Mitos, falsedades, bulos y realidades sobre el VIH 40 a?os despu¨¦s
Hace cuatro d¨¦cadas que se detect¨® en Espa?a el primer caso de VIH/sida. A los grandes ¨¦xitos cl¨ªnicos que han cronificado la infecci¨®n se suma una desinformaci¨®n generalizada que, socialmente, ahonda en prejuicios de todo tipo. ?Qu¨¦ sabemos realmente sobre el VIH? A continuaci¨®n, 10 preguntas y sus respuestas para salir de dudas
Alrededor del VIH se han levantado dos muros. El primero es el cl¨ªnico, cada vez m¨¢s infranqueable, consistente en una investigaci¨®n que ha conseguido que la infecci¨®n se cronifique. El segundo, mucho m¨¢s peque?o, endeble y lleno de fugas, es el social. En estos 40 a?os desde el primer caso detectado en Espa?a, el VIH sigue siendo esa enfermedad que muchos ni se plantean que les pueda afectar a ellos; que casi todos los que la sufren la ocultan; que, como apenas se habla de ella, parezca que no exista; y, por ello, que contin¨²e marcada por los prejuicios, la desinformaci¨®n y distintos mitos, falsedades y medias verdades que han favorecido un caldo de cultivo en el que el VIH se ha convertido en una enfermedad social: la del estigma y la discriminaci¨®n.
Como muestra tanto de los avances como de las dudas que a¨²n persisten, estas son algunas de las cuestiones m¨¢s importantes que interesa tener claras tanto en torno a la transmisi¨®n como a los tratamientos y a la vida con VIH. ?Cu¨¢nto sabemos realmente hoy sobre ello?
El t¨¦rmino ¡®contagio¡¯ hace referencia a las infecciones que se pueden adquirir por contacto o por proximidad con la persona afectada, como la gripe, la tuberculosis o la covid-19. La medicina moderna introdujo el t¨¦rmino ¡®transmisi¨®n¡¯ para aquellas infecciones que, como el VIH, la hepatitis C y otras infecciones de transmisi¨®n sexual (ITS), precisan de v¨ªas espec¨ªficas para penetrar en el organismo. Estas infecciones, explican desde la organizaci¨®n Apoyo Positivo, ¡°solo pueden transmitirse por contacto directo entre el cuerpo de una persona y de otra a trav¨¦s de un intercambio de fluidos entre la persona sana y la infectada. En el caso del VIH, estos fluidos se reducen a sangre, semen, secreciones vaginales y leche materna¡±.
Es importante, adem¨¢s, desmentir el mito de que hay grupos de riesgo en el VIH. Como explica Alejandro Bert¨®, gerente de Sevilla Checkpoint, un centro comunitario de detecci¨®n del VIH y otras ITS, ¡°se ha hablado demasiado de grupos de riesgo y se ha perdido la percepci¨®n de que, en nuestros d¨ªas, el VIH se transmite mayoritariamente por relaciones sexuales sin protecci¨®n. Seas hombre o mujer¡±.
A ese tercio de infecciones se une que m¨¢s de la mitad de ellas no se descubre hasta a?os despu¨¦s de la transmisi¨®n. Es una de las consecuencias de haber considerado a esta enfermedad como una amenaza que solo afecta a los mal llamados colectivos de riesgo, como hombres que tienen sexo con hombres.
Los datos de Sanidad de 2021 revelan que la transmisi¨®n entre personas que se inyectan drogas o como consecuencia de una transfusi¨®n fue minoritaria; tambi¨¦n que, del total de nuevos diagn¨®sticos, un 82,7% se produjeron a trav¨¦s de una relaci¨®n sexual: ¡°Uno de los problemas b¨¢sicos es la percepci¨®n social de que el VIH es una realidad que no nos afecta: soy heterosexual, no tomo drogas, no soy trabajador del sexo¡ Esto no va conmigo¡±, recuerda Alejandro Bert¨®, de Sevilla Checkpoint. Y la doctora Mar¨ªa Jos¨¦ Galindo, jefa de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Cl¨ªnico de Valencia, advierte: ¡°Es cierto que, en la mayor parte de los casos, esta transmisi¨®n se produce en el contexto de una relaci¨®n entre hombres, pero esto no puede invisibilizar la transmisi¨®n heterosexual, porque perpetuamos el problema¡±.
Indetectable = Intransmisible. Este I = I es el lema de una campa?a global que a¨²na a activistas e investigadores y se extiende por m¨¢s de 100 pa¨ªses. Su prop¨®sito es, desde la evidencia cient¨ªfica, orientar y dar tranquilidad a personas con VIH (y a sus amigos, parejas y familiares) acerca de que pueden vivir sin preocuparse por transmitir la infecci¨®n. Siempre, eso s¨ª, que est¨¦n en tratamiento y con carga viral indetectable.
La evidencia es abrumadora. Hay infinidad de estudios que han demostrado, en parejas serodiscordantes o de estatus mixto (en las que solo uno de los miembros es seropositivo), que no ha habido transmisi¨®n del VIH cuando el miembro positivo estaba con carga viral indetectable durante seis meses o m¨¢s.
Desde el movimiento I = I se insiste en que se trata de una oportunidad para dar un giro a la vida de las personas con VIH: transforma su vida social, sexual y reproductiva; fulmina el estigma y afianza el empoderamiento, y reduce la ansiedad y anima a las personas a continuar con el tratamiento.
Los avances cl¨ªnicos en los tratamientos han hecho posible convertir el VIH en una enfermedad cr¨®nica. A su vez, esto ha propiciado la aparici¨®n de un fen¨®meno novedoso: los Long Time Survivors (LTS), la primera generaci¨®n de personas con VIH que se hace mayor. En los ¨²ltimos 10 a?os, el porcentaje de personas seropositivas con m¨¢s de 50 a?os ha pasado del 8% a m¨¢s del 50%, y los modelos de predicci¨®n se?alan que, en 2030, la cifra alcanzar¨¢ el 75%. Estos datos de supervivencia han sido posibles gracias a la eficacia de los nuevos tratamientos antirretrovirales: ¡°Disponemos de f¨¢rmacos extraordinariamente eficaces que han permitido pasar de una enfermedad con muy mal pron¨®stico a una infecci¨®n perfectamente controlable¡±, explica el doctor Vicente Estrada, Jefe del Grupo de enfermedades infecciosas/VIH del Instituto de Investigaci¨®n del Hospital Cl¨ªnico San Carlos (Madrid).
Aunque los actuales medicamentos antirretrovirales son capaces de mantener la carga viral indetectable, la cicatriz que el virus deja en los primeros d¨ªas de la infecci¨®n seguir¨¢ presente de por vida. Hoy se sabe que esos primeros d¨ªas, a los que tradicionalmente no se les prestaba atenci¨®n, tienen una importancia capital. Por eso, Onusida recomienda detectar cuanto antes si una persona se ha infectado con el VIH y destaca los beneficios de conocer el estado serol¨®gico. El doctor Juan Ambrosioni, especialista en la Unidad VIH-Sida y del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Cl¨ªnic (Barcelona), explica: ¡°Si se diagnostica r¨¢pido y se inicia de forma temprana un tratamiento antirretroviral, menos da?o se habr¨¢ hecho al organismo y mejor ser¨¢ el pron¨®stico a largo plazo¡±.
Conseguir que con un tratamiento el virus se mantenga bajo control, indetectable e intransmisible es ya rutina, pero hay que ir m¨¢s all¨¢: el hecho de que los distintos tratamientos puedan ser igualmente eficaces en el control del virus no significa necesariamente que sean id¨¦nticos o que beneficien por igual a los pacientes. M¨¢s all¨¢ de la carga viral, hay otros problemas de salud que pueden estar asociados al tratamiento antirretroviral. Y que, por tanto, se podr¨ªan corregir, o al menos paliar, cambiando la medicaci¨®n.
En este sentido, el psic¨®logo Alberto Travi?o, especializado en la atenci¨®n a personas con VIH, se?ala: ¡°La medicaci¨®n puede conllevar otros problemas, y habr¨ªa que preguntar al paciente por estas cuestiones que lesionan tanto su calidad de vida¡±. Es en esa nueva dimensi¨®n en la relaci¨®n entre el m¨¦dico y el paciente donde reside parte de las claves para la soluci¨®n a estos problemas.
Desde que en 1996 surgieran las primeras combinaciones de f¨¢rmacos antirretrovirales de alta actividad, el ¨¦xito de los tratamientos comenz¨® a medirse por su capacidad para conseguir que el paciente alcanzara una carga viral indetectable. Y esto es algo que, en la actualidad, explica el doctor Adri¨¤ Curran, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d¡¯Hebron de Barcelona, ¡°se consigue sin problemas con los tratamientos de los que disponemos. Nuestro objetivo es ahora m¨¢s ambicioso: hay que pelear por la calidad de vida¡±.
La calidad de vida es, precisamente, el gran reto del abordaje actual del VIH, algo imprescindible para todos los pacientes y, a¨²n m¨¢s, para aquellos que llevan muchos a?os conviviendo con el virus y que tienen toxicidades acumuladas. Es tambi¨¦n, se?ala el doctor Curran, ¡°una forma de hacer medicina personalizada: centrarte en el problema actual que preocupa a la persona que tienes delante. A menudo nos hemos encontrado con pacientes que, al comenzar el tratamiento, han tenido efectos adversos y no nos los han comentado porque pensaban que era lo normal. Les parec¨ªa un mal menor¡±.
Las personas con VIH mayores de 50 a?os sufren m¨¢s patolog¨ªas asociadas al envejecimiento, y las sufren a?os antes que la poblaci¨®n general: seg¨²n datos del Grupo Trabajo sobre Tratamientos del VIH (GTT-VIH), el 87% tiene un riesgo medio o elevado de padecer enfermedad coronaria cr¨®nica; los casos de c¨¢ncer, especialmente los asociados al tabaquismo o a virus, son un 50% m¨¢s frecuentes; adem¨¢s, se triplica en ellos el riesgo de desarrollar insuficiencia renal y el 73,3% presenta riesgo moderado o alto de padecer enfermedad renal cr¨®nica. Deterioro neurocognitivo, trastornos depresivos, enfermedad hep¨¢tica, osteoporosis, diabetes tipo 2, hipercolesterolemia¡ Todo ello hace que, a los 50 a?os, un paciente con VIH presente problemas de salud m¨¢s propios de una persona de 65 no infectada.
Hay varios factores que lo explican: los diagn¨®sticos tard¨ªos, el retraso en el inicio de los tratamientos o el hecho de que el propio virus produzca una inflamaci¨®n cr¨®nica de bajo grado que ir¨¢ agotando el sistema inmunitario. Adem¨¢s, los pacientes que comenzaron d¨¦cadas atr¨¢s sus tratamientos ¡°han sufrido los efectos adversos de los primeros f¨¢rmacos, de aquellos c¨®cteles que les salvaron la vida, pero que les dejaron secuelas¡±, se?ala el doctor Ignacio Bernardino, del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital La Paz (Madrid) y especialista en envejecimiento de personas con VIH. Asimismo, en muchas de las personas con VIH la enfermedad ha ido pareja a un mayor consumo de sustancias t¨®xicas (drogas, alcohol, tabaco), y en otros, adem¨¢s, a la presencia en su organismo de otros virus (como el de la hepatitis C).
Las cifras nos muestran que las personas con VIH tienen el doble de probabilidades de padecer depresi¨®n o ansiedad, que m¨¢s de la mitad de los j¨®venes con VIH tiene alg¨²n problema de salud mental o que el riesgo de sufrir una enfermedad mental grave puede llegar a multiplicarse por 10. La relaci¨®n es, adem¨¢s, bidireccional: no solo el trastorno mental se produce como consecuencia del tsunami que provoca la infecci¨®n, sino que tambi¨¦n el proceso puede darse a la inversa, y ser una mala salud mental previa la que aumente el riesgo de infectarse por VIH.
¡°Hay un pool de factores que se entremezclan¡±, corrobora el doctor ?lvaro de Mena, especialista en Enfermedades Infecciosas del Complejo Hospitalario Universitario de A Coru?a. ¡°En la fase aguda del VIH se pueden presentar una serie de infecciones oportunistas capaces de afectar al cerebro y al sistema nervioso; asimismo, el propio virus tambi¨¦n es capaz de causar un da?o neurol¨®gico¡±. Adem¨¢s, algunos medicamentos antirretrovirales pueden tener efectos secundarios que tambi¨¦n impacten sobre la salud mental del paciente. A todo ello hay que sumar los factores psicosociales: el duelo, la culpa, el estigma, la soledad¡ Por m¨¢s que las personas con VIH puedan llevar una vida plena en el aspecto org¨¢nico, ¡°su esfera psicoafectiva y social se resiente. Y aparecen la ansiedad, el insomnio, la depresi¨®n. Es lo que m¨¢s vemos en consulta¡±.
Las drogas que se consumen en el chemsex, fundamentalmente metanfetamina, mefedrona y GHB/GBL, pero tambi¨¦n ¨¦xtasis, ketamina, poppers o coca¨ªna, propician la desinhibici¨®n y disminuyen la percepci¨®n del riesgo. Por otra parte, el perfil de usuarios -principalmente GBO, es decir, hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres- es especialmente vulnerable a los riesgos y da?os asociados a su pr¨¢ctica. Y, adem¨¢s, la proliferaci¨®n de aplicaciones m¨®viles, que se utilizan tanto para buscar parejas sexuales como para la compraventa de las sustancias, favorece que se viralice como conducta de ocio.
Al estudiar las razones para que una persona entre en ese bucle de consumo autodestructivo, explica Jorge Garrido, director de Apoyo Positivo, ¡°hemos detectado una mala gesti¨®n emocional¡±. Adem¨¢s de pacientes con historial de acoso y de abusos, ¡°vivimos una masculinidad t¨®xica, consecuencia de la cual encontramos en los propios GBO una homofobia interiorizada y en los infectados por VIH, una serofobia latente. Hay traumas no gestionados, una no aceptaci¨®n de la sexualidad. Se instaura la cultura del rechazo hacia lo que pueda parecer femenino, se condena la pluma¡±.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que, desde el punto de vista cl¨ªnico, algunos tratamientos antirretrovirales pueden interactuar con ciertas drogas utilizadas en el chemsex. Se sabe que algunos antirretrovirales modifican la forma en la que se metabolizan las drogas, pudiendo provocar tanto un incremento de su toxicidad como una sobredosis.