Que los robots trabajen
La creciente automatizaci¨®n que acompa?a la econom¨ªa digital abre la puerta al final del trabajo manual
El restaurante rob¨®tico ya funciona en San Francisco. Para comer en Eatsa solo hay que esperar una cola de menos de 10 minutos, aunque haya m¨¢s de 30 personas delante. Un atril con un iPad y un lector de tarjetas de cr¨¦dito hacen de carta y comanda. Pocos minutos despu¨¦s, la orden aparece en un nicho con pantalla t¨¢ctil. En todo el proceso no participa ning¨²n humano. Solo, de vez en cuando, un operario pone orden en la fila, repone servilletas y cubiertos para despu¨¦s desaparecer cual fantasma. Esta es la visi¨®n que tiene Silicon Valley de la hosteler¨ªa, uno de los sectores que ya quiere desintermediar usando m¨¢quinas en lugar de personas. O disrumpir, como les gusta decir en su argot.
Amazon tambi¨¦n utiliza robots en sus almacenes y, en Espa?a, de manera experimental y muy silenciosa, Inditex contempla incorporarlos a sus centros de log¨ªstica. Las m¨¢quinas del gigante del comercio electr¨®nico han demostrado ser m¨¢s eficientes que los humanos. No solo porque no se quejan de tener que caminar m¨¢s de 12 kil¨®metros al d¨ªa entre los pasillos, no piden aumentos o no se ponen enfermos; sino tambi¨¦n porque con los robots se puede cambiar el orden en la nave, hacer que los espacios sean m¨¢s angostos, y producir m¨¢s. El an¨¢lisis del rendimiento y de los resultados decanta la balanza claramente hacia el lado de los robots, entre otras cosas, porque con ellos el tiempo de entrega se reduce en 30 minutos.
En Jap¨®n el uso de robots no es algo nuevo. Actualmente ya realizan trabajos de cortes¨ªa en las empresas. Intel, el m¨ªtico fabricante de chips, tambi¨¦n ha expresado su inter¨¦s en este campo. No solo con la compra de Movidius esta misma semana, una empresa dedicada a reconocer la realidad y tomar decisiones al respecto. Hace un a?o ya realizaron una inversi¨®n de 15 millones de d¨®lares en Savioke, especializada en robots de protocolo, un t¨¦rmino que se populariz¨® gracias a C3PO en La guerra de las galaxias.
Un mundo sin operarios humanos se contempla como una posibilidad real. Y Combinator, la incubadora de startups de m¨¢s ¨¦xito, tiene a Sam Altman, el visionario al frente del centro, experimentando con esta posibilidad, pensando c¨®mo ser¨ªa la vida en el primer mundo con ausencia de trabajo. ?Qu¨¦ har¨ªan los humanos con m¨¢s tiempo para el ocio? ?C¨®mo cambiar¨ªan sus aficiones y valores? De momento est¨¢n llevando a cabo un experimento en Oakland en el que otorgan una renta b¨¢sica mensual a 100 personas para que aprendan a vivir sin tener que trabajar.
Paul Saffo, profesor de la Singularity University y de Stanford, cree que lo que est¨¢ cerca, en el mundo desarrollado, no es el fin del trabajo, sino el fin de trabajo f¨ªsico. Seg¨²n su visi¨®n el empleo no se encontrar¨¢ tanto en el uso de m¨¢quinas, como en la capacidad para programarlas de manera adecuada, de saber hacer que cumplan su cometido de manera efectiva, comprendiendo, tambi¨¦n el mundo que las rodea. Es decir: interpretaci¨®n de se?ales a partir de sensores, extrapolaci¨®n de datos, creaci¨®n de patrones y programaci¨®n de algoritmos. Esos son los pilares b¨¢sicos para el empleo humano en un mundo donde las m¨¢quinas se encarguen de la tarea f¨ªsica.
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