El Papa dice que ¡°los cotilleos son cosa de mujeres¡± d¨ªas despu¨¦s de la pol¨¦mica del ¡°mariconeo¡±

La semana no ha sido la mejor para el papa Francisco. O al menos para la solidez de su discurso p¨²blico respecto a los homosexuales y a las mujeres. El lunes se supo que el Papa hab¨ªa usado el t¨¦rmino ¡°mariconeo¡± para se?alar ante 200 obispos que hay demasiados homosexuales en los seminarios y no deben admitirlos. Y el jueves, otro medio italiano public¨® que, en una nueva reuni¨®n a puerta cerrada, esta vez con j¨®venes sacerdotes, les anim¨® a que dejaran de lado los cotilleos y los chismes porque ¡°son cosa de mujeres¡±. ¡°Nosotros llevamos pantalones, debemos decir las cosas¡±, insisti¨®, seg¨²n los medios italianos, pidiendo que los sacerdotes vayan de cara para afrontar determinadas cuestiones.

Los dos episodios chocan de lleno contra dos de los temas con los que Francisco ha intentado convencer a la opini¨®n p¨²blica de una cierta apertura de la Iglesia en los ¨²ltimos a?os. En el apartado de las mujeres, Francisco ha hecho gestos en la inclusi¨®n femenina en ¨®rganos de decisi¨®n y puestos ejecutivos de la Iglesia y el Vaticano. Ha cerrado la puerta claramente a su ordenamiento como diaconisas, pero ha insistido en una idea de feminizar la Iglesia y a finales de marzo, por ejemplo, escogi¨® una c¨¢rcel de mujeres para la tradici¨®n de lavar los pies a los reclusos. Sus comentarios y sus opiniones jocosas en privado, sin embargo, van en otra direcci¨®n.

En otra ocasi¨®n, durante el s¨ªnodo organizado para combatir los abusos en la Iglesia, el Papa opin¨® que dar m¨¢s funciones a la mujer en la Iglesia no resolver¨ªa el problema, pero dijo que el ¡°estilo¡± femenino debe integrarse en el pensamiento de la instituci¨®n. Adem¨¢s, el Pont¨ªfice afirm¨® que ¡°invitar a hablar a una mujer no es entrar en la modalidad de un feminismo eclesi¨¢stico, porque a fin de cuentas todo feminismo termina siendo un machismo con faldas¡±.

Francisco se excus¨® el martes mediante un comunicado de la oficina de prensa del Vaticano por haber dicho en una reuni¨®n con 200 obispos italianos que en los seminarios hay ¡°demasiado mariconeo¡± y que no deben aceptarse homosexuales. El Pont¨ªfice hizo estas impactantes declaraciones en un encuentro a puerta cerrada en el Vaticano. En su respuesta al revuelo formado, Francisco asegur¨® que no quer¨ªa ser ¡°hom¨®fobo¡± y pidi¨® perd¨®n ¡°a quien pudiese sentirse ofendido por el uso de un t¨¦rmino al que se han referido otros¡±.

El pasado lunes 20 de mayo, en la antigua sala del s¨ªnodo del Vaticano, Francisco se reuni¨® con los obispos italianos durante su asamblea de primavera. Desde el inicio de su pontificado, este ha sido un momento crucial para un intercambio directo y sin filtros entre Francisco y la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), con preguntas y respuestas a puerta cerrada, en un ambiente fraternal pero franco. En esta ocasi¨®n, surgi¨® de nuevo la cuesti¨®n de la supuesta gran tasa de homosexualidad en los seminarios cat¨®licos.

Seg¨²n public¨® primero la web Dagosp¨ªa ¡ªinformaci¨®n exclusiva, algo gamberra¡ª y luego confirm¨® el peri¨®dico La Repubblica, el Papa fue categ¨®rico: no deben admitirse personas homosexuales en los seminarios. Durante la conversaci¨®n, que seg¨²n las fuentes que cita el medio italiano fue muy coloquial, el pont¨ªfice argentino coment¨® en tono jocoso que ya hay demasiado ¡°mariconeo [el t¨¦rmino en italiano fue frociaggine]¡± en ciertos seminarios. Una idea, la de la supuesta alta presencia de personas homosexuales en los seminarios, compartida en realidad por gran parte de la Iglesia, que tambi¨¦n extiende esa valoraci¨®n a muchos otros ¨¢mbitos, incluido el propio Vaticano.