?Por qu¨¦ cada vez hablamos menos por el m¨®vil?
Un 80% de los adolescentes en EE UU prefiere comunicarse por mensajer¨ªa que mediante una llamada
Un r¨¢pido vistazo mientras caminamos por la calle nos da una idea de la realidad actual en lo que respecta a los m¨®viles: varias cabezas agachadas sin perder el ojo a las pantallas de los smartphones mientras pasean, y unos pocos que mantienen alguna animada conversaci¨®n a trav¨¦s del m¨®vil. Pero cada vez son menos. Un reciente estudio llevado a cabo por Pew Research entre los adolescentes estadounidenses pon¨ªa cifras a esta revoluci¨®n en la forma de comunicarnos: preguntados sobre la forma preferida de comunicarse con sus amistades m¨¢s cercanas, un 80% de los encuestados escogi¨® las aplicaciones de mensajer¨ªa en primer lugar. Las conversaciones telef¨®nicas van qued¨¢ndose arrinconadas como un h¨¢bito del pasado. ?Qu¨¦ est¨¢ sucediendo exactamente?
Las nuevas generaciones han adquirido el h¨¢bito de utilizar el m¨®vil como si fuera un 'walkie-talkie', manteniendo conversaciones as¨ªncronas:?uno env¨ªa un mensaje por WhatsApp y el receptor lo contesta cuando cree conveniente?
Los expertos hablan de un claro cambio de costumbres y apuntan como causante a la irrupci¨®n del smartphone. ¡°El punto de inflexi¨®n tuvo lugar en el a?o 2011, cuando, por primera vez, los smartphones y tabletas superaron en venta a los ordenadores¡±, explica Javier Zamora, profesor titular de Sistemas de la Informaci¨®n en la escuela de negocios IESE. Seg¨²n este experto, el m¨®vil se ha convertido en el principal ¡°punto de acceso a Internet¡± y de esta manera, el texto escrito de las apps de mensajer¨ªa est¨¢ arrinconando a la interacci¨®n empleando la voz. Se trata de un cambio sociol¨®gico en el que, seg¨²n apunta Zamora, incluso ¡°la llamada puede ser considerada como intrusiva¡±.
Esta nueva generaci¨®n se ha habituado a lo que los expertos describen como una comunicaci¨®n as¨ªncrona: uno env¨ªa un mensaje por WhatsApp y el receptor lo contesta cuando cree conveniente. Este fen¨®meno queda m¨¢s patente con otro h¨¢bito muy extendido entre los adolescentes: el env¨ªo de audios mediante WhatsApp o aplicaciones semejantes. Los m¨¢s j¨®venes llegan a utilizar el m¨®vil como si fuera un walkie-talkie en el mejor de los casos, manteniendo conversaciones, una vez m¨¢s, as¨ªncronas. De nuevo, pierde la espontaneidad de la conversaci¨®n, y en el plano t¨¦cnico, la voz pierde terreno frente a los datos en el m¨®vil.
Realmente, los m¨¢s j¨®venes tampoco han conocido el protagonismo ¨²nico del tel¨¦fono fijo de casa, la ¨²nica forma de comunicarse a distancia durante muchos a?os, y ahora disfrutan de un dispositivo en sus manos permanentemente conectado a Internet. De hecho, les resulta m¨¢s c¨®modo enviar un emoticono y cuatro palabras que llamar a alguien para transmitir un mensaje. Sin embargo, esta forma de comunicaci¨®n se deja demasiado por el camino: sus protagonistas no transmiten emociones, y lo que es peor, no son capaces de interpretar los sentimientos impl¨ªcitos de la llamada comunicaci¨®n no verbal. En este sentido, la psic¨®loga del MIT Sherry Turkle ya alert¨® sobre el miedo de ciertos adolescentes a hablar y en su lugar recurrir a las aplicaciones de mensajer¨ªa para transmitir mensajes mas comprometedores emocionalmente.
Los m¨®viles van matando poco a poco los sentimientos en la comunicaci¨®n que son torpemente sustituidos por los emoticonos, pero esta generaci¨®n con alergia al cara a cara tambi¨¦n se est¨¢ dejando por el camino la empat¨ªa. Los expertos aseguran que los m¨¢s j¨®venes han perdido las referencias. Y ponen como ejemplo el caso de una joven que recurri¨® a Reddit para saber si hablaba lo suficiente por tel¨¦fono con su pareja: hab¨ªan pasado tres semanas desde la ¨²ltima vez que lo hicieron. Sherry Turkle destaca adem¨¢s que los m¨®viles afectan a nuestra conducta aunque no los estemos utilizando: algunos estudios sostienen que los interlocutores tienden a mantener conversaciones m¨¢s triviales cuando hay un m¨®vil sobre la mesa, al aumentar la probabilidad de poder ser interrumpidos. El panorama parece que no pinta mejor de cara a futuro: la voz se ha convertido en una commodity (para los operadores que ahora se afanan por rentabilizar el creciente consumo de datos entre los usuarios.
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