M¨¢s mensajes, m¨¢s mentiras

La profesora doctora en Ciencias de la Informaci¨®n de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, Mar¨ªa Jos¨¦ Cantalapiedra, presagia que la multiplicaci¨®n de los mensajes que va a acompa?ar a la generalizaci¨®n de estos dispositivos traer¨¢ consigo que ?las mentiras tambi¨¦n se multipliquen, por lo que habr¨¢ que crear nuevos criterios para cribar falsedades?.

Estos criterios, que seg¨²n la docente deben de sustentarse en el "car¨¢cter noticioso de la foto", deber¨ªan de estar en manos de los periodistas quienes, ante el hecho de que todo usuario pueda convertirse en fotoperiodista, se enfrentan a un arma de doble filo. "Si bien es positivo que cualquier persona pueda captar im¨¢genes, esto a su vez puede desplazar a los periodistas de sus funciones", se?ala la profesora.

En cualquier caso, Cantalapiedra explica que "las personas nunca hab¨ªan sido tan accesibles como hasta ahora", lo que trasladado al periodismo significa disponer de m¨¢s material y de muchos m¨¢s puntos de vista sobre un mismo asunto. "Esto va a permitir hacer un periodismo much¨ªsimo mejor" -especifica Mar¨ªa Jos¨¦ Cantalapiedra- a cambio de lo cual se le va a exigir mucho m¨¢s trabajo a los profesionales de la comunicaci¨®n ante la avalancha de material que se le avecina.

Pero frente al incremento en el potencial del periodismo, se sit¨²an no pocos riesgos si, como dice Cantalapiedra, las cosas no se hacen bien: "la esclavitud del periodismo a la imagen, una expansi¨®n desmesurada del periodismo amarillo, constantes ataque a la intimidad..." son peligros que acompa?an, irremediablemente, a un fen¨®meno que s¨®lo el tiempo pondr¨¢ poner en su lugar. Un fen¨®meno "emocionante y preocupante", seg¨²n la profesora.