Houzz, reformas a distancia
Una web ofrece los servicios de arquitectos, dise?adores y constructores para contratar por Internet la obra perfecta
Adi Tatarko y Alon Cohen, un matrimonio de Israel que emigr¨® a Silicon Valley, ha hecho de su afici¨®n un negocio. Llevaban a?os so?ando con tener una casa para decorarla a su gusto, pero no terminaban de dar con la f¨®rmula correcta para hacerla real. ¡°Terminamos con pilas de revistas en el sal¨®n, gastamos mucho tiempo, dinero y energ¨ªa. Pero no era lo que quer¨ªamos¡±, explica Tatarko, cuya coqueter¨ªa le impide confesar la edad. A medida que lo comentaban con sus amigos se dieron cuenta de que no eran los ¨²nicos en ese callej¨®n. El matrimonio, con tres hijos, y empleo en el sector de la tecnolog¨ªa, decidi¨® crear una web en la que se pudiera contactar con diferentes arquitectos, dise?adores y alba?iles para hacer real lo que ve¨ªan en las revistas. As¨ª naci¨® Houzz, le¨ªdo como house, casa en ingl¨¦s. ¡°Lo tomamos como nuestro proyecto secundario. Primero pensamos en la zona de la Bah¨ªa, despu¨¦s en California. Luego en todo Estados Unidos¡±, relata. Poco a poco vieron c¨®mo esos amigos les ped¨ªan acceso. Era febrero de 2009. Un a?o despu¨¦s se hizo lo suficientemente grande como para apostar solo por esa idea como plan vital. Hoy cuentan con m¨¢s de 35 millones de visitantes ¨²nicos mensuales y un censo de m¨¢s de un mill¨®n de profesionales que ofrecen sus servicios en la plataforma.
Su base de datos alberga m¨¢s de nueve millones de im¨¢genes. La consejera delegada cree que es ?a clave de su ¨¦xito: ¡°No damos solo la estampita, la idea, sino tambi¨¦n el qu¨¦ y el c¨®mo. En Houzz se conecta con los que tienen esa teja especial o saben qu¨¦ moldura hace falta. Hay preguntas y respuestas, contacto real. Hemos sido capaces de pasar de la inspiraci¨®n a la ejecuci¨®n¡±.
Cuentan con m¨¢s de 35 millones de visitantes ¨²nicos mensuales y un censo de m¨¢s de un mill¨®n de profesionales que ofrecen sus servicios en la plataforma
Solo en 2014 consiguieron recaudar m¨¢s de 165 millones de euros en capital. Una inyecci¨®n que han empleado en hacer todav¨ªa m¨¢s grata la parte visual. Es algo que tienen claro webs como Hotel Tonight o Airbnb, hacer que la aspiraci¨®n y recreaci¨®n de la vista sea parte de su ADN. La valoraci¨®n de su servicio supera los 2.000 millones de d¨®lares, pero es un tema del que ella prefiere no hablar. Tampoco le gusta la idea de una salida a bolsa pronto. ¡°Cotizar no significa nada. Es solo m¨¢s dinero p¨²blico, pero ya est¨¢. No nos sentimos forzados a dar ese paso¡±, remarca.
El modelo de negocio de Houzz es novedoso. El uso es gratis, aunque se cobra el 15% de la transacci¨®n final. Cuentan con un servicio premium, donde se potencia el m¨¢rketing. A cambio verifican que se cumple con los establecido.
Su foco ahora est¨¢ en la internacionalizaci¨®n. ¡°No era nuestra intenci¨®n inicial¡±, se justifica, ¡°pero fue pasando. No todas las empresas necesitan ser internacionales, pero nuestro lenguaje y servicio es muy abierto¡±. A partir de ah¨ª, han comenzado a ver casos curiosos, como que cada vez m¨¢s suecos y daneses se compran y remodelan casas en la Costa del Sol. Una de las tendencias m¨¢s curiosas se da en Australia, donde se gener¨® una gran debate ante la avalancha de usuarios que compraban y remodelaban iglesias para vivir en ellas.
La obsesi¨®n por cuidar la est¨¦tica recuerda en gran parte a Pinterest. Tatarko cree que Houzz es una propuesta m¨¢s integral: ¡°No nos quedamos en la inspiraci¨®n, sino tambi¨¦n en la ejecuci¨®n. Vamos de principio a fin. Desde la idea hasta el c¨®mo hacerlo, el presupuesto, la entrega¡¡±.
A diferencia de muchas start-ups, Houzz no est¨¢ en San Francisco, sino en Palo Alto, en su avenida principal. Esta localidad, donde la seguridad es constante y resulta imposible ver un papel por el suelo, es una de las m¨¢s elitistas de Silicon Valley. Su poblaci¨®n est¨¢ compuesta por inversores, empresarios, profesores de Stanford, estudiantes de familia bien. ¡°Viv¨ªamos aqu¨ª, nos encanta, es el coraz¨®n de la innovaci¨®n¡±, defiende.
¡°No damos solo la estampita, la idea, sino el qu¨¦ y el c¨®mo. En Houzz se conecta con los que tienen esa teja especial o saben qu¨¦ moldura hace falta. Hay preguntas y respuestas, contacto real. Hemos sido capaces de pasar de la inspiraci¨®n a la ejecuci¨®n¡±, dice la Consejera delegada
Espa?a es una de los lugares donde registran m¨¢s actividad en cuanto a oferta de servicios. ¡°Se pide con gran frecuencia que la casa de playa tenga toque mediterr¨¢neo¡±, matiza. Am¨¦rica Latina est¨¢ en su lista de prioridades, pero todav¨ªa no se han puesto fecha. La de Palo Alto no es la ¨²nica sede, tienen nueve oficinal m¨¢s. Y durante 2016 pretenden hacer contrataciones que refuercen las ¨¢reas de producto, ingenier¨ªas y dise?o.
En Houzz abundan las bicicletas de empleados, los patitos de goma como mascota junto a los monitores y la escasa burocracia. ¡°Intentamos tener el menor n¨²mero posible de reuniones y hemos eliminado los jefes intermedios. Queremos que las ideas fluyan y se prueben r¨¢pido¡±, insiste. Tampoco es raro, a primera hora de la tarde, ver a alg¨²n ni?o corretear por la moqueta. ¡°Casi siempre comemos y cenamos juntos¡±, presume esta inusual directiva. En el mundo de la tecnolog¨ªa son muy pocas las mujeres que dirigen una empresa: ¡°No le doy m¨¢s importancia que la que tiene. Si sirvo de ejemplo, mejor, pero no voy de algo especial por la vida¡±.
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