As¨ª ser¨¢ Windows 8
El pr¨®ximo sistema operativo de Microsoft es h¨ªbrido, sirve para ordenador y tableta El gigante de Redmond permitir¨¢ descargar una versi¨®n preliminar gratuita en febrero
"?Ya hay un nuevo Windows? Pero si me acaban de poner el 7 en el trabajo". Seguramente esa ser¨¢ la primera sensaci¨®n al descubrir que Microsoft prepara lanzar nuevo sistema operativo la segunda parte de este a?o. ?Hac¨ªa falta un cambio tan r¨¢pido? Puede decirse que cuando se lanz¨® Windows 7 la humanidad no hab¨ªa desarrollado un amor tan encendido por tocar las pantallas.
Windows 8 es un sistema operativo h¨ªbrido, casi anfibio. Se maneja por igual en dos entornos: los ordenadores y las tabletas. Encajar¨¢ como un traje a medida en los ultrabooks que est¨¢n por venir, los de pantalla t¨¢ctil. Durante la feria CES est¨¢n empezando a mostrar c¨®mo ser¨¢ el nuevo sistema, cuyos esbozos fueron presentados en junio del a?o pasado. Lo hacen con alguna restricci¨®n; mejor si no se toman fotos o graban v¨ªdeos y pidiendo opini¨®n a cada pocos segundos.
A finales de febrero se abrir¨¢n las puertas para los curiosos. El gigante de Redmond permitir¨¢ descargar una versi¨®n preliminar gratuita. Quien quiera podr¨¢ instalarla. A diferencia de otras ocasiones en que las exigencias de hardware parec¨ªan ser un gui?o a la industria y una pu?alada al consumidor, en esta ocasi¨®n se han asegurado de que todos los ordenadores que usan Windows 7 puedan ponerse al d¨ªa. Desde su lanzamiento a finales de 2009, Microsoft ha vendido 500 millones de licencias del programa.
Lo primero que destaca de Windows 8 es su rapidez. Solo tarda 10 segundos en cargar. Muy poco para un ordenador, pero todav¨ªa le falta para ser tan ligero como iOS, el equivalente de Apple. En una tableta, se quiera o no, Android y iOS han quemado las esperas. Encender y empezar es la norma en este soporte.
Windows 8 solo tarda 10 segundos en cargar. Muy poco para un ordenador, pero todav¨ªa le falta para ser tan ligero como iOS, el equivalente de Apple.
La sorpresa llega con la verificaci¨®n de usuario. Windows 8 no pide una clave, pide un dibujo sobre una imagen. Mejor dicho, tres trazos. Al igual que los m¨®viles Android, que se desbloquean al seguir un patr¨®n estipulado por el usuario sobre una cuadr¨ªcula, en el nuevo Windows se hacen tres trazos. Pueden ser c¨ªrculos, l¨ªneas o toques sobre una imagen escogida que sirva de referencia. A priori es sencillo y puede que hasta seguro, pero quiz¨¢ no sea lo m¨¢s adecuado para recordar o, peor a¨²n, para personas mayores con dificultades motrices.
Dos opciones
Una vez que se llega al escritorio empieza el debate. Es el momento anfibio. La pelea entre quedarse en tierra firme y conocida, con la interfaz de siempre, con sus ventanas y men¨²s, u optar por la profundidad del mar Metro, el nuevo sistema de cuadros para cargar aplicaciones. S¨ª, s¨ª, son aplicaciones, de nuevo, como en tel¨¦fonos y tabletas. Se reniega de los programas y se empieza a hablar abiertamente de aplicaciones. De hecho, uno de los servicios mostrados con mayor inter¨¦s por Janelle Poole, directora de comunicaci¨®n de negocio de Windows, era la Windows Store. Microsoft se ha encargado de que tres millones de desarrolladores se instalen una versi¨®n preliminar del nuevo Windows para que lo conozcan y se animen a crear programas. Sigue as¨ª la estela de la AppStore de Apple y el Android Market de Google.
Cuando el ordenador est¨¢ en reposo la pantalla parece la de una tableta: una foto de fondo y en el lateral inferior izquierdo aparecen las notificaciones de correo, calendario y el estado de la bater¨ªa. Tras desbloquear la pantalla se tiene la sensaci¨®n de estar ante un Windows Phone 7 apaisado y con esteroides. M¨¢s grande y en lugar de desplegarse hacia abajo la ristra de programas, perd¨®n, aplicaciones lo hace hacia la derecha.
Encantos
La gran novedad para controlar el sistema operativo se llama "Charms", sin nombre oficial en espa?ol, literamente significa "encantos". Al deslizar el dedo o el rat¨®n (seg¨²n si es t¨¢ctil o no la pantalla), en el borde de la derecha, arrastrando hacia la izquierda aparecen las opciones:
B¨²squeda, Compartir, Inicio, Devices (aparatos) y Configuraci¨®n. Estas cinco palabras, que quiz¨¢ no se traduzcan finalmente as¨ª, son la clave para manejarse.
La b¨²squeda pasa a ser transversal: se busca tanto un programa como un archivo, como en Internet -por defecto con su servicio, Bing-. Compartir sirve para enviar por correo, para Facebook o Twitter ocualquier cosa que se tenga abierta: una p¨¢gina web, un documento de Word, una foto... Se pierde la sensaci¨®n de pasar de programa a programa para hacer las acciones m¨¢s fluidas. Inicio es el bot¨®n de siempre, pero lleva al escritorio con Metro, con los cuadritos din¨¢micos.
Devices muestra qu¨¦ se tiene conectado al ordenador o tableta: un dispositivo Bluetooth, una c¨¢mara externa, un m¨®vil... Es el centro de gesti¨®n de los dem¨¢s perif¨¦ricos. Por ¨²ltimo, la Configuraci¨®n es una versi¨®n mucho m¨¢s sencilla del gestor actual de bater¨ªa, memoria, archivos, redes y todos los pormenores de un PC.
El cl¨¢sico Paint, ese programa que, entre otras funciones, convert¨ªa cualquie garabato en un archivo BMP de varios megas, pasa a ser PaintPlay, un aut¨¦ntico regalo, sobre todo si pueden pintar con los dedos. Registra hasta 10 puntos al mismo tiempo, tantos comos dedos en la mano.
Atajos de teclado
A pesar de los cambios, Microsoft mantiene una de las se?as de identidad: los atajos de teclado. El bot¨®n Windows sigue llevando al men¨² de siempre, al escritorio cl¨¢sico. No lo han matado y resulta l¨®gico cuando pr¨¢cticamente todos los teclados que se fabrican lo incluyen, incluso los que funcionan con Mac y no son hechos por ellos. La combinaci¨®n de teclas Windows y C muestra qu¨¦ programas est¨¢n abiertos.
En lugar de navegar entre aplicaciones se propone una gesti¨®n cronol¨®gica. El mismo gesto que se hizo para abrir los 'charms' en el lateral izquierdo de la pantalla da como resultado la vuelta a las ¨²ltimas aplicaciones que se abren en el punto en que se dejaron. Perfecto para, por ejemplo, leer c¨®mo se hace una receta, consultar el v¨ªdeo en YouTube y mandar ambos enlaces por correo sin pasar de un programa otro.
Steve Ballmer cerr¨® su ¨²ltima charla en CES con dos palabra que repiti¨® tres veces, exaltado: "Metro, metro, metro. Windows, windows, windows". Dentro de un a?o sabremos si el octavo Windows mantiene el nivel o entra en el cap¨ªtulo de los lanzamientos fallidos, junto con el ef¨ªmero Windows Me.
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