El lujo de conciliar con hijos en verano: ¡°Es un puzle dif¨ªcil de encajar¡±
Los padres deben encontrar alternativas para el cuidado de sus hijos si no pueden disfrutar de vacaciones en el mismo periodo que ellos. Afrontar este desembolso no supone lo mismo para las familias con m¨¢s ingresos que para aquellas con menos recursos


El verano es sin¨®nimo de vacaciones, de volver al pueblo o de escaparse a un destino paradisiaco con familia o amigos. Pero no es solo eso. Para muchos padres, las vacaciones escolares son una pesadilla financiera y log¨ªstica y uno de los momentos m¨¢s estresantes del a?o. Para muchos ni?os, son meses de calor, aburrimiento, m¨®viles y videojuegos, e incluso soledad. ¡°El verano es un gran reto en t¨¦rminos de conciliaci¨®n¡±, resume Carmela del Moral, responsable de Pol¨ªticas de Infancia en Save the Children, y recuerda que en Espa?a los escolares tienen vacaciones desde mediados de junio hasta pr¨¢cticamente mediados de septiembre. Son once semanas, muchas m¨¢s de las que los progenitores o cuidadores principales suelen tener. ¡°?C¨®mo se cubre este reto? ?Qu¨¦ hacemos con nuestros hijos? Pues depende de la familia. Hay padres que tienen m¨¢s tiempo libre, padres que cuentan con una red familiar que se puede hacer cargo de los ni?os (el manido recurso a los abuelos), y padres que acuden a servicios como campamentos, colonias, clases de verano, estancias en el extranjero y dem¨¢s. Hay otros que simplemente se ven obligados a dejar a sus hijos solos¡±, detalla, sobre el quebradero de cabeza que supone para las familias conciliar durante las vacaciones.
¡°A m¨ª me encanta pasar tiempo con mis hijos en verano, pero es cierto que la log¨ªstica no es nada f¨¢cil y que todo es car¨ªsimo¡±, comparte Claudia Schneider (Barcelona, 53 a?os), madre de Trist¨¢n (16) y Tiziana (12). Reconoce que lo tiene menos complicado que otros, pues su marido, que es editor, puede teletrabajar desde cualquier lugar y ocuparse de los ni?os. ¡°Tiziana ha estado con ¨¦l y con mi hermana en Rosas [Girona], pero ahora est¨¢ conmigo en Barcelona, y Trist¨¢n tiene campeonatos de waterpolo por Espa?a. Yo me quedo aqu¨ª porque tengo que trabajar hasta mediados de julio¡±, explica Schneider sobre la organizaci¨®n familiar en el arranque de las vacaciones escolares. ¡°Ahora mi ni?a se ir¨¢ de colonias con su escuela de baile. All¨ª combinan danza, canto e interpretaci¨®n con actividades de ocio, juegos, piscina. ?Le encanta!¡±, celebra esta arquitecta y cantante de ¨®pera que advierte, sin embargo, que son ocupaciones caras. ¡°Son 600 euros por una semana, ?es una barbaridad! Para costear estas cosas, yo dejo de pagar aut¨®nomos en los meses de verano. Si no lo hiciera, no podr¨ªamos¡±, dice, y calcula que ella y su marido invierten 1.500 euros al mes en conciliaci¨®n familiar veraniega. ¡°Es un puzle dif¨ªcil de encajar¡±.

¡°La conciliaci¨®n en verano es un privilegio pagado por aquellas familias que se lo pueden permitir¡±, expone Laura Baena, de Malasmadres, una comunidad que aglutina a m¨¢s de un mill¨®n de seguidoras en defensa de la conciliaci¨®n. El coste de los campamentos, dice, oscila desde los 100 euros mensuales ¡ªpara familias que por sus circunstancias pueden acceder a plazas p¨²blicas (que son pocas) o para familias que viven en provincias donde los ayuntamientos organizan actividades, incluso gratuitas, para los m¨¢s peque?os¡ª hasta los 600 euros mensuales, en campamentos no subvencionados en grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Seg¨²n el c¨¢culo realizado por Affac (Associacions Federades de Fam¨ªlies d¡¯Alumnes de Catalunya), se estima que una familia promedio con dos hijos destina aproximadamente entre 800 y 1.000 euros para resolver la conciliaci¨®n veraniega.
Cova Berj¨®n, portavoz de la Asociaci¨®n Nacional de Empresas de Actividades y Campamentos (ANEACAM) ¡ªque representa a m¨¢s de 1.000 entidades relacionadas con el ocio y tiempo libre y proporciona participaci¨®n a una media de cuatro millones de ni?os en Espa?a¡ª, explica que el sector factur¨® 370 millones de euros en 2022. Lo que m¨¢s se demanda, dice, son campamentos de multiaventura, multideporte y naturaleza. Pero tambi¨¦n los espec¨ªficos para ni?os que durante el curso escolar practican un hobby, como la h¨ªpica el o golf, y quieren perfeccionarlo en verano, y los campamentos ling¨¹¨ªsticos.
Los abuelos canguro
¡°Como todo es tan caro, los abuelos se convierten en la primera opci¨®n para muchas familias¡±, afirma una portavoz de la Federaci¨®n Espa?ola de Familias Numerosas (FEFN). ¡°Pero no deber¨ªa ser as¨ª, porque cuidar todos los d¨ªas de los ni?os es una carga de trabajo y una responsabilidad que no deber¨ªamos dar a los abuelos. Ellos est¨¢n para pasar ratos juntos en los que disfrutar, para que se creen esos v¨ªnculos que son tan importantes y que vemos que son muy necesarios, pero no un mes o dos meses desde la ma?ana a la tarde (o incluso noches si les mandamos con ellos fuera) con esa responsabilidad de hacer de padres¡±, asegura.
Bel¨¦n Casta?eda (Santander, 66 a?os) y su marido, Jos¨¦ Mar¨ªa, son de esos abuelos. Cuidan de su nieta Valeria, de tres a?os, durante todo el verano. Como hijo y nuera trabajan, ellos llevan a la ni?a en coche a la guarder¨ªa de verano, que cuesta 300 euros, y la van a recoger. ¡°Cuando la recogemos, nos la llevamos a tomar el verm¨². Nos tomamos unas patatas fritas, unas aceitunas, pasamos un rato agradable los tres. Pero nuestra vida ya est¨¢ dedicada completamente a ella. Se acabaron las comidas con amigos y los viajes con el Imserso... Se termin¨® nuestra vida. Con gusto, eh, pero se termin¨®¡±, cuenta esta abuela. ¡°?Me preguntas por la conciliaci¨®n? Le pongo un cero. La cosa est¨¢ fatal. Sueldos bajos, horarios mal¨ªsimos, cero facilidades¡±, se queja. ¡°Es que no podemos ni ponernos malos, porque qu¨¦ pasa con la ni?a. Dejar¨ªamos a sus padres con el culo al aire¡±, termina.
Brecha socioecon¨®mica
La conciliaci¨®n veraniega es un problema de organizaci¨®n y econom¨ªa familiar, pero tambi¨¦n de igualdad de oportunidades. Para el 20% de la poblaci¨®n m¨¢s pobre, el coste de criar a sus hijos ¡ªestimado en un promedio de 672 euros mensuales¡ª supera directamente sus ingresos: casi 900.000 hogares no pueden cubrirlo, incluso si destinan todos sus recursos a ello, seg¨²n un informe de Save The Children. La inflaci¨®n est¨¢ empeorando a¨²n m¨¢s esta ya complicada situaci¨®n: mientras que el desembolso asociado a los hijos aument¨® un 11,3% desde 2018 hasta 2022, el coste de las actividades de ocio y los juguetes se ha disparado hasta un 25%. ¡°Esta cifra sube en verano¡±, dice Del Moral. Al final, muchos padres se ven obligados a dedicar sus sueldos completos a mantener a sus hijos cuidados en el periodo estival.
Mar¨ªa Estela Mendoza (Cochabamba, Bolivia, 57 a?os) y Lina Marcela Lem¨®s (Palmira, Colombia, 32) son, como Schneider, madres de dos ni?os. De 16 y 12 a?os y de 10 y 3, respectivamente. Pero sus situaciones son completamente distintas a la de la arquitecta. Mendoza y Lem¨®s est¨¢n divorciadas y son trabajadoras de la limpieza en oficinas, residencias de mayores y domicilios particulares. La primera en Barcelona y la segunda en Valencia. Adem¨¢s, no tienen una red familiar ¡ªni abuelos, ni t¨ªos, ni primos¡ª en Espa?a. ¡°Antes, cuando contaba con el sueldo de mi exmarido, pod¨ªa permitirme pagar a una persona que cuidase de mis hijos en verano. Me costaba unos 300 euros. Ahora ser¨ªa imposible¡±, comparte Mendoza, que calcula que en un verano normal ¡ªjunio, julio y agosto¡ª se puede gastar, en conciliaci¨®n, unos 1.500 euros. Este ser¨¢n unos 6.000, que lleva cinco a?os ahorrando, pues viajan los tres a Bolivia a visitar a abuelos y familia.

Lem¨®s, que limpia por las ma?anas y trabaja en un bar por las tardes, s¨ª paga a una persona para que cuide de sus hijos cuando salen de sus escuelas de verano, que dependen de sus colegios y son gratuitas. ¡°Le pago 200 euros al mes a un amigo. Va, los recoge a los dos, y los lleva al parque, o ve pelis en casa con ellos, o juegan. Tambi¨¦n tengo otra amiga de la iglesia que me los cuida cuando lo necesito. Son de confianza¡±, comparte esta colombiana, que calcula que en un mes de verano se puede gastar, como poco, unos 450 euros en conciliaci¨®n.
Aunque ya no necesita su ayuda, porque sus hijos ya son ¡°independientes¡±, Mendoza est¨¢ muy agradecida a todas las mujeres que han cuidado de sus cr¨ªos durante los ¨²ltimos tiempos. ¡°Yo no tengo apoyo familiar de ning¨²n tipo, y siempre he tenido que recurrir a amigas y vecinas. A veces he tenido que picar a su puerta a las cinco de la ma?ana, pues mis trabajos empiezan siempre muy pronto. Les pagaba lo que pod¨ªa y ellas cuidaban de mis ni?os, y les estar¨¦ eternamente agradecida¡±, expresa. De no ser por ellas, o por los casales de Save the Children, asegura, se habr¨ªa visto obligada ¡°a dejar a los ni?os solos, probablemente enganchados a la televisi¨®n¡±.
Por suerte, dice Mendoza, ha encontrado una alternativa a los servicios de cuidado. ¡°Mi hijo lleva dos a?os yendo al casal de verano de Save the Children, y mi hija uno. Son pr¨¢cticamente gratuitos. Est¨¢n all¨ª de nueve de la ma?ana a tres de la tarde y, adem¨¢s de hacer refuerzo escolar y actividades varias, van a la piscina o a la playa, o a ver museos. Aparte de relacionarse con otros ni?os, se lo pasan bien y aprenden. Y les dan comida¡±, cuenta. Las colonias urbanas y campamentos de verano puestos en marcha por la ONG, que apoyan a 2.200 ni?os y ni?as en riesgo de pobreza y exclusi¨®n social, promueven actividades de ocio y culturales, buenos h¨¢bitos alimenticios, apoyo emocional y refuerzo educativo.
Soledad no deseada y ¡®pantallismo¡¯
Seg¨²n explica Del Moral, de Save the Children, no es lo mismo pasar los largos d¨ªas de verano delante de una pantalla que en un entorno l¨²dico y educativo. ¡°Que los menores lo pasen bien y aprendan marca la diferencia cuando en septiembre regresan a los colegios¡±, confirma, pues facilita la interiorizaci¨®n de lo aprendido y evita la p¨¦rdida de h¨¢bitos de aprendizaje y habilidades cognitivas. En Catalu?a, de acuerdo con un estudio elaborado por la organizaci¨®n Educaci¨® 360, 4 de cada 10 ni?os y ni?as de entre 6 y 16 a?os se quedan sin un verano enriquecedor y estimulante.
?Qu¨¦ consecuencias tiene? ¡°Una muy clara es el aumento del pantallismo, es decir, el uso de las pantallas de una manera menos controlada y como pasatiempo. Otra es el olvido veraniego, por la falta de acceso a actividades culturales. Y, otra, la bajada de las actividades deportivas¡±, enumera Del Moral. Adem¨¢s, comenta, la soledad no deseada, ¡°que tambi¨¦n existe en la infancia¡±, aumenta en verano.
En el otro extremo de la pir¨¢mide social est¨¢ la familia de Felipe (nombre ficticio), que vive en Bilbao y prefiere permanecer en el anonimato. Que sus hijos, ahora de 20 y 18 a?os, pasen tiempos solos es algo que este hombre, notario, y su esposa, jueza, siempre han intentado evitar. ¡°En invierno, tenemos la norma de no poner la televisi¨®n a la hora de cenar, para hablar y contarnos el d¨ªa. En verano viajamos, pues en los viajes es cuando m¨¢s conectas, cuando m¨¢s hablas, cuando m¨¢s aprendes del otro¡±, explica. Han estado juntos en Tanzania, Australia, Tailandia, Birmania y Maldivas, entre otros, enumera este padre, que tiene la suerte y el privilegio de poder hacer coincidir sus vacaciones con las de sus hijos.
En su familia, dice, no escatiman en gastos. ¡°Solo en agosto¡±, asegura este padre, ¡°podemos gastarnos unos 40.000 euros¡±. En alquilar una casa en, por ejemplo, Zahara de los Atunes (C¨¢diz) ¡ª¡°queremos que sea grande, con jard¨ªn, piscina y biblioteca¡±¡ª y en comer, beber y moverse ¡°lo que nos apetezca¡±. Es consciente de que es mucho dinero, pero justifica: ¡°Luego, no tenemos ni un duro ahorrado, ni una segunda residencia. Nos lo gastamos todo durante las vacaciones, para estar juntos y disfrutar¡±.
En resumen, tambi¨¦n en verano, asegura Del Moral, de Save the Children, los derechos a la educaci¨®n y al ocio de los ni?os y las ni?as con menos recursos se ven menos protegidos que los de los ni?os que s¨ª tienen recursos. ¡°Es necesaria una conversaci¨®n m¨¢s amplia acerca de la conciliaci¨®n, el mercado laboral y el sistema educativo, pero en lo m¨¢s inmediato lo que hay que asegurar es que todos los ni?os y las ni?as tengan acceso a un ocio educativo de calidad en verano¡±, concluye.
En la misma l¨ªnea, Baena, de Malasmadres, termina: ¡°En Espa?a, los horarios y jornadas laborales no se adaptan a las escolares, entonces las madres renuncian para poder cuidar, cuando deber¨ªa ser el sistema el que asuma esta responsabilidad. Con pol¨ªticas p¨²blicas efectivas, con redes formales del cuidado, con permisos de cuidado retribuidos, con campamentos de verano subvencionados y con opciones laborales como flexibilidad, jornadas continuas o teletrabajo. Estamos ante un sistema fallido, que no quiere frenar la gran renuncia de las madres a la que asistimos imp¨¢vidas¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
