Los m¨¦dicos rechazan los vientres de alquiler salvo en ¡°casos muy excepcionales¡± aprobados por Sanidad
El nuevo C¨®digo Deontol¨®gico, presentado en el Congreso en plena tormenta por el caso Ana Obreg¨®n, es compatible con lo establecido por la Ley de Reproducci¨®n Asistida
Los m¨¦dicos espa?oles rechazan los vientres de alquiler como t¨¦cnica de reproducci¨®n asistida, de acuerdo con la ley vigente, aunque la nueva versi¨®n del C¨®digo de Deontolog¨ªa M¨¦dica aprobada por el Consejo General de Colegios Oficiales de M¨¦dicos y presentada este jueves por la tarde en el Congreso de los Diputados deja una puerta abierta en ¡°casos muy excepcionales relacionados con la salud de la madre, sin ninguna contraprestaci¨®n econ¨®mica y con el control de la comisi¨®n competente del Ministerio de Sanidad¡±. As¨ª lo ha explicado a EL PA?S Juan Jos¨¦ Send¨ªn, vocal de la Comisi¨®n Central de Deontolog¨ªa del Consejo.
La casualidad ha llevado a que la presentaci¨®n en el Congreso del nuevo C¨®digo, prevista desde hace semanas, haya coincidido con el intenso debate social y pol¨ªtico causado por el anuncio de la presentadora de televisi¨®n Ana Obreg¨®n de que, a sus 68 a?os, se ha acogido a esta t¨¦cnica en Florida (Estados Unidos), donde, a diferencia de Espa?a, esta t¨¦cnica es legal.
El C¨®digo dedica un art¨ªculo, el 65, al tema de los vientres de alquiler, a lo que denomina ¡°gestaci¨®n por sustituci¨®n¡±, el mismo t¨¦rmino utilizado por la Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre T¨¦cnicas de Reproducci¨®n Humana Asistida. En su punto 1, el texto recoge: ¡°La gestaci¨®n por sustituci¨®n con contraprestaci¨®n econ¨®mica es contraria a la Deontolog¨ªa M¨¦dica. La comercializaci¨®n del cuerpo de la mujer vulnera su dignidad¡±.
El punto 2, por su parte, sostiene: ¡°La gestaci¨®n por sustituci¨®n altruista no es contraria a la Deontolog¨ªa M¨¦dica siempre que se preserve la dignidad de la mujer y el inter¨¦s superior del menor, con la regulaci¨®n oportuna y el control de la Comisi¨®n Nacional de Reproducci¨®n Humana Asistida¡±.
Esta Comisi¨®n est¨¢ formada por el Ministerio de Sanidad, representantes de las comunidades, miembros de sociedades cient¨ªficas, el Comit¨¦ de Bio¨¦tica de Espa?a y organismos como la Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes, entre otros. Su funci¨®n es ¡°asesorar y orientar sobre la utilizaci¨®n de las t¨¦cnicas de reproducci¨®n humana asistida y a contribuir a la actualizaci¨®n y difusi¨®n de los conocimientos cient¨ªficos¡±, seg¨²n la regulaci¨®n.
Ahora, al calor de la pol¨¦mica provocada por el caso Ana Obreg¨®n, los m¨¦dicos temen que la redacci¨®n de este ¨²ltimo punto pueda dar lugar a equ¨ªvocos y quieren tomar distancia del debate pol¨ªtico impulsado por el PP, que se ha mostrado a favor de abrir un debate ¡°sosegado y serio¡± sobre la regulaci¨®n de los vientres de alquiler, tambi¨¦n en su caso sin contraprestaciones econ¨®micas.
¡°Nosotros no podemos ni debemos entrar en el debate pol¨ªtico. El C¨®digo fue redactado el a?o pasado y aprobado en diciembre. Es el documento que establece el marco deontol¨®gico que debe cumplir la pr¨¢ctica m¨¦dica. Y en este marco, en el que pueden producirse situaci¨®n es muy extraordinarias relacionadas con la salud de la madre y la investigaci¨®n, y siempre teniendo en cuenta el inter¨¦s superior del beb¨¦ y la dignidad de la mujer, lo que decimos es que si un m¨¦dico participa en el proceso bajo control de la Comisi¨®n, es decir, de la autoridad competente, no est¨¢ contraviniendo la deontolog¨ªa m¨¦dica¡±, explica Send¨ªn.
Aunque con otras palabras, el C¨®digo deontol¨®gico viene a recoger lo que ya dice la Ley sobre T¨¦cnicas de Reproducci¨®n Humana Asistida. Esta, en su Anexo, solo reconoce tres t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida legales en Espa?a: ¡°la inseminaci¨®n artificial¡±, ¡°la fecundaci¨®n in vitro e inyecci¨®n intracitopl¨¢smica de espermatozoides con gametos propios o de donante y con transferencia de preembriones¡± y ¡°la transferencia intratub¨¢rica de gametos¡±.
El art¨ªculo 2.2 de la ley, sin embargo, tambi¨¦n recoge que ¡°la aplicaci¨®n de cualquier otra t¨¦cnica no relacionada en el anexo requerir¨¢ la autorizaci¨®n de la autoridad sanitaria correspondiente, previo informe favorable de la Comisi¨®n Nacional de Reproducci¨®n Humana Asistida, para su pr¨¢ctica provisional y tutelada como t¨¦cnica experimental¡±.
E incluye un art¨ªculo, el 10, titulado ¡°Gestaci¨®n por sustituci¨®n¡±, que contempla algunos aspectos que deber¨¢n cumplirse en el caso de que la Comisi¨®n decida autorizar estos casos excepcionales. El punto 1 del art¨ªculo establece que ¡°ser¨¢ nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestaci¨®n, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiaci¨®n materna a favor del contratante o de un tercero¡±, y el punto 2 que ¡°la filiaci¨®n de los hijos nacidos por gestaci¨®n de sustituci¨®n ser¨¢ determinada por el parto¡±.
En la pr¨¢ctica, esta redacci¨®n viene a hacer imposible lo que es com¨²nmente conocido como ¡°gestaci¨®n subrogada¡±, ya que esta contempla que la mujer gestante renuncia a la filiaci¨®n del beb¨¦ en favor de la que pasar¨ªa a ser su madre legal, aunque la ley (y el C¨®digo Deontol¨®gico) no van m¨¢s all¨¢ en este aspecto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.