De la bufanda al pantal¨®n corto: Sudam¨¦rica experimenta r¨¦cords de altas temperaturas en pleno invierno

La desaparici¨®n en c¨¢mara lenta del invierno tal como lo conoce Sudam¨¦rica ha cogido ritmo. En una estaci¨®n que la regi¨®n asocia al fr¨ªo, la lluvia y la Cordillera de Los Andes cubierta de nieve, varias ciudades desde el centro de Chile hasta el sur de Brasil han roto r¨¦cords de altas temperaturas. M¨¢s que abordar el escenario como una ola de calor invernal concentrada la semana pasada, los expertos analizan las cifras como una alteraci¨®n que, de no adoptar medidas, se ir¨¢ acrecentando con los a?os producto de la crisis clim¨¢tica. A ese calentamiento global se suma que el fen¨®meno del Ni?o, asociado a cambios en la atm¨®sfera y la fluctuaci¨®n de la temperatura del Pac¨ªfico oriental y ecuatorial, afecta particularmente al sur del mundo.

Son varias las anomal¨ªas registradas en distintos rincones de la regi¨®n. Buenos Aires, capital de Argentina, experiment¨® el comienzo de agosto m¨¢s caluroso de los 117 a?os que existen datos, con temperaturas superiores a los 30¡ã. Algunas zonas del sur de Brasil rozaron los 39¡ã y en la regi¨®n paraguaya del Chaco los term¨®metros tocaron los 37¡ã, una m¨¢xima diaria no vista desde 1981. Localidades de Per¨² y Ecuador tambi¨¦n han roto sus propias marcas.

Chile, en tanto, padece las temperaturas m¨¢s altas de los ¨²ltimos 72 a?os. En Vicu?a, en la nortina regi¨®n de Coquimbo, la semana pasada se lleg¨® a los 37¡ã, la segunda mayor temperatura a nivel nacional que se haya registrado entre junio y septiembre desde 1951. Las altas temperaturas han tenido efectos en el derretimiento de nieve en la zona cordillerana. La ministra del Medio Ambiente del Gobierno de Gabriel Boric, Maisa Rojas, hizo un repaso por lo que ha sido el a?o en el pa¨ªs sudamericano: feroces incendios en febrero, inundaciones producto de torrenciales lluvias en junio y un invierno con temperaturas nunca vistas en ciertas localidades. ¡°?Qu¨¦ hacer? Sabemos la soluci¨®n: dejar de quemar combustibles f¨®siles urgentemente¡å, escribi¨® la ministra en sus redes.

El climat¨®logo Ra¨²l Cordero explica que la situaci¨®n responde a que la temperatura del Oc¨¦ano Pacifico tropical, frente a las costas de Ecuador y Per¨², presenta las temperaturas m¨¢s c¨¢lidas en los ¨²ltimos 25 a?os. ¡°Todav¨ªa nos queda ver m¨¢s calor en el norte de Chile, en el norte de Paraguay y en el sur de Brasil¡±, advierte por tel¨¦fono desde Pa¨ªses Bajos. El acad¨¦mico de la Universidad de Santiago plantea que, si bien los r¨¦cord hist¨®ricos son preocupantes, no es lo ¨²nico en lo que hay que fijar la atenci¨®n. Pone como ejemplo a Iquique, a 1.700 kil¨®metros al norte de Santiago, que encadena casi 60 d¨ªas consecutivos con temperaturas consideradas muy altas producto de la calidez de las aguas del Pac¨ªfico tropical.

¡°El cambio clim¨¢tico hace que todos los a?os las temperaturas vayan al alza, pero el fen¨®meno del Ni?o provoca que se rompan los r¨¦cords¡±, apunta Cordero. El Ni?o, producto de una relaci¨®n entre la temperatura atmosf¨¦rica y las corrientes marinas, eleva los term¨®metros, pero tambi¨¦n genera m¨¢s vapores de agua y m¨¢s lluvias. ¡°Este es un Ni?o raro porque no ha habido muchas precipitaciones. Ha influido poco en las altas temperaturas¡±, afirma Alex Godoy, director del centro de sustentabilidad de la Universidad del Desarrollo. ¡°Lo que aqu¨ª estamos viendo es un cambio en el patr¨®n de frecuencias e intensidad de temperaturas. No es un fen¨®meno aislado¡±, agrega el miembro del Centro Weatherhead para Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard.

El Instituto Internacional de Investigaci¨®n para el Clima y la Sociedad inform¨® a mediados de julio que el Ni?o pas¨® de una intensidad d¨¦bil (temperaturas de entre 0,5 y 1¡ã en las aguas) a moderado (entre 1 y 1.5 ¡ãC). Tambi¨¦n proyectan que se debilitar¨¢ en la primavera de 2024. La acad¨¦mica en salud p¨²blica y cambio clim¨¢tico Yasna Palmeiro-Silva, del University College London, proyecta que Sudam¨¦rica no solo tendr¨¢ un invierno muy corto con temperaturas an¨®malas, sino tambi¨¦n una primavera muy breve. ¡°Deber¨ªamos tener d¨ªas bastante veraniegos a partir de septiembre. Desde 2010, la regi¨®n, en particular Chile, ya no tiene cuatro estaciones marcadas, sino un invierno y un verano largo, con oto?os y primaveras muy cortitos¡±, apunta la investigadora chilena desde Londres.

La esperanza de los climat¨®logos es que llueva la segunda quincena de agosto y la primera de septiembre. ¡°Nos estamos despidiendo paulatinamente del invierno¡±, lamenta Cordero. ¡°No es ni remotamente tan lluvioso como antes. En la ¨²ltima d¨¦cada, ha llovido un 30?% menos que en las d¨¦cadas anteriores en Chile¡±, a?ade. Las bajas temperaturas y la falta de lluvia disminuyen los reservorios en la cordillera de los Andes y puede convertirse de cara al verano sudamericano (enero-febrero), impactando directamente en la agricultura y generando escasez h¨ªdrica en la poblaci¨®n. En junio, Chile registr¨® unas intensas lluvias que dieron un respiro a la ¡°megasequ¨ªa¡± que azota a la regi¨®n central del pa¨ªs sudamericano, considerada como la m¨¢s larga ¡ª13 a?os¡ª y grave en mil a?os, seg¨²n el informe Estado del Clima en Am¨¦rica Latina y el Caribe de la Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial.

Los inviernos calurosos, las primaveras y oto?os cortos y los veranos secos alteran los ciclos naturales de ecosistemas que permite a Sudam¨¦rica, entre otras cosas, desarrollar un sector agr¨ªcola y pesquero. ¡°Lo que plantean los modelos¡±, apunta Palmeiro-Silva, ¡°es que con esta ola de calor en invierno los suelos se secan, la nieve se derrite mucho m¨¢s r¨¢pido y no queda una fuente de agua fresca para el verano. Adem¨¢s, el verano es muy seco, lo que afecta a la agricultura, al agua de consumo humano y hace que la vegetaci¨®n est¨¦ mucho m¨¢s seca. Si la vegetaci¨®n est¨¢ seca y se registran altas temperaturas, se producen incendios forestales¡±. El llamamiento que una de las autoras del ¨²ltimo informe de Lancet Countdown sobre Am¨¦rica del Sur y cambio clim¨¢tico es que las autoridades, ya alertadas, se preparen para eventos climatol¨®gicos de tama?a magnitud.