¡°Hemos recibido peticiones de pol¨ªticos para retirar contenidos¡±
Hombre clave de la firma, ha llevado la negociaci¨®n sobre el abuso de posici¨®n dominante
David Drummond es un hombre clave en Google. Se encarga de las relaciones con los Gobiernos, de las cuestiones jur¨ªdicas, supervisa adquisiciones y fusiones en su calidad de presidente de Google Ventures. La negociaci¨®n del procedimiento por abuso de posici¨®n dominante en Bruselas, uno de los charcos m¨¢s delicados a los que se enfrenta el gigante tecnol¨®gico, la ha llevado ¨¦l. Y tambi¨¦n ha participado en la ronda de charlas que la plataforma tecnol¨®gica ha impulsado en distintos puntos de Europa para hablar de la espinosa cuesti¨®n del derecho al olvido.
Hombre de voz grave y profunda, alto y fornido, abogado de formaci¨®n, integra el llamado L-Team, el equipo de siete directivos en que se apoya el megajefe Larry Page. ¡°Nuestro mayor miedo es hacernos grandes, exitosos y lentos¡±, dice en una entrevista exclusiva con EL PA?S que se celebra en las oficinas centrales de la firma en Torre Picasso, Madrid. La innovaci¨®n es una de las piedras angulares del proyecto, asegura, y fijarse objetivos ambiciosos es la mejor manera de seguir innovando.
Pregunta. Google tiene una presencia en el mercado que, seg¨²n las fuentes, oscila entre el 80% y el 90% en Europa. Ha habido muchas cr¨ªticas sobre la negociaci¨®n con la Comisi¨®n Europea en la cuesti¨®n del abuso de posici¨®n dominante.
Respuesta. Llevamos cuatro a?os trabajando y hemos sido extremadamente cooperativos. S¨ª, hay cr¨ªticas, hay muchos competidores a los que les gustar¨ªa que Google les enviara m¨¢s tr¨¢fico y m¨¢s negocio; pero nunca hemos considerado que nuestra obligaci¨®n sea proveer de negocio a los competidores, sino dar un buen servicio a los usuarios. El hecho de que hayamos tenido ¨¦xito no es porque limitemos la capacidad de elecci¨®n de estos. Adem¨¢s, en el mundo m¨®vil, la gente llega a los sitios mediante aplicaciones y no necesariamente con el buscador. Google no hace absolutamente nada para obstruir la competencia. Nuestra alta cuota de mercado no es un indicador de competencia desleal.
P. Los cr¨ªticos dicen que los criterios de b¨²squeda no son justos, no se aplica a todas las webs el mismo criterio de visibilidad.
R. Les gustar¨ªa estar mejor colocados en Google. Lo comprendemos porque muchos de ellos operan sitios web y tienen ¨¦xito. Pero nosotros no estamos excluyendo a la competencia ni impidiendo a los consumidores que accedan a esos sitios web.
Con las primeras revelaciones de Snowden, decidimos que hab¨ªa que codificarlo todo en nuestra red
P. Tambi¨¦n se critica que muchas empresas tecnol¨®gicas se est¨¦n llevando sus ingresos a Irlanda para reducir su carga impositiva. Creo que es el caso de Google Espa?a¡
R. Yo desaf¨ªo su argumento de que estemos desviando los ingresos a ning¨²n sitio. Tenemos nuestras oficinas centrales europeas en Irlanda. La Uni¨®n Europea establece las normas de modo que las empresas pueden elegir el pa¨ªs en que instalan sus oficinas centrales y ese ser¨ªa el lugar principal en que pagan sus impuestos. No estamos solos en esto. Es pol¨ªtica de la UE permitir que Irlanda tenga impuestos m¨¢s bajos. Si la gente piensa que el sistema debe ser cambiado, operaremos con el que haya. Hay que tener en cuenta que nosotros generamos ingresos con tecnolog¨ªas que desarrollamos y en las que gastamos dinero en Estados Unidos, as¨ª que la cuesti¨®n de los impuestos es complicada. Y as¨ª funcionan las empresas.
P. Hay una preocupaci¨®n creciente en el G-20 y en la OCDE con esta cuesti¨®n, quieren impedir que haya agujeros legales en este campo.
R. Comprendemos que haya quien piense que el sistema necesita ser reformado.
P. El hecho de que el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea haya reconocido el derecho al olvido les otorga a ustedes un gran poder para decir qu¨¦ se va a encontrar en la Red sobre cualquier persona al realizar una b¨²squeda. Google, que ya es una empresa muy poderosa, ahora lo va a ser a¨²n m¨¢s.
R. Que se diga esto es raro. Google es un buscador. No somos los que publicamos la informaci¨®n; la indexamos para que la gente acceda a ella. Siempre lo hemos hecho seg¨²n los par¨¢metros que la gente, las democracias, han decidido. Un nuevo par¨¢metro, en Europa, ahora, es el derecho al olvido, y estamos trabajando en implementarlo. No era nuestra intenci¨®n que se resolviera as¨ª, estamos siguiendo la ley, que ha dejado en manos de unas empresas privadas, los buscadores, esa decisi¨®n.
P. Se trata de un gran poder.
R. No s¨¦ si es ajustado argumentar que es un poder, cuando es una obligaci¨®n legal. Siempre hemos controlado lo que presentamos en nuestro buscador. Es una gran responsabilidad hacerlo de una manera objetiva, que refleje la Red, que provea buen acceso a la informaci¨®n, con resultados relevantes, y lo seguiremos haciendo as¨ª. La iron¨ªa es que ten¨ªamos una visi¨®n distinta del equilibrio al que hab¨ªa que llegar y litigamos durante a?os en otra direcci¨®n. As¨ª que, en la medida en que usted dice que es un poder, es un poder que no and¨¢bamos buscando.
P. La web Eliminalia dijo que m¨¢s de 200 pol¨ªticos han recurrido a ellos para ejercer el derecho al olvido y limpiar su reputaci¨®n. ?Tiene datos sobre esto?
R. No puedo comentar los n¨²meros, pero no hay duda de que hemos recibido peticiones de pol¨ªticos para que retir¨¢ramos contenidos; s¨¦ que hemos rechazado la gran mayor¨ªa porque consideramos el inter¨¦s p¨²blico de la cuesti¨®n.
P. En diciembre de 2013, con las revelaciones del espionaje de la NSA, Google, Microsoft, Yahoo, Apple y Facebook pidieron por escrito al presidente Obama reformas para establecer restricciones en la monitorizaci¨®n de las agencias gubernamentales. ?Por qu¨¦ no lo hicieron antes de que estallara el esc¨¢ndalo?
R. Bueno, no ¨¦ramos conscientes de que el Gobierno estaba dando los pasos que estaba dando en esa abultada vigilancia. Cuando se public¨® que el Gobierno de EE UU estaba grabando y ten¨ªa acceso a los registros de cada llamada que se hac¨ªa, no lo sab¨ªamos. Todo sucedi¨® en secreto. Cuando tuvimos conciencia de esto, de las subsecuentes revelaciones sobre la monitorizaci¨®n del tr¨¢fico en Internet, y de la posibilidad de que el Gobierno hubiera intentado entrar en partes de nuestra red corporativa a trav¨¦s de nuestros centros de datos, pensamos que era totalmente necesario cambiar el sistema y limitar algunas de estas pr¨¢cticas.
P. Pero ?tuvo el Gobierno de Estados Unidos acceso a los servidores de Google?
R. No creemos que lo tuvieran. Hab¨ªa algunos enlaces entre nuestros centros de datos que no hab¨ªan sido codificados. En cuanto empezamos a ver lo que pasaba, y con las primeras revelaciones de Snowden, decidimos que hab¨ªa que codificarlo todo en nuestra red.
P. Aparte de esa codificaci¨®n, ?se ha hecho algo en Google para aliviar la preocupaci¨®n que mucha gente tiene sobre la seguridad de sus comunicaciones?
R. Hemos gastado millones y millones de d¨®lares para asegurar que nuestras redes son seguras; hemos codificado m¨¢s servicios, incluido el correo electr¨®nico, que cualquier otro proveedor en esta industria. Y continuaremos haciendo todas estas cosas.
Drummond se muestra contrario a la implantaci¨®n de la llamada Tasa Google, canon que est¨¢ en fase de anteproyecto de ley en el Senado y mediante el cual se prev¨¦ que los agregadores de noticias, como Google News, paguen alguna compensaci¨®n a los proveedores de contenidos, como los peri¨®dicos. ¡°Las leyes de propiedad intelectual ya establecen un buen equilibrio entre los derechos del propietario de los derechos y los del p¨²blico¡±, dice. ¡°Nosotros no tenemos anuncios en esas noticias, no es as¨ª como Google gana dinero; nosotros hacemos dinero cuando la gente hace b¨²squedas comerciales, viajes y dem¨¢s¡±.
Asegura que la pol¨¦mica por la recogida de datos de redes wifi personales que captaron los coches que recorrieron las calles del mundo con el programa Street View no volver¨¢ a repetirse. ¡°Actualizaremos Street View, pero sin recoger el tipo de datos que preocuparon a la gente. Recogimos datos que no quer¨ªamos recoger. Lo descubrimos y lo hicimos saber, lo arreglamos, as¨ª que no lo haremos nunca m¨¢s; no volver¨¢ a ocurrir¡±. Cuenta que tienen problemas para operar en pa¨ªses donde la libertad de expresi¨®n est¨¢ amenazada, como Rusia y, por supuesto, China, desde el que decidieron mudar sus servidores, para trasladarlos a Hong Kong, tras recibir muchas cr¨ªticas por su cooperaci¨®n con el r¨¦gimen chino.
P. Durante mucho tiempo se les critic¨® porque aceptaban borrar cierta informaci¨®n en China. ?Considera que fue un error someterse a la censura durante unos a?os?
R. Cambiamos la aproximaci¨®n porque sentimos que¡ Creo que explicamos esto bastante bien en 2010, tal vez pueda mirarlo y obtendr¨¢ respuesta a su pregunta. Pensamos que ten¨ªamos que ayudar a la apertura de China y que, tal vez, si d¨¢bamos acceso a una vasta cantidad de informaci¨®n, incluso si hab¨ªa peque?as cantidades que las leyes nos exig¨ªan limitar, con el tiempo, los usuarios demandar¨ªan tener un mayor acceso a m¨¢s informaci¨®n y el sistema aflojar¨ªa. Como eso no ocurri¨®, pensamos que no pod¨ªamos seguir all¨ª para ser consecuentes con nuestros valores.
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