Las tragaperras, m¨¢s seguras que el voto electr¨®nico en EE UU
Las autoridades establecen nuevas controles a cinco meses de que se celebren elecciones presidenciales
Tras el fiasco del recuento de votos en Florida en las elecciones presidenciales de 2000, las autoridades estadounidenses se propusieron impulsar el voto electr¨®nico. Pero en 2002 empezaron a surgir voces que criticaban los sistemas elegidos, al considerarlos poco seguros, un problema que persiste a s¨®lo cinco meses de que se vote la reelecci¨®n de George W. Bush. El New York Times conclu¨ªa en un art¨ªculo reciente que la seguridad del sistema de voto electr¨®nico vigente es menos fiable que las m¨¢quinas tragaperras de Las Vegas.
Las tragaperras tienen est¨¢ndares meticulosos y muy actualizados, mientras que las de votaci¨®n se rigen por normas federales fijadas de 2002. El organismo que ahora regula la implantaci¨®n y funcionamiento de los sistema de voto electr¨®nico es la Comisi¨®n Federal de Asistencia Electoral, que a¨²n no ha elaborado los est¨¢ndares que las m¨¢quinas deben respetar en todo EE UU. Adem¨¢s, los l¨ªderes republicanos del Congreso bloquean desde hace tiempo la aprobaci¨®n de la Ley sobre Confianza de los Votantes y Mejora de la Seguridad.
As¨ª las cosas, cada estado funciona casi por libre, cre¨¢ndose un primer elemento perturbador como es la desigualdad existente entre los votantes dependiendo del lugar donde residan. En teor¨ªa, este vac¨ªo normativo se suplir¨¢ en breve, posiblemente adoptando las normas que ha aprobado California.
En este Estado se puede situar uno de los focos de los que surgi¨® la pol¨¦mica sobre el voto electr¨®nico. Tras las denuncias de ciudadanos y expertos en seguridad inform¨¢tica, el California investig¨® a uno de sus proveedores, Diebold -que recientemente ha prohibido a sus ejecutivos realizar aportaciones econ¨®micas a las campa?as electorales-, concluyendo que le hab¨ªa enga?ado al variar el software de las m¨¢quinas sin comunicarlo.
Las autoridades californianas han suspendido algunas de las certificaciones concedidas a algunas de las m¨¢quinas de esta empresa y, para evitar que se reproduzcan estos problemas, ha aprobado una nueva legislaci¨®n con la que pretende dar m¨¢s seguridad a unos sistemas que, comparados con otros, como los del juego, dejan bastante que desear.
Dos sistemas frente a frente
El estricto control al que se somete a las m¨¢quinas de apuestas que utilizan los casinos de Nevada deja en evidencia, seg¨²n el diario The New York Times, a todo el proceso de voto electr¨®nico establecido por la administraci¨®n estadounidense. La primera diferencia se encuentra en el organismo que controla ambas actividades. Mientras que en el caso de las m¨¢quinas de juego se trata de un ¨®rgano p¨²blico sin ¨¢nimo de lucro, el 'panel de control del juego en Nevada', para el voto electr¨®nico la administraci¨®n recurre para la certificaci¨®n a laboratorios privados que pagan y eligen los propios fabricantes.
Cuando un fabricante de 'tragaperras' presenta un modelo debe acompa?ar a su solicitud con un dossier sobre la empresa -que repase sus actividades durante los ¨²ltimos seis meses-, y debe informar sobre sus empleados para que se investigue si se puede dar un conflicto de intereses. Sin embargo, los requisitos para poder convertirse en proveedor de m¨¢quinas de votaci¨®n para los Estados -que son quienes las compran- son casi inexistentes, basta con convencer a un funcionario del organismo electoral para que compre el aparato.
Adem¨¢s, expertos en seguridad consideran escandaloso que las autoridades electorales no tengan acceso al software con el que operan las urnas electr¨®nicas, pues est¨¢ considerado un secreto industrial. Esto impide conocer realmente como funcionan los aparatos, si pueden ser manipulados de forma malintencionada, si su dise?o beneficias ciertos intereses, o si falla de alg¨²n modo. Las fabricantes de tragaperras, por el contrario, est¨¢n obligados a dar acceso a las autoridades a todo el software que utilizan.
Las m¨¢quinas de juego sufren adem¨¢s an¨¢lisis sorpresa de forma continua, con los expertos present¨¢ndose en el casino sin avisar, para comprobar que el programa instalado que se certific¨® como v¨¢lido no ha desaparecido para ser sustituido por otro que no ha recibido el visto bueno de la administraci¨®n. Es algo que no sucede con las urnas electr¨®nicas, con el consiguiente riesgo.
Algunos Estados mejoran los controles
Las diferencias son lo suficientemente graves y numerosas como para replantearse todo el sistema, algo que ya han hecho California, Nevada, Illinois, Missouri, Vermont, Washington y Virginia Oriental.
La legislaci¨®n aprobada por el estado de California obliga al fabricante a entregar a las autoridades electorales una copia del c¨®digo fuente con el que funcionan las m¨¢quinas, para que pueda ser examinado. Adem¨¢s, se establece la obligaci¨®n de que las urnas electr¨®nicas emita una copia en papel de cada uno de los sufragios, para que sea posible realizar un recuento manual de ¨¦stos en caso de problemas.
Esta era otra de las cr¨ªticas que se hac¨ªa a los sistemas de votaci¨®n existentes que, al no disponer de la copia en papel de los votos no permit¨ªan un segundo recuento. Nevada tambi¨¦n ha regulado este extremo, pero no sin algunas complicaciones. En este estado la m¨¢quina homologada que se ha adquirido pertenece a la compa?¨ªa Sequoia, a la que obligar¨¢ a instalar una impresora que muestre al elector cual es el voto que va a registrar la m¨¢quina. S¨®lo cuando el elector muestre su conformidad el registro de voto ser¨¢ efectivo.
La cinta que registra los votos -que corre en cada sufragio para que el siguiente ciudadano en acudir a la urna no vea el del anterior- podr¨ªa ser utilizada en un segundo recuento, pero seg¨²n explica en Wired David Dill, de la Universidad de Stanford, la legislaci¨®n de este Estado contempla que en un segundo recuento de votos se contabilicen ¨²nicamente las papeletas que cumplen con ciertos requisitos, algo que no sucede en el caso del papel que imprime la m¨¢quina de Sequoia.
M¨²ltiples problemas, en definitiva, para un sistema de voto que, de no recibir un fuerte empuj¨®n por parte de las autoridades federales, podr¨ªa reeditar el pr¨®ximo mes de noviembre los tristes d¨ªas vividos en Florida con el recuento de las 'papeletas mariposa'.
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