California muestra a Estados Unidos el futuro sin discriminaci¨®n positiva
El Estado, uno de los m¨¢s diversos del pa¨ªs, aboli¨® la medida hace 27 a?os. Muchas organizaciones la han tratado de revivir para mejorar las oportunidades de los estudiantes negros y latinos, principalmente
La mirada de Estados Unidos se ha enfocado en California. La mayor¨ªa conservadora del Tribunal Supremo elimin¨® la discriminaci¨®n positiva de los campus universitarios. Los expertos en Derecho creen que el futuro de las instituciones educativas nacionales se parecer¨¢ mucho al d¨ªa a d¨ªa que viven las universidades del Estado, que vot¨® hace 27 a?os en contra de que la raza sea un factor que determine el ingreso a la educaci¨®n superior p¨²blica. En California, la decisi¨®n adoptada por los togados impactar¨¢ en centros privados como Stanford, la USC (Universidad del sur de California) y la de Pomona.
¡°La discriminaci¨®n positiva no era una respuesta real a los problemas end¨¦micos de por qu¨¦ excluye el sistema educativo¡±, afirma Raquel Aldana, profesora de Derecho de la Universidad de California en Davis. La decisi¨®n de los jueces del Supremo, tras ocho a?os de juicio, tom¨® a pocos por sorpresa en el Estado. El fallo fue la culminaci¨®n de un esfuerzo de d¨¦cadas de una lucha por abolirla. El tema es bien conocido en la escuela donde Aldana imparte c¨¢tedra. En 1973, un ingeniero de 32 a?os demand¨® a la universidad por ¡°discriminaci¨®n invertida¡± despu¨¦s de haber sido rechazado dos a?os seguidos por la escuela de Medicina, pese haber tenido notas superiores a los candidatos previos.
El ingeniero, Allan Bakke, quien es blanco, ten¨ªa impresionantes m¨¦ritos, una de las palabras que resurgen frecuentemente en el debate sobre la discriminaci¨®n positiva. Hab¨ªa formado parte de la Armada y trabajaba en un laboratorio de la NASA cuando se propuso comenzar los estudios para ser m¨¦dico. Bakke present¨® su demanda argumentando que habr¨ªa podido entrar a la escuela si Davis no reservara 16 de sus 100 plazas a candidatos de minor¨ªas raciales. El Supremo le dio la raz¨®n en 1978 y Bakke entr¨® a la universidad con 38 a?os. En 1982 se licenci¨® como anestesi¨®logo. Nunca habl¨® p¨²blicamente del caso que le abri¨® las puertas a Davis.
Aquella decisi¨®n fue un golpe al sistema de cuotas y prohibi¨® que la raza fuera el factor definitivo o exclusivo para ingresar a la educaci¨®n. Se convirti¨® en un precedente a tomar en cuenta en el delicado tejido social de un pa¨ªs diverso. La discriminaci¨®n positiva era parte de ese mosaico, una ¡°herramienta imperfecta¡±, como la llama Aldana, para cambiar un sistema injusto. Los sectores republicanos y conservadores intensificaron desde entonces su ofensiva para borrar la herramienta.
¡°Los latinos son en realidad el objetivo principal detr¨¢s de la ofensiva contra la discriminaci¨®n positiva¡±, se?ala el abogado Thomas Saenz, egresado de Yale con m¨¢ximos honores. ¡°Y eso es porque somos una poblaci¨®n que est¨¢ creciendo, por lo que se nos percibe como una amenaza, mientras que la afroamericana aumenta en menores proporciones¡±, a?ade el presidente del Mexican American Legal Defense and Educational Fund (MALDEF).
La discriminaci¨®n positiva enfrent¨® su campa?a final en California en 1996. Esta fue abanderada por Ward Connerly, un empresario de la construcci¨®n que formaba parte del cuerpo de Gobierno de la Universidad de California, una instituci¨®n fundada a mediados del siglo XIX que tiene hoy m¨¢s de 280.000 alumnos en nueve campus del Estado. Connerly era el vivo retrato del sue?o americano. Una historia de ¨¦xito a pesar de haber nacido en la pobreza m¨¢s extrema de Luisiana y haber quedado hu¨¦rfano a los cuatro a?os. Su ¨¦xito en los negocios subrayaba su mensaje: que las herramientas para corregir la injusticia racial hac¨ªan m¨¢s da?o que el propio racismo. En su biograf¨ªa hay un dato importante. Connerly era un amigo cercano de Pete Wilson, el influyente gobernador republicano, quien fue determinante para que el partido se volcara en la causa, que necesitaba un mill¨®n de firmas para convertirse en un referendo.
Con el 55% de los votos, California enterr¨® el oto?o de aquel a?o la discriminaci¨®n positiva. Desde entonces, la Proposition 209 elimin¨® la posibilidad de que el color de piel o la pertenencia a una etnia sea un factor en la contrataci¨®n. La medida afectaba a todo el servicio p¨²blico, desde las oficinas del Gobierno hasta el sistema de educaci¨®n en todos los niveles, incluidas las prestigiosas Berkeley, UCLA y la red de Cal State. El 76% de la poblaci¨®n latina vot¨® en contra de la propuesta, pero su poder en el electorado era menor al 27% que representa hoy.
Las universidades tuvieron que llevar a cabo varios cambios para hacerse instituciones diversas. Lo que m¨¢s ha ayudado a la causa es la composici¨®n del Estado. M¨¢s de la mitad de los alumnos que egresan de preparatoria son latinos. Siete de cada diez de estos siguen su camino de educaci¨®n superior en escuelas t¨¦cnicas, que ofrecen programas de dos a?os. Solo el 5 o 6% del grupo llega a universidades de ¨¦lite, a pesar de ser el 40% de la poblaci¨®n de la entidad. ¡°?Me vas a decir que eso es justicia racial? No es suficiente. Podemos decir que la Universidad de California tiene diversidad porque educa a muy pocos [el 8% de los estudiantes del Estado], pero en n¨²meros reales tenemos problemas de representaci¨®n¡±, asegura Raquel Aldana. La misma disparidad en el sistema educativo est¨¢ presente en Texas, donde los latinos son el 40% de la poblaci¨®n y el 20% en la Universidad de Texas.
Los campus de la Universidad de California se han convertido, en estas casi tres d¨¦cadas, en un laboratorio de experimentaci¨®n que hoy tiene una mayor¨ªa asi¨¢tica (32%), un 22,5% de latinos y un 22,2% blancos. El 4,5% del alumnado es negro. La inversi¨®n en programas de diversidad, seg¨²n han se?alado algunos expertos, alcanza los 500 millones de d¨®lares. Se han modificado los concursos de ingreso, un aro por el que cada a?o pasan unos 60.000 aspirantes y solo se quedan unos 2.000.
Eliminaci¨®n de la estandarizaci¨®n
Los centros m¨¢s importantes del Estado, en una decisi¨®n que pretende marcar tendencia, han eliminado los ex¨¢menes de estandarizaci¨®n, al considerar que son indicadores de comprensi¨®n lectora y habilidades matem¨¢ticas, pero que dicen poco de la capacidad de resoluci¨®n de problemas o de la creatividad de los aspirantes. La UC les ha quitado peso gradualmente hasta desaparecerlos totalmente desde 2025. Se enfocar¨¢ en su lugar en 12 puntos para las admisiones. Estos van m¨¢s all¨¢ de las notas obtenidas, sino que pasan por ¡°talentos especiales¡± para las artes visuales, el inter¨¦s por otras culturas, el involucramiento en actividades comunitarias y hasta la ubicaci¨®n de su casa en una regi¨®n que tiene problemas de movilidad.
Recientemente, las instituciones educativas del pa¨ªs han comenzado a darse de baja del popular ranking de universidades elaborado por la publicaci¨®n U.S. News & World Report, que tan solo el a?o pasado fue consultado por 35 millones de personas. Los centros consideran arbitrarias estas listas, que tienen la posibilidad de alterar las prioridades de los aspirantes. Al menos 14 escuelas de Derecho y Medicina, entre las que se encuentran Yale, Columbia, Harvard, Stanford y la Universidad de Pensilvania.
Saenz y otros expertos consideran que hay todav¨ªa varios obst¨¢culos por derribar. El presidente de MALDEF cree que uno de estos es el GPA ponderado, una media de las notas que toma en cuenta actividades extracurriculares o clases privadas. ¡°Tienen un sesgo importante, y aun as¨ª son piezas centrales en los procesos de admisi¨®n, al igual que las recomendaciones de tutores y profesores, que pueden tener sesgos inconscientes¡±, a?ade.
Saenz y su organizaci¨®n encabezaron en 2020 una campa?a por derogar la propuesta 209. Su iniciativa, la Proposici¨®n 16, sum¨® apoyos y recaud¨® 20 millones de d¨®lares. Ha sido la ¨²nica de tres que ha logrado convertirse en un referendo. En noviembre de aquel a?o, el 57% de los votantes de California se inclin¨® por continuar con la 209. Saenz explica que el fracaso se debi¨® a m¨²ltiples factores. El principal fue la falta de tiempo provocado por la pandemia para explicar al electorado los beneficios de las medidas de diversidad. ¡°En ese punto, despu¨¦s de 24 a?os sin ella, la mayor¨ªa de los votantes no hab¨ªan tenido experiencia alguna con la discriminaci¨®n positiva en su vida adulta¡±, se?ala. La poblaci¨®n latina, seg¨²n indicaron las encuestas, estuvo dividida.
La sentencia del Supremo cambiar¨¢ poco la vida de las universidades p¨²blicas en California, que tiene 40 millones de habitantes. Y seg¨²n Saenz, tambi¨¦n perpet¨²an una de las grandes falacias de la educaci¨®n superior. ¡°Hay una creencia de que nuestro sistema de admisiones est¨¢ basado en m¨¦ritos. No lo est¨¢. Muchos de los criterios que se perciben como neutrales no lo son en la pr¨¢ctica, pues no identifican a quienes tienen mejores posibilidades de triunfar en la universidad o m¨¢s all¨¢. Ese mito es contra el que estamos luchando¡±, se?ala el letrado.
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