Google deja de censurar sus b¨²squedas en China
La empresa, tras su creciente desencuentro con las autoridades de Pek¨ªn, anuncia que los internautas que usen su motor de b¨²squeda chino, Google.cn, ser¨¢n redirigidos al de Hong Kong.- Pek¨ªn acusa al buscador de "politizar la crisis" y muestra su enfado
Cumpliendo su promesa de acabar con la censura impuesta por Pek¨ªn a su buscador, Google ha desmantelado su portal en China y ha redirigido las b¨²squedas a otra p¨¢gina radicada en Hong Kong. Despu¨¦s de m¨¢s de dos meses de negociaci¨®n con el r¨¦gimen chino, los directivos de la empresa en California han decidido que es imposible mantener una presencia online en aquel pa¨ªs y han optado por ofrecer una versi¨®n en chino de su buscador gen¨¦rico, sin los filtros ni la censura que aplicaron a Google.cn desde su lanzamiento en 2006. Para ello han decidido someterse a la legislaci¨®n de Hong Kong, una regi¨®n aut¨®noma dentro de China desde 1997, que ofrece a sus ciudadanos una libertad mucho mayor en Internet.
"Queremos que la mayor cantidad posible de gente tenga acceso a nuestros servicios, incluidos los usuarios de China. Pero el Gobierno chino ha dejado muy claro en sus conversaciones con nosotros que la auto-censura es un requerimiento legal no negociable", dijo el vicepresidente ejecutivo David Drummond, en una entrada en el blog corporativo de la empresa. "Tenemos la esperanza de que el Gobierno de China respete nuestra decisi¨®n, aunque somos conscientes de que podr¨ªa bloquear el acceso a nuestros servicios en cualquier momento".
Hong Kong se incorpor¨® a China en 1997, bajo un acuerdo entre Londres y Pek¨ªn seg¨²n el cual la antigua colonia brit¨¢nica mantendr¨ªa un elevado sistema de autonom¨ªa durante 50 a?os. Las ¨²nicas normas de censura que se aplican en Hong Kong ata?en a casos de pornograf¨ªa online. "En Hong Kong se aplica la norma de un pa¨ªs con dos sistemas. Es el crisol de la disidencia china en Internet, tiene una libertad online que no existe en el resto del pa¨ªs. Movimientos pol¨ªticos o religiosos que no son permitidos en China, como Falun Gong, operan libremente all¨ª", explica Rebecca MacKinnon, una reputada investigadora de la Universidad de Princeton que hasta hace poco fue profesora en la Universidad de Hong Kong.
En el buscador de Google alojado en Hong Kong no existe ya ning¨²n tipo de censura, en un claro desaf¨ªo a Pek¨ªn. Aparecen b¨²squedas sobre la matanza de la plaza de Tiananmen en 1989, sobre el movimiento religioso de Falun Gong y sobre el Dalai Lama y la independencia de T¨ªbet. "El hecho de que sus servidores se alojen en Hong Kong implica que las autoridades chinas no podr¨¢n detener o procesar a ninguno de los responsables de mantener la p¨¢gina web", a?ade McKinnon. "El ¨²nico recurso que le queda a Pek¨ªn es el bloqueo total de algunas p¨¢ginas o del sitio completo . Si Pek¨ªn quiere censurarlo, deber¨¢ prohibirlo por completo".
En chino tradicional
En Hong Kong, una ciudad de siete millones de habitantes, se utiliza principalmente un chino escrito con caracteres denominados tradicionales. La empresa ha modificado su buscador Google.com.hk para que aparezca con un interfaz escrito con unos caracteres chinos simplificados, que son los que se utilizan en el resto China, donde habita una comunidad de internautas que las ¨²ltimas cifras oficiales colocan en torno a los 400 millones. Los internautas que se conecten a la red desde direcciones IP de Hong Kong seguir¨¢n teniendo acceso a una versi¨®n de la web en chino tradicional, como hasta ahora.
Google tambi¨¦n ha anunciado que, de momento, sus oficinas en China seguir¨¢n en funcionamiento. All¨ª emplea a unas 600 personas, la mitad en el departamento de investigaci¨®n y desarrollo y la otra mitad en el de ventas. "Aun as¨ª, el tama?o del equipo de ventas depender¨¢ parcialmente de la capacidad de los usuarios de China de acceder a Google.com.hk", seg¨²n aclara el vicepresidente en su blog. Adem¨¢s, explica que la decisi¨®n de abandonar la censura y su salida de China ha sido una decisi¨®n "tomada por los ejecutivos de EE UU, algo de lo que los empleados en China no pueden ni deben ser considerados responsables".
El anuncio de Google pone fin a m¨¢s de dos meses de negociaciones con el r¨¦gimen de Pek¨ªn para cumplir lo que la empresa prometi¨® a sus usuarios: dejar de doblegarse ante las estrictas normas de censura de China, a las que s¨ª se someten otras empresas como Microsoft o Skype. El anuncio inicial lo hizo la empresa en el mismo blog corporativo, el pasado 12 de enero, al revelar un ataque de 'hackers' chinos, relacionados con el Gobierno de Pek¨ªn, contra sus servidores.
Google desembarc¨® en China en 2005 y lanz¨® su buscador en enero del a?o siguiente. Despu¨¦s de m¨¢s de cuatro a?os de censura, la empresa deja China con un digno 30% de cuota en el mercado de los buscadores locales, frente al 59% del l¨ªder, Baidu.cn, seg¨²n la consultora Experian Hitwise. Un reciente an¨¢lisis de JP Morgan auguraba unos ingresos anuales para Google en China cercanos a los 600 millones de d¨®lares (440 millones de euros), una cifra ¨ªnfima comparada con los 23.000 millones de d¨®lares (16.000 millones de euros) de ingresos de sus negocios globales en 2009.
Campa?a oficial
Adelant¨¢ndose al esperado anuncio de la salida de Google, los medios oficiales chinos han lanzado en los ¨²ltimos d¨ªas una intensa campa?a para desprestigiar a la empresa estadounidense ante la poblaci¨®n. La agencia oficial Xinhua arremeti¨® el domingo pasado contra Google por politizar el enfrentamiento y "acusar al Gobierno chino sin fundamento" al haber dicho que ha apoyado los ciberataques sufridos por Google desde China.
Pek¨ªn denunci¨® que la empresa tecnol¨®gica tiene una agenda pol¨ªtica y "no s¨®lo quiere hacer negocios" sino exportar valores, cultura e ideas. "Es injusto que Google pretenda imponer sus propios valores y varas de medir en las regulaciones de Internet en China, que tiene su propios valores, tradiciones y cultura muy respetados desde hace mucho tiempo", afirma la agencia, en un mensaje de tintes nacionalistas, que ser¨¢ bien recibido por algunos internautas.
Xinhua tambi¨¦n asegura que la empresa estadounidense est¨¢ violando las normas internacionales. "Ning¨²n pa¨ªs permite un acceso sin restricciones a contenidos en la Red sobre pornograf¨ªa, violencia, juego, supersticiones, subversi¨®n del Estado, separatismo ¨¦tnico, extremismo religioso, racismo, terrorismo o sentimientos contra los extranjeros", se?ala.
Pek¨ªn bloquea miles de p¨¢ginas web, entre otros sobre T¨ªbet, Taiwan, derechos humanos, la matanza de la plaza Tiananmen en 1989 o el movimiento de inspiraci¨®n budista Falun Gong, que el Gobierno considera "una secta diab¨®lica". Tambi¨¦n impide el acceso a sitios como Facebook, Twitter o Yahoo, lo que le ha granjeado la ira de algunos internautas, que ven ahora con desencanto el posible cierre del buscador chino de Google.
Las cr¨ªticas a la firma californiana se reprodujeron este lunes en otros medios gubernamentales, que insistieron en lo que las autoridades han dicho desde que estall¨® el conflicto: que Google debe cumplir las leyes locales. "El negocio es el negocio. Pero cuando se entra en trampas pol¨ªticas, el fin del negocio est¨¢ cercano", escribi¨® el diario oficial en ingl¨¦s China Daily.
Calmar el asunto
Duan Clark, director de la consultora BDA China, dijo que un funcionario de la municipalidad de Shanghai le hab¨ªa contado que los jefes de redacci¨®n de los peri¨®dicos chinos recibieron la semana pasada orden de hacer pasar el mensaje oficial; una pr¨¢ctica habitual del departamento de Propaganda del Partido Comunista Chino en crisis similares. "Para el Gobierno, es crucial que su opini¨®n llegue al p¨²blico en este asunto para calmarlo", afirm¨® Clark, informa Associated Press.
Aunque Pek¨ªn est¨¢ intentando minimizar el impacto, el abandono de Google es un fuerte varapalo por varias razones. Por un lado, har¨¢ plantearse a muchos j¨®venes instruidos de la creciente clase media china cuestiones sobre su Gobierno. Por otro, elimina un elemento de competitividad, lo que, seg¨²n algunos analistas, repercutir¨¢ en la velocidad de desarrollo de la industria local de Internet. En tercer lugar, enrarece el clima empresarial extranjero. Por ¨²ltimo, el hecho de que una de las firmas tecnol¨®gicas m¨¢s admiradas del mundo se vaya de China es una mancha para la imagen de un pa¨ªs que busca por todos los medios aumentar su influencia y prestigio internacionales.
Un indicio de que las negociaciones con Google iban mal lo dio el 14 de marzo el primer ministro chino, Wen Jiabao, en la rueda de prensa posterior a la clausura de la sesi¨®n anual del Parlamento. Wen evit¨® contestar directamente a una pregunta sobre el caso. "China continuar¨¢ de manera firme su pol¨ªtica de apertura. Las compa?¨ªas extranjeras son bienvenidas a establecerse en China (...) seg¨²n la ley", se limit¨® a decir.
Las palabras "seg¨²n la ley" dejaron bien claro que Pek¨ªn no aceptar¨¢ que el motor de b¨²squeda estadounidense no filtre sus resultados. Hacerlo ser¨ªa abrir la caja de los truenos, con consecuencias imprevisibles para el estricto sistema de censura y control de la informaci¨®n implantado por el Gobierno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.