Chrome, N? 1 de descargas en Apple
El navegador de Google se instala r¨¢pidamente en los aparatos de Apple, aunque no tiene tan velocidad
En la conferencia de 2011 Google se permiti¨® alguna iron¨ªa con respecto a Apple, sobre todo cuando se hablaba de Android. En 2012 la actitud ha sido radicalmente opuesta, Google ha demostrado que quiere que sus servicios est¨¦n en todas las plataformas con el mismo resultado.
Chrome, su navegador, en puja por el liderazgo en los ordenadores con 310 millones de usuarios, casi el doble de los 160 anunciado en 2011, ha llegado a iPad e iPhone. Lo han hecho sin un ruido excesivo, dicho y hecho. Todo lo contrario que Firefox. El programa de la fundaci¨®n Mozilla lleva tiempo intent¨¢ndolo, pero Apple no les permite tener su propia versi¨®n del motor JavaScript, una de las claves de su ¨¦xito. No es que Apple haya cedido con Google, sino que han aceptado las restricciones y se han puesto a trabajar. Tambi¨¦n han asumido otra restricci¨®n propia de la manzana: no se puede escoger que, por defecto, las p¨¢ginas se abran con Chrome. Ese lugar de privilegio est¨¢ reservado para Safari. ?Se acuerdan de la que se le form¨® a Microsoft por hacer lo propio con Explorer en los PC?
Su ¨¦xito inicial, lo m¨¢s descargado en la AppStore, en menos de 24 horas corroboran que se esperaba con inter¨¦s.Nada m¨¢s abrirlo se tiene la sensaci¨®n de ¡°esto ya lo conozco¡±, la interfaz es similar a la de Android, muy limpia. El rendimiento ya es otra cosa. No se puede decir que es lento, pero s¨ª que tarda algo m¨¢s de lo acostumbrado en cargar las p¨¢ginas.
El gran punto a favor de Chrome es la sincronizaci¨®n entre varios aparatos. A trav¨¦s del perfil de usuario (el mismo de GMail, Google +, etc...) se tiene el mismo historial, favoritos e incluso las pesta?as. Google lo llama magia. Eso es lo de menos. Lo que importa es el resultado, lo c¨®modo que resulta dejar una colecci¨®n ingente de pesta?as abierta en el ordenador del trabajo y seguir divagando de pesta?a en pesta?a, practicando ese nuevo pasatiempo denominado procrastinar a placer.
Otro acierto consiste en la navegaci¨®n privada: con solo ir a la parte superior de la pantalla, se puede navegar sin dejar huella, ni con archivos almacenados, ni con direcciones o fotos, totalmente an¨®nimo. Perfecto para prestar un momento el tel¨¦fono o la tableta a un alguien sin que tenga miedo a que se revise lo que hizo a posteriori.
Mientras se espera el aterrizaje de Siri en espa?ol, Chrome permite dictar b¨²squedas o la web que se quiere visitar con solo dar al bot¨®n, junto a la barra de navegaci¨®n, del micr¨®fono y hablar. Al igual que en el escritorio, el men¨² est¨¢ en la esquina superior izquierda. En caso de no querer sincronizar las pesta?as entre varios aparatos, incluye la opci¨®n de enviar por correo todo lo que se tiene abierto y seguir desde otro lado.
Entre los previsible entra el zoom al dar dos toques sobre la pantalla, entre los imprevisible y tirando generoso est¨¢ la opci¨®n de escoger buscador. Por defecto viene Google, que para algo el programa es suyo, pero se puede optar por Ask.com, Bing, Terra, Yahoo! e Hispavista.
Tan solo hay un aspecto manifiestamente mejorable, heredado por no formar parte del sistema operativo o el navegador por defecto. Las descargas no terminan de funcionar. Al encontrarse con un .mp3, por ejemplo, no sabe qu¨¦ hacer. Se queda en el limbo. Lo habitual en el caso de usar Safari es que ofrezca, seg¨²n lo que se tenga instalado, una aplicaci¨®n para gestionarlo, ya sea multimedia o de almacenamiento, tipo Dropbox. Si es un libro electr¨®nico, sucede igual, ni abre la aplicaci¨®n de iBooks, ni la de PDFs, ni Stanza (una biblioteca de lectura tambi¨¦n disponible para Android). De acuerdo en que iPad o iPhone no son los aparatos favoritos para descargar contenido, pero resulta molesto, como usuario, quedarse en un callej¨®n sin salida. Ni se ejecuta el archivo, ni se guarda, ni se cierra... Quiz¨¢ esta sea el da?o colateral m¨¢s grave de la ¡®tiran¨ªa¡¯ de Apple junto con una velocidad de carga alta, pero no tanto como se espera de Chrome, una bala en el escritorio y en Android.
Drive tambi¨¦n para iOS
Durante la segunda segunda jornada de conferencias de Google tambi¨¦n se present¨® la versi¨®n de Drive, su almacenamiento en la nube, para el m¨®vil y tableta de Apple. No presenta grandes alardes. Es un paso, pero todav¨ªa le falta bastante para resultar tan ¨²til como en la versi¨®n para Android. Se trata, solo, de una puerta de acceso a todos los documentos vinculados a la cuenta de Google, pero no a su edici¨®n. Si se quiere modificar un texto o una hoja de c¨¢lculo, o bien se abre una aplicaci¨®n adicional, o bien se accede a trav¨¦s del navegador por defecto, es decir, Safari, el nativo de Apple.
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