De Lisa a Siri: una historia de seducci¨®n

1 de abril de 1976: Steve Jobs acaba de cumplir 21 a?os y funda Apple junto con Steve Wozniak, al que conoc¨ªa desde hac¨ªa cinco a?os y que ten¨ªa cinco a?os m¨¢s que ¨¦l, y con Ronald Wayne, que hab¨ªa sido compa?ero de Jobs en Atari y que era mucho mayor (42 a?os) y que ten¨ªa m¨¢s experiencia que ellos: hab¨ªa fundado cuatro a?os antes en Las Vegas una empresa de ingenier¨ªa, que fracas¨®.

Ronald Wayne redact¨® el contrato de constituci¨®n de la nueva compa?¨ªa y dise?¨® el primer logo, que representaba la famosa escena de Isaac Newton y la manzana. Steve Jobs y Steve Wozniak se quedaron, cada uno, con el 45% de las acciones y Ronald Wayne con el 10% restante, que, sin embargo, vendi¨® 11 d¨ªas m¨¢s tarde, por unos 800 d¨®lares, porque al parecer no confiaba mucho en el proyecto.

La historia del ¨¦xito (y alg¨²n fracaso) de Apple se puede consultar en muchos sitios, tanto desde el punto de vista tecnol¨®gico como desde el punto de vista comercial, de marketing y financiero (siempre se ha dicho que Apple es, sobre todo una gran empresa de marketing, m¨¢s que una empresa tecnol¨®gica). Pero a m¨ª lo que m¨¢s me interesa es la experiencia del usuario, o mi experiencia como usuario.

Porque s¨ª, lo reconozco, soy usuario de Apple desde hace muchos a?os y, aunque no llego al grado de fan¨¢tico o fundamentalista, por mis manos han pasado el Mac, el iPhone, el iPad, el Apple TV y, ¨²ltimamente, el Apple Watch. ?Por qu¨¦? Porque me fascinan los productos de Apple. Supongo que por la misma raz¨®n que siento atracci¨®n por las Vespas, los escarabajos de VolksWagen o los Minis.

No voy a profundizar en la tecnolog¨ªa Apple, porque los que no somos tecn¨®logos simplemente confiamos en que estar¨¢ siempre a la vanguardia o, en el peor de los casos, en que estar¨¢ al mismo nivel o ser¨¢ comparable a la de sus competidores. Pero no es eso lo que nos enamora de Apple. Nos enamora la belleza de su dise?o, pero, sobre todo, su intenci¨®n de acercar la tecnolog¨ªa a los no tecn¨®logos.

La visi¨®n de Jobs, desde el Apple I, fue convertir un kit de piezas inform¨¢ticas para fan¨¢ticos de la electr¨®nica, que cada uno deb¨ªa montar en su casa, en un producto acabado que pudiera manejar cualquiera. Y para ello resultaba esencial un interfaz intuitivo. Fue as¨ª como, tras el teclado y el monitor en color, en 1980 apareci¨® Lisa, con una original interfaz gr¨¢fica basada en iconos, que se activaban con un rat¨®n.

Desde entonces, la historia de Apple ha sido una historia de seducci¨®n, logrando atraer hacia la tecnolog¨ªa a gente que no era nada tecn¨®loga ni tecn¨®fila; m¨¢s bien al contrario: gente que sent¨ªa v¨¦rtigo, miedo o incluso rechazo ante las ¡°m¨¢quinas¡±. Y es as¨ª como hemos llegado a la era de Siri, que humaniza a¨²n m¨¢s la tecnolog¨ªa, pero que, por ahora, es tan solo un interfaz-asistente bastante limitado.

?Qu¨¦ pasar¨¢ cuando Siri crezca y desarrolle su inteligencia artificial? Hay ya en marcha varios proyectos interesantes de computaci¨®n cognitiva: Watson, de IBM; AlphaGo, de Google, o Tay de Microsoft, por citar los m¨¢s conocidos. Todos ser¨¢n muy ¨²tiles y eficaces, pero estoy seguro de que Apple, si contin¨²a fiel a su esp¨ªritu, le a?adir¨¢ un interfaz que nos enamore, como en la pel¨ªcula Her.

Borja Adsuara Varela es profesor y abogado. Es experto en Derecho y Estrategia Digital.