Los ideales de belleza, a trav¨¦s de un programa inform¨¢tico
Durante siglos, fil¨®sofos y cient¨ªficos han tratado de definir el ideal de belleza universal. Ahora hay un "motor inform¨¢tico de embellecimiento" que emplea una f¨®rmula matem¨¢tica para transformar la fotograf¨ªa de una persona en una versi¨®n te¨®ricamente m¨¢s atractiva, manteniendo lo que los programadores llaman un "parecido inconfundible" con el original.
El programa, desarrollado por inform¨¢ticos de Israel, se basa en las respuestas de 68 hombres y mujeres de entre 25 y 40 a?os, procedentes de Israel y Alemania, que observaron fotograf¨ªas de rostros masculinos y femeninos de raza blanca y eligieron los que m¨¢s les atra¨ªan.
Los cient¨ªficos tomaron los datos y les aplicaron un algoritmo en el que intervienen 234 medidas de rasgos faciales, entre ellos la distancia entre los labios y la barbilla, entre la frente y los ojos, o entre ambos ojos. B¨¢sicamente, programaron el ordenador para que determinase cu¨¢l era el conjunto de distancias m¨¢s atractivas para cada rostro individual y luego eligiese el ideal m¨¢s parecido al rostro original.
Modificaron las fotograf¨ªas de 92 mujeres y 33 hombres con el programa, creando im¨¢genes de antes y despu¨¦s de la transformaci¨®n. Los cambios se aplicaron s¨®lo a la geometr¨ªa facial; las arrugas no se suavizaron ni se alter¨® el color del pelo.
La investigaci¨®n, publicada en la memoria de agosto de Siggraph, una conferencia anual sobre gr¨¢ficos por ordenador, es uno de los ¨²ltimos estudios realizados en un campo en auge: el an¨¢lisis cient¨ªfico de la belleza.
Los estudios realizados han descubierto que hay un acuerdo sorprendente respecto a lo que hace que una cara sea atractiva. La simetr¨ªa es un factor fundamental, junto con la juventud y la claridad o suavidad de la piel. Hay pocas discrepancias entre las distintas culturas, etnias, razas, edades y g¨¦neros.
Adem¨¢s, al igual que otros intentos de usar principios objetivos para definir la belleza, este programa de ordenador hace surgir preguntas complejas sobre la percepci¨®n de la belleza y el ideal de belleza.
?Hasta qu¨¦ punto es cuantificable la belleza? Una definici¨®n de belleza supuestamente cient¨ªfica, ?es un simple reflejo del ideal de la ¨¦poca, basado en im¨¢genes de la cultura popular y los medios de comunicaci¨®n?
"?C¨®mo pueden demostrarlo?", pregunta Lois W. Banner, una historiadora que ha estudiado los est¨¢ndares de belleza cambiantes, refiri¨¦ndose a los esfuerzos cient¨ªficos por definir el atractivo. "Nunca van a poder localizarlo en un gen. Nunca van a poder separarlo de la influencia cultural".
Tommer Leyvand, que, junto con otros tres miembros de la Universidad de Tel Aviv, ha desarrollado el programa y trabaja para Microsoft en Redmond, Washington, dice que el objetivo era enfrentarse al reto de alterar un rostro en funci¨®n de unos est¨¢ndares de belleza consensuados y que el resultado dejase la cara completamente reconocible, en vez de parecer un producto de la cirug¨ªa est¨¦tica o del retoque digital.
"Esta herramienta muestra, del modo m¨¢s simple, lo f¨¢cil que es manipular fotograf¨ªas y hacer que la gente parezca m¨¢s atractiva, dice Leyvand. "Pero la diferencia es tan sutil que demuestra lo insignificante que es el cambio".
Insin¨²a que existen aplicaciones pr¨¢cticas para este programa, incluidos los anuncios, las pel¨ªculas y la animaci¨®n. Tambi¨¦n dice que se ha enterado de que algunos cirujanos pl¨¢sticos est¨¢n interesados en el programa.
Mientras que varios estudios psicol¨®gicos indican que las percepciones de belleza y atractivo tienden a ser universales, los detractores del mencionado trabajo afirman que es cuestionable que la belleza de una persona aumente de verdad con esos cambios.
Cuando Leyvand modific¨® una fotograf¨ªa de Brigitte Bardot, sus labios abundantes y carnosos se desinflaron, y la belleza de fama mundial parec¨ªa menos impactante, menos ella misma. Sin embargo, las im¨¢genes de antes y despu¨¦s del actor James Franco eran casi indistinguibles, lo que indica que su rostro de belleza cl¨¢sica ya es casi perfecto.
Martina Eckstut, de 25 a?os, una responsable de cuentas de Kay Unger New York/Phoeba Couture, se ofreci¨® voluntaria para que la fotografiaran y embellecieran su imagen con el programa. Dice que se qued¨® impresionada por lo distinta que parec¨ªa en la segunda imagen.
"Creo que la imagen alterada tiene un aspecto genial, pero no se parece a m¨ª en absoluto", escrib¨ªa en un mensaje de correo electr¨®nico. "Toda mi estructura ¨®sea, la forma de la cara y el tama?o de los ojos son diferentes, y el color de mis labios tambi¨¦n parece distinto".
"Preferir¨ªa quedarme con mi cara original", a?ade.
Tras ver el antes y el despu¨¦s de las fotograf¨ªas de personas an¨®nimas en el art¨ªculo cient¨ªfico de Layvand, Banner, que es catedr¨¢tica de historia en la Universidad de Southern California, dice que las caras originales son m¨¢s atractivas. "La belleza irregular es la belleza real", afirma.
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