Cuatro horas a la b¨²squeda de los ¡®sin techo¡¯ en Euskadi: la mayor¨ªa hombres, j¨®venes y magreb¨ªes y apenas 33 mujeres entre los 661 localizados
Educadores y voluntarios censan a 661 personas sin hogar en una noche en Euskadi para un estudio del Gobierno vasco
Son cuatro horas de noche cerrada recorriendo las calles y los lugares m¨¢s rec¨®nditos del Pa¨ªs Vasco. Educadores de calle, trabajadores especializados en integraci¨®n social y muchos voluntarios, hasta un total de 680 personas, han peinado las tres capitales y los 20 municipios vascos m¨¢s poblados para localizar a las personas que no tienen techo y duermen a la intemperie, algunos en soportales, otros bajo una autopista, en chabolas, en edificios industriales ruinosos¡ El recuento concluye que 661 personas viven en un...
Son cuatro horas de noche cerrada recorriendo las calles y los lugares m¨¢s rec¨®nditos del Pa¨ªs Vasco. Educadores de calle, trabajadores especializados en integraci¨®n social y muchos voluntarios, hasta un total de 680 personas, han peinado las tres capitales y los 20 municipios vascos m¨¢s poblados para localizar a las personas que no tienen techo y duermen a la intemperie, algunos en soportales, otros bajo una autopista, en chabolas, en edificios industriales ruinosos¡ El recuento concluye que 661 personas viven en una situaci¨®n de ¡°exclusi¨®n social severa¡± en esta comunidad, seg¨²n el reciente informe difundido por el Gobierno vasco. Es una foto incompleta, porque muchos prefieren ser invisibles en las estad¨ªsticas. ¡°Sabemos que hay m¨¢s, pero es lo m¨¢s aproximado a la realidad oculta del sinhogarismo¡±, afirma Santi Mart¨ªnez, responsable de la asociaci¨®n Goiztiri y encargado del muestreo realizado en Sestao y Barakaldo (Bizkaia).
El registro de las personas sin hogar se realiz¨® entre las diez de la noche del 26 de octubre y las dos de la madrugada del 27. El equipo de observadores (el 65% mujeres) rastre¨® por parejas los 23 principales n¨²cleos de poblaci¨®n del Pa¨ªs Vasco, que representan el 66% de la poblaci¨®n residente. ¡°Nuestra misi¨®n es localizar a gente que duerme en la calle, sabiendo que no podemos llegar a algunas zonas donde es peligroso meterse y tienen un acceso complicado. Hay que tener en cuenta que quienes deciden dormir en la calle suelen elegir sitios donde resulta dif¨ªcil encontrarles. Muchos est¨¢n muy escondidos¡±, explica Pablo Ruiz, de la asociaci¨®n contra la exclusi¨®n Bizitegi, de Bilbao.
El estudio sobre la situaci¨®n de las personas en situaci¨®n de exclusi¨®n residencial grave de Euskadi, encargado por el Departamento de Pol¨ªtica Social, es el sexto que se realiza desde 2012 con la misma metodolog¨ªa, aunque sus resultados no son comparables con el anterior, realizado en 2020 en pleno confinamiento domiciliario decretado durante el estado de alarma por la pandemia del coronavirus. El informe recoge un aumento significativo de este fen¨®meno, especialmente en San Sebasti¨¢n y Bilbao, donde esa noche fueron localizadas 220 y 251 personas (el 71,3% del total), respectivamente, una cantidad superior a los 101 y 214 encontrados en el estudio que se hizo en 2018 en esas ciudades. En 12 de los 20 municipios se observ¨® un incremento y en cinco localidades no se hall¨® a nadie en la calle. De las 661 personas contabilizadas, 613 eran hombres, 33 mujeres y en otros 15 casos no pudo determinarse el sexo.
J¨®venes magreb¨ªes
Raquel Sanz, soci¨®loga del Centro de Documentaci¨®n y Estudios SiiS, es una de las voluntarias que se pate¨® la capital guipuzcoana y participa en la elaboraci¨®n de un informe m¨¢s amplio sobre esta realidad que se publicar¨¢ en 2023 con los datos obtenidos ahora: ¡°Este recuento se centra en las personas sin techo y no incluye a las personas que est¨¢n atendidas en recursos sociales con alojamiento. La realidad que nos hemos encontrado este a?o es que, adem¨¢s de los aut¨®ctonos que llevan muchos a?os viviendo en la calle, ha crecido el n¨²mero de j¨®venes varones de origen magreb¨ª, procedentes casi todos de Marruecos y Argelia, que est¨¢n en una situaci¨®n administrativa irregular y se echan a la calle porque no encuentran una salida. Hay quienes quieren quedarse aqu¨ª y otros que est¨¢n de paso busc¨¢ndose la vida¡±.
Pablo Ruiz tiene la misma percepci¨®n: ¡°Esa noche te encuentras tanto a los que se han visto abocados a la calle por un c¨²mulo de fracasos personales como a j¨®venes extranjeros que vienen a buscarse la vida y a¨²n no han encontrado una oportunidad¡±. Santi Mart¨ªnez apunta que ¡°cada vez son m¨¢s los magreb¨ªes que han salido del sistema de tutela de la Diputaci¨®n y deciden dormir en grupo en la calle, en chabolas¡ Se levantan por la ma?ana y acuden a un centro para estudiar espa?ol, porque saben que las oportunidades pueden llegar por ah¨ª. Con el cambio de reglamento de la ley de Extranjer¨ªa, el arraigo se puede conseguir con dos a?os de formaci¨®n reglada. Son conscientes de que la formaci¨®n es una puerta hacia la inclusi¨®n¡±.
¡°Seguramente, algunos ya sab¨ªan que esa noche ¨ªbamos a hacer el recuento e hicieron lo posible para no ser descubiertos. Por eso nos habremos encontrado con menos personas de las que realmente viven en la calle¡±, cuenta el representante de Bizitegi. Y a?ade que ¡°son personas que duermen a la intemperie a las que en cierta medida estamos violando su intimidad y se pueden asustar. Intentamos reducir ese impacto que supone acercarse a su refugio. Esto lo cuidamos mucho. Tambi¨¦n influye que vamos a partir de las diez de la noche y a esas horas algunos no se han ido a dormir y siguen deambulando por la ciudad¡±.
El encuentro entre los sin techo y los voluntarios es ¡°cordial¡±, coinciden todos: ¡°Nosotros vamos con nuestros criterios occidentales, con el ¨¢nimo de mantener el anonimato y nos encontramos con que la gente quiere lo contrario. Nos dan su nombre y esperas que les tengan en cuenta. Es un poco triste porque, al vernos, algunos tienen la expectativa de que ese contacto va a tener un efecto directo en una mejora de su situaci¨®n. Y no es as¨ª. Nuestro objetivo es hacer una investigaci¨®n, no asistirles¡±, comenta Raquel Sanz.
¡°661 individuos durmiendo en la calle son ¡°demasiados¡±, reconoce la consejera de Pol¨ªtica Social, Beatriz Artolazabal. Atribuye el aumento de este fen¨®meno a ¡°las consecuencias de la covid-19 y la guerra de Ucrania¡± y lo equipara al incremento del sinhogarismo que se est¨¢ dando en las principales capitales europeas. El Ejecutivo aut¨®nomo apunta que para responder a esta realidad se han activado este a?o 58 millones adicionales al presupuesto destinado a la atenci¨®n a personas en situaci¨®n de exclusi¨®n social y en 2023 se aumentar¨¢ en un 60% los 15 millones de euros destinados al modelo vasco de acogida.
El ¨²ltimo sondeo del Instituto vasco de Estad¨ªstica (Eustat) sobre las personas sin hogar, hecho p¨²blico el 19 de octubre, cifra en 4.456 las personas sin techo que son atendidas en centros de alojamiento y en comedores sociales que ofrecen el Gobierno vasco y las tres diputaciones forales. El volumen de gente se ha duplicado con respecto a 2012 (eran 2.090 personas) y crece el n¨²mero de extranjeros, que ya representan el 72,4% del total. El INE ha cuantificado en 28.552 los individuos que acudieron a centros de alojamiento y restauraci¨®n, un 24,5% m¨¢s que hace 10 a?os. El recuento de calle, en cambio, precisa Raquel Sanz, se fija solamente en aquellos que no acuden a esos recursos sociales y optan por vivir en la calle.
Los observadores que buscan a los sin techo se presentan con un cuestionario con una treintena de preguntas orientadas a conocer la situaci¨®n administrativa de estas personas, su estado de salud o sus relaciones sociales. La soci¨®loga del SiiS confirma que son ¡°bien recibidos, sin ninguna hostilidad¡± y ¡°no hay sensaci¨®n de inseguridad¡±. Pablo Ruiz indica que ¡°la mayor¨ªa reacciona con amabilidad, agradece la atenci¨®n que le das, aunque algunos se asustan¡±. ¡°El trato es bueno y cordial¡±, a?ade. Vive as¨ª la experiencia: ¡°Siento que estoy violando su intimidad, sobre todo si te presentas cuando est¨¢ cerca del momento de echarse a dormir. Me siento mal porque voy a hacerles unas preguntas sin tener nada m¨¢s que ofrecerles. Solo puedo ofrecerles un poco de conversaci¨®n en ese momento, y eso me parece muy poco¡±.