Los trastornos de conducta alimentaria golpean a los menores de 12 a?os: ¡°Es horrible, ves a tu hija muy mal y no sabes qu¨¦ hacer¡±
Psiquiatras del Hospital Ni?o Jes¨²s, pionero y referencia en este tipo de enfermedad, alertan de su crecimiento: ¡°Si antes el 8% de todos los ingresos eran de menores de 12, ahora estamos entre un 20 y 25% y al alza¡±
Cuando Cristina (nombre ficticio) ingres¨® en la unidad de trastornos de la conducta alimentaria del hospital Ni?o Jes¨²s de Madrid pesaba 27,2 kilos. Su edad: 9 a?os. Fue diagnosticada de anorexia precoz, uno de los casos que, como alertan Montserrat Graell y Mar Faya, psiquiatras del Ni?o Jes¨²s especializadas en ese tipo de trastornos, han crecido y siguen haci¨¦ndolo de manera alarmante. ¡°Si antes el 8% de todos los ingresos eran de menores de 12 a?os, ahora estamos entre un 20 y 25% y al alza, porque cada a?o aumentan m¨¢s. S¨®lo en este centro, el n¨²mero de hospitalizaciones de menores de 12 a...
Cuando Cristina (nombre ficticio) ingres¨® en la unidad de trastornos de la conducta alimentaria del hospital Ni?o Jes¨²s de Madrid pesaba 27,2 kilos. Su edad: 9 a?os. Fue diagnosticada de anorexia precoz, uno de los casos que, como alertan Montserrat Graell y Mar Faya, psiquiatras del Ni?o Jes¨²s especializadas en ese tipo de trastornos, han crecido y siguen haci¨¦ndolo de manera alarmante. ¡°Si antes el 8% de todos los ingresos eran de menores de 12 a?os, ahora estamos entre un 20 y 25% y al alza, porque cada a?o aumentan m¨¢s. S¨®lo en este centro, el n¨²mero de hospitalizaciones de menores de 12 a?os ha crecido un 22% en el ¨²ltimo a?o. Son cifras que nos preocupan porque, adem¨¢s, no tenemos muy claro cu¨¢l puede ser la evoluci¨®n cuando el TCA [trastorno de conducta alimentaria] empieza tan pronto¡±, cuentan.
El pasado mes de octubre, en el hospital madrile?o, pionero y referencia en el tratamiento de los TCA, de las 14 ni?as ingresadas, 12 ten¨ªan menos de 12 a?os; en noviembre eran 6 de 12. Hay que tener en cuenta dos aspectos: el primero, que al ser la del Ni?o Jes¨²s una unidad especializada, les derivan los casos m¨¢s graves a los que no les ha funcionado el tratamiento ambulatorio; el segundo, un cambio de tendencia. Hace 40 a?os, cuando no se conoc¨ªa bien la enfermedad, casi el 80% de casos requer¨ªa ingreso porque al no detectarse, estos evolucionaban hasta niveles extremos de gravedad. ¡°Ahora es justo al rev¨¦s, s¨®lo un 20% va a necesitar un tratamiento intensivo de hospitalizaci¨®n. Porque se conoce mejor la enfermedad y porque los padres y el personal m¨¦dico se dan cuenta antes¡±, explica Graell, que dirige el servicio de Psiquiatr¨ªa y Psicolog¨ªa Cl¨ªnica Infantil del Ni?o Jes¨²s.
Un TCA es, seg¨²n la doctora Faya, ¡°una enfermedad mental con un componente f¨ªsico y biol¨®gico muy importante a consecuencia de la malnutrici¨®n¡±. E incide: ¡°Las consecuencias son tan graves que, adem¨¢s, el eclosionar a estas edades hace que tengan una tendencia tremenda a la cronicidad¡±. Es una enfermedad, adem¨¢s, que ¡°provoca mucho aislamiento¡±. Seg¨²n indican las dos psiquiatras, un 20% de los casos, sobre todo los que inician una anorexia, van a tener un curso cr¨®nico. ¡°Es decir, no se van a recuperar ni en cuatro ni en ocho a?os. Llevamos d¨¦cadas con ese porcentaje y no nos movemos de ah¨ª¡±, apunta Graell. Los TCA son, adem¨¢s de la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atrac¨®n. ¡°Ese 20% es el que nos preocupa, el resto se va a recuperar. En un 65% de los casos, en cuatro a?os de media, van a tener una recuperaci¨®n total¡±, se?ala Faya.
Las razones de ese aumento de casos de anorexia precoz, explican las dos psiquiatras, son diferentes y variadas y tienen que ver con factores biol¨®gicos, gen¨¦ticos y sociales. Uno de ellos es la temprana aparici¨®n de la menarquia [la primera regla] que, seg¨²n la doctora Graell, se ha adelantado dos a?os en los ¨²ltimos 70-80 y eso adelanta, inevitablemente, los cambios corporales. ¡°La adolescencia empieza antes y se alarga m¨¢s; por lo que las patolog¨ªas que entend¨ªamos que se asociaban a la adolescencia por diferentes factores, van a empezar antes. Esto es un problema porque se est¨¢ acortando la infancia, un periodo que tiene su utilidad para el desarrollo. Eso hace que se alcancen antes conductas que corresponden a una adolescente que deber¨ªa tener otros niveles de recursos emocionales, pero que no tiene porque no le ha dado tiempo a adquirirlos¡±, analiza Graell.
Otro de los motivos es el uso excesivo de las redes sociales en aquellas adolescentes [los TCA afectan en su mayor¨ªa a las mujeres] que no tienen una buena estima corporal que les permita resistirse a los mensajes que ven. Esos mensajes aparecen tambi¨¦n en Youtube, en v¨ªdeos a las que son redirigidas. Seg¨²n el primer estudio realizado en Espa?a sobre tiempos de consumo, el 20,22% de los adolescentes de entre 12 y 18 a?os pasan m¨¢s de dos horas al d¨ªa conectados a TikTok y la mayor¨ªa de ellos aseguran que al desconectarse el sentimiento predominante es una menor autoestima. ¡°Las redes han amplificado los mensajes, en este caso el de los ideales corporales: llegan m¨¢s r¨¢pido, a m¨¢s gente y de forma m¨¢s intensa y potente a la poblaci¨®n que es m¨¢s susceptible de tener un TCA. Si se usan durante horas y eres vulnerable, aumenta la insatisfacci¨®n corporal y baja el estado de ¨¢nimo, los dos factores principales de riesgo psicol¨®gico de los trastornos de alimentaci¨®n¡±, apunta Graell.
Factores biol¨®gicos y gen¨¦ticos
Y la tercera raz¨®n que explicar¨ªa el aumento de casos se debe, seg¨²n explica la doctora Faya, a factores gen¨¦ticos. ¡°Los factores biol¨®gicos son important¨ªsimos, la vulnerabilidad, los rasgos psicol¨®gicos de cada uno de ellos. Hay que tener en cuenta que muchos de esos rasgos son gen¨¦ticos tambi¨¦n. La triada, por ejemplo, que podr¨ªamos definir as¨ª para la anorexia nerviosa: una rigidez cognitiva, una obsesividad intensa, o la necesidad desmesurada de control y perfeccionismo. Son aspectos que tambi¨¦n se heredan, pero nunca se hab¨ªan amplificado tanto ni hab¨ªan llegado a tantas personas y con tanta intensidad como con las redes. Es algo que encima est¨¢ muy al alcance. Piense en personas que sean muy obsesivas y que est¨¦n todo el d¨ªa mirando y haciendo b¨²squedas en redes. Los algoritmos ya ni tienes que ir t¨² a buscarlos, ellos te buscan a ti. Eso tambi¨¦n va a hacer que, de tenerla, la insatisfacci¨®n corporal cada vez sea mayor, m¨¢s obsesiva y te lleva a la comparativa¡±.
Cristina, a sus 9 a?os, no ten¨ªa redes. Pero, seg¨²n sus padres, que han accedido a hablar con EL PA?S bajo condici¨®n de anonimato, miraba de forma obsesiva recetas de comida en Internet. ¡°No los com¨ªa, pero nos suger¨ªa constantemente nuevos platos o preguntaba si pod¨ªamos probar alimentos nuevos¡±, cuenta el padre. ¡°Y al principio hasta parece que tiene su gracia o que es algo inocuo... Pero a m¨ª me impact¨® cuando un d¨ªa, en el supermercado, la vi meter semillas de ch¨ªa en el carrito¡±, a?ade la madre. La ni?a estuvo ingresada apenas 7 d¨ªas en el Ni?o Jes¨²s. ¡°Para nosotros el ingreso fue un punto de inflexi¨®n, la ni?a reaccion¨® all¨ª y empez¨® a comer. Las semanas anteriores al ingreso fueron un infierno porque aunque la pediatra nos deriv¨® r¨¢pidamente a salud mental, segu¨ªamos igual de perdidos. No sab¨ªamos c¨®mo actuar: te entregan una hoja con pautas y listo¡±. Una vez dada de alta en el hospital [ha cogido varios kilos, est¨¢ en 31, y sigue con la pauta de las 5 comidas diarias y se ausenta del colegio ¨²nicamente para comer], sigui¨® el tratamiento en casa, gracias a un novedoso programa de hospitalizaci¨®n domiciliaria, por el que psiquiatra, psic¨®loga y enfermera acuden al domicilio del paciente para seguir all¨ª la terapia. La participaci¨®n de los padres es fundamental.
Los de Cristina han accedido a hablar con este peri¨®dico porque creen que contar lo que sintieron puede ayudar a m¨¢s progenitores que est¨¦n pasando por lo mismo. Ellos hablan del desamparo, el p¨¢nico y la sensaci¨®n de estar completamente perdidos que sintieron cuando se dieron cuenta de que su hija sufr¨ªa anorexia. ¡°Es horrible, no sabes qu¨¦ hacer, la ni?a est¨¢ irritable, ves que no quiere ir a comer a casa de amigos cuando la invitan. No sabes c¨®mo hacerlo, no entiendes porque est¨¢ enfadada, ves que tu hija est¨¢ en los huesos y te sientes culpable. Tienes miedo de que le d¨¦ un infarto. Yo me dec¨ªa: ?c¨®mo puede ser que una madre no se d¨¦ cuenta de que su hija no come! Discutes con tu pareja, es una tensi¨®n que se lleva todo por delante. No sabes si lo est¨¢s haciendo bien, si tienes que obligarla a comer. No sabes nada. Aguantas a costa de tu salud mental. Yo me tomaba medicaci¨®n porque no pod¨ªa dormir. La impotencia y la culpabilidad que sientes es horrible. Por suerte lo pillamos a tiempo y la pediatra nos deriv¨® inmediatamente a salud mental¡±, rememora la madre.
En Espa?a, los ¨²ltimos estudios realizados coinciden en se?alar una tasa de prevalencia de TCA en poblaci¨®n adolescente alrededor del 4,1-4,5% entre los 12 y los 21 a?os (unos 400.000 afectados). Los ¨²ltimos datos europeos sit¨²an la prevalencia de la anorexia nerviosa entre un 1 y un 4%, la bulimia nerviosa entre el 1 y el 2% y el trastorno por atrac¨®n est¨¢ entre el 1 y el 4%. Son datos, de todas formas, anteriores a la pandemia, y c¨®mo indica Julia Mar¨ªa Ruiz, enfermera y coordinadora del grupo de salud p¨²blica a nivel nacional de la Sociedad Espa?ola de M¨¦dicos Generales y de Familia (SEMG), son relativos a las hospitalizaciones. ¡°Por eso es una enfermedad infradiagnosticada¡±.
Proyecto multicentro para la detecci¨®n precoz
Para hacer una radiograf¨ªa m¨¢s precisa y paliar ese vac¨ªo, desde la SEMG se ha impulsado un proyecto de investigaci¨®n multicentro, que aprovechar¨¢ el momento de la vacunaci¨®n de VPH (virus del papiloma humano) para entregarles un cuestionario a los ni?os de 9 y 11 a?os sobre el riesgo de TCA. El proyecto lo coordina Ruiz y empezar¨¢ en enero de 2025 (de momento se han sumado cuatro centros de salud). Hay 18 preguntas, algunas de ellas son: ?Te has preocupado tanto por tu figura que has pensado que tendr¨ªas que ponerte a dieta? ?Has tenido miedo a engordar? ?Has evitado actos sociales porque no te has sentido c¨®moda con tu figura?
Ruiz tambi¨¦n sufri¨® anorexia. Ella habla en presente y dice que sufre, aunque fue diagnosticada con 15 y ahora tiene 45, porque asume que va ¡°entrando y saliendo de la enfermedad¡±, que hay reca¨ªdas y por eso es importante disponer de las herramientas emocionales para gestionarlas. Dice que los que sufren este tipo de trastornos est¨¢n ¡°muy estigmatizados¡±. Traslada un mensaje a los padres: ¡°No hay una receta est¨¢ndar para manejar estos trastornos. Adem¨¢s, los pacientes somos muy mentirosos, lo manipulamos todo a nuestro beneficio, entiendo eso como satisfacci¨®n con nuestro cuerpo. No eres consciente en ning¨²n momento de que est¨¢s enferma porque el reflejo que te devuelve el espejo est¨¢ modificado por nuestro cerebro. Y detr¨¢s de eso hay siempre un problema de base. Querer salir de ese pozo no es f¨¢cil, tienes que quererlo y para eso tiene que haber un detonante que es diferente por cada persona y cada caso¡±, dice.
El proyecto multicentro que coordina hace hincapi¨¦ en un aspecto fundamental de los TCA: la detecci¨®n precoz. Es lo que marca el devenir de la enfermedad y su curaci¨®n evitando la cronicidad, asegura Ruiz. Para ello es importante que los pediatras y m¨¦dicos de atenci¨®n primaria detecten las se?ales y deriven a los pacientes a salud mental. Tambi¨¦n es fundamental, coinciden Faya y Graell, trabajar en la autoestima corporal. Hacer ver que ese ideal de cuerpo que se ense?a en redes no se corresponde con la realidad y que cada uno tiene su cuerpo y es v¨¢lido. La medida que para ellas se ha demostrado como la m¨¢s efectiva es que las familias hagan, al menos, una comida diaria todos juntos. ¡°Lo repito en cada charla que doy. Es fundamental. Comer de forma regular con tus hijos no solo te permite ver lo que come, sino conocer sus emociones, problemas. Establecer relaciones de confianza sirve para los socio-emocional y lo alimentario. Dif¨ªcil va a ser una detecci¨®n precoz si no te comunicas con tus hijos¡±, subraya Graell.
Eso permite estar pendientes de lo que las dos psiquiatras consideran como se?ales de alarma: ¡°un inter¨¦s repentino por la preparaci¨®n de la comida y los ingredientes, un estado de ¨¢nimo cada vez m¨¢s bajo, el enfado permanente con el mundo, mucho mayor que el de un adolescente normal, y una adicci¨®n repentina al deporte¡±.