Payzee Mahmod, v¨ªctima de un matrimonio forzado: ¡°Cre¨ªa que si no me casaba, mi padre dejar¨ªa de quererme¡±
La activista de origen kurdo, cuya hermana fue asesinada en un ¡®crimen de honor¡¯ en Londres, afirma que casarse ¡°por debajo de los 18 a?os deber¨ªa ser ilegal¡±
Payzee Mahmod tom¨® la decisi¨®n de escapar del matrimonio forzado al que la hab¨ªa condenado su padre cuando mataron a su hermana. Banaz Mahmod fue asesinada por orden de la familia porque, harta de los malos tratos de su marido, con el que tambi¨¦n la hab¨ªan obligado a casarse contra su voluntad, le abandon¨®. El asesinato machista, llamado ¡®crimen de honor¡¯, fue ejecutado en Londres en enero de 2006 y conmocion¨® al Reino Unido. Cambi¨® para siempre la vida de Payzee. ¡°Mi hermana hab¨ªa acudido a la polic¨ªa para decir que la segu¨ªan, que la acosaban y que la iban a matar. La ignoraron. Que la mataran me dio fuerzas para tomar la decisi¨®n y dejar a mi marido. Si no, quiz¨¢s a¨²n seguir¨ªa estancada en ese matrimonio y habr¨ªa tirado por la borda mi vida¡±, cuenta Payzee, de 37 a?os, en el hotel Palace de Barcelona, donde este martes ha participado en unas jornadas contra el matrimonio infantil.
Los Mahmod, de origen kurdo, llegaron al Reino Unido como refugiados procedentes de Irak. El padre, estricto y conservador, empuj¨® a sus hijas a unirse con hombres mucho mayores que ellas. Payzee y Banaz se casaron el mismo d¨ªa, con 16 y 17 a?os respectivamente. Como ocurre con muchas adolescentes en esa misma situaci¨®n, el miedo a perder el v¨ªnculo con la familia las llev¨® a asumir a duras penas la exigencia paterna. ¡°Cre¨ªa que, si no me casaba con ese hombre, mi padre dejar¨ªa de quererme. El a?o anterior le hab¨ªa dicho que era pronto porque estaba estudiando y pas¨® meses sin hablarme. Sent¨ª que la ¨²nica forma de que me quisiera de nuevo era si dec¨ªa que s¨ª. Estaba desesperada por el amor de mis padres¡±.
No supo pedir ayuda. Tampoco nadie se la ofreci¨®. ¡°Todos mis amigos sab¨ªan que me iba a casar, pero nadie dijo que eso no era normal¡±. Una situaci¨®n de aislamiento que es habitual y de la que fueron v¨ªctimas, tambi¨¦n, por ejemplo, Arooj y Aneesa, dos hermanas de Terrassa (Barcelona) que en 2022 fueron asesinadas en Pakist¨¢n por sus familiares en otro crimen de honor: se hab¨ªan negado a traer a Espa?a a los primos con los que las familias las hab¨ªan casado. Los dos a?os de matrimonio de Payzee, hasta que el asesinato de la hermana lo hizo saltar todo por los aires, fueron un desastre. El gran objetivo de esa adolescente que hab¨ªa llegado cinco a?os antes a Londres era estudiar y prosperar. ¡°Recuerdo que, cuando nos casamos, le dijo a mi familia: ¡®Si tengo que vender mi sangre para que ella estudie, lo har¨¦'. Por supuesto no cumpli¨®, me sac¨® del instituto varias veces y me dijo que ten¨ªa que ser ama de casa¡±. Payzee desarroll¨® t¨¦cnicas para minimizar el contacto. ¡°Intentaba evitarle. Iba a casa de mi madre cada d¨ªa. Me levantaba muy temprano, antes de que lo hiciera ¨¦l, y me hac¨ªa la dormida cuando llegaba de trabajar¡±.
No siempre lo consigui¨®. Se vio obligada a mantener relaciones sexuales con su marido, que ten¨ªa 29 a?os, ¡°un acto de violaci¨®n¡± que sufren otras miles de chicas en condiciones similares ¡°bajo el amparo legal del matrimonio¡±. Se qued¨® embarazada. Abort¨®. Hizo lo posible para que se cansara de ella. ¡°Quiz¨¢ porque era una ni?a inmadura, era rebelde y hac¨ªa todo lo que no le gustaba: llevaba ropa que no aprobaba, ten¨ªa amigos que no le gustaban... Mi objetivo era que dijera a mis padres que no me quer¨ªa¡±, sonr¨ªe sentada en un sof¨¢ del hall del Palace. Solo despu¨¦s del crimen acept¨® el hombre separarse, aunque tampoco lo puso f¨¢cil. ¡°Me hizo firmar un documento diciendo que le hab¨ªa sido infiel, que era una mala mujer. Lo firm¨¦, no me importaba, solo quer¨ªa salir de ah¨ª y poder ir a la universidad¡±.
Payzee se ha convertido en activista. Trabaja para IKWRO, una organizaci¨®n que apoya a mujeres originarias de Oriente Pr¨®ximo y Asia que viven en el Reino Unido y que sufren el riesgo de ser v¨ªctimas de violencia machista por ese concepto tan arraigado en algunas culturas del ¡°honor¡±. Pero donde centra sus esfuerzos, a trav¨¦s de la red de organizaciones Girls Not Brides, es en la erradicaci¨®n del matrimonio infantil. Un concepto que, seg¨²n la definici¨®n de Naciones Unidas, supone ¡°una violaci¨®n de los derechos humanos y una pr¨¢ctica nociva¡± y que incluye todos los matrimonios en los que una de las partes es menor de 18 a?os. Ah¨ª est¨¢ el umbral, que muchas legislaciones incumplen, tambi¨¦n la espa?ola.
¡°No podemos ver el asunto del matrimonio infantil como algo que ocurre en algo lugar. Cuando tengamos esa tentaci¨®n, debemos mirar nuestras leyes. En Espa?a, hasta 2015 pod¨ªas casarte a los 14 a?os. Con la ley actual, puedes a los 16 con el consentimiento de los padres. Pero todo matrimonio por debajo de los 18 a?os deber¨ªa ser ilegal, sin excepci¨®n. Es una violaci¨®n de los derechos humanos de todos con independencia de cu¨¢l sea tu cultura o religi¨®n¡±, insiste Payzee, v¨ªctima y superviviente de una pr¨¢ctica que alcanza a unas 650 millones de mujeres en todo el mundo, seg¨²n los c¨¢lculos de Naciones Unidas. El relativismo cultural no le sirve: ¡°Cualquier parte de la cultura que sea da?ina para la gente no podemos llamarla cultura¡±.
¡°Si no est¨¢n preparados para votar, o para beber alcohol, ?por qu¨¦ iban a poder casarse? Los ni?os no pueden consentir con adultos ni tienen capacidad para tomar una decisi¨®n. Algo as¨ª les persigue toda la vida¡±, insiste tras su intervenci¨®n en el debate, organizado por The Bicester Collection, La Roca Village y Naciones Unidas. A Payzee, madre de un ni?o de dos a?os, tambi¨¦n le persiguen a¨²n los fantasmas. No se habla con su padre encarcelado que le someti¨®, lo ve ahora, a una ¡°coerci¨®n psicol¨®gica y mental¡± para casarlas a ella y a su hermana y ¡°probar a la comunidad que pod¨ªan controlar a sus hijas¡±. S¨ª mantiene relaci¨®n con su madre. ¡°?El perd¨®n? Es un proceso que me va a llevar toda la vida. Pero a veces siento compasi¨®n por la falta de educaci¨®n que tuvieron mis padres. No supieron ver c¨®mo iba a afectarme. Por eso ahora, cuando hablo con padres, intento ayudarles a ver el da?o que pueden causar¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.