Kim Schmitz, el extravagante due?o de Megaupload
El fundador del portal de descargas, detenido ayer, tuvo roces con la justicia desde su adolescencia de 'hacker' y, enriquecido con las tecnol¨®gicas, hac¨ªa ostentaci¨®n de sus gustos
Kim Schmitz, alias Kim Dotcom, no podr¨¢ celebrar hoy su cumplea?os dando un paseo con su Cadillac rosa de 1959, o en su Rolls Royce Phantom, o gast¨¢ndose una millonada en una sonada fiesta. El fundador de Megaupload cumple hoy 38 a?os en una c¨¢rcel de Nueva Zelanda, donde fue detenido anteayer junto a otros tres administradores del portal de descargas merced a una orden de arresto emitida por EE UU, que les acusa de conspiraci¨®n para cometer fraude, lavado de dinero y, por supuesto, por violar la legislaci¨®n sobre derechos de autor. Adem¨¢s de los dos coches y de otros ¨Cpor un importe de 3,7 millones de euros-, la polic¨ªa se incaut¨® en el registro de la mansi¨®n neozelandesa de Schmitz de 8,5 millones en varias cuentas. El ostentoso tren de vida del exhacker termina, de momento, ante una acusaci¨®n que le puede acarrear m¨¢s de 20 a?os en prisi¨®n.
Nacido en Kiel (Alemania) en 1974, desde la adolescencia destac¨® por su dominio de las tecnolog¨ªas y por el uso no siempre legal que hac¨ªa de ellas. De hecho, era conocido como Kimble, su alias hacker, inspirado en Richard Kimball, el protagonista de la serie El fugitivo, que en su d¨ªa interpret¨® Harrison Ford en la versi¨®n cinematogr¨¢fica. Este alias es el que tambi¨¦n usaba a veces en YouTube donde publicaba discursos.
Seg¨²n cuentan algunos medios, a los 15 a?os ten¨ªa 12 l¨ªneas telef¨®nicas pirateadas en su habitaci¨®n, sin que sus padres se dieran cuenta. A los 19 a?os, pirate¨® ordenadores del Pent¨¢gono. Tambi¨¦n presumi¨® de haber saltado los controles de seguridad de la NASA. A los 20, ya hab¨ªa sido detenido en dos ocasiones por ¡°espionaje electr¨®nico¡±. En 1998, fue condenado a dos a?os de c¨¢rcel, que no cumpli¨®, por tr¨¢fico de cuentas bancarias y en ese a?o fund¨® la empresa de seguridad en internet DataProtect. Durante los ¨²ltimos a?os 90, fue haciendo dinero con inversiones en empresas tecnol¨®gicas y con la venta en 2000 de su participaci¨®n mayoritaria en DataProtect. En lo alto de la burbuja de las puntocom, vendi¨® sus acciones de la empresa y se hizo millonario. DataProtect se fue a pique un a?o despu¨¦s.
Pese a toda esta actividad, su oronda figura ¨Cm¨¢s de 140 kilos de excentricidad en dos metros de altura- y su nombre se hicieron realmente conocidos en 2001, con una maniobra que le acarre¨® una condena a 20 meses de c¨¢rcel. Ese a?o, anunci¨® una inyecci¨®n de 50 millones de d¨®lares -38,6 millones de euros- en letsbuyit.com, un portal de venta on line al borde de la quiebra. Las acciones de la empresa ¨Cpreviamente hab¨ªa comparado 375.000 d¨®lares en estos t¨ªtulos-, subieron inmediatamente como la espuma, ocasion¨¢ndole una ganancia de cerca de un mill¨®n y medio de d¨®lares. Sobra decir que ¨¦l nunca concret¨® aquella inversi¨®n de 50 millones. Por este negocio, fue detenido en Tailandia, deportado a Alemania y multado con 100.000 d¨®lares y condenado a 20 meses de c¨¢rcel que no tuvo que cumplir.
Tambi¨¦n en 2001, el hacker sale a la palestra con una excentricidad propia de su personalidad. Dos amigos suyos mueren en los atentados del 11-S, por lo que anuncia una recompensa de 10 millones de d¨®lares a quien atrape a Bin Laden. Adem¨¢s, se dice capaz de piratear las cuentas del l¨ªder de Al Qaeda con su grupo de piratas YIHAT (Young Intelligent Hackers Against Terror, o J¨®venes e Inteligentes Piratas Contra el Terror). Otra de sus fanfarronadas conocidas fue la de contratar a una modelo que hab¨ªa posado para la revista Playboy para que fingiera ser su enamorada mientras navegaba por el Caribe con un grupo de amigos en un yate alquilado. Por supuesto, Kimble dec¨ªa que era de su propiedad. Tambi¨¦n se hizo fotos junto a barcos o aviones para hacer creer a los lectores de su blog Kimble.org que eran suyas. En este blog publicaba sus haza?as, como haber gastado en 2010 un mill¨®n de d¨®lares en alquilar de un yate de lujo para amarrar en Monte Carlo y asistir al Gran Premio de F¨®rmula 1, incluyendo fiestas suntuosas fiestas con invitados de post¨ªn.
Tanta notoriedad le aconsej¨® un cambio de aires. Con pasaporte alem¨¢n y finland¨¦s, Schmitz cambia su apodo por el de Kim Tim Jim Vestor y se muda a Hong Kong, donde se aloja en un hotel. All¨ª funda en 2005 el imperio Megaupload, por el que ahora ha ca¨ªdo y que, seg¨²n la acusaci¨®n de un tribunal de Virginia, ha ocasionado perjuicios econ¨®micos por valor de 500 millones de d¨®lares (386 millones de euros) en derechos de autor.
Estiman los fiscales del caso que los due?os de Megaupload ha conseguido lucrarse con 135 millones de euros, a trav¨¦s de las suscripciones y de publicidad. Con ese dinero y otros, Mr. DotCom, como se hace llamar a partir de 2010, se hizo ese a?o con la mansi¨®n m¨¢s cara de Nueva Zelanda, una propiedad en Auckland por la que pag¨® 30 millones de d¨®lares y que bautiz¨® como Dotcom Mansion. Don¨® otros ocho a los damnificados por el terremoto que asol¨® la ciudad de Christchurch en febrero de 2011.
En el registro de la mansi¨®n posterior a su detenci¨®n el jueves, la polic¨ªa se ha incautado de coches de lujo, obras de arte, armas, ordenadores y documentaci¨®n. Dicen medios locales que Dotcom no sal¨ªa mucho de la mansi¨®n y la polic¨ªa lo corrobora diciendo que el asalto a la mansi¨®n fue muy complicado por la cantidad de mecanismos electr¨®nicos de seguridad que ten¨ªa instalados. Parece que durante el ¨²ltimo a?o, Schmitz era consciente de que su imperio se tambaleaba. Adem¨¢s de recurrir a artistas conocidos como Kayne West o Alicia Keys para que participaran en una campa?a para Megaupload, un correo conocido en enero de un directivo de la empresa asegura que el servicio Megabox, parte del entramado, iba a redistribuir el 90% de sus ingresos a los artistas.
Ve Schmitz que su negocio peligra ya a mediados de 2010, cuando se muestra en un correo preocupado por el endurecimiento de la legislaci¨®n estadounidense contra la pirater¨ªa y se plantea inscribir su dominio fuera de EE UU. Demasiado tarde. A?o y medio despu¨¦s, la justicia del pa¨ªs ordenaba su detenci¨®n, la polic¨ªa neozelandesa le atrapaba parapetado en una habitaci¨®n blindada en su mansi¨®n y cumple 38 a?os con una petici¨®n de extradici¨®n a EE UU y con la amenaza de pasar decenas de cumplea?os m¨¢s tras las rejas. Para evitarlo, en una nueva demostraci¨®n de su incapacidad de pasar desapercibido, ser¨¢ Bob Bennett, el abogado de Bill Clinton en el caso Lewinsky el que le defienda.
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