¡°que no deber¨ªa entenderse como una nueva crisis en s¨ª misma, sino como un fen¨®meno que cae sobre los rescoldos de otra a¨²n no resuelta¡±. Los m¨¢s pobres no llegaron a recuperarse, por mucho que ¡°el PIB volviera a los valores previos a 2008¡å. En los ¨²ltimos a?os, se ha agudizado el problema de quienes, pese a tener empleo, o trabajan muchas menos horas de las que desear¨ªan o tienen sueldos muy bajos. ¡°Si el trabajo no consigue que alguien est¨¦ por encima del umbral de pobreza, no cumple con su funci¨®n social¡±, sostiene Carlos Sus¨ªas, presidente de EAPN en Espa?a.
Carmen lleg¨® de Venezuela hace dos a?os. All¨ª estudi¨® y trabaj¨® en bancos como ejecutiva de cuentas. Aqu¨ª, sin embargo, no logra un empleo estable. La agobiante situaci¨®n que viv¨ªa en casa la llev¨®, antes de conseguir el contrato temporal en el supermercado, a pedir comida a C¨¢ritas. Ahora la angustia para poder llenar la nevera ha vuelto. La mitad del salario de su marido se va al alquiler. El 36,2% de quienes viven bajo el umbral de la pobreza destinan m¨¢s del 40% de sus ingresos a la vivienda. As¨ª las cosas, con 700 euros en casa de Carmen tienen que pagar la luz, el agua, la comida, el transporte. Los n¨²meros no les salen. ¡°Tenemos 10 euros en la cuenta¡±, dice a mitad de mes, cuando a¨²n quedan dos largas semanas hasta que le ingresen la n¨®mina a su marido. ¡°No tenemos m¨¢s porque ya se han cobrado los suministros, el alquiler, ya se ha cobrado todo¡±. Si en un par de semanas no consigue empleo, tendr¨¢ que volver a pedir ayuda. Mientras camina por la calle hacia su casa, cuenta que todos los meses se repite la misma historia, su cuenta bancaria acaba en cero.
Su caso no es aislado. Una de cada 10 personas con educaci¨®n superior ¡ªun t¨ªtulo universitario o una FP de grado superior¡ª est¨¢ en riesgo de pobreza (10,6%). En 2008 eran el 7,2%. El estudio constata que la crisis anterior ya golpe¨® al colectivo, y que la recuperaci¨®n econ¨®mica ¡°no supuso una mejora en sus cifras¡±, seg¨²n se lee en el informe. Sin embargo, pese a este incremento, siguen siendo el segmento de poblaci¨®n m¨¢s protegido. Tres de cada 10 personas con estudios primarios o inferiores viven bajo el umbral de la pobreza; mientras que de los que tienen la Educaci¨®n Secundaria Obligatoria, el 25,8% y de los que han estudiado el bachillerato, el 20,4%.
La precariedad laboral
Pero el problema es mucho m¨¢s que educativo. El empleo, en palabras del soci¨®logo que coordin¨® el estudio, deber¨ªa permitir vivir con dignidad. Y esta no es la realidad en Espa?a. Las cifras muestran ¡°una insuficiencia en las estrategias tradicionales de protecci¨®n y lucha contra la pobreza¡±, se afirma en el comunicado difundido por EAPN. Quienes est¨¢n en paro siguen llev¨¢ndose la peor parte (el 58,6 % est¨¢ en riesgo de pobreza o exclusi¨®n social), pero preocupa la precariedad laboral, apunta el presidente de esta red de ONG.
Lo que es indiscutible, afirma Llano, es que ¡°el empleo y la titulaci¨®n son importantes¡±, pero ya ¡°no suficientes¡±. C¨¢ritas tambi¨¦n constata que buena parte de las familias a las que ayuda tiene trabajo. Ra¨²l Flores, coordinador de estudios de esta entidad, indica que muchos tienen jornadas parciales. ¡°La inestabilidad laboral grave hace que esas familias sean incapaces de generar unos ingresos que les permitan llegar a final de mes y la tranquilidad de poder proyectar su vida a cuatro, cinco o seis meses¡±, explica.
Aunque la poblaci¨®n con dificultades para llegar a final de mes cae ligeramente respecto al a?o pasado, siguen siendo casi la mitad de los ciudadanos (el 44,9%). Y la desigualdad se ha acentuado: la renta del 10% m¨¢s rico del pa¨ªs multiplica por 11,8 la del 10% m¨¢s pobre. Llano se?ala que el problema de la exclusi¨®n en Espa?a es ¡°muy grande y preocupante¡±.
Carmen no habla de grandes n¨²meros. Solo sabe que ha llegado a su casa, un d¨ªa m¨¢s, despu¨¦s de casi cuatro horas en las que ha ido encadenando entrevistas para encontrar trabajo. De nuevo, sin ¨¦xito. Va reduciendo gastos. Ir al cine es impensable, incluso se plantea qu¨¦ salidas hacer con su hijo: pagar el transporte es demasiado para ellos. Ahora mismo, comprar ropa tambi¨¦n lo es. As¨ª pasa de mes a mes. ¡°Hay que reducir al m¨¢ximo¡±. Si surge un imprevisto, conf¨ªan en sus amigos. No tienen familia en Espa?a. Mientras, sigue buscando trabajo. ¡°De lo que sea¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.