18 pacientes mueren cada d¨ªa en Espa?a por infecciones adquiridas en los hospitales
Investigadores en Medicina Preventiva estiman que los contagios de microorganismos en los centros provocan 6.400 fallecimientos anuales y cuestan casi 2.000 millones al sistema sanitario p¨²blico y privado
Las infecciones hospitalarias, aquellas que contraen los pacientes mientras est¨¢n ingresados en un centro sanitario, provocan una media de 18 muertes al d¨ªa en Espa?a. Esta es la conclusi¨®n de un amplio estudio presentado la semana pasada en el congreso de la Sociedad Europea de Microbiolog¨ªa Cl¨ªnica y Enfermedades Infecciosas (ESCMID Global) celebrado en Barcelona. El trabajo estima que anualmente se producen en el pa¨ªs un total de 6.393 fallecimientos por esta causa en los hospitales p¨²blicos y privados, que destinan casi 2.000 millones de euros adicionales a la asistencia de unos enfermos que requieren ingresos nueve d¨ªas m¨¢s largos de media.
¡°Son cuatro veces m¨¢s fallecidos que los registrados por accidentes de tr¨¢fico. Si tenemos en cuenta que m¨¢s de la mitad de infecciones son consideradas prevenibles, estas cifras muestran el enorme reto al que nos enfrentamos como sistema sanitario¡±, describe Mireia Cantero, una de las autoras del estudio, m¨¦dico del Hospital Puerta de Hierro Majadahonda (Madrid) y miembro de la Sociedad Espa?ola de Medicina Preventiva, Salud P¨²blica y Gesti¨®n Sanitaria (SEMPSPGS).
Esta especialista destaca que las resistencias que las bacterias han desarrollado a muchos antibi¨®ticos ¡ªy algunos hongos a los antif¨²ngicos¡ª explican solo una parte del problema: ¡°La mayor¨ªa de la llamadas superbacterias, entendidas como microorganismos multirresistentes, est¨¢n en hospitales. Pero la mayor¨ªa de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria no est¨¢n causadas por superbacterias¡±, sino por pat¨®genos a¨²n sensibles a los tratamientos disponibles.
Los datos en los que se basa la investigaci¨®n, en la que tambi¨¦n han participado los facultativos ?ngel Asensio y Lina Parra, proceden de EPINE, un sistema de vigilancia epidemiol¨®gica promovido por la SEMPSPGS desde los a?os 90 del pasado siglo. ¡°EPINE recoge datos de m¨¢s de 300 hospitales, por lo que ofrece una imagen muy completa del conjunto del sistema sanitario¡±, a?ade Cantero.
En cada hospital, un coordinador revisa cu¨¢ntos pacientes ingresados en un d¨ªa determinado han contra¨ªdo una infecci¨®n en el centro y vuelve a comprobar su situaci¨®n ¡ªsi ha sido dado de alta, si sigue ingresado o si ha fallecido¡ª 30 d¨ªas m¨¢s tarde. Posteriormente, compara estos datos con aquellos enfermos libres de infecciones para hacer las estimaciones incluidas en las conclusiones del trabajo. La investigaci¨®n incluye en total cerca de 100.000 pacientes.
El primer dato relevante es que un 7,8% de los enfermos contrae una infecci¨®n en el hospital, porcentaje algo mayor que la media europea (7,1%) y que ha crecido ligeramente desde la pandemia. La mortalidad bruta en este grupo asciende al 10,9%, mientras en quienes no lo hacen es del 5,9%. Una vez ajustados los datos de ambos grupos en relaci¨®n al sexo, edad, enfermedad y gravedad, los autores observan que ¡°sufrir una infecci¨®n relacionada con la atenci¨®n sanitaria incrementa el riesgo de morir en un 60%¡±.
Las infecciones, adem¨¢s, provocan que los ingresos hospitalarios de los enfermos sean 9,2 d¨ªas m¨¢s largos de media. Teniendo en cuenta que cada d¨ªa de ingreso supone un gasto medio de 901 euros, el coste total asciende a 1.925 millones de euros. Seg¨²n datos del Ministerio de Sanidad correspondientes a 2021, esta cifra supone algo m¨¢s del 5% del gasto total de los hospitales espa?oles (33.802 millones).
Los microoorganismos viven en los hospitales como lo hacen en pr¨¢cticamente cualquier otra parte del planeta. ¡°Muchos llegan a los centros con los propios pacientes o trabajadores sanitarios, porque forman parte de nuestra microbiota y viven en el organismo de muchas personas sin hacerles ning¨²n da?o¡±, explica Astrid P¨¦rez, investigadora Miguel Servet en el grupo de infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria del Centro Nacional de Microbiolog¨ªa (CNM).
Un hospital, sin embargo, es un lugar diferente y bacterias que fuera de ellos apenas dan problemas (o no dan ninguno), aqu¨ª pueden ser letales. La primera raz¨®n, obvia, es que las personas ingresadas tienen problemas de salud y, muchas veces, el sistema inmunol¨®gico debilitado. ¡°Tambi¨¦n hay que tener en cuenta que en espacios como las UCI o los quir¨®fanos son muy frecuentes actuaciones invasivas. El hecho de tener un cat¨¦ter puede hacer que una bacteria inocua en la piel como el Staphylococcus aureus llegue a la sangre y cause una sepsis que puede ser mortal. O que bacterias como Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter baumannii o Pseudomonas aeruginosa, que pueden estar colonizando de manera inofensiva las v¨ªas a¨¦reas superiores, lleguen a los pulmones por los sistemas de respiraci¨®n asistida...¡±, a?ade P¨¦rez.
Los protocolos que aplican los hospitales para minimizar los da?os causados por los microorganismos no incluyen, aparentemente, medidas muy complejas ¡ªdesinfecci¨®n de superficies, esterilizaci¨®n de materiales, limpieza de manos, aislamiento de los infectados...¡ª, pero en la pr¨¢ctica acaba siendo muy complejo aplicarlas siempre bien. ¡°Hay que hacerlo todas las veces, todos los d¨ªas, en todos los turnos y por todos los profesionales. Es suficiente un imprevisto o urgencia que lleve a saltarse un paso, o el m¨¢s m¨ªnimo fallo en un solo punto del proceso, para que los microorganismos proliferen¡±, coinciden los expertos. La adecuada formaci¨®n de los trabajadores sanitarios, la estabilidad de las plantillas, unas ratios de personal convenientes y unos espacios adecuados son, seg¨²n todos ellos, factores clave para afrontar con mayores probabilidades de ¨¦xito la amenaza de las infecciones hospitalarias.
Las resistencias que muchos microorganismos acaban desarrollando a los tratamientos disponibles es otra variable crucial. ¡°En los hospitales, los pat¨®genos est¨¢n sometidos a una presi¨®n evolutiva enorme. Las desinfecciones rutinarias, el elevado consumo de antibi¨®ticos... muchos procedimientos propios en un hospital les empujan a hacerse resistentes¡±, cuenta P¨¦rez.
Frente a ello, la vigilancia activa es otra arma de los hospitales. Consiste, b¨¢sicamente, en monitorizar de forma rutinaria las bacterias que habitan en sus espacios y analizar las resistencias que presentan. Los resultados de estos an¨¢lisis en ocasiones deparan sorpresas, como ocurri¨® en un brote registrado en el Hospital de Bellvitge (Barcelona) y cuya respuesta ha sido presentada en el ESCMID Global.
¡°En total detectamos 56 infectados por Enterococcus faecium resistente a la vancomicina¡±, explica Jordi C¨¤mara, facultativo especialista servicio de Microbiolog¨ªa del centro. Esta bacteria, parte de la flora intestinal de algunas personas en contacto con el ¨¢mbito sanitario y casi siempre inocua, puede ser letal si infecta a personas debilitadas. ¡°Esta cepa se detectada frecuentemente en Estados Unidos y en el norte de Europa, pero no en Espa?a. Aunque afortunadamente los casos no fueron graves, la resistencia a la vancomicina es preocupante porque te deja pr¨¢cticamente sin opciones terap¨¦uticas. Luego supimos que otros hospitales catalanes tambi¨¦n han descubierto cepas resistentes, aunque algo distintas a la nuestra. Esto muestra un cambio global en el que ha habido varias introducciones de estos microorganismos en nuestro entorno¡±, cuenta C¨¤mara.
Lo ocurrido en Bellvitge ilustra bien la lucha sin tregua que deben librar los hospitales contra las bacterias. El centro detect¨® por primera vez el pat¨®geno el 23 de abril de 2023 en la orina de un paciente. Durante los meses siguientes, pese a las rutinarias labores de control de infecciones, la bacteria fue identificada en enfermos sin relaci¨®n entre ellos. Finalmente, a principios de agosto, hubo varios casos relacionados con las unidades quir¨²rgicas. La reacci¨®n del centro fue establecer un equipo multidisciplinar, con reuniones cada 48 horas y un paquete de medidas, que dio pronto buenos resultados, seg¨²n el trabajo presentado en el congreso. A pesar de ello, investigaciones recientes muestran que se siguen detectando casos espor¨¢dicos, lo que muestra la necesidad de ¡°insistir en la formaci¨®n del personal y cumplir las medidas de control de infecci¨®n recomendadas¡±.
Mucho mayor, con 319 casos, fue el brote registrado en el Hospital de Donostia por otra bacteria resistente y que tambi¨¦n ha sido presentado en el ESCMID Global. Las infecciones tuvieron ¡°poca repercusi¨®n cl¨ªnica en los pacientes¡±, seg¨²n los responsables del centro, pero el brote caus¨® gran preocupaci¨®n por tres razones. ¡°Primero, porque nos topamos con un tipo de resistencia muy poco habitual y preocupante. Se trataba de un estafilococo resistente al linezolid, un antibi¨®tico de los llamados de rescate o ¨²ltimo recurso. Segundo, por la facilidad con la que el pat¨®geno se disemin¨® por nuestra UCI, de 45 boxes individuales. Y lo tercero, porque todo esto ocurri¨® durante la primera ola de la pandemia, cuando las condiciones de trabajo eran muy dif¨ªciles¡±, recuerda Diego Vicente, jefe de servici¨® de Microbiolog¨ªa en el centro.
En el congreso celebrado en Barcelona se han presentado tambi¨¦n historias de ¨¦xito, como el plan desarrollado por ocho hospitales catalanes para hacer frente a un problema recurrente: las bacteriemias ¡ªla entrada de bacterias al torrente sangu¨ªneo¡ª relacionadas con el uso de cat¨¦teres, peque?os tubos que entran en el sistema circulatorio. ¡°Este era tradicionalmente uno de los mayores problemas de las UCI, pero se ha logrado reducir su incidencia en los ¨²ltimos a?os. En cambio, la tendencia en las plantas de hospitalizaci¨®n convencional es la contraria¡±, afirma Oriol Gasch, investigador del lnstituto de Investigaci¨®n e Innovaci¨®n Parc Taul¨ª (I3PT), en Sabadell.
La opini¨®n de este experto es que el hecho de que las UCI sean un espacio m¨¢s controlado, con menos personal y mejor formado en el manejo de cat¨¦teres vasculares, explica estas diferencias aunque estos espacios acojan a pacientes m¨¢s graves. El estudio presentado muestran c¨®mo se lograron reducir m¨¢s de una cuarta parte incidentes como las bacteriemias gracias a un paquete de medidas consistente en una mayor formaci¨®n a los profesionales y atenci¨®n al mantenimiento de estos dispositivos.
¡°La mayor¨ªa de las infecciones nosocomiales son prevenibles. Pero para ello, como demuestra este trabajo, es necesario poner en marcha sistemas de trabajo adecuados, con una buena formaci¨®n a los profesionales y materiales necesarios. Reducir la incidencia es y ser¨¢ algo muy complicado, pero los datos demuestran que es algo que est¨¢ a nuestro alcance¡±, concluye Gasch.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.