Carlos N¨²?ez: "La tecnolog¨ªa permite estar m¨¢s cerca de la naturaleza"
El m¨²sico gallego regresa con Cinema do mar, su ¨²ltimo disco que recorre el mundo de lo cinematogr¨¢fico y lo imaginario
Los polos contrarios se atraen. Tecnolog¨ªa y naturaleza dos mundos aparentemente contrarios tambi¨¦n viven pegados a ese magnetismo. El avance tecnol¨®gico que tantas veces ha sido acusado de sepultar el espacio natural puede propiciar todo lo contrario: "ya no es necesario vivir en una gran ciudad para estar a la ¨²ltima. Hoy es posible vivir en un para¨ªso, disfrutar del mar, del futurismo de los lugares antiguos y estar conectado con todo el mundo". As¨ª es la tecnolog¨ªa en manos de Carlos N¨²?ez, un gallego que recorre el mundo para buscar y mostrar m¨²sica.
En esa b¨²squeda un d¨ªa se cruz¨® la tecnolog¨ªa. “En una ocasi¨®n cuando est¨¢bamos grabando el ordenador, que estaba saturado de memoria, se volvi¨® loco”. El caos puede ser maravilloso, en esa ocasi¨®n la hecatombe tecnol¨®gica desenfund¨® una nueva melod¨ªa. “El ordenador volvi¨® de pronto, y comenz¨® a sonar una de las melod¨ªas que hab¨ªamos grabado del rev¨¦s, parec¨ªa una melod¨ªa de exorcismo musical, as¨ª las llaman en Italia”, asegura Carlos. Esa melod¨ªa de contenido “m¨¢s interesante, maravillosa, misteriosa”. De esa forma qued¨® grabada en su segundo disco Castro da Moura.
La tecnolog¨ªa resulta "una herramienta de trabajo fant¨¢stica" para los m¨²sicos, no s¨®lo por el azar de encontrar melod¨ªas ocultas, si no tambi¨¦n por las comodidades que da "a los que pasamos la vida en los aeropuertos y en la carretera". Ese inseparable amigo se llama Ipod, el de Carlos tambi¨¦n reproduce video y adem¨¢s le ayuda con lo que est¨¢ estudiando ahora mismo: m¨²sica brasileira. En su mp3 ahora hay miles de m¨²sicas que recogen el ritmo y el comp¨¢s de Brasil.
El otro compa?ero de aeropuertos y carretera es el m¨®vil. Carlos vive pegado a ¨¦l. Pero lo utiliza de una forma curiosa. Cada cual codifica el lenguaje a su gusto o la forma de comunicarse. Carlos lo hace de la siguiente forma: las llamadas son trabajo, los mensajes de texto son relaciones personales. "Es curioso que el trabajo se desarrolla con la conversaci¨®n y en cambio los mensajes cada vez quedan m¨¢s para las relaciones personales". Eso s¨ª no nos matiza cu¨¢ntos mensajes recibe, simplemente se limita a responder con una sonrisa en la cara: "me mandan tantos como novias".
Carlos trasmite calma en cada una de sus palabras, se preocupa de escoger con sumo cuidado la terminolog¨ªa y no se sonroja al reconocer que, como le dijo un colega m¨²sico venezolano, que "hay vida detr¨¢s de lo digital". En ese momento las palabras de su compa?ero le provocaron risa, pero el tiempo y el trabajo con Miyazaki, "ese gran Walt Disney del anime y manga", como ¨¦l lo define, le han dado la raz¨®n. "He descubierto un mundo de frikis que viven en ese mundo imaginado o tan real como son los ordenadores".
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