El feminismo toma de nuevo la calle pese a la bronca pol¨ªtica
Miles de mujeres sacan sus reivindicaciones en decenas de manifestaciones. A la divisi¨®n dentro del movimiento vivida hace un a?o por la ¡®ley trans¡¯ se le suma ahora el conflicto en el seno del Gobierno de coalici¨®n por la ¡®ley del solo s¨ª es s¨ª¡¯
Las mujeres han vuelto a llenar las calles este 8 de marzo. Desde las grandes capitales a municipios m¨¢s peque?os de Espa?a, las reivindicaciones feministas ¡ªcomo el fin de la violencia machista, de la brecha salarial y los techos de cristal¡ª han resonado otra vez con fuerza. Miles y miles de personas han respaldado las convocatorias. Pero, como ya ocurri¨® el pasado a?o y en el ¨²ltimo D¨ªa Internaciona...
Las mujeres han vuelto a llenar las calles este 8 de marzo. Desde las grandes capitales a municipios m¨¢s peque?os de Espa?a, las reivindicaciones feministas ¡ªcomo el fin de la violencia machista, de la brecha salarial y los techos de cristal¡ª han resonado otra vez con fuerza. Miles y miles de personas han respaldado las convocatorias. Pero, como ya ocurri¨® el pasado a?o y en el ¨²ltimo D¨ªa Internacional contra la Violencia de G¨¦nero, las consignas no han salido de una voz unida. Porque el movimiento feminista, en algunas de las principales ciudades del pa¨ªs, incluida la capital, ha estado dividido y no ha podido repetir aquellas ya hist¨®ricas fotos de las masivas y conjuntas protestas de 2018 y 2019, que marcaron el camino para avanzar m¨¢s r¨¢pido en las pol¨ªticas feministas en Espa?a. A la ley trans, que ya provoc¨® el cisma en 2022, se le une en esta ocasi¨®n la bronca pol¨ªtica por la modificaci¨®n de la ley del solo s¨ª es s¨ª tras las rebajas de penas y excarcelaciones de m¨¢s de 700 condenados por delitos sexuales.
Pese al clima de tensi¨®n pol¨ªtica, las protestas han vuelto a ser numerosas y han reunido a miles de voces. 27.000 personas en Madrid; 40.000 en Barcelona; 20.000 en Bilbao; 16.000 en Valencia... Estos datos son los facilitados por las distintas polic¨ªas y delegaciones del Gobierno; las organizaciones convocantes han multiplicado por bastante las cifras de asistencia.
¡°El feminismo lo est¨¢ cambiando todo, est¨¢ avanzando y por eso queremos celebrar las victorias, nuestras victorias y tambi¨¦n nuestras conquistas¡±, ha explicado Ana Hernando, portavoz de la Comisi¨®n 8M, organizadora de la protesta mayoritaria celebrada en Madrid. En ella han coincidido, pese a los encontronazos de las ¨²ltimas semanas, varias ministras del Gobierno del PSOE y de Unidas Podemos. Mar¨ªa Jes¨²s Montero, ministra socialista de Hacienda, ha marchado junto a otras compa?eras de partido, como la vicepresidenta Nadia Calvi?o y la ministra de Justicia, Pilar Llop. ¡°Todas las mujeres que defendemos la igualdad vamos juntas en esta manifestaci¨®n. Hoy es un d¨ªa bonito para celebrar que hemos conseguido muchas cosas de la mano y que tenemos que conseguir muchas m¨¢s juntas¡±, ha se?alado Mar¨ªa Jes¨²s Montero. Eso s¨ª, las ministras y altos cargos de PSOE y Unidas Podemos han ido por separado, a unos 100 metros de distancia y cada una con sus propios lemas, como en a?os anteriores.
La celebraci¨®n del 8-M ha estado precedida el martes por una sesi¨®n del Congreso de los Diputados en la que los socios de Gobierno votaron enfrentados en la reforma de la ley del solo s¨ª es s¨ª. Y el sufl¨¦ no hab¨ªa bajado este mi¨¦rcoles. En los pasillos de la C¨¢mara, la ministra de Igualdad, Irene Montero, declaraba por la ma?ana: ¡°Lo que est¨¢ en riesgo en este momento no es el Gobierno de coalici¨®n, son los derechos de las mujeres. Es una muy mala noticia para las mujeres de este pa¨ªs que el PSOE se haya dado la mano con el PP para iniciar el camino que puede llevarnos a volver al C¨®digo Penal de la violencia o la intimidaci¨®n, al C¨®digo Penal de La Manada¡±. Unas horas despu¨¦s, en el acto central organizado por su ministerio, Montero se tuvo que enfrentar a un peque?o grupo de feministas contrarias a la ley trans que hab¨ªan acudido al acto en el Teatro Pav¨®n. Al contrario de lo ocurrido en a?os anteriores, el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, no acudi¨® a esta cita del 8-M organizada por el Ministerio de Igualdad.
Enfrentadas
Una de las im¨¢genes m¨¢s evidentes de la divisi¨®n se ha vivido en Madrid, donde se han celebrado dos manifestaciones con recorridos diferentes, aunque las dos han partido de Atocha. La primera en salir ha sido la del Movimiento Feminista de Madrid, abolicionistas y con una marcada posici¨®n contraria a la ley trans y en la que se ha pedido la dimisi¨®n de Montero. Las organizadoras de esta marcha tambi¨¦n han cargado contra la ¡°chapuza¡± de la ley del solo s¨ª es s¨ª. Carmen, de 73 a?os, ha explicado que es el primer a?o que decide no acudir a la manifestaci¨®n oficial, que ha salido media hora despu¨¦s desde el mismo punto. Ella no est¨¢ de acuerdo con lo que ha sucedido con la ley del solo s¨ª es s¨ª. Pero tambi¨¦n se lamentaba de que esta divisi¨®n est¨¦ deteriorando al movimiento feminista. Y no comparte que se haya pedido la dimisi¨®n de la ministra Montero. ¡°Este no es el lugar para ello¡±. A esta protesta han acudido 35.000 personas, seg¨²n las convocantes; 10.000, seg¨²n la Delegaci¨®n del Gobierno.
La segunda convocatoria en Madrid ha sido la m¨¢s numerosa: la Delegaci¨®n ha cifrado la asistencia en 17.000 personas, mientras que las organizadoras han calculado 700.000. Ana Hernando, de la organizaci¨®n, ha recordado: ¡°Esta manifestaci¨®n es un espacio de encuentro de todos los feminismos, en la que cabemos todas, cabemos todes sin exclusi¨®n, porque somos feministas y no dejamos a nadie atr¨¢s¡±. ¡°Somos el grito necesario. El feminismo lo est¨¢ cambiando todo¡±, era el lema de esta protesta. En la marcha, al ritmo de batucadas y gritos festivos, los colectivos feministas iban de la mano de otros por el clima o contra los desahucios. Se han escuchado gritos como ¡°Patriarcado y capital¡±; ¡°El feminismo ser¨¢ antirracista o no ser¨¢¡±; o ¡°Quiero ser libre, no quiero ser valiente¡±. En la marcha, hab¨ªa muchas reivindicaciones a favor del movimiento LGTBI y la inclusi¨®n del movimiento trans dentro del feminista.
Algunas de las manifestaciones se mostraban ajenas a la escisi¨®n. Bajo paraguas rojos, en esta marcha tambi¨¦n ha estado representado un colectivo contra la abolici¨®n de la prostituci¨®n. ¡°Con la abolici¨®n estamos m¨¢s desprotegidas y se criminaliza nuestro trabajo. Pero, por desgracia, la mayor¨ªa del movimiento feminista est¨¢ en esta l¨ªnea¡±, dec¨ªa una de las manifestantes que, como muchas compa?eras, llevaba el rostro cubierto.
En Valencia, tambi¨¦n ha sido una jornada de cisma, como demostraban los gritos de las dos convocatorias. En la m¨¢s madrugadora, liderada por la Asamblea Feminista, las consignas defend¨ªan que el ¡°trabajo sexual tambi¨¦n es trabajo¡± y que ¡°la transfobia no es feminismo¡±. En la otra marcha organizada por la Coordinadora, se ped¨ªa la dimisi¨®n de la ministra Montero justo detr¨¢s de la pancarta y se calificaba de ¡°violadores¡± a los clientes de la prostituci¨®n. No han sido gritos un¨¢nimes ni generales, pero s¨ª representativos. Ambas manifestaciones han reunido a decenas de miles de personas, siendo m¨¢s numerosa la segunda, la institucional, en la que est¨¢n integrados los sindicatos y los partidos pol¨ªticos. Seg¨²n la Delegaci¨®n de Gobierno, la manifestaci¨®n de la Coordinadora ha reunido a m¨¢s de 15.000 personas, si bien la organizaci¨®n ha elevado esa cifra a 50.000. Unas 5.000 personas han acudido a la otra marcha, seg¨²n las convocantes: la Delegaci¨®n lo ha rebajado a 1.000.
Unitarias
Sin embargo, en otras ciudades, como Barcelona o las capitales vascas, s¨ª se ha hecho un esfuerzo por la unidad y solo ha habido una convocatoria. La consejera de Igualdad y Feminismos de la Generalitat, T¨¤nia Verge, ha reivindicado desde la protesta de la capital catalana: ¡°Es urgente tumbar el patriarcado¡±. A esa marcha han acudido miles de personas ¡ª60.000, seg¨²n las plataformas convocantes, y 40.000, seg¨²n la Guardia Urbana¡ª. Ha sido la protesta feminista m¨¢s mayoritaria de toda Catalu?a. Ha ido precedida por una pancarta con el lema: ¡°Huelga feminista contra el sistema cishetero-patriarcal, racista y clasista¡±. Y, como en muchos otros lugares, la creatividad de los mensajes ha sido la t¨®nica general. Una ni?a sujetaba un cartel con el ingenioso mensaje: ¡°No quiero ser princesa, quiero ser alcaldesa¡±. Tambi¨¦n hab¨ªa escritos como: ¡°No estamos todas, faltan las asesinadas¡± o ¡°Si mi perro entiende no t¨², tambi¨¦n puedes¡±.
Ana Tostado, una de las asistentes, tiene 50 a?os y lleva ya varios bajando desde Sant Cugat (Barcelona) hasta la capital catalana cada 8 de marzo: ¡°Hemos ganado muchas cosas, pero ahora el feminismo est¨¢ totalmente dividido y eso nos perjudica. Por suerte, en Barcelona la manifestaci¨®n es unitaria¡±.
En el Pa¨ªs Vasco, miles de personas han salido a las calles a reivindicar un trato digno para las mujeres que se dedican al cuidado de personas y protestar por ¡°la situaci¨®n de opresi¨®n¡± que sufren. En Bilbao, la Polic¨ªa Municipal ha estimado unos 20.000 asistentes. La defensa de los derechos de las cuidadoras ha sido el gran eslogan elegido para este 8-M. Una de estas trabajadoras es Deisy Santana, nicarag¨¹ense de 28 a?os y residente desde hace dos en la capital donostiarra. Dice que cobra 950 euros mensuales por el cuidado de un jubilado y la limpieza de la vivienda de este: ¡°No tengo contrato, trabajo ocho horas y solo tengo fiesta los domingos. Espero que estas movilizaciones sirvan para que se valore nuestro trabajo. Somos muchas personas llegadas de fuera las que vivimos en precario¡±.
Las manifestaciones han discurrido tras una pancarta, la misma en las tres capitales vascas, con el lema en euskera: ¡°Revolucionar los cuidados para cambiarlo todo¡±. No se han escuchado gritos de dimisi¨®n y s¨ª a favor de un sistema p¨²blico de atenci¨®n que regularice la situaci¨®n de muchas mujeres cuidadoras. Tampoco se han registrado incidentes. Algunos manifestantes ¡ªni los convocantes ni la Guardia Municipal donostiarra han ofrecido datos de asistentes¡ª han exhibido carteles que censuran la violencia machista: ¡°Con ropa, sin ropa, mi cuerpo no se toca¡± o ¡°El feminismo salva vidas, el machismo mata cada d¨ªa¡±. Elena Mart¨ªnez, limpiadora de 45 a?os, ha acudido a la cita para exigir ¡°respeto, respeto y respeto¡±. ¡°No pedimos nada imposible. Queremos vivir sin mirar atr¨¢s, sin complejos¡±.
El puente sevillano de Chapina ha temblado este mi¨¦rcoles m¨¢s que nunca mientras todas las manifestantes bailaban al son de la m¨²sica de Rigoberta Bandini en la cabecera de una de las dos manifestaciones convocadas en la capital andaluza, la de la Asamblea Feminista. La otra estaba organizada por el Movimiento Feminista. ¡°?A qu¨¦ mujer de tu vida cercana tienen que asesinar para que te importe la violencia de g¨¦nero?¡±, rezaba una llamativa pancarta en el cierre de la primera de las marchas, a la que han acudido m¨¢s de 2.000 personas, seg¨²n fuentes policiales. Mari Loli Mellado, de 70 a?os, aclaraba: ¡°He venido a muchas manifestaciones y antes no se contaban las muertas y ahora s¨ª. Hemos venido por nosotras y por las mujeres de tantos pa¨ªses que est¨¢n peor con tanta represi¨®n¡±, contaba acompa?ada de dos amigas.
Protestas estudiantiles
Por la ma?ana, las estudiantes fueron las que tomaron las calles de muchas ciudades del pa¨ªs. ¡°Vuelvo a casa con ropa ancha para que no me digan nada¡±, explicaba Ana S¨¢nchez Garc¨ªa, estudiante de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Es la primera vez que se manifiesta en el 8-M: ¡°Puedo reivindicarme como mujer en el d¨ªa a d¨ªa, pero hoy tengo una oportunidad especial para alzar la voz¡±. Entre gritos de ¡°sola, borracha, quiero llegar a casa¡± S¨¢nchez se quejaba de la inseguridad en la calle que padecen las mujeres. ¡°Cuando vuelvo a casa es terrible. Vivo en las afueras de la ciudad y cuando salgo voy con ropa ancha aposta para que no me hagan ni me digan nada¡±.
Pero las manifestaciones de estudiantes tampoco fueron ajenas al clima de enfrentamiento dentro del feminismo. ¡°Nos quieren convencer de que la ley [del solo s¨ª es s¨ª] est¨¢ mal hecha¡±, cuando el verdadero problema son ¡°unos jueces fascistas¡± y ¡°una justicia patriarcal¡±, exclamaba desde los altavoces una de las organizadoras de la manifestaci¨®n estudiantil feminista liderada por el Sindicado de Estudiantes. Esa marcha termin¨® frente al Ministerio de Justicia y con la lectura de un manifiesto en el que se carg¨® contra el estamento judicial por ¡°impulsar una ofensiva, no solo contra la ley del solo s¨ª es s¨ª, sino contra todo el movimiento feminista¡±. ¡°Estamos furiosas porque en 2023 tengamos que seguir luchando contra esta mierda patriarcal¡±.