¡°El problema de la pirater¨ªa comienza cuando no se encuentra algo en la tienda¡±
Russell Grandinetti, vicepresidente de Kindle Amazon, critica el alto precio de los libros digitales en Espa?a
Russell Grandinetti (Nueva York, 1971) habla un espa?ol escaso de palabras pero de buen acento, culpa de su hermana, afincada en Madrid. No suele hablar con la prensa -norma de la casa-, y goza del privilegio de tener solo una persona a la que dar cuenta de su trabajo, Jeff Bezos, el fundador y m¨¢ximo responsable de Amazon. Su misi¨®n en Amazon es nutrir de contenidos a Kindle, el aparato que revolucion¨® la forma de leer, de editar y de vender libros. Hoy, el 19,5% de todos los libros que se venden en Estados Unidos son para el Kindle. El libro electr¨®nico ya supone en ese pa¨ªs el 30% de todas las ventas, y Amazon se lleva el 65% del total (tanto en papel como en digital).
La acreditaci¨®n de Grandinetti es de color p¨²rpura, que significa que lleva m¨¢s de 15 a?os en una empresa a punto de cumplir 20, y que le da derecho a atravesar la mayor¨ªa de las puertas de la sede de Amazon, en Seattle (Washington, EE UU) y, en contadas ocasiones, a conceder una entrevista a periodistas.
Pregunta. ?Qu¨¦ importancia tienen para Amazon los libros autopublicados?
Respuesta. Mucha, porque gustan a nuestros lectores. En casi todos los pa¨ªses algunos de estos t¨ªtulos est¨¢n en la lista de los m¨¢s vendidos. 50 sombras de Grey, por ejemplo, naci¨® as¨ª. Despu¨¦s lo adquiri¨® Penguin Random House, lo que evidencia algo: ese tipo de libro seguramente no habr¨ªa tenido cabido en una editorial tradicional. Solo despert¨® inter¨¦s despu¨¦s de su ¨¦xito en Amazon. Por supuesto, apreciamos a los editores tradicionales; no los vemos como competencia, sino como algo adicional
En Estados Unidos, el servicio Matchbook ofrece, una vez comprado el libro f¨ªsico, la descarga de la versi¨®n digital por muy poquito m¨¢s
P. Algunos editores han reconocido que el 50% de sus ingresos ya provienen de las ventas en Amazon. ?C¨®mo cree que ser¨¢ la evoluci¨®n de esta cifra?
R. Va por sectores. Ciencia ficci¨®n, misterio y romance funcionan muy bien en Kindle. Pero no se trata tanto de ir m¨¢s all¨¢ del 50% sino de tener una visi¨®n integral de la vida de un libro, de c¨®mo promover el contenido mejor.
P. Sin embargo, muchos editores se resisten a publicar todo su cat¨¢logo. ?A qu¨¦ se debe?
R. Hay multitud de casos, pero en general, porque no llegan a un acuerdo con quien tiene los derechos.
Los editores tienen que entender que los tiempos cambian, que el mundo no es como quisieran y deben adaptarse a ello
P. Si compro un disco en Amazon tengo tambi¨¦n la versi¨®n digital, el MP3, ?por qu¨¦ no ofrecen lo mismo con los libros?
R. Porque en la m¨²sica es l¨®gico, se digitaliza desde el principio y se tienen ambos formatos, pero no tanto en el libro. Digitalizar un libro es m¨¢s caro. En Estados Unidos tenemos un servicio llamado Matchbook que, una vez comprado el libro f¨ªsico, ofrece la descarga de la versi¨®n digital por muy poquito m¨¢s. Pongamos que te gusta Juego de Tronos, perfecto. Lo normal ser¨ªa leerlo en Kindle, que se sincroniza con m¨®vil, tableta o lector electr¨®nico, pero como es algo que te gusta much¨ªsimo, adem¨¢s lo quieres tener puesto en la estanter¨ªa de casa.
P. La opci¨®n ¡°enviar a Kindle¡± resulta pr¨¢ctica para enviar contenidos al lector, aunque no sean libros. ?No planean competir con Google Drive o Dropbox como almacenamiento personal?
R. No; tenemos nuestra propia nube para guardar archivos personales. La idea detr¨¢s de ¡°enviar a Kindle¡± es poder editar, consultar o subrayar documentos. No ponemos l¨ªmite de almacenamiento y tampoco pensamos cobrar por ello.
P. De alguna manera, esto abre la puerta a la pirater¨ªa¡
R. No creemos que enviar algo propio sea fomentar la pirater¨ªa. Otra cosa es el caso de Espa?a, que es muy concreto y acentuado, sobre todo si se compara con Reino Unido, Francia, Alemania y Italia. En otros pa¨ªses da cierto apuro decir que se piratea. En Espa?a yo creo que no son conscientes de que est¨¢n robando al autor y deben saberlo, porque queremos que vivan de su trabajo. En Amazon ponemos la tecnolog¨ªa para que sea m¨¢s f¨¢cil comprarlo. El problema de la pirater¨ªa llega cuando buscan algo que no est¨¢ en la tienda.
P. ?En Am¨¦rica Latina cambia el comportamiento?
R. Aunque vendemos Kindle desde la tienda de EEUU en casi todos los pa¨ªses, oficialmente solo hemos salido en M¨¦xico y Brasil. No tenemos datos suficientes como para tener una opini¨®n formada sobre su comportamiento, pero son dos pa¨ªses con gran potencial.
P. ?Por qu¨¦ no venden el Kindle en las librer¨ªas?
R. En M¨¦xico los vendemos en las librer¨ªas Gandhi. En Brasil, en Da Vila. Igual que en Reino Unido hacemos con Waterstones. En Espa?a, por ahora, no hemos llegado a un acuerdo con ninguna librer¨ªa f¨ªsica. Es importante porque el librero ense?a a usarlo y , adem¨¢s, recupera el rol tradicional de recomendador, de prescriptor y durante varios a?os se lleva un porcentaje de las compras que se hagan desde los aparatos que venda.
P. Los precios de los libros digitales en Espa?a est¨¢n por encima de la media europea, ?por qu¨¦?
R. No depende directamente de nosotros, sino de los editores. Nosotros se lo explicamos, que los libros digitales no valen tanto como los f¨ªsicos, pero no terminan de asumirlo. La cuesti¨®n es que ahora la oferta de ocio, en general, es mayor. Antes se iba al cine o a unos recreativos a jugar, ahora se pueden ver pel¨ªculas en casa en cuesti¨®n de minutos, poner los Angry Birds en la tableta, mirar Twitter, leer... Esa es la competencia, el tiempo sigue siendo el mismo. Los editores tienen que entender que los tiempos cambian, que el mundo no es como quisieran y deben adaptarse a ello.
P. Las tabletas ofrecen una gran cantidad de ocio, sin embargo, su Kindle, el de tinta electr¨®nica, se centra en el libro, no ha experimentado con m¨¢s aplicaciones.
R. De hecho, nos lo agradecen. Tratamos de potenciar la lectura, el placer por la misma, la inmersi¨®n en las historias.
P. ?Qu¨¦ suceder¨¢ con los libros educativos?
R. La educaci¨®n est¨¢ viviendo una revoluci¨®n. Todo va a pasar por las tabletas y los lectores de tinta electr¨®nica. Si queremos que sea universal y accesible, no queda otra. En Brasil hemos llegado a un acuerdo con el Ministerio de Educaci¨®n para la distribuci¨®n. En Estados Unidos se usa much¨ªsimo. Tenemos una tecnolog¨ªa, WhisperCast, que permite que tanto profesores como padres puedan saber qu¨¦ leen y qu¨¦ no sus chicos, enviar textos a alumnos o conocer qu¨¦ mas hacen. Se puede hacer que se apague la tableta si juegan m¨¢s de dos horas o que solo funcione la funci¨®n de libros para que no se distraigan.
P. ?C¨®mo afectan las redes sociales a su negocio?
R. Para empezar, enviando contenido a Facebook o Twitter cuando se est¨¢ leyendo, pero tambi¨¦n con Goodreads, una red social que compramos hace un a?o para los entusiastas de la lectura. Es muy importante para nosotros y trabajamos en su integraci¨®n con Kindle.
P. ?Piensan entrar en el terreno de los wearables?R. Cualquier aparato que permita leer nos interesa.
P. Acaban de llegar a un acuerdo para tener una tienda especial para los aparatos de Samsung, ?es un fracaso de su propio hardware?
R. No, es la ambici¨®n de querer llegar a un p¨²blico todav¨ªa m¨¢s amplio. Vendemos hardware pero, sobre todo, contenido: libros, aplicaciones, juegos¡ Samsung es un fabricante global de tabletas y m¨®viles, aunque muchos nos consideran la mejor opci¨®n, tambi¨¦n queremos estar con otros.
P. ?C¨®mo imagina el futuro?
R. Con lectores m¨¢s entusiastas. Al final, la lectura es un h¨¢bito, hay que interiorizarlo. Encontramos que en Jap¨®n crece el manga, que en Alemania leen en ingl¨¦s, pero, sobre todo, que en EEUU cada vez hay m¨¢s lectores de espa?ol, un idioma con gran empuje entre los que lo tienen como lengua nativa, especialmente en M¨¦xico.
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