C¨®mo hacer compatible Internet y la propiedad intelectual
La Internet Society se estrena en Madrid con un debate sobre derechos de creaci¨®n
La compatibilidad entre los derechos de propiedad intelectual e Internet fue el tema para una discusi¨®n abierta entre V¨ªctor Domingo, presidente de la Asociaci¨®n de Internautas, Alejandro Perales, presidente de la Asociaci¨®n de Usuarios de la Comunicaci¨®n (AUC) y el cineasta St¨¦phane Grueso. El debate, organizado por el cap¨ªtulo espa?ol de la Internet Society, una organizaci¨®n internacional, cuya misi¨®n, seg¨²n sus propias palabras, es ¡°que Internet sea para todos¡±. El coloquio fue moderado por el periodista Miguel ?ngel Uriondo, y sirvi¨® para cerrar la primera conferencia de la organizaci¨®n en Madrid.
El rechazo por parte del Parlamento Europeo del Acuerdo Internacional contra la falsificaci¨®n y la pirater¨ªa (ACTA) ha dado nuevos argumentos a los defensores de una Internet libre pero tambi¨¦n ha prorrogado una discusi¨®n que, para Domingo, es ya ¡°una p¨¦rdida de tiempo¡± que abruma al resto de debates sobre el futuro de la Red.
Seg¨²n Domingo, el Estado ¡°no puede poner los derechos corporativos por encima de los derechos de los ciudadanos¡±. Internet desbarata los conceptos de propiedad intelectual y ¡°prostituye¡± el debate. ¡°Hay que volver a definir la propiedad intelectual en funci¨®n de los nuevos soportes¡±, indica. Para St¨¦phane Grueso, vivimos un proceso de reconversi¨®n industrial: el modelo basado en la venta de copias ha dejado de tener sentido, pero la industria no quiere aceptar ese cambio de paradigma. ¡°Y cuanto antes lo acepten, mejor les va a ir¡±. Alejandro Perales diferenci¨® entre la pirater¨ªa, es decir, el negocio de permitir el acceso a contenidos sobre los que no se han satisfecho derechos de autor, y el intercambio de contenidos en un entorno ¡°no lucrativo¡±, que, seg¨²n el presidente de la AUC, ¡°no tiene nada que ver con la pirater¨ªa¡±.
Los tres participantes en el debate coincidieron en que las soluciones que los gobiernos est¨¢n intentando aplicar, en especial la llamada ley Sinde-Wert, van m¨¢s all¨¢ de la simple vigilancia del respeto a los derechos de autor. ¡°Tratan de controlar la informaci¨®n que se intercambian los ciudadanos¡±, opin¨® Grueso. ¡°Los derechos digitales son los derechos civiles del siglo XXI¡±, consider¨® Domingo, ¡°y lo que se nos intenta quitar es el milagro de una comunicaci¨®n libre¡±. El presidente de la Asociaci¨®n de Internautas hizo ¨¦nfasis en que la libertad de acceso a Internet en Espa?a se ve coartada por el alto precio de la banda ancha, ¡°una de las m¨¢s caras de Europa¡± y se pregunt¨® ¡°como dos ministros de Cultura tan ideol¨®gicamente contrapuestos son abducidos hacia a las mismas conclusiones cuando se trata de propiedad intelectual¡±.
Los productos digitales tienen un mercado siempre y cuando los precios empiecen a bajar
Ante la pregunta de como enfrentarse a la apropiaci¨®n indebida de contenido, los tres participantes en el debate hicieron hincapi¨¦ en la escasez de la oferta legal. Para Perales, el d¨¦ficit de oferta es ¡°palmario¡± y fomenta las descargas extraoficiales. Domingo puso como ejemplo las series de televisi¨®n: mientras las distribuidoras tienen un cat¨¢logo de entre 300 y 400 programas, en las redes P2P hay disponibles m¨¢s de 1.700, se?al de una industria que, seg¨²n ¨¦l, ¡°no se ocupa de la oferta¡±. Grueso indic¨® que ¨¦l gasta ¡°cientos de euros¡± en productos culturales pero ¡°ninguno de ellos¡± en Espa?a, debido a la escasez de los cat¨¢logos y el alto precio de los productos en comparaci¨®n con otros pa¨ªses. Seg¨²n ellos, el ¨¦xito en Espa?a de servicios como Spotify, que ofrece m¨²sica por cantidades ¡°razonables¡±, confirman que hay un mercado disponible siempre y cuando los precios bajen.
Ante la duda sobre si hay v¨ªas para una soluci¨®n intermedia entre usuarios, creadores y gobiernos para llegar a un consenso, Domingo consider¨® que un di¨¢logo constructivo ¡°es posible¡±, pero que ¡°todos debemos dejarnos pelos en la gatera¡±. Grueso prefiri¨® considerarlo una disputa entre los ciudadanos y el poder, una pugna entre buenos y malos en la que ¡°vamos a ganar los buenos¡±. Seg¨²n el director de la oficina regional de la Internet Society en Europa, Fr¨¦d¨¦ric Donck, al menos a nivel internacional, los canales para el debate est¨¢n abiertos ¡°permanentemente¡±.
La Internet Society, fundada en 1992, tiene m¨¢s de 55.000 socios en 72 pa¨ªses, y est¨¢ presente en Espa?a desde 1995. Entre sus objetivos fundamentales est¨¢ el desarrollo de est¨¢ndares abiertos, el fomento de discusiones a escala global sobre el futuro de Internet y la difusi¨®n de informaci¨®n sobre la Red.
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