Reino Unido permite comerciar con obras an¨®nimas en Internet
La ley exige demostrar que se ha hecho suficiente esfuerzo para identificar al autor
Por Internet pululan millones de contenidos sin autor registrado o conocido. Art¨ªculos, ensayos, fotograf¨ªas, v¨ªdeos... ?Se pueden coger sin m¨¢s? Y, ?quien los coge los puede explotar como si fueran suyos? La pasada semana, el Parlamento brit¨¢nico aprob¨® la Enterprise and Regulatory Reform (ERR), ley que permitir¨¢ por primera vez la utilizaci¨®n de las llamadas ¡°obras hu¨¦rfanas¡± con fines comerciales si una compa?¨ªa demuestra que ha realizado una ¡°b¨²squeda diligente¡± para localizar y contactar a su autor, pero que esta ha resultado infructuosa.
Los colectivos de fot¨®grafos brit¨¢nicos han reaccionado con un alud de cr¨ªticas al nuevo marco legal. El grueso del sector aduce que este paso abre la v¨ªa de la impunidad para la comercializaci¨®n de los llamados ¡°trabajos hu¨¦rfanos¡±, aquellos materiales colgados en la Red sin que se especifique qui¨¦n es su autor, como ocurre principalmente con la circulaci¨®n de un gran volumen de fotograf¨ªas. Muchas de las im¨¢genes que llevan originariamente la firma de su responsable acaban siendo reenviadas por diversos usuarios que las despojan de toda referencia a su autor¨ªa.
El abogado espa?ol Javier de la Cueva, especializado en derechos de autor en Internet, cree sin embargo que la ley trata principalmente de trasponer la directiva europea.
¡°La norma brit¨¢nica no permite la apropiaci¨®n sin m¨¢s, sino que, paralelamente a lo que dispone la directiva, viene a solucionar un grave problema que tienen las bibliotecas y dem¨¢s centros culturales de la UE, que cuando no saben de qui¨¦n es una obra, no pueden hacer pr¨¢cticamente nada con ella¡±.
Los fot¨®grafos denuncian que la medida abre la v¨ªa a la impunidad
Un organismo independiente se encargar¨¢ de certificar si ha habido un esfuerzo suficiente por parte de quien explota un material ajeno para identificar a su creador, en cuyo caso se permitir¨ªa a esa empresa a utilizarlo previo pago de una tarifa ¡°de mercado¡± que tendr¨ªa las funciones de dep¨®sito: el dinero ser¨¢ retenido ante la eventualidad de que alguien reclame posteriormente la autor¨ªa del trabajo.
Ese es el punto m¨¢s pol¨¦mico de la futura normativa, dada la facilidad que existe hoy para eliminar el cr¨¦dito de, por ejemplo, una fotograf¨ªa y empezar a distribuirla sin la pertinente r¨²brica de su autor, tal como ha denunciado la Asociaci¨®n de Fot¨®grafos Brit¨¢nicos de Prensa. El sector teme que acabe asent¨¢ndose una suerte de industria dedicada a apropiarse del trabajo de otros para su venta, sin el preceptivo pago de los derechos de autor.
El Gobierno brit¨¢nico defiende, sin embargo, que el nuevo marco permitir¨¢ establecer un mecanismo ¡°m¨¢s eficiente¡± a la hora de gestionar los derechos de propiedad intelectual y ¡°apuntalar la industria de la cultura¡± en las islas Brit¨¢nicas.
El prop¨®sito del Departamento de Negocios e Innovaci¨®n (equivalente al Ministerio espa?ol de Industria y Comercio) insiste en que su objetivo es ¡°levantar las barreras innecesarias para legitimar el uso de estos trabajos, al tiempo que se preservan los intereses y los derechos de los autores¡±. Esa aseveraci¨®n se ajusta a los casos de aquellos autores que han registrado sus trabajos antes de difundirlos, puesto que el nuevo marco legal facilita la tramitaci¨®n para cobrar los derechos e incluso los refuerza.
Se deja, en cambio, m¨¢s expuestos e indefensos ante el abuso a los materiales creativos que no han pasado por las oficinas de registro y patentes. La ley pretende promover esa medida de protecci¨®n, pero esta supone un dispendio en tiempo y dinero incluso para aquellas personas que no pretenden extraer beneficios a la hora de exponer sus trabajos.
Figuras tan respetadas como el veterano David Bailey est¨¢n entre las firmas recogidas por los colectivos de fot¨®grafos brit¨¢nicos para presentar al Gobierno un documento que expresa la inquietud sobre los efectos adversos de la nueva legislaci¨®n en sus trabajos.
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