Pepe Viyuela: ¡°La precariedad y la intermitencia te hacen muy vulnerable a los abusos¡±
El protagonista de la ¨²ltima obra de Ram¨®n Paso dice que se retir¨® de la funci¨®n tras conocer la denuncia de agresi¨®n sexual ¡°por cuesti¨®n de tripas, no con idea de cancelar a nadie ni para coger la bandera del feminismo¡±
Pepe Viyuela se top¨® de bruces con uno de los mayores dilemas de su vida la semana pasada, cuando salt¨® la noticia de que la Fiscal¨ªa Provincial de Madrid hab¨ªa presentado una denuncia contra el director teatral Ram¨®n Paso por agresiones sexuales a 14 mujeres. Protagonista de Jardiel enamorado, obra escrita y dirigida por Paso que en ese momento se representaba en el teatro Infanta Isabel de Madrid, sobre sus hombros cay¨® de pronto la responsabilidad de responder en p¨²blico a una de las preguntas m¨¢s dif¨ªciles de este tiempo: ?cancelamos o no cancelamos? Empez¨® a recibir decenas de llamadas de la prensa, pero ¨¦l no contestaba porque no sab¨ªa qu¨¦ hacer ni qu¨¦ decir.
¨DMe qued¨¦ paralizado. Estaba confundido, sorprendido, enfadado. Finalmente descolgu¨¦ a una periodista y cuando me pregunt¨® si iba a seguir con la funci¨®n, resolv¨ª: ¡°Yo no voy a salir esta tarde a escena. No puedo¡±. Pero no lo decid¨ª con idea de cancelar a nadie ni para coger la bandera del feminismo, sino por una cuesti¨®n de tripas. Como un v¨®mito. Hay momentos en los que hay que invitar a la calma, pero otras veces no se puede demorar la respuesta. Es como si de pronto ves una agresi¨®n por la calle: no puedes irte a casa a pensar un par de d¨ªas a ver qu¨¦ haces. Tan sencillo como eso ¡ªexplicaba el int¨¦rprete a este peri¨®dico al d¨ªa siguiente, algo m¨¢s relajado ya, aunque todav¨ªa conmocionado.
De un plumazo y sin pretenderlo, Viyuela limpi¨® de prejuicios la palabra cancelaci¨®n para llenarla de sentido y legitimidad. A lo que hay que sumar el hecho de que era un hombre el que lo hac¨ªa. Nadie se atrevi¨® a cuestionar o lanzar una m¨ªnima cr¨ªtica a su decisi¨®n. ¡°Es que no pod¨ªa hacer otra cosa. No me olvido de la presunci¨®n de inocencia, pero no puedo ignorar el hecho de que 14 mujeres que seguramente no se conoc¨ªan han presentado una denuncia¡±, reflexiona. Horas despu¨¦s, el productor Andr¨¦s Vicente G¨®mez y los programadores del Infanta Isabel, de acuerdo con Viyuela y los otros dos actores del espect¨¢culo (Sergio Otegui y Rafa Ortega), anunciaron en un comunicado la suspensi¨®n definitiva del espect¨¢culo. No se adhirieron las tres integrantes femeninas del reparto, Ana Azor¨ªn, In¨¦s Kerzan y ?ngela Peirat, socias de Ram¨®n Paso en la compa?¨ªa PasoAzor¨ªn.
Pregunta. En ese comunicado aseguran que desconoc¨ªan por completo los hechos denunciados. ?C¨®mo es posible que nadie supiera nada habiendo al menos 14 mujeres que han acudido a la justicia?
Respuesta. Es la gran pregunta. Voy a ser sincero. Cuando acepto participar en esta obra y una mujer de mi entorno cercano se entera, me dice: ¡®?T¨² no sabes que hay rumores de que Ram¨®n Paso es un acosador?¡¯. ¡®Ni idea. ?Pero t¨² conoces directamente a alguien a quien le haya pasado?¡¯, le pregunto. ¡®No. Solo s¨¦ que una persona se le dijo a otra¡¯, responde. Con esa informaci¨®n tan escasa, yo no me siento capaz en ese momento de romper mi compromiso con la producci¨®n y sigo adelante. Pero ya me quedo con la idea inoculada en la cabeza. No puedes evitar la sospecha, aunque tambi¨¦n te sientes mal por pensarlo, te dices que no puedes acusar a nadie de algo tan grave por rumores.
P. ?No not¨® nada sospechoso durante los ensayos?
R. No vi ning¨²n indicio de acoso o abusos. Pero, claro, con esa informaci¨®n que yo ten¨ªa en la cabeza, no pod¨ªa evitar analizar algunas cosas. Era muy contradictorio, me intentaba convencer a m¨ª mismo de que estaba condicionado por lo que me hab¨ªan dicho, pero lo cierto es que no me gustaba c¨®mo Ram¨®n hablaba a la compa?¨ªa, quiz¨¢ en mayor medida a ellas que a nosotros. Me parec¨ªa extra?o.
Actuar como si no pasara nada no era posible
P. ?En qu¨¦ sentido?
R. A ver¡ me resulta muy duro hablar de esto ahora. Pero yo ve¨ªa como una energ¨ªa negativa de poder. Y cuando ¨¦l dec¨ªa algo, era acogido por las actrices con un entusiasmo desmesurado. Como que valoraban excesivamente sus aportaciones. Era como que yo notaba que hab¨ªa algo alrededor de Ram¨®n que lo convert¨ªa en una especie de gur¨² o ser superior ante determinadas personas.
P. Llam¨® mucho la atenci¨®n el mi¨¦rcoles que las tres actrices del reparto no se sumaran al comunicado.
R. Ellas est¨¢n muy vinculadas a Paso. Lo admiran incondicionalmente. Eso yo no lo hab¨ªa visto nunca.
P. Volviendo al tema de la cancelaci¨®n, ?y si resulta que Ram¨®n Paso sale absuelto?
R. Yo no soy amigo de Ram¨®n y no le he llamado para preguntarle, tampoco ¨¦l me ha llamado a m¨ª para desmentirlo. Pero es que yo no lo estoy acusando de nada, lo estoy cuestionando. Es decir: si esto est¨¢ sobre ti, pues vamos a hacer una pausa, vamos a ver qu¨¦ tienes que decir t¨², qu¨¦ tienen que decir las personas que se han querellado contra ti y qu¨¦ tienen que decir los jueces. Actuar como si no pasara nada no era posible.
Sigue presente la prepotencia masculina
P. Todo el sector le ha apoyado p¨²blicamente en su decisi¨®n. ?Le reconforta?
R. Me reconfort¨® que Andr¨¦s Vicente G¨®mez no me dijera: voy a perder mucho dinero y tenemos que seguir como sea. Al rev¨¦s, me dijo: esta funci¨®n hay que levantarla. Pero no me siento ning¨²n valiente ni un h¨¦roe ni un abanderado de nada. Y ahora por eso mismo me quiero apartar. Yo no soy protagonista de nada, soy un actor secundario de una historia que me ha ca¨ªdo encima. Me ha tocado a m¨ª porque soy el foco medi¨¢tico m¨¢s visible, pero yo ya he hecho lo que ten¨ªa que hacer.
P. Al d¨ªa siguiente se cancel¨® otra obra dirigida por Paso que estaba en cartel en el teatro Reina Victoria de Madrid. ?Cree que est¨¢ cambiando realmente la actitud de la sociedad frente a los abusos?
R. Durante mucho tiempo se han considerado normales comportamientos que no lo eran. Por ejemplo, considerar que las actitudes de invasi¨®n eran galanter¨ªa. O entrar en un ascensor con un profesor y que te metiera mano. Pod¨ªa ser habitual, pero no normal. Y la mujer se lo com¨ªa y lo que hac¨ªa era evitar a ese t¨ªo, pero no dec¨ªa nada porque no le iba a servir de nada, le dir¨ªan ¡°qu¨¦ bobada, mujer, pues que le gustas¡±. Por suerte eso ya no se considera normal, pero sigue un poco ah¨ª todav¨ªa. Sigue presente la prepotencia masculina. Lo digo incluso por m¨ª. La cuesti¨®n es decidir qu¨¦ queremos: un mundo en el que hay que pedir permiso para besar o un mundo en el que yo digo te voy a besar porque me apetece.
P. ?Son m¨¢s vulnerables a los abusos profesiones tan inestables como la suya?
P. La precariedad y la intermitencia te hacen muy vulnerable, claro. Y luego hay que tener en cuenta tambi¨¦n la naturaleza de nuestro trabajo. No es lo mismo estar en una oficina delante de un ordenador que trabajar con los sentimientos o tener que acariciar o besar en escena haciendo que parezca verdad siendo mentira.
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