Qu¨¦ no puede faltar en una cocina
Con una poblaci¨®n muy concienciada, los pocos ciudadanos que a¨²n no reciclan argumentan falta de espacio para instalar los cuatro o cinco cubos pertinentes seg¨²n la regi¨®n. Sirvan estas propuestas para mitigar el problema
Todo est¨¢ en Argui?ano. Los aspectos b¨¢sicos de la gastronom¨ªa espa?ola y las soluciones para integrar la gesti¨®n de residuos de forma sutil y pr¨¢ctica en la cocina. Hace unos 15 a?os que el afamado cocinero incrust¨® un recipiente en la encimera para deshacerse de forma r¨¢pida de los residuos org¨¢nicos, todo lo que hoy se deposita en el contenedor marr¨®n (operativo en partes de Navarra, Pa¨ªs Vasco, Catalu?a y Madrid). Cierto es que esta soluci¨®n conviene plantearla en el momento de dise?ar la cocina o realizar una peque?a obra, pero existen otras de ejecuci¨®n inmediata como aprovechar al m¨¢ximo el espacio de debajo del fregadero. El cambio producido en los ¨²ltimos veinte a?os en la gesti¨®n de residuos, esto es, pasar de un cubo de basura para todo a cuatro o cinco seg¨²n la regi¨®n, implica habilitar un espacio mayor en las nuevas cocinas u optimizar los huecos ya existentes.
Los vendedores de muebles, fabricantes y arquitectos consultados est¨¢n de acuerdo en que la ubicaci¨®n de los cubos no es una prioridad de sus clientes, no surge de manera org¨¢nica en las conversaciones que mantienen. Muchos lo f¨ªan todo al espacio de debajo del fregadero o directamente lo dejan pasar. Los hay que una vez ya instalados en casa apuestan por comprar cubos de dise?o para que no desentonen con la nueva cocina elegida con ilusi¨®n. Aquellos con m¨¢s metros cuadrados recurren a la terraza, una forma de esconderlos. El gran cambio, en definitiva, no ha sido destinar mayor espacio al reciclaje sino optimizar el existente. Ingeni¨¢rselas para que los recipientes est¨¦n de la forma m¨¢s ordenada posible en espacios a veces peque?os. Conviene recordar que no todos los ciudadanos pueden decidir el tama?o de sus casas y por ende el de las cocinas. El valor m¨¢s habitual (mediana) de una vivienda en Madrid, seg¨²n un estudio del Ayuntamiento de la capital de 2019, es de 75 metros cuadrados.
A¨²n a tiempo o en el proceso de dise?ar la cocina
Almudena Garc¨ªa, comercial de la tienda y fabricante de cocinas Grupo Coeco, corrobora lo anterior pero no descarta una evoluci¨®n en los pr¨®ximos a?os. ¡°Es posible que en el futuro se destine un caj¨®n extra al reciclaje adem¨¢s del espacio de debajo de la pila¡±. Garc¨ªa se?ala la soluci¨®n imperante en los cat¨¢logos de cualquier fabricante: ¡°Las gavetas [cajones corredizos que salen por completo de la oquedad en la que se alojan] permiten aprovechar todo el espacio, lo que redunda en una superficie ¨²til mayor en peque?as cocinas¡±. Domingo Nieto, de la tienda Muebles DyM, abunda en la idea: ¡°Las gavetas llevan tiempo pero no se ha avanzado mucho m¨¢s. Ahora bien, hay clientes muy concienciados que piden que ese caj¨®n venga ya con los cubos instalados¡±. 37 millones de personas declaran reciclar sus residuos a diario, seg¨²n un estudio realizado por el Instituto Apolda para Ecoembes.
Desde CDP Arquitectos, un estudio que realiza reformas de viviendas, recomiendan en ocasiones la idea del cubo incrustado en la encimera. ¡°Tiene mucho sentido en las cocinas que dibujan una ele. La esquina suele quedar inutilizada por lo que resulta un lugar ¨®ptimo para colocar esta papelera que se extrae tirando de un asa hacia arriba¡±, afirma Pablo Escudero, uno de los socios. El volumen de estos recipientes va desde los 3 litros hasta los 10, un tama?o peque?o para ocupar poco y para bajarlo al cubo marr¨®n con m¨¢s frecuencia al contener desechos org¨¢nicos. Como se encuentran a la altura de la tabla de cortar, se evita la necesidad de agacharse o de pelar las patatas sobre un trapo o un bol para que no se desparramen las mondas por la encimera.
C¨®mo optimizar el espacio existente
El ancho del mueble del fregadero var¨ªa en funci¨®n del tama?o de la cocina. El est¨¢ndar se sit¨²a entre 60 y 90 cent¨ªmetros aunque por supuesto los hay de 40 en pisos peque?os de grandes ciudades o de 120, en chal¨¦s a las afueras. Los fabricantes ofrecen soluciones para todos los espacios. Los bloques de cubos suelen ser de diferente tama?o para adaptarse a la cantidad de residuos de diferente naturaleza que se generan. La empresa Mode Cuina ofrece un juego de dos cubos para un ancho de 60 cent¨ªmetros. Uno de ellos es de 26 litros, adecuado para los envases (amarillo), y otro de 11 litros, para la fracci¨®n resto, es decir, lo que no se puede reciclar. Un ancho de 90 permite albergar tres cubos (26, 26 y 11 litros), de tal manera que uno de ellos puede utilizarse para el papel y el cart¨®n. Y as¨ª cada uno se configura su organizaci¨®n del reciclaje.
Los cubos extra¨ªbles, que cuentan con unos rieles para que salgan del armario sin esfuerzo, son una soluci¨®n que se acerca a los cajones corredizos. Son c¨®modos y aprovechan el espacio. Basta tirar de un asa para que aparezcan dos o tres espacios separados en los que depositar los desechos de la fracci¨®n resto, los residuos org¨¢nicos y los envases. A fin de cuentas se trata de que ese hueco destinado el siglo pasado a un cubo de basura rodeado de productos de limpieza se convierta en un peque?o punto limpio.
Existe una opci¨®n un poco m¨¢s invasiva y solo adecuada para cocinas grandes pero muy eficaz. Se trata de un mueble estilo zapatero con trampillas que se abren 45 grados. Los hay de dos, tres o cuatro espacios separados. Se disponen en una o dos columnas. Son muebles con poco fondo, que se pegan a la pared y que contentan a los m¨¢s concienciados con el reciclaje o con el orden. 2,5 millones de ciudadanos empezaron a reciclar nuevos residuos con el inicio del confinamiento en abril de 2020, seg¨²n un estudio realizado por Focus para Ecoembes.
La realidad de muchas casas
No todos los ciudadanos cuentan con una disposici¨®n meditada y en cambio son unos excelentes recicladores. Pau Rocha, residente en Barcelona, una de las ciudades donde funciona el cubo marr¨®n, separa residuos de cinco tipos. Destina el espacio de debajo del fregadero para el org¨¢nico y la fracci¨®n resto, desechos que conviene tapar para evitar olores. Para los envases y el papel cuenta con unos ganchos en la pared.
¡°Los cubos peque?os se llenan r¨¢pidamente por lo que prefiero tener la bolsa fuera para aprovecharla en su totalidad¡±, cuenta. ¡°Resulta muy ¨²til cuando vienes de la compra para deshacerte de los envases o para recoger la cocina¡±, afirma este administrativo, que reconoce que la ubicaci¨®n de la bolsa amarilla ha pasado de interina a permanente. ¡°Es la mejor forma de asegurarme de que cuando vienen amigos a casa se recicle. No escapa a nadie¡±, asegura. Con el papel sucede lo mismo, cuenta con una bolsa de cart¨®n colgada que deposita en el contenedor azul cuando se llena. ¡°No huele, no pasa nada porque est¨¦n a la vista¡±, a?ade.
Luc¨ªa Medina est¨¢ tremendamente concienciada con el reciclaje pero organiza su cocina con bastante ligereza. ¡°Reciclo muy bien, de forma exhaustiva, pero la disposici¨®n de los cubos y la infraestructura est¨¢ fatal organizada¡±, afirma esta madrile?a, que se cambi¨® de casa a principios de 2020. Aprovecha el hueco del inexistente lavavajillas para alojar la bolsa de envases y se sirve del suelo del tendedero para acumular botellas de vidrio y depositar una bolsa con el papel y el cart¨®n, que baja al contenedor una vez llena. A veces los grandes tambi¨¦n son resultadistas.
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