En China, los costes humanos est¨¢n incorporados en un iPad
Las f¨¢bricas chinas que trabajan para Apple imponen condiciones cercanas a la esclavitud
El pasado mayo, la explosi¨®n despedaz¨® el Edificio A5 una noche de viernes, una erupci¨®n de fuego y ruido que retorci¨® las tuber¨ªas de metal como si fuesen pajitas desechadas.
Cuando los empleados de la cafeter¨ªa salieron a toda prisa al exterior, vieron humo negro que emanaba de las ventanas hechas a?icos. Proven¨ªa de la zona en la que los obreros pul¨ªan a diario miles de carcasas de iPad.
Dos personas murieron en el acto y m¨¢s de una docena resultaron heridas. Mientras estas ¨²ltimas eran conducidas apresuradamente a las ambulancias, una en particular llamaba la atenci¨®n. Sus rasgos hab¨ªan quedado desfigurados por la explosi¨®n, borrados por el calor y la violencia hasta que una esterilla roja y negra sustituy¨® su boca y su nariz.
¡°?Es usted el padre de Lai Xiaodong?¡±, pregunt¨® alguien cuando son¨® el tel¨¦fono en el que hab¨ªa sido el hogar de Lai desde la infancia. Seis meses antes, el joven de 22 a?os se hab¨ªa trasladado a Chengdu, en el sudoeste de China, para convertirse en uno de los millones de engranajes humanos que abastecen el sistema de fabricaci¨®n m¨¢s grande, r¨¢pido y sofisticado de la Tierra. Ese sistema ha hecho posible que Apple y centenares de empresas m¨¢s fabriquen dispositivos casi con tanta rapidez como podemos so?arlos.
¡°Est¨¢ en apuros¡±, dijo el interlocutor al padre de Lai. ¡°Vaya al hospital en cuanto pueda¡±.
En la ¨²ltima d¨¦cada, Apple se ha convertido en una de las empresas m¨¢s poderosas, ricas y pr¨®speras del planeta, en parte gracias a su dominio de la fabricaci¨®n internacional. Apple y sus hom¨®logas en el campo de la alta tecnolog¨ªa ¨C as¨ª como docenas de sectores estadounidenses m¨¢s - han alcanzado un ritmo de innovaci¨®n que pr¨¢cticamente no tiene parang¨®n en la historia moderna.
No obstante, el personal que monta los iPhone, los iPad y otros aparatos a menudo trabaja en condiciones muy duras, seg¨²n los empleados de esas plantas, defensores del trabajador y documentos publicados por las propias empresas. Los problemas van desde unos entornos laborales insoportables hasta problemas de seguridad graves y en ocasiones mortales.
Los empleados hacen demasiadas horas extra, a veces siete d¨ªas a la semana, y viven en residencias abarrotadas. Algunos aseguran que permanecen tanto tiempo de pie que se les hinchan las piernas y apenas pueden caminar. Trabajadores menores de edad han ayudado a fabricar productos de Apple, y los proveedores de la empresa se han deshecho indebidamente de residuos peligrosos y archivos falsificados, seg¨²n informes de grupos activistas que, dentro de China, son considerados observadores fiables e independientes.
De acuerdo con estos grupos, lo m¨¢s inquietante es que algunos proveedores hacen caso omiso de la salud de los trabajadores. Hace dos a?os, 137 empleados de un proveedor de Apple en el este de China resultaron heridos despu¨¦s de que les ordenaran utilizar un producto qu¨ªmico venenoso para limpiar las pantallas de los iPhone. El a?o pasado, en cuesti¨®n de siete meses, dos explosiones que se produjeron en f¨¢bricas de iPad, incluida la de Chengdu, acabaron con la vida de cuatro personas e hirieron a 77. Antes de las explosiones, Apple hab¨ªa sido alertada de las peligrosas condiciones que imperaban dentro de la f¨¢brica de Chengdu, seg¨²n un grupo chino que public¨® esa advertencia.
¡°Si Apple recibi¨® el aviso y no actu¨®, es reprensible¡±, afirma Nicholas Ashford, ex presidente del Comit¨¦ Asesor Nacional sobre Seguridad y Salud Laboral, un grupo que asesora al Departamento de Trabajo de Estados Unidos. ¡°Pero lo que resulta moralmente repugnante en un pa¨ªs son pr¨¢cticas empresariales aceptadas en otro, y las empresas se aprovechan de eso¡±, a?ade.
Apple no es la ¨²nica empresa de productos electr¨®nicos que hace negocio dentro de un sistema de suministro problem¨¢tico. Se han documentado p¨¦simas condiciones laborales en f¨¢bricas que suministran productos a Dell, Hewlett-Packard, I.B.M., Lenovo, Motorola, Nokia, Sony, Toshiba y otros.
Es m¨¢s, directivos antiguos y actuales de Apple aseguran que, en los ¨²ltimos a?os, la empresa ha hecho grandes progresos en la mejora de las f¨¢bricas. Apple cuenta con un c¨®digo de conducta para los proveedores que detalla criterios sobre cuestiones laborales, medidas de seguridad y otros aspectos. La empresa ha organizado una en¨¦rgica campa?a de auditor¨ªas, y cuando se descubren abusos, se exigen correcciones, seg¨²n Apple.
Y los informes anuales de responsabilidad de los proveedores que Apple confecciona son en muchos casos los primeros en notificar abusos. Este mes, por primera vez, la compa?¨ªa hizo p¨²blica una lista que identifica a muchos de sus suministradores.
Pero persisten algunos problemas importantes. M¨¢s de la mitad de los proveedores auditados por Apple han incumplido al menos un aspecto del c¨®digo de conducta cada a?o desde 2007, seg¨²n los informes de la empresa, y en algunos casos han infringido la ley. Aunque muchas infracciones guardan relaci¨®n con las condiciones de trabajo y no con peligros para la seguridad, contin¨²an detect¨¢ndose patrones preocupantes.
¡°A Apple nunca le ha preocupado otra cosa que aumentar la calidad de los productos y reducir los costes de fabricaci¨®n¡±, afirma Li Mingqi, que hasta abril trabajaba en la directiva de Foxconn Technology, uno de los socios de fabricaci¨®n m¨¢s importantes de Apple. Li, que denunciar¨¢ a Foxconn por su despido, ayudaba a dirigir la f¨¢brica de Chengdu en la que se produjo la explosi¨®n. ¡°El bienestar de los trabajadores no tiene nada que ver con sus intereses¡±, afirma.
Apple no va a dejar Foxconn ni se va a ir de China
Algunos ex directivos de Apple se?alan que existe una tensi¨®n no resuelta dentro de la empresa: los altos cargos quieren mejorar las condiciones dentro de las f¨¢bricas, pero esa dedicaci¨®n flaquea cuando entra en conflicto con las relaciones con proveedores cruciales o con la entrega r¨¢pida de nuevos productos. El martes, Apple anunciaba uno de los trimestres m¨¢s lucrativos de cualquier empresa a lo largo de la historia, con unos beneficios de 13.060 millones de d¨®lares en ventas. Dichas ventas podr¨ªan haber sido incluso mayores, comentan los directivos, si las f¨¢bricas del extranjero hubiesen tenido capacidad para producir m¨¢s.
Los directivos de otras empresas hablan de presiones internas similares. Este sistema tal vez no sea bueno, aducen, pero una revisi¨®n radical ralentizar¨ªa la innovaci¨®n. Los clientes quieren que les ofrezcan productos electr¨®nicos incre¨ªbles cada a?o.
¡°Hemos tenido constancia de abusos laborales en algunas f¨¢bricas durante cuatro a?os, y contin¨²an¡±, comenta un ex directivo de Apple, quien, al igual que otros, ha hecho declaraciones con la condici¨®n de permanecer en el anonimato debido a acuerdos de confidencialidad. ¡°?Por qu¨¦? Porque el sistema nos funciona. Los proveedores lo cambiar¨ªan todo ma?ana si Apple les dijera que no tienen otra opci¨®n¡±, agrega. ¡°Si la mitad de los iPhone funcionaran mal, ?cree que Apple permitir¨ªa que eso se prolongara durante cuatro a?os?¡±.
En los informes que ha publicado, Apple afirma que exige que todos los incumplimientos laborales descubiertos sean remediados, y los proveedores que se nieguen son despedidos. Sin embargo, en privado, algunos ex directivos reconocen que encontrar nuevos proveedores cuesta tiempo y dinero. Foxconn es uno de los pocos fabricantes del mundo con envergadura para fabricar cantidades suficientes de iPhone e iPad. As¨ª que Apple ¡°no va a dejar Foxconn ni se va a ir de China¡±, asegura Heather White, investigadora de Harvard y ex miembro del comit¨¦ de Control de Normativa Laboral Internacional en la Academia Nacional de las Ciencias. ¡°Hay mucha racionalizaci¨®n¡±, agrega.
Apple ha recibido amplios res¨²menes de este art¨ªculo, pero la empresa se ha negado a realizar comentarios. El informe se basa en entrevistas con m¨¢s de 35 empleados y contratistas actuales o pasados, entre ellos media docena de directivos con un conocimiento de primera mano sobre el grupo de responsabilidad de proveedores de Apple, as¨ª como otros dentro del sector tecnol¨®gico.
En 2010, Steven P. Jobs habl¨® de las relaciones de la empresa con sus proveedores en un congreso del sector. ¡°Yo creo que Apple realiza uno de los mejores trabajos entre las empresas de nuestro ¨¢mbito, y quiz¨¢ de cualquier otro, a la hora de comprender las condiciones laborales de nuestra cadena de suministros¡±, dec¨ªa Jobs, que en aquel momento era consejero delegado de Apple y que falleci¨® el pasado octubre. ¡°Es decir, vas a una f¨¢brica, pero, Dios m¨ªo, tienen restaurantes, cines, hospitales y piscinas. Para tratarse de una f¨¢brica, es bastante bonita¡±, a?ad¨ªa.
Otros, entre ellos los trabajadores de dichas f¨¢bricas, agradecen las cafeter¨ªas y las instalaciones m¨¦dicas, pero insisten en que las condiciones son duras.
¡°Estamos poniendo todo nuestro empe?o en mejorar las cosas¡±, comenta un ex directivo de Apple. ¡°Pero la mayor¨ªa de la gente seguir¨ªa sinti¨¦ndose verdaderamente molesta si viera de d¨®nde proviene su iPhone¡±, remacha.
El camino hacia Chengdu
En oto?o de 2010, unos seis meses antes de la explosi¨®n en la f¨¢brica de iPad, Lai Xiaodong envolv¨ªa cuidadosamente su diploma universitario con ropa para que no se arrugara en la maleta. Les dijo a sus amigos que ya no asistir¨ªa a las partidas de p¨®ker semanales y se despidi¨® de sus profesores. Se marchaba a Chengdu, una ciudad de 12 millones de habitantes que estaba convirti¨¦ndose r¨¢pidamente en uno de los centros de fabricaci¨®n m¨¢s importantes del mundo.
Aunque Lai es extremadamente t¨ªmido, hab¨ªa sorprendido a todo el mundo convenciendo a una hermosa estudiante de enfermer¨ªa para que fuese su novia. Ella quer¨ªa casarse y el objetivo de Lai era ganar suficiente dinero para comprar un piso.
Las f¨¢bricas de Chengdu suministran productos a cientos de empresas. Pero Lai ten¨ªa en mente a Foxconn Technology, el exportador m¨¢s importante de China, que adem¨¢s cuenta con una de las plantillas m¨¢s grandes de la naci¨®n, con 1,2 millones de trabajadores. La empresa tiene f¨¢bricas en todo el pa¨ªs, y monta aproximadamente un 40% de los productos electr¨®nicos de consumo del mundo, con clientes como Amazon, Dell, Hewlett-Packard, Nintendo, Nokia y Samsung.
Lai sab¨ªa que la f¨¢brica de Foxconn en Chengdu era especial. En su interior, los trabajadores fabricaban el ¨²ltimo y posiblemente m¨¢s importante producto de Apple: el iPad.
Cuando Lai consigui¨® finalmente un empleo reparando m¨¢quinas en la f¨¢brica, una de las primeras cosas que advirti¨® fueron las luces casi cegadoras. Los turnos diarios duraban 24 horas, y la f¨¢brica siempre estaba iluminada. En cualquier momento dado hab¨ªa miles de trabajadores en las cadenas de montaje o sentados en sillas sin respaldo, agazapados junto a grandes m¨¢quinas o corriendo de una plataforma de descarga a otra. A algunos trabajadores se les hinchaban tanto las piernas que andaban como un pato. ¡°Es duro estar de pie todo el d¨ªa¡±, afirma Zhao Sheng, un trabajador de la f¨¢brica.
Unas pancartas colgadas en las paredes advert¨ªan a los 120.000 empleados: ¡°Trabaja duro en tu puesto hoy o trabaja duro ma?ana para encontrar otro¡±. El c¨®digo de conducta para proveedores de Apple dicta que, salvo en circunstancias inusuales, los empleados supuestamente no han de trabajar m¨¢s de 60 horas a la semana. Pero en Foxconn, algunos trabajaban m¨¢s, seg¨²n entrevistas, n¨®minas y estudios realizados por grupos externos. Si nos ce?imos a su sueldo, al cabo de poco tiempo Lai estaba pasando12 horas al d¨ªa, seis d¨ªas a la semana, dentro de la f¨¢brica. A veces se exig¨ªa a los empleados que llegaban tarde que redactaran cartas de confesi¨®n y copiaran citas. Hab¨ªa ¡°cambios continuos¡± en los que a los trabajadores se les ped¨ªa que hicieran dos turnos seguidos, seg¨²n varias entrevistas.
El t¨ªtulo universitario de Lai le permit¨ªa percibir un salario de unos 22 d¨®lares diarios, horas extras incluidas, lo cual era m¨¢s de lo que ganaban muchos otros. Cuando terminaba su jornada, se retiraba a una peque?a habitaci¨®n en la que apenas cab¨ªan un colch¨®n, un armario y una mesa y donde se entreten¨ªa obsesivamente con un juego de Internet llamado Fight the Landlord, explica su novia, Luo Xiaohong.
Esos alojamientos eran mejores que muchas de las residencias de Foxconn, donde viv¨ªan 70.000 trabajadores de la empresa, y donde se api?aban hasta 20 personas en un piso de tres habitaciones. El a?o pasado, una disputa salarial desencaden¨® un mot¨ªn en una de las residencias, y los trabajadores empezaron a lanzar botellas, cubos de basura y papeles ardiendo desde las ventanas, seg¨²n los testigos. Doscientos agentes de polic¨ªa se enfrentaron a los trabajadores y detuvieron a ocho. Despu¨¦s se retiraron los cubos de basura, y los montones de desperdicios ¨Cy los roedores - se convirtieron en un problema. Lai se sent¨ªa afortunado de tener una vivienda propia.
En un comunicado, Foxconn desment¨ªa las declaraciones de los trabajadores sobre los turnos continuos, el exceso de horas extras, los alojamientos abarrotados y las causas de la revuelta. La empresa afirmaba que sus actividades se adher¨ªan a los c¨®digos de conducta de los clientes, los criterios del sector y las leyes nacionales. ¡°Las condiciones en Foxconn son cualquier cosa menos duras¡±, escrib¨ªa la empresa. Foxconn dijo tambi¨¦n que nunca hab¨ªa sido citada por un cliente o por el Gobierno por contratar a menores de edad, explotar a los trabajadores o por exposici¨®n a productos t¨®xicos.
¡°Todos los empleados de la cadena de montaje disfrutan de descansos peri¨®dicos, incluida una hora para comer¡±, escrib¨ªa la empresa, y solo un 5% de ellos deben permanecer de pie para desempe?ar su labor. Los puestos han sido dise?ados de acuerdo con criterios ergon¨®micos, y los empleados tienen oportunidades para la rotaci¨®n laboral y los ascensos, aseguraba el comunicado.
El a?o pasado, una disputa salarial desencaden¨® un mot¨ªn en una de las residencias
¡°Foxconn tiene un historial de seguridad muy positivo¡±, escrib¨ªa la empresa, ¡°y hemos progresado mucho en nuestros esfuerzos por liderar el sector en China en ¨¢mbitos como las condiciones del lugar de trabajo y el cuidado y el trato a nuestros empleados¡±.
El c¨®digo de conducta de Apple
En 2005, algunos altos directivos de Apple se dieron cita en su sede de Cupertino, California, para celebrar una reuni¨®n especial. Otras empresas hab¨ªan creado c¨®digos de conducta para supervisar a sus proveedores. Apple decidi¨® que hab¨ªa llegado el momento de seguir su ejemplo. El c¨®digo que public¨® Apple ese a?o exige ¡°que las condiciones laborales en la cadena de suministro de la empresa sean seguras, que los trabajadores sean tratados con respeto y dignidad y que los procesos de fabricaci¨®n sean responsables con el medio ambiente¡±.
Pero el a?o siguiente, el peri¨®dico brit¨¢nico The Mail on Sunday visit¨® en secreto una f¨¢brica de Foxconn en Shenzhen, China, donde se produc¨ªan iPod, e inform¨® de las largas jornadas de los trabajadores, de las flexiones impuestas como castigo y de los alojamientos abarrotados. Los directivos de Cupertino quedaron asombrados. ¡°Apple est¨¢ llena de buena gente que no ten¨ªa ni idea de que esto estaba sucediendo¡±, dec¨ªa un ex empleado. ¡°Quisimos que la situaci¨®n cambiara inmediatamente¡±.
Apple audit¨® esa f¨¢brica, la primera de esas inspecciones por parte de la empresa, y orden¨® mejoras. Los directivos tambi¨¦n emprendieron una serie de iniciativas que inclu¨ªan un informe anual de auditor¨ªa, publicado por primera vez en 2007. El a?o pasado, Apple hab¨ªa inspeccionado 396 instalaciones, entre ellas proveedores directos de la empresa, y tambi¨¦n muchos de los suministradores de esos proveedores, uno de los programas m¨¢s importantes de esa ¨ªndole dentro del sector de los productos electr¨®nicos.
Esas auditor¨ªas han descubierto incumplimientos sistem¨¢ticos del c¨®digo de conducta de Apple, seg¨²n res¨²menes publicados por la empresa. En 2007, por ejemplo, la empresa realiz¨® m¨¢s de 35 auditor¨ªas, dos tercios de las cuales indicaban que los empleados suelen trabajar m¨¢s de 60 horas a la semana. Asimismo, hubo seis ¡°infracciones b¨¢sicas¡±, el tipo m¨¢s grave, entre ellas la contrataci¨®n de ni?os de 15 a?os, adem¨¢s de la falsificaci¨®n de archivos.
Durante los tres a?os siguientes, Apple llev¨® a cabo 312 auditor¨ªas, y cada a?o, m¨¢s o menos la mitad mostraban indicios de un gran n¨²mero de empleados que trabajaban m¨¢s de seis d¨ªas a la semana, adem¨¢s de hacer muchas horas extra. Algunos trabajadores recib¨ªan menos del salario m¨ªnimo o se les reten¨ªa la paga como castigo. Apple encontr¨® 70 infracciones b¨¢sicas durante ese periodo, incluidos casos de trabajo involuntario, empleados menores de edad, falsificaciones de archivos, eliminaci¨®n inadecuada de residuos peligrosos y m¨¢s de 100 trabajadores heridos por exposici¨®n a productos qu¨ªmicos t¨®xicos.
El a?o pasado, la empresa realiz¨® 229 auditor¨ªas. Se advirtieron leves mejoras en algunas categor¨ªas, y el n¨²mero de infracciones b¨¢sicas detectadas disminuy¨®. Sin embargo, en 93 instalaciones, al menos la mitad de los trabajadores superaban el l¨ªmite de 60 horas semanales. M¨¢s o menos el mismo n¨²mero de empleados trabajaban m¨¢s de seis d¨ªas a la semana. Hubo incidentes de discriminaci¨®n, medidas de seguridad inadecuadas, impago de las horas extra requeridas y otras infracciones. Ese a?o murieron cuatro empleados y 77 resultaron heridos en explosiones en el lugar de trabajo.
¡°Si los problemas siguen un mismo patr¨®n a?o tras a?o, significa que la empresa est¨¢ ignorando la cuesti¨®n en lugar de resolverla¡±, afirma un ex directivo de Apple con un conocimiento de primera mano del grupo de responsabilidad de los proveedores. ¡°Se toleran los incumplimientos siempre que los proveedores prometan esforzarse m¨¢s la pr¨®xima vez. Si nos pusi¨¦ramos serios, las infracciones b¨¢sicas desaparecer¨ªan¡±.
Apple dice que cuando una auditor¨ªa revela una infracci¨®n, la empresa exige a los proveedores que resuelvan el problema en un plazo de 90 d¨ªas y que realicen cambios para impedir que se repita. ¡°Si un proveedor no est¨¢ dispuesto a cambiar, finiquitamos nuestra relaci¨®n¡±, asegura la empresa en su p¨¢gina web.
Sin embargo, la seriedad de esa amenaza no est¨¢ clara. Apple ha descubierto infracciones en cientos de auditor¨ªas, pero se ha prescindido de menos de 15 proveedores por transgresiones desde 2007, seg¨²n ex directivos de la empresa.
¡°Una vez que se cierra el acuerdo y Foxconn se convierte en proveedor autorizado de Apple, la empresa ya no presta atenci¨®n a las condiciones de trabajo ni a nada que sea irrelevante para sus productos¡±, afirma Li, el ex director de Foxconn. Li pas¨® varios a?os en las f¨¢bricas de Foxconn en Shenzhen y Chengdu y fue despedido en abril tras negarse a ser trasladado a esta ¨²ltima, afirma. La empresa desmiente sus comentarios, y declara que ¡°tanto Foxconn como Apple se toman muy en serio el bienestar¡± de sus empleados.
Los esfuerzos de Apple han propiciado algunos cambios. Las instalaciones que fueron auditadas de nuevo ¡°mostraron mejoras constantes en el rendimiento y unas condiciones de trabajo m¨¢s aptas¡±, escrib¨ªa la empresa en su informe de progreso en la responsabilidad de los proveedores en 2011. Adem¨¢s, el n¨²mero de f¨¢bricas auditadas ha crecido cada a?o, y algunos directivos afirman que el aumento de esas iniciativas impiden ver las mejoras que se producen anualmente.
Apple ha formado tambi¨¦n a m¨¢s de un mill¨®n de trabajadores en cuanto a sus derechos y los m¨¦todos de prevenci¨®n de lesiones y enfermedades. Hace unos a?os, despu¨¦s de que unos auditores insistieran en entrevistar a los empleados de rango m¨¢s bajo de las f¨¢bricas, descubrieron que algunos de ellos se hab¨ªan visto obligados a pagar onerosas ¡°cuotas de contrataci¨®n¡±, algo que Apple clasifica como mano de obra involuntaria. El a?o pasado, la empresa oblig¨® a los proveedores a reembolsar m¨¢s de 6,7 millones de d¨®lares por esas cuotas.
¡°Apple est¨¢ a la cabeza de la prevenci¨®n de la explotaci¨®n de menores¡±, afirma Dionne Harrison, de Impactt, una empresa a la que Apple paga para evitar y solucionar casos de explotaci¨®n infantil entre sus proveedores. ¡°Est¨¢n haciendo todo lo que pueden¡±.
Pero hay otros asesores que no est¨¢n de acuerdo.
¡°Llevamos a?os dici¨¦ndole a Apple que hay problemas muy graves y recomend¨¢ndoles posibles cambios¡±, explica un asesor de BSR, siglas de Business for Social Responsibility [Empresa en favor de la responsabilidad social], una empresa a la que Apple ha recurrido en dos ocasiones para que le aconsejara acerca de cuestiones laborales. ¡°Ellos no quieren prevenir los problemas; lo ¨²nico que quieren es no pasar verg¨¹enza¡±.
¡®Podr¨ªamos haber salvado vidas¡¯
En 2006, BSR, junto con un equipo del Banco Mundial y otros grupos, emprendi¨® un proyecto para mejorar las condiciones laborales en f¨¢bricas de China y otros pa¨ªses en las que se produc¨ªan tel¨¦fonos m¨®viles y otros dispositivos. Los grupos y las empresas prometieron poner a prueba distintas ideas. Foxconn accedi¨® a participar.
Foxconn dice que tiene un historial de seguridad muy positivo
Durante cuatro meses, BSR y otro grupo negociaron con Foxconn un programa piloto para crear ¡°l¨ªneas telef¨®nicas de atenci¨®n¡± a los trabajadores, de forma que los empleados pudieran denunciar condiciones abusivas, pedir orientaci¨®n psicol¨®gica y hablar de problemas relacionados con el lugar de trabajo. Apple no era uno de los participantes del proyecto, pero se le inform¨® al respecto, seg¨²n el asesor de BSR, que estaba al tanto de los detalles.
Conforme avanzaban las negociaciones, los requisitos de Foxconn para participar no paraban de cambiar. Primero, Foxconn pidi¨® que se dejaran de instalar nuevas l¨ªneas de atenci¨®n y se empezara a evaluar las ya existentes. Luego, Foxconn insisti¨® en que se excluyera la orientaci¨®n sobre salud mental. Foxconn les pidi¨® a los participantes que firmaran un acuerdo por el cual se negaban a revelar informaci¨®n sobre lo que observaran, y posteriormente reescribi¨® dichos acuerdos en m¨²ltiples ocasiones. Al final se lleg¨® a un acuerdo, y se dispuso que el proyecto se iniciara en enero de 2008. Un d¨ªa antes de empezar, Foxconn exigi¨® m¨¢s cambios, hasta que qued¨® claro que el proyecto no iba a salir adelante, seg¨²n el asesor y un resumen elaborado por BSR en 2008 en el que no se mencionaba a Foxconn.
El a?o siguiente, un empleado de Foxconn se cay¨® o salt¨® de un edificio de apartamentos tras perder un prototipo del iPhone. Durante los dos a?os siguientes, al menos 18 trabajadores m¨¢s de Foxconn trataron de suicidarse o se cayeron de edificios de formas que parecen indicar que fueron intentos de suicidio. En 2010, dos a?os despu¨¦s de que el programa piloto se fuera a pique y tras muchos intentos de suicidio, Foxconn cre¨® una l¨ªnea de atenci¨®n exclusiva para cuestiones de salud mental y empez¨® a ofrecer orientaci¨®n psicol¨®gica gratuita.
¡°Podr¨ªamos haber salvado vidas, y le pedimos a Apple que presionara a Foxconn, pero se negaban a hacerlo¡±, explica el asesor de BSR, que ha pedido que no revel¨¢ramos su identidad por los acuerdos de confidencialidad. ¡°Empresas como HP, Intel o Nike est¨¢n presionando a sus proveedores. Pero Apple prefiere mantenerse a una distancia prudente y Foxconn es su fabricante m¨¢s importante, as¨ª que se niegan a presionarles¡±.
En una declaraci¨®n por escrito, BSR asegur¨® que las opiniones del asesor no coincid¨ªan con las de la empresa.
¡°Mis compa?eros de BSR y yo vemos a Apple como una empresa que est¨¢ llevando a cabo un esfuerzo ¨ªmprobo por garantizar que las condiciones laborales en su cadena de suministro cumplen las expectativas de la legislaci¨®n vigente, las normas de la empresa y las expectativas de los consumidores¡±, escribe Aron Cramer, el presidente de BSR. A?ade que pedirle a Apple que presionara a Foxconn no habr¨ªa sido coherente con el objetivo del programa piloto, y que hab¨ªa m¨²ltiples razones para no llevar a cabo el programa.
En una declaraci¨®n, Foxconn asegura que actu¨® con rapidez y de forma exhaustiva para solucionar la cuesti¨®n de los suicidios, y que ¡°los datos han demostrado que dichas medidas han funcionado¡±.
Un cliente exigente
Todos los meses, responsables de empresas de todo el mundo peregrinan a Cupertino o invitan a directivos de Apple a visitar sus f¨¢bricas en el extranjero, todos con el mismo objetivo: convertirse en proveedor suyo.
Cuando les llega la noticia de que Apple est¨¢ interesado en un producto o en un servicio concretos, suele haber peque?as celebraciones; brindan con whisky y van a un karaoke a cantar.
Luego llegan las peticiones de Apple.
Por lo general, Apple pide a los proveedores que especifiquen cu¨¢nto cuesta cada componente, cu¨¢ntos empleados se necesitan y la cuant¨ªa de sus salarios. Los directivos quieren conocer hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle financiero. Acto seguido, Apple calcula cu¨¢nto va a pagar por un componente. A la mayor¨ªa de los proveedores se les deja un margen ¨ªnfimo.
Por eso muchas veces los proveedores intentan recortar de donde pueden, sustituir productos qu¨ªmicos caros por otras opciones m¨¢s baratas o presionar a sus empleados para que trabajen a m¨¢s velocidad y m¨¢s horas, seg¨²n gente que trabaja en dichas empresas.
¡°La ¨²nica forma de ganar dinero trabajando para Apple es encontrar la manera de hacer las cosas de una forma m¨¢s eficiente o m¨¢s barata¡±, comentaba un directivo de una empresa que ayud¨® a sacar el iPad al mercado. ¡°Y luego vuelven el a?o siguiente y obligan a la empresa a rebajar el precio un 10%¡±.
En enero de 2010, los empleados de una f¨¢brica china propiedad de Wintek, un socio que fabrica para Apple, se declararon en huelga por toda una serie de cuestiones, incluidos unos rumores muy difundidos de que los trabajadores estaban siendo expuestos a toxinas. Las investigaciones llevadas a cabo por los medios de comunicaci¨®n revelaban que m¨¢s de cien empleados se hab¨ªan visto afectados por el n-hexano, un producto qu¨ªmico t¨®xico que puede provocar da?os en el sistema nervioso y par¨¢lisis.
Los empleados afirman que se les orden¨® utilizar n?-hexano para limpiar la pantalla de los iPhones porque se evaporaba a una velocidad casi tres veces mayor que frotando con alcohol. Una evaporaci¨®n m¨¢s r¨¢pida significaba que los trabajadores pod¨ªan limpiar m¨¢s pantallas por minuto.
Apple coment¨® los da?os sufridos por los trabajadores de Wintek al cabo de un a?o. En su informe de responsabilidad de los proveedores, Apple afirmaba que le hab¨ªa ¡°exigido a Wintek que dejara de utilizar n-hexano¡± y que ¡°se hab¨ªa asegurado de que todos los trabajadores hab¨ªan recibido el tratamiento adecuado, y estaban siguiendo muy de cerca sus informes m¨¦dicos hasta que se recuperaran del todo¡±. Asimismo, Apple aseguraba que le hab¨ªa exigido a Wintek que arreglara el sistema de ventilaci¨®n.
Ese mismo mes, un periodista de The New York Times entrevist¨® a una docena de trabajadores de Wintek afectados que afirmaban que ni Apple ni sus intermediarios se hab¨ªan puesto en contacto con ellos, y que Wintek los hab¨ªa presionado para que dimitieran y aceptaran liquidaciones en met¨¢lico que eximir¨ªan a la empresa de toda responsabilidad. Despu¨¦s de esas entrevistas, Wintek se comprometi¨® a proporcionar una mayor indemnizaci¨®n a los empleados afectados y Apple envi¨® a un representante a hablar con algunos de ellos.
Seis meses despu¨¦s, algunas publicaciones especializadas informaban de que Apple hab¨ªa reducido de forma significativa el precio que le pagaba a Wintek.
¡°Puedes establecer todas las normas que quieras, pero no tienen sentido si no les das a los proveedores el margen suficiente para que traten bien a sus empleados¡±, comentaba un exdirectivo de Apple que conoce de primera mano al grupo encargado de la responsabilidad de los proveedores. ¡°Si exprimes los m¨¢rgenes, les est¨¢s obligando a recortar en materia de seguridad¡±.
Wintek sigue siendo uno de los proveedores m¨¢s importantes de Apple. En una declaraci¨®n, se negaba a hacer comentarios salvo para decir que, despu¨¦s de este episodio, la empresa hab¨ªa adoptado ¡°amplias medidas¡± para abordar la situaci¨®n y ¡°se hab¨ªa comprometido a garantizar el bienestar de los empleados y a crear un entorno laboral seguro y saludable¡±.
Muchas empresas tecnol¨®gicas importantes han trabajado con f¨¢bricas cuyas condiciones son alarmantes. Sin embargo, los supervisores independientes y los proveedores aseguran que algunas se comportan de otra manera. Los directivos de varios proveedores aseguraban en entrevistas que Hewlett-Packard y otras empresas les permiten obtener unos beneficios ligeramente m¨¢s elevados y otros complementos si se utilizan para mejorar las condiciones de los trabajadores.
Si exprimes los m¨¢rgenes, les est¨¢s obligando a recortar en materia de seguridad
¡°Nuestros proveedores son muy sinceros con nosotros¡±, se?ala Zoe McMahon, una directiva del programa de responsabilidad social y medioambiental de la cadena de suministro de Hewlett-Packard. ¡°Si les cuesta mucho cumplir nuestras expectativas, nos lo hacen saber, y eso influye en nuestras decisiones¡±.
La explosi¨®n
La tarde de la explosi¨®n de la f¨¢brica de iPads, Lai Xiaodong llam¨® a su novia, como hac¨ªa todos los d¨ªas. Esperaban poder verse esa tarde, pero el director de Lai le dijo que ten¨ªa que hacer horas extra, seg¨²n lo que le cont¨® Lai a ella.
Le hab¨ªan ascendido muy r¨¢pido en Foxconn, y en tan solo unos meses ten¨ªa a su cargo un equipo que se encargaba del mantenimiento de las m¨¢quinas que pul¨ªan las fundas de los iPads. En la zona de lijado hab¨ªa mucho ruido, y el ¨¢rea estaba llena de polvo de aluminio. Los trabajadores llevaban mascarillas y tapones, pero por muchas veces que se ducharan, se les reconoc¨ªa por el leve brillo aluminoso de su pelo y del rabillo de los ojos.
Tan solo dos semanas antes de la explosi¨®n, un grupo de Hong Kong de defensa de los derechos de los trabajadores public¨® un informe en el que advert¨ªan de que las condiciones en la f¨¢brica de Chengdu no eran seguras, y mencionaban problemas como el polvo de aluminio. El grupo, Students And Scholars Against Corporate Misbehavior [Estudiantes y expertos en contra de la mala conducta empresarial], o SACOM, por sus siglas en ingl¨¦s, hab¨ªa grabado en v¨ªdeo a los trabajadores cubiertos de diminutas part¨ªculas de aluminio. ¡°Los problemas de seguridad y de salud laboral en Chengdu son alarmantes¡±, se afirmaba en el informe. ¡°Los trabajadores tambi¨¦n resaltan el problema de la mala ventilaci¨®n y de que la ropa de protecci¨®n para el personal es inadecuada¡±.
Una copia de dicho informe fue enviada a Apple. ¡°No tuvimos respuesta¡±, explica Debby Chan Sze Wan, miembro del grupo. ¡°Unos meses m¨¢s tarde fui a Cupertino y me met¨ª en el grupo de presi¨®n de Apple, pero nadie quer¨ªa reunirse conmigo. Nadie de Apple se ha puesto en contacto conmigo en ning¨²n momento¡±.
La ma?ana de la explosi¨®n, Lai acudi¨® en bicicleta al trabajo. El iPad acababa de salir a la venta solo unas semanas antes, y a los trabajadores se les dijo que hab¨ªa que pulir miles de fundas al d¨ªa. La actividad en la f¨¢brica era fren¨¦tica, seg¨²n los obreros. Filas y m¨¢s filas de m¨¢quinas pul¨ªan las fundas mientras los empleados, equipados con mascarillas, apretaban los botones. Encima de cada estaci¨®n hab¨ªa grandes conductos de aire, pero no pod¨ªan seguir el ritmo de las tres filas de m¨¢quinas puliendo sin parar. Por todas partes hab¨ªa polvo de aluminio.
El polvo es un riesgo conocido para la seguridad. En 2003, una explosi¨®n de polvo de aluminio en Indiana destruy¨® una f¨¢brica de ruedas y se cobr¨® la vida de un trabajador. En 2008, el polvo agr¨ªcola en el interior de una f¨¢brica de az¨²car en Georgia provoc¨® una explosi¨®n en la que murieron 14 personas.
A las dos horas de que Lai hubiera empezado su segundo turno, el edificio empez¨® a temblar, como si hubiera un terremoto. Seg¨²n algunos trabajadores de la f¨¢brica, se produjo una serie de explosiones.
Entonces empezaron los gritos.
Cuando los compa?eros de Lai salieron afuera a toda prisa, el humo oscuro estaba mezcl¨¢ndose con una llovizna, por lo que puede verse en unos v¨ªdeos grabados con tel¨¦fonos m¨®viles. El n¨²mero total de muertos ascendi¨® a cuatro y el de heridos, a 18.
En el hospital, la novia de Lai vio que ten¨ªa casi toda la piel calcinada. ¡°Lo reconoc¨ª por las piernas, porque de lo contrario no habr¨ªa sabido qui¨¦n era¡±, asegura.
Al final lleg¨® su familia. Se le hab¨ªa quemado m¨¢s del 90% del cuerpo. ¡°Mi madre sali¨® corriendo de la habitaci¨®n nada m¨¢s verlo. Yo me puse a llorar. Nadie pod¨ªa soportarlo¡±, comenta su hermano. Cuando su madre volvi¨®, trat¨® de no tocar a su hijo por miedo a hacerle da?o.
¡°Si lo hubiera sabido¡±, afirma, ¡°le habr¨ªa cogido del brazo, lo habr¨ªa tocado¡±.
¡°Tuvo mucha fuerza¡±, a?ade. ¡°Aguant¨® dos d¨ªas¡±.
Despu¨¦s de la muerte de Lai, los empleados de Foxconn fueron hasta su pueblo natal y les entregaron una caja con las cenizas. Posteriormente, la empresa les envi¨® un cheque por un valor de aproximadamente 150.000 d¨®lares.
En una declaraci¨®n, Foxconn afirm¨® que en el momento de la explosi¨®n la f¨¢brica de Chengdu cumpl¨ªa todas las leyes y normativas aplicables, y ¡°despu¨¦s de asegurarnos de que las familias de los empleados fallecidos recib¨ªan el apoyo que necesitaban, comprobamos que todos los empleados heridos recib¨ªan la mejor asistencia m¨¦dica posible¡±. Despu¨¦s de la explosi¨®n, a?ad¨ªa la empresa, Foxconn detuvo de inmediato el trabajo en todos los talleres de pulido y, posteriormente, mejor¨® la ventilaci¨®n y la extracci¨®n del polvo, adem¨¢s de adoptar tecnolog¨ªas para mejorar la seguridad de los trabajadores.
En su informe m¨¢s reciente de responsabilidad de sus proveedores, Apple afirmaba que, despu¨¦s de la explosi¨®n, la empresa se puso en contacto con ¡°los expertos m¨¢s destacados en materia de seguridad de procesos¡± y reuni¨® a un equipo para que investigara e hiciera recomendaciones para evitar futuros accidentes.
Sin embargo, en diciembre, siete meses despu¨¦s de la explosi¨®n que se cobr¨® la vida de Lai, explot¨® otra f¨¢brica de iPads, esta vez en Shanghai. La causa hab¨ªa sido tambi¨¦n el polvo de aluminio, seg¨²n las entrevistas y el informe m¨¢s reciente de responsabilidad de los proveedores de Apple. En esa explosi¨®n resultaron heridos 59 trabajadores, y 23 de ellos fueron hospitalizados.
?Saben lo f¨¢cil que es controlar el polvo? Se llama ventilaci¨®n.
¡°Despu¨¦s de producirse una explosi¨®n, es negligencia grave no caer en la cuenta de que deber¨ªan revisarse todas las f¨¢bricas¡±, afirma Nicholas Ashford, experto en materia de seguridad laboral, que ahora trabaja en el Massachusetts Institute of Technology. ¡°Si el polvo de aluminio planteara un problema extremadamente dif¨ªcil, lo entender¨ªa. Pero ?saben lo f¨¢cil que es controlar el polvo? Se llama ventilaci¨®n. Hace un siglo que solventamos esta cuesti¨®n¡±.
En su informe m¨¢s reciente de responsabilidad de sus proveedores, Apple se?alaba que, aunque ambas explosiones estaban relacionadas con el polvo de aluminio inflamable, las causas eran distintas. No obstante, la empresa no quiso dar detalles. En el informe se a?ad¨ªa que Apple hab¨ªa auditado a todos los proveedores que pul¨ªan productos de aluminio y que hab¨ªa puesto en marcha medidas de precauci¨®n m¨¢s estrictas. Seg¨²n el informe, todos los proveedores han adoptado las medidas necesarias excepto uno, que sigue cerrado.
La familia de Lai todav¨ªa no ha encontrado respuesta a varias preguntas. ¡°No estamos del todo seguros de c¨®mo muri¨®¡±, explica la madre de Lai junto a un sepulcro que ha construido cerca de su casa. ¡°No entendemos qu¨¦ pas¨®¡±.
Ganar la loter¨ªa de Apple
Todos los a?os, cuando empiezan a o¨ªrse rumores sobre los pr¨®ximos productos Apple, las publicaciones y las p¨¢ginas web del sector empiezan a especular sobre qu¨¦ proveedores tienen m¨¢s probabilidades de que les toque la loter¨ªa de Apple. Conseguir un contrato con Apple puede hacer que el valor de una empresa se incremente en millones porque, indirectamente, se est¨¢ indicando que la fabricaci¨®n es de buena calidad. Pero pocas empresas alardean abiertamente del trabajo: Apple suele exigir a sus proveedores que firmen contratos en los que prometen no divulgar nada, ni siquiera su asociaci¨®n.
Esa falta de transparencia da a Apple cierta ventaja a la hora de mantener en secreto sus planes. Pero tambi¨¦n ha constituido una barrera para mejorar las condiciones laborales, seg¨²n algunos activistas y exdirectivos de Apple.
Este mes, tras las numerosas peticiones de grupos defensores de los derechos de los trabajadores y medios de comunicaci¨®n, entre ellos The New York Times, Apple ha publicado los nombres de 156 de sus proveedores. En el informe que acompa?a dicha lista, Apple afirma que ¡°juntos representan m¨¢s del 97% de lo que les pagamos a los proveedores para que fabriquen nuestros productos¡±.
No obstante, la empresa no ha revelado los nombres de centenares de empresas que no tienen un contrato directo con Apple, pero que suministran a los proveedores. La lista de proveedores de la empresa no aclara d¨®nde est¨¢n las f¨¢bricas, y muchas son dif¨ªciles de encontrar. Y algunas organizaciones de control independientes aseguran que, cuando han intentado inspeccionar a los proveedores de Apple, les han denegado la entrada por ¨®rdenes de Apple, o por lo menos eso les han dicho.
¡°Hemos mantenido esta conversaci¨®n cientos de veces¡±, explica un exdirectivo del grupo de responsabilidad de los proveedores de Apple. ¡°Hay un compromiso leg¨ªtimo y de toda la empresa con el c¨®digo de conducta. Pero llevarlo al siguiente nivel y cambiar de verdad la situaci¨®n entra en conflicto con los objetivos empresariales y de confidencialidad, as¨ª que no podemos ir m¨¢s lejos¡±. Algunos exempleados de Apple afirman que, por lo general, se les prohib¨ªa relacionarse con la mayor¨ªa de los grupos externos.
¡°Aqu¨ª hay una aut¨¦ntica cultura del secretismo que influye en todo¡±, se?ala el exdirectivo.
Otras empresas tecnol¨®gicas funcionan de otra forma
¡°Hablamos mucho con gente de fuera¡±, asegura Gary Niekerk, director de comportamiento empresarial c¨ªvico de Intel. ¡°El mundo es complejo y, si no dialogamos con grupos externos, nos perdemos muchas cosas¡±.
Dada la fama y el liderazgo de Apple en la fabricaci¨®n a escala mundial, si la empresa cambiara radicalmente su forma de actuar, podr¨ªa transformar la manera de hacer negocios. ¡°Todas las empresas quieren ser Apple¡±, se?ala Sasha Lezhnev, de Enough Project, un grupo dedicado a la responsabilidad empresarial. ¡°Si se comprometieran a fabricar un iPhone sin conflictos de por medio, transformar¨ªan la tecnolog¨ªa¡±.
Pero en ¨²ltima instancia, se?alan exdirectivos de Apple, hay pocas presiones externas reales para que cambien las cosas. Apple es una de las marcas m¨¢s admiradas. En un sondeo a escala nacional llevado a cabo por The New York Times en noviembre, el 56% de los entrevistados afirmaba que no se le ocurr¨ªa nada negativo sobre Apple. Un 14% respondi¨® que lo peor que ten¨ªa la empresa era que sus productos eran demasiado caros. Y solo un 2% mencionaba las pr¨¢cticas laborales en el extranjero.
Hay gente como White, de Harvard, que afirma que hasta que los consumidores exijan una mejora de las condiciones en las f¨¢bricas en el extranjero (como han hecho en el caso de empresas como Nike y Gap, que ya han revisado las condiciones de sus proveedores) o intervengan los reguladores, hay pocos incentivos para llevar a cabo un cambio radical. Y fuentes internas de Apple se muestran de acuerdo.
¡°Puedes producir en f¨¢bricas que sean c¨®modas y que traten bien a sus empleados o reinventar el producto cada a?o y hacerlo mejor, m¨¢s r¨¢pido y m¨¢s barato, para lo cual se necesitan f¨¢bricas que resultan demasiado estrictas desde el punto de vista estadounidense¡±, comenta un directivo actual de Apple.
¡°Y, ahora mismo, a los clientes les importa m¨¢s tener un iPhone nuevo que las condiciones laborales en China¡±.
? The New York Times
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