?Estamos en las nubes?
Las decisiones que adopten los gigantes tecnol¨®gicos impactan en el medio ambiente La responsabilidad ha de recaer tambi¨¦n del lado de los usuarios
Primero sacas una foto ¨C bueno, m¨¢s bien 27¨C de tu hijo de tres a?os soplando las velas de su tarta de cumplea?os. ?Qu¨¦ mono! Luego las subes a Picasa o a Facebook, o las arrastras hasta Dropbox. Muy sencillo. Muy conveniente. Atenci¨®n, pregunta: ?y d¨®nde dices que residen exactamente esas fotos? Soluci¨®n, respuesta: En La Nube. ?No es as¨ª? As¨ª es. En cualquier momento y desde cualquier lugar podemos acceder al cielo con un aparato y volver a pillar uno de esos retratos. ?Fium!. Te cac¨¦. Los archivos flotan alegremente por el ciberespacio. Nos aguardan sin prisas. Y el m¨¦todo, adem¨¢s de barato, resulta tremendamente ecol¨®gico. O, ?no?
Si aterrizamos para comprobarlo, observaremos que esas fotos ¨C junto a millones de Youtube videos, correos electr¨®nicos, declaraciones de la renta, juegos interactivos, rayos equis, Tweets, novelas a medio terminar y todo tipo de documentos de esos que creamos, enviamos, recibimos y no borramos nunca; o sea, billones de archivos ¨C est¨¢n almacenadas en servidores masivos localizados en inmensas centrales de datos que ocupan tremendas extensiones de terreno en alg¨²n lugar de nuestro planeta. Lo que hasta ayer ven¨ªa llam¨¢ndose parque industrial, vamos. Y, mientras contin¨²e en expansi¨®n el apetito insaciable por gozar de acceso instant¨¢neo y permanente a nuestra informaci¨®n personal, el n¨²mero de centrales de datos que pueblan la Tierra seguir¨¢ multiplic¨¢ndose exponencialmente. Una a una ir¨¢n cre¨¢ndose macro-plantas sedientas de energ¨ªa. De much¨ªsima energ¨ªa. ?vidas de electricidad, vamos, para ser precisos.
O sea, que al la nube no es de algod¨®n cien por cien. Que tiene licra. Que no funciona con motor de agua, como la que produce lluvia. Que la Nube, para centrarnos: si queremos que funcione hay que enchufarla. Ah, y espera, que tambi¨¦n hace falta enfriarla. Tanto servidor en marcha genera una cantidad descomunal de calor y el proceso de bajarle los humos al motor para que no se gripe tira de consumo el¨¦ctrico, de tal manera, que hace girar la aguja del contador casi a la velocidad de la luz.
Greenpeace suspende a tres de las compa?¨ªas con mayor expansi¨®n en la nube, Amazon, Apple y Microsoft, y las vincula con la obtenci¨®n de ¡°energ¨ªa sucia para alimentar sus nubes.¡± las feclitaciones, para Yahoo! y Google.
Greenpeace acaba de echar un vistazo a las fuentes de energ¨ªa que 14 gigantes de la Tecnolog¨ªa de la Informaci¨®n (IT) utilizan para gestionar sus centrales de datos en todo el mundo. Un informe que cita a tres de las compa?¨ªas con mayor expansi¨®n en la Nube (Amazon, Apple y Microsoft) y las vincula con la obtenci¨®n de ¡°energ¨ªa sucia para alimentar sus nubes.¡± El record de contaminaci¨®n se lo lleva Apple, gracias a que el 55 por ciento de sus servidores chupan de centrales t¨¦rmicas alimentadas con carb¨®n. Y las felicitaciones recaen en Yahoo! y en Google por convertir en prioridad de sus empresas la creaci¨®n de fuentes de energ¨ªa renovable all¨¢ donde instalan nuevas plantas. Reciben una puntuaci¨®n, en el ?ndice 100 de Energ¨ªa Limpia, de 56 y 39 respectivamente; mientras que el ¨²ltimo puesto, a punto del descenso, recae en Oracle con un escueto 7,1.
La organizaci¨®n que vela por el medio ambiente pone de manifiesto que, cuando una empresa elige el lugar en donde va a albergar sus servidores, est¨¢ escogiendo tambi¨¦n el tipo de energ¨ªa con que va a tener que alimentarlos durante un periodo muy largo de tiempo. Si una nueva Nube se instala all¨¢ donde la electricidad es producida por m¨¦todos altamente contaminantes, su presencia ayudar¨¢ a perpetuar la fuente de contaminaci¨®n. Al contrario, si una mega Nube con 800 millones de usuarios decide su ubicaci¨®n en base a la proximidad geogr¨¢fica con una central hidroel¨¦ctrica, como ha hecho Facebook en Lulea (Suecia); su compromiso garantizar¨¢ la producci¨®n de energ¨ªa renovable en el futuro. Yahoo! ha utilizado este mismo razonamiento para construir una sede en Lockport, Nueva York, donde por un lado se beneficia de la energ¨ªa hidroel¨¦ctrica y, por otro, se ahorra gran parte del consumo gracias a que los fuertes vientos que soplan sobre el lago Ontario le ayudan a refrigerar sus m¨¢quinas.
"Antes de archivar 27 fotos del mismo sujeto, deber¨ªamos plante¨¢rnos, cu¨¢ntos de los billones de megabytes que generamos diariamente justifican el estr¨¦s medioambiental y el gasto de energ¨ªa necesario para salvarlos en un servidor que, en teor¨ªa est¨¢ en la nube y, en realidad, se encuentra en un lugar tan espec¨ªfico como Council Bluffs, Iowa"
Las decisiones que hoy adopten los gigantes del sector tecnol¨®gico van a impactar de forma definitiva en la conservaci¨®n del medio ambiente y en el desarrollo de las energ¨ªas renovables y est¨¢ bien que organizaciones como Greenpeace presionen en ese sentido. Pero la responsabilidad ha de recaer tambi¨¦n del lado de los usuarios. No estar¨ªa de m¨¢s que cualquiera de nosotros, antes de archivar 27 fotos del mismo sujeto, nos plante¨¢ramos cu¨¢ntos de los billones de megabytes que generamos diariamente con nuestros juguetitos electr¨®nicos justifican el estr¨¦s medioambiental y el gasto de energ¨ªa necesario para salvarlos en un servidor que, en teor¨ªa est¨¢ en la nube y, en realidad, se encuentra en un lugar tan espec¨ªfico como Council Bluffs, Iowa. La Nube flota, s¨ª; pero no por el cielo, sino m¨¢s bien por la superficie. Resulta que era niebla, como la de los cuadros que pintan en China. Y, por mucho que nosotros la imaginemos en el firmamento; alegre, limpia y pura; esper¨¢ndonos sin prisas a que le reclamemos la foto del cumplea?os desde un tel¨¦fono o una tableta¡ a esta Nube llevamos camino de convertirla entre todos en un indeseable trastero.
Mark Burns es guionista de cine
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