Una pelota para perros como arma de un videojuego

Ni un fusil autom¨¢tico. Ni un sable l¨¢ser. Ni una espada templaria. El arma que ha elegido Dogchild es una pelota de goma de las que persiguen los perros. Los protagonistas de este juego, Tarpak (el humano) y Tarao (el c¨¢nido) interactuar¨¢n con el jugador renunciando por completo a la violencia de cuchillada, disparo o explosi¨®n. La mayor amenaza que portar¨¢n ser¨¢ esa pelota de goma.

El porqu¨¦ de esta decisi¨®n lo explica Dar¨ªo ?valos Molino, el director de orquesta de este videojuego. Lo hace con los ojos a¨²n h¨²medos, porque el premio que ha ganado ¡ªel PlayStation Award: 10.000 euros en met¨¢lico, 100.000 en publicidad, un espacio en el centro cultural Matadero de Madrid y el lanzamiento en todas las consolas PlayStation¡ª significa que su idea encontrar¨¢ su p¨²blico. "En el equipo todos somos fans del Grand theft auto y nos encanta disparar. Pero quer¨ªamos hacer un juego distinto de todo para demostrar que la acci¨®n no tiene que ir de la mano de la violencia". El sistema de juego invitar¨¢ a practicar parkour (gimnasia urbana), cambiar el control entre el chaval y su perro y usar la pelota para enfrentarse a puzles y enemigos. Tambi¨¦n habr¨¢ sigilo, porque los adversarios de Tarpak s¨ª ir¨¢n armados hasta los dientes.

Es un Tint¨ªn espa?ol: ¨¦l y su perrete contra los malos del mundo"

Para el argumento, Molino y su equipo apuntan alto. A las grandes causas. "Las mafias que envenenan elefantes en la selva de Namibia. La caza masiva de focas en el Ant¨¢rtico. La trata de osos en Ucrania para los nuevos ricos rusos que tienen zool¨®gicos personales. Es un Tint¨ªn espa?ol: ¨¦l y su perrete contra los malos del mundo", desvela ?valos Molino. Eso s¨ª, el t¨®pico del Bruce Wayne, del magnate ¨¢ngel de la guarda, no se lo han sentado. Tarpak ser¨¢ hijo de una artista y un ingeniero molecular due?os de una gran corporaci¨®n de prop¨®sitos ecologistas. Vive en una mansi¨®n. Y dedica su vida a ayudar a los indefensos, sean estos hu¨¦rfanos o el planeta y su ecolog¨ªa. El paralelismo con el justiciero de Gotham se repite en que sufre tambi¨¦n un drama con sus padres, aunque de una intensidad menor: han sido secuestrados sin que se conozca por qu¨¦ o por qui¨¦n.

Al tajo se han puesto los cinco integrantes (cont¨¢ndolo a ¨¦l) de Animatoon Studio para enhebrar una jugabilidad que sue?an que sea innovadora. Tienen seis meses por delante para terminarlo. Un tiempo que va "muy justo", como ellos mismos reconocen, aunque est¨¢n seguros de que "lo sacar¨¢n". Y ya piensan en mec¨¢nicas muy innovadoras para que este chico amante del parkour y su perro sorprendan al usuario. "Si nos dan las herramientas, pensamos incluso en que puedas comunicarte con un lenguaje de signos con el perro y que puedas tirar la pelota haciendo el gesto y no con el mando", afirma ?valos.

Quiero decir a nuestros pol¨ªticos: 'Ey, aqu¨ª hay una mina, dadnos m¨¢s posibilidades"?

Pero ser un desarrollador indie (al margen de la industria) en Espa?a no es trabajo f¨¢cil. ?valos se lamenta del poco apoyo institucional: "No quiero restregar de mala educaci¨®n, pero s¨ª decir a nuestros pol¨ªticos: 'Ey, aqu¨ª hay una mina, dadnos m¨¢s posibilidades'. No vamos a ser siempre los camareros de Europa". Un punto negro especialmente sensible que afirman padecer estos desarrolladores y otros de sus compa?eros es que el flujo de las subvenciones no llega: "Se los dan a compa?¨ªas ya seguras que han tenido ¨¦xitos. Las condiciones que te piden son que hayas facturado, que est¨¦s constituido como una empresa. Eso es soltar pasta y pasta. Yo intento hacer presi¨®n para que nos echen una mano. Pero otra cosa es que nos hagan caso".

En las subvenciones de este a?o, las primeras concedidas por el Gobierno para el desarrollo del videojuego en convocatoria abierta, a Mercury Steam, compa?¨ªa responsable de superproducciones como el Castlevania, le fueron concedidos provisionalmente 828.676,24 euros para dos de sus nuevos proyectos, casi el 40% de los 2.100.247,03 propuestos por la administraci¨®n. Ni aut¨®nomos ni empresas ad hoc pod¨ªan participar de estas ayudas, a pesar de la mayor¨ªa de juegos indie son desarrollados por programadores que suelen contar con poco m¨¢s que sus horas y el crowdfunding como patrimonio. El presupuesto m¨ªnimo exigido fue de 100.000 euros.