Del caf¨¦ a la compra diaria: los peque?os negocios que alimentan la econom¨ªa local
El 88% de los consumidores valora el peque?o y mediano comercio por su aportaci¨®n a la zona en la que se encuentran, seg¨²n un estudio realizado por la consultora Inmark. Un par de cafeter¨ªas, una tienda de comestibles y un comercial desgranan las estrechas relaciones que se crean entre ellos y con sus clientes y c¨®mo su existencia es vital para los pueblos
?ngeles Domingo (Granada, 45 a?os) ve a alguien aparcar el coche y sabe lo que va a tomar. Cuando el cliente entra por la puerta de la cafeter¨ªa El Patio, en La Zubia (Granada), ya tiene encima de la mesa su desayuno. ¡°As¨ª a los trabajadores les da tiempo a tomarlo tranquilamente¡±, explica la due?a, conocida como Lina. En su local se re¨²nen personas de paso y vecinos del pueblo de 19.885 habitantes; padres que llevan a sus hijos al colegio, alba?iles, conductores de autob¨²s o m¨¦dicos antes de empezar la jornada. Cada ma?ana puede atender a unas 200 personas: ¡°Aunque parezca mentira, de seis y media a siete de la ma?ana es cuanto m¨¢s trabajo tengo¡±, concreta. Reconoce sentirse muy bien acogida por todos: ¡°Los clientes te tratan como si fueran de tu familia¡±.
Ese sentimiento tan cercano descrito por Domingo es mayoritario entre la poblaci¨®n si se tiene en cuenta que el 88% de los consumidores valora el peque?o y mediano comercio por su aportaci¨®n en el lugar en el que se ubica, seg¨²n el estudio Tendencias del consumidor espa?ol realizado por la consultora Inmark para el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo en 2018. El primer motivo es la comodidad y cercan¨ªa que ofrecen (un 45% de encuestados) y el segundo, que dan vida a la zona (seg¨²n un 30%), sin olvidar la revitalizaci¨®n del tejido econ¨®mico local. En el caso de El Patio se consumen productos que la due?a compra directamente a empresas el pueblo: ¡°Si me va muy bien con el proveedor, no cambio¡±, explica: ¡°Por ejemplo, con el Grupo Pascual tengo muy buena relaci¨®n. Cada vez que he necesitado algo les ha faltado tiempo para tra¨¦rmelo¡±. En esa revitalizaci¨®n tambi¨¦n est¨¢ el empleo: por ejemplo, en esta cafeter¨ªa de La Zubia, aparte de la due?a, trabajan dos personas por la ma?ana y dos por la tarde (sirven copas) y, en ocasiones, contratan a una persona extra.
El secreto de los desayunos de la cafeter¨ªa-restaurante And¨²jar II es tambi¨¦n su apuesta por la colaboraci¨®n local: ¡°Nos gusta trabajar con proveedores de referencia. Hemos ganado fama gracias al panadero con el que trabajamos, al jam¨®n bodega, que lo compramos tambi¨¦n en la zona, y eligiendo bien la marca de leche¡±, explica Mat¨ªas Lucena, el propietario de este negocio ubicado junto a una gasolinera en su pueblo, And¨²jar (Ja¨¦n, 35.788 habitantes). Cuenta con unos 20 proveedores, considerando que tambi¨¦n necesita productos para la tienda del ¨¢rea de servicio.
Lucena entr¨® como gestor directo en 2014. Junto a otros ocho trabajadores del restaurante, atienden a personas de paso y a vecinos de la zona. ¡°He visto crecer clientes, han pasado por aqu¨ª ni?os que ya han terminado la universidad¡±, explica. Este jienense de 53 a?os tiene tres objetivos: buscar el sabor, la calidad y la diversidad de producto que les permite la regi¨®n. ¡°Lo que nos diferencia es la calidad. El cocinero siempre dice que cocinamos con amor, cosas que nosotros queremos comernos porque est¨¢n bien hechas¡±, defiende.
Acercar los productos a los clientes
Paco Huertas (Albolote, Granada, 56 a?os) tiene innumerables an¨¦cdotas de su tienda de comestibles Pasantos, cuyo nombre es tambi¨¦n el mote con el que le llaman a ¨¦l y a su familia desde hace seis generaciones. Huertas lleva 32 a?os al frente, desde que su padre se jubil¨®. ¡°Recuerdo una ¨¦poca en la que no hab¨ªa yogures en las casas. Cuando operaban a un ni?o de anginas nos lo ped¨ªan para ese mismo d¨ªa¡±, cuenta. Ellos vivieron la evoluci¨®n de su pueblo de 19.474 habitantes. Pasaron de ofrecer grano para animales (¡°combustible para los burros¡±) a vender pan hasta llegar al resto de alimentos. Actualmente ofrecen sus servicios a los vecinos de Albolote, adem¨¢s de a tres restaurantes y siete bares.
Un d¨ªa normal de Huertas comienza cuando se despierta a las tres de la ma?ana, y termina a las ocho de la tarde. ¡°Aunque sea cansado, lo hemos hecho as¨ª toda la vida¡±, explica. Lo primero que hace es ir a Granada a comprar, despu¨¦s descarga junto a su mujer y empiezan a funcionar. Atienden en el local y llevan pedidos. ¡°Aqu¨ª nos llevamos todos muy bien¡±, explica. De hecho, seg¨²n el estudio de Inmark, despu¨¦s de la facilidad por la proximidad, el criterio que m¨¢s cumplen los comercios locales es el buen trato y amabilidad (87%).
Tener una agradable relaci¨®n con los clientes es tambi¨¦n una de las prioridades de los comerciales como Antonio Mar¨ªn (Puerto de Santa Mar¨ªa, C¨¢diz, 47 a?os), que trabaja para el Grupo Pascual en Granada. ¡°Yo de broma digo que si fuera un robot ser¨ªa C-3PO, que es relaciones cibern¨¦ticas espaciales. Me encanta hablar¡±, bromea. Hace un a?o reorganiz¨® su ruta y comenz¨® a trabajar con Huertas: ¡°Cuando entr¨¦ en la tienda por primera vez, me llev¨® a mi ni?ez. Me acogieron con los brazos abiertos, como si me conocieran de toda la vida¡±, explica. Les define como personas muy trabajadoras. ¡°Es una tienda de barrio de toda la vida que ofrece precios acordes a la zona, hace pi?a con la gente que les rodea y tiene nuestra leche y nuestro Bifrutas siempre en sus lineales¡±, describe. Para ¨¦l, representan lo que es un ¡°comercio de cercan¨ªa¡±.
Mar¨ªn lleva cinco a?os como comercial en Pascual y desde que se levanta se dedica a ofrecer lo mejor a sus clientes. ¡°No siempre quieren comprar lo que necesitan¡±, se?ala: ¡°Hay que cuidar de su econom¨ªa¡±. Y, para ello, todo empieza en que conf¨ªen en ¨¦l. Por ejemplo, queda con ellos para tomar caf¨¦ antes de su jornada laboral o se apunta en su m¨®vil sus fechas de cumplea?os para felicitarles. ¡°Y el otro d¨ªa, antes de una reuni¨®n, uno me dijo que a¨²n estaba en el centro de salud y me pas¨¦ con el coche a recogerle¡±, cuenta.
Este comercial le pone cara a un trabajo que puede parecer fr¨ªo. Piensa que, en una empresa tan grande como el Grupo Pascual, es importante que el cliente sepa que es alguien fundamental. Visita la ciudad y los pueblos, tiene contacto con unas 300 empresas al mes. ¡°A veces, somos la persona a quien abrazan; otras, el saco de boxeo y otras, el hombro en el que lloran¡±, describe. Para conseguir ese v¨ªnculo apuesta por lo que ¨¦l llama ¡°econom¨ªa recircular¡±. ¡°Mis clientes conf¨ªan en m¨ª, pero yo tambi¨¦n. Mi compra de casa la hago con sus productos¡±, explica.