Por WhatsApp, sesi¨®n judicial; a su lado, su madre fallecida

EL PA?S publica una selecci¨®n de las historias personales enviadas por los lectores sobre la pandemia. Cientos han respondido con sus relatos y experiencias a la invitaci¨®n de la redacci¨®n.

24 de abril, 10 a. m. Como magistrada del juzgado de guardia en servicios esenciales, de internamientos psiqui¨¢tricos involuntarios de Vigo, acababa de acordar con el m¨¦dico forense y con el psiquiatra de la Unidad de Agudos del hospital ?lvaro Cunqueiro realizar a las 11.00 y por medio de v¨ªdeo-WhatsApp el preceptivo reconocimiento judicial a las cinco personas que, contra su voluntad, hab¨ªan sido ingresadas en dicho hospital en las ¨²ltimas 48 horas.

No se preve¨ªa que mi madre se fuese a morir tan pronto. Yo estaba con ella en su residencia cuando ocurri¨®. Eran las 10.30 de ese d¨ªa. No cuento qu¨¦ pas¨® ni lo que sent¨ª porque no viene al caso. Solo que la cubr¨ª con su impecable s¨¢bana blanca bordada.

Dieron las 11.00 y el plazo se cumpli¨®. Son¨® el tel¨¦fono. En v¨ªdeo-audio, protegida hasta los dientes frente a la covid-19, bloqueada por los acontecimientos y sin que se me hubiera ocurrido solicitar mi reemplazo me puse, casi de forma autom¨¢tica, al habla con los pacientes y con sus responsables sanitarios. Uno a uno, los fui entrevistando como si no me hubiese pasado nada.

¡°Ahora, se?or¨ªa, si le parece, pasamos al siguiente enfermo. Ver¨¢. Este se?or hizo un intento autol¨ªtico y sigue muy deprimido. Es necesario continuar con el tratamiento¡±. ¡°Le pongo al paciente¡±.

En esta situaci¨®n, con el interno delante de la c¨¢mara de mi m¨®vil y ya empezando mi presentaci¨®n, tocaron a la puerta de la habitaci¨®n. Era la m¨¦dica forense que ven¨ªa a certificar el fallecimiento. Entr¨®, contempl¨® la escena, nos miramos, nada le expliqu¨¦, nada me pregunt¨® y nada me dijo. Solo sus ojos delataron estupor y pena. Transcurrido un largo silencio c¨®mplice, cada una continu¨® con lo suyo, con su trabajo.

¡°Bueno, como le dec¨ªa al principio, esta joven fue ingresada de urgencia porque tuvo un episodio psic¨®tico. Es menor de edad. Sus padres no entienden nada y no se separan de ella¡±. ¡°Ven, Alejandra, ac¨¦rcate al m¨®vil que quieren hablar contigo¡±.

¡°Buenos d¨ªas Alejandra. Soy la juez. Solo quiero saber c¨®mo te encuentras y que me digas por qu¨¦ est¨¢s ah¨ª. Tengo que comprobar si fue necesario tu ingreso y si tengo que autorizarlo y mantenerlo¡±. ¡°T¨² qu¨¦ dices ?¡±. ¡°Pues que no s¨¦ qu¨¦ me pas¨®. Solo quiero irme a casa¡±.

Mientras tanto, en medio de aquel frenes¨ª, all¨ª, a mi lado, mi madre descansaba. Estaba acostumbrada a lo imprevisible. Por eso, seguro que no le import¨® lo que estaba haciendo y que, como en muchas ocasiones, me dijo: ¡°No te preocupes por m¨ª, haz lo que tengas que hacer¡±. Fue su ¨²ltimo apoyo.

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