Uber recibe el premio a la ¡®startup¡¯ del a?o

Por una noche, quiz¨¢ solo por un rato, San Francisco se quita vaqueros, hoodie -chaqueta con capucha- y zapatillas de deporte para vestirse de gala. Los Crunchies, el equivalente a los Oscar de Silicon Valley, acaban de consagrar a Uber como mejor startup, empresa de nueva creaci¨®n con base tecnol¨®gica, del a?o. La ¨®pera de San Francisco acogi¨® a desarrolladores, vendedores, fundadores de empresas y, sobre todo, inversores de capital riesgo ¨¢vidos de dar con el siguiente unicornio, como se llama aqu¨ª a las empresas cuya valoraci¨®n supera los mil millones de d¨®lares.

Desde hace nueve a?os, Techcrunch, un medio especializado en tecnolog¨ªa, celebra este galard¨®n. A pesar de la constante broma, de la forma extravagante de la estatuilla -un mono con gorra, sujetando un hueso y pisando un televisor- es habitual que todas las empresas que se han hecho con el galard¨®n lo exhiban en el recibidor. Ilusiona por ser el reconocimiento de la propia industria y de aquellos que lo siguen de cerca. La votaci¨®n es popular y la asistencia es por invitaci¨®n o previo pago de 165 d¨®lares.

Silicon Valley es consciente de su problema m¨¢s grave, la ausencia de diversidad. En muchos aspectos es autorreferente, extremadamente autorreferente. En esta nueva ceremonia se prescindi¨® del pol¨¦mico presentador del a?o anterior, T. J. Miller, conocido actor de la serie Silicon Valley, para decantarse por Chelsea Peretti. Y la c¨®mica supo conectar con el p¨²blico sin dejar de lado una de las preocupaciones m¨¢s candentes del mundo tecnol¨®gico, la ausencia de modelos para minor¨ªas. A diferencia de lo que ha sucedido en Hollywood, la tecnolog¨ªa ha movido ficha antes de que les reprochen. Se ha creado un premio que reconoce el apoyo a las minor¨ªas. La ganadora fue Kimberly Bryant, de Black Girls Code, una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que ense?a a programar a chicas de color. Esa fue la reivindicaci¨®n oficial. La real fue antes, nada m¨¢s comenzar la ceremonia, con el primer premio. El jurado decidi¨® que Slack es la mejor startup emergente. En lugar de subir al escenario su creador, lo hizo un grupo de cinco mujeres, tambi¨¦n negras, que trabajan en su departamento de ingenier¨ªa. Toda una rareza. En Silicon Valley, las mujeres ocupan menos del 30% de los empleos tecnol¨®gicos. Y las personas de raza negra integran solo el 10% de los puestos. En el caso de los latinos, la cifra es todav¨ªa m¨¢s modesta.

Se ha creado un premio que reconoce el apoyo a minor¨ªas. La ganadora fue Black Girls Code, una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que ense?a a programar a chicas de color

Apple fue objeto de mofa al presentar la categor¨ªa de mejor aparato del a?o: ¡°?C¨®mo puede costar un l¨¢piz 99 d¨®lares? Claro, si dices que vale 100 es un abuso, pero 99 es otra cosa¡±. El galard¨®n fue para Gear VR, las gafas desarrolladas por Oculus (propiedad de Facebook) y Samsung para llevar la realidad virtual a un p¨²blico amplio, con calidad, a un coste, casualmente, de 99 d¨®lares m¨¢s el precio del tel¨¦fono que ejerce de motor y pantalla proyectora.

El inversor de capital riesgo del a?o, llamados VC (le¨ªdo bi-s¨ª) en el argot, por venture capitalist, que siguiendo la analog¨ªa del cine ser¨ªa el equivalente a los productores, fue Bill Gurley, de la firma Benchmark. Se elogi¨® su olfato y capacidad para saber esquivar la lluvia de dinero sin motivo y contrastar el fin de cada una de sus apuestas.

¡°?No sabes lo que es un ¡°inversor ¨¢ngel¡±? S¨ª, los padres de los ni?os bien, de los blancos¡±, solt¨® en tono ir¨®nico la presentadora para referirse a aquellos que ponen dinero en proyectos incipientes cuando su viabilidad todav¨ªa no es clara y las posibilidades de ¨¦xito remotas. Scott y Cyan Banister se hicieron con este m¨¦rito gracias a su olfato, fueron de los primeros en abrir la chequera para proveer de fondos a Uber y SpaceX.

La mejor startup de nuevo cu?o fue Honor, todav¨ªa con un n¨²mero limitado de clientes, pero con un alto nivel de satisfacci¨®n. Su visi¨®n social ha ayudado sin duda a alzarse con el premio. Honor ofrece ayuda a domicilio para mayores y discapacitados desde una aplicaci¨®n. Permite pedir ayuda para hacer la comida, moverse, ir al m¨¦dico o, sencillamente, hacer un poco de compa?¨ªa.

En esta misma l¨ªnea, el premio al impacto social fue para Code.org, una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que ense?a a programar en diferentes lenguajes a trav¨¦s de una aplicaci¨®n, cuya obsesi¨®n es que mujeres y estudiantes con escasa representaci¨®n accedan a puestos de trabajo cualificados.

La pol¨¦mica lleg¨® casi al final de la ceremonia, con la elecci¨®n de la mejor aplicaci¨®n del a?o, Messenger, de Facebook. Cercana a los mil millones de usuarios activos, gran parte del p¨²blico considero que, m¨¢s que una elecci¨®n, su descarga es una imposici¨®n por parte de Facebook. Mark Zuckerberg fue escogido como mejor consejero delegado. Mientras que el logro del a?o fue a parar a SpaceX Falcon 9, uno de los cohetes de Elon Musk. Su otra empresa, Tesla, compet¨ªa con el piloto autom¨¢tico en este mismo apartado. Stewart Butterfield, fundador y consejero delegado de Slack, la aplicaci¨®n de moda, se consagr¨® como creador del a?o.

Antes de la medianoche, los asistentes, de gala por unas horas, abandonaban uno de los recintos m¨¢s nobles de la ciudad. Al d¨ªa siguiente toca madrugar, vuelta a las clases de yoga, los batidos purificadores, la ensalada de kale y el atuendo desenfadado.