La venta de Yahoo inquieta a los alevines del mar tecnol¨®gico
Max Levchin, uno de los fundadores de PayPal, dice que las empresas de nueva creaci¨®n recortar¨¢n el gasto.
Las legiones de emprendedores de la alta tecnolog¨ªa que han acampado en Silicon Valley con ideas inteligentes, voluntad de pelearse por la financiaci¨®n y energ¨ªa para superar jornadas de veinticuatro horas han anclado sus sue?os en un solo resultado: hacerse fabulosamente ricos vendi¨¦ndose a uno de los tres gigantes, Microsoft, Google o Yahoo.
Pero si la OPA de Microsoft a Yahoo eventualmente tiene ¨¦xito, ese c¨¢lculo se vuelve m¨¢s angustioso por una sencilla realidad: el campo de grandes pretendientes abundantemente dotados se reducir¨¢ en uno. Y ¨¦se es un dato que seguramente alterar¨¢ unos nervios ya de por s¨ª tensos debido al creciente miedo a la recesi¨®n econ¨®mica.
"Desde la perspectiva de la empresa de nueva creaci¨®n y del inversor, si hay m¨¢s empresas intentando competir por el mismo negocio, hay m¨¢s salidas", opina Bismarck Lepe, ex empleado de Google y ahora director gerente de Ooyala, una empresa de publicidad y servidor de v¨ªdeos creada hace un a?o. "No es muy bueno para la competencia que haya s¨®lo dos objetivos para la adquisici¨®n en lugar de tres".
A pesar de que el 11 de febrero Yahoo rechaz¨® la oferta inicial por considerarla inadecuada, Microsoft ha dado a entender que tiene intenci¨®n de lanzar una OPA hostil.
Ciertamente, un acuerdo entre Microsoft y Yahoo podr¨ªa ser bueno para Silicon Valley, al aportar dinero a la econom¨ªa y desencadenar una ronda de operaciones similares mientras otras empresas como Google y News Corporation intentan mantenerse a la altura.
Pero Microsoft quiere comprar Yahoo porque siempre se ha mantenido por detr¨¢s de Google en el lucrativo mercado de b¨²squedas por Internet y porque el futuro de la inform¨¢tica tal vez no est¨¦ ligado para siempre al mercado del ordenador de mesa que Microsoft domina ahora. Aparentemente incapaz de mantenerse a la altura de Google a trav¨¦s de iniciativas internas, el legendario gigante de la programaci¨®n inform¨¢tica con sede en Redmond, Washington, se ha propuesto resolver sus problemas intentando comprar Yahoo.
Por lo tanto, la raz¨®n de la megaoperaci¨®n propuesta est¨¢ en las propias necesidades empresariales de Microsoft y tal vez no presagie una fiebre de operaciones en Silicon Valley. Y con la amenaza de recesi¨®n econ¨®mica en EE UU, la oferta no solicitada por Yahoo se produce en un momento dif¨ªcil para el mundo normalmente confiado de la alta tecnolog¨ªa.
Visiblemente, buena parte de la regi¨®n mantiene una creencia casi obstinada en que puede capear cualquier temporal econ¨®mico que surja. Los consumidores siguen acudiendo en masa a Internet, la publicidad se mantiene, y la actual generaci¨®n de nuevas empresas se ha construido con frugalidad.
Ahora que la bolsa se frena y alguien de fuera, Microsoft, presenta una oferta para engullir a una empresa que en otro tiempo fue una de las joyas de la corona de Silicon Valley, los innovadores de la regi¨®n y los grandes gestores parecen ponerse cada vez m¨¢s nerviosos.
Max Levchin, director gerente de Slide, afirma que EE UU se encamina a una recesi¨®n y que las empresas de nueva creaci¨®n de Silicon Valley podr¨ªan estar abocadas a apretarse el cintur¨®n por orden de las empresas de capital riesgo. Y as¨ª Levchin, confundidor de PayPal, una empresa que cape¨® con ¨¦xito el hundimiento de las punto.com, decidi¨® recoger el dinero mientras todo iba bien: no hace mucho recib¨ªa 38 millones de euros de financiaci¨®n adicional para Slide, una empresa que fabrica herramientas para compartir fotos y v¨ªdeos.
"Decidimos que si quer¨ªamos recaudar dinero lo tendr¨ªamos mucho m¨¢s f¨¢cil a finales de 2007 que en cualquier momento de 2008", dice. "No creo que yo fuese el ¨²nico t¨ªo que lo pensara".
Las acciones de Google hab¨ªan ca¨ªdo casi un 20% desde principios de a?o, y cayeron otro 8,6% despu¨¦s de Microsoft anunciara su oferta por Yahoo. Apple ha registrado un descenso del 33% desde comienzos de a?o. Eso ha bastado para que Steven P. Jobs, director gerente de Apple, se sintiera impulsado a enviar recientemente a los empleados preocupados por sus opciones de compra de acciones un memorando tranquilizante, que acababa as¨ª: "?Perseverad!".
Buena parte del mundo del capital riesgo, por lo general excesivamente confiado, opina que es una tonter¨ªa pensar que, de alguna manera, el sector tecnol¨®gico est¨¢ protegido del temporal.
"Todos los mercados est¨¢n relacionados", afirma Peter Rip, socio general de Crosslink Capital, y a?ade que los problemas podr¨ªan filtrarse de los mercados burs¨¢tiles a las grandes empresas privadas que no cotizan en bolsa y al final a las peque?as empresas de reciente creaci¨®n. "Acabamos de pedir a todas nuestras empresas que usen un l¨¢piz fino para su plan de contrataciones de este a?o. Habr¨¢ baches en el camino durante un tiempo".
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