¡°Skype naci¨® cuando nadie ve¨ªa posible construir una gran empresa en Europa¡±
Niklas Zennstr?m, fundador de la popular compa?¨ªa de videollamadas, culpa de su ¨¦xito a los "altos precios" de las empresas de telecomunicaciones
La presentaci¨®n de Niklas Zennstr?m (J?rf?lla, 1966) termina con una frase: "?Alguien no sabe que es Skype?". Esa es la introducci¨®n que necesita el co-fundador de la famosa compa?¨ªa de videollamadas en el South Summit 2016, un evento que re¨²ne a m¨¢s de 6.500 emprendedores en Madrid. Zennstr?m es un adalid en el mundo de las start-ups. Cre¨® Skype en 2003 y dos a?os m¨¢s tarde la vendi¨® a eBay por 2.100 millones, manteni¨¦ndose como jefe. Cuando casi una d¨¦cada m¨¢s tarde, Microsoft, adquiri¨® su compa?¨ªa por 5.920 millones de euros, Zennstr?m que, todav¨ªa pose¨ªa todav¨ªa el 14%, se convirti¨® oficialmente en millonario.
Pero este mi¨¦rcoles en Madrid no ha venido a contar el final feliz, sino la historia de antes, de cuando era un emprendedor en Estocolmo con una idea que nadie valoraba. "Lo?intentamos con m¨¢s de 25 inversores y solo recib¨ªamos rechazos", cuenta. El problema era que su objetivo de crear una empresa global donde todo el mundo pudiera comunicarse gratis con cualquier parte del planeta no cuadraba. "?Por qu¨¦ no empez¨¢is algo m¨¢s peque?o? Pensad mejor en un mercado local, cerca de vuestra casa, no hace falta pensar tan grande... Eso nos dec¨ªan". Pero su ambici¨®n era mucho m¨¢s grande. "Suecia tiene menos de 10 millones de habitantes. Nosotros quer¨ªamos una empresa que hiciera algo por Europa, por el mundo".?
M¨¢s de 20 inversores rechazaron la propuesta de apostar por Skype en 2002
Nunca se imaginaron que con los a?os conseguir¨ªan 660 millones de usuarios de todo el mundo, pero s¨ª sab¨ªan que ten¨ªan la gran oportunidad de cambiar el mercado de las telecomunicaciones. "Nuestros factores para triunfar fueron dos: la necesidad que la gente tiene de comunicarse con sus seres queridos, est¨¦n donde est¨¦n, y los precios muy, muy caros que el mercado de la telecomunicaciones, monopol¨ªstico, estaba cobrando a la gente".
Aun as¨ª, hoy, 13 a?os despu¨¦s, entiende las dudas iniciales: "Skype naci¨® cuando nadie cre¨ªa que fuera posible construir una gran empresa de tecnolog¨ªa en Europa, fuera de Silicon Valley. Y posiblemente, mirando los n¨²meros, era real".
El triunfo de las 'start-ups' europeas?
Todo ha cambiado mucho desde entonces. Su empresa naci¨® con el wifi y los ordenadores port¨¢tiles, antes de la fiebre de los smartphones. "Desde que nosotros cre¨¢ramos Skype en 2003, Europa ha visto nacer 44 start-ups valoradas en m¨¢s de 1.000 millones de euros. Es algo que tenemos que celebrar". Lo dice como un padre orgulloso, porque ahora es ¨¦l quien contribuye a la conversi¨®n de estas nuevas ideas en empresas.
"Atomico naci¨® por la frustraci¨®n que sentimos nosotros cuando ¨¦ramos emprendedores tratando de buscar inversores
Es el fundador y CEO de Atomico, una firma de inversi¨®n que busca y apuesta por aquellas start-ups que, como ellos hicieron hace m¨¢s de una d¨¦cada, quieren interrumpir y cambiar el panorama mundial. "Atomico naci¨® por la frustraci¨®n que sentimos nosotros cuando ¨¦ramos emprendedores europeos tratando de buscar inversores", revela.?
Despu¨¦s de su experiencia, Zennstr?m se ha convertido en un firme defensor del potencial econ¨®mico de Europa, de la fuerza innovadora que tiene este entramado de pa¨ªses, lenguas y leyes. "Crear una start-up en Europa es un reto mayor que crearla EE UU, porque ellos son un mercado ¨²nico, grande y homog¨¦neo. Aqu¨ª es m¨¢s dif¨ªcil penetrar, al ser una geograf¨ªa fragmentada y heterog¨¦nea. Pero es un desaf¨ªo muy sano".?
"Hay que pensar en grande, en global"
Ante el posible escepticismo, Zennstr?m aclara su posici¨®n, utilizando la complicaci¨®n como una lecci¨®n de negocio: "Tiene que servir para admitir que ning¨²n mercado dom¨¦stico es suficientemente grande para una start-up. Hay que pensar en grande, en global. Las grandes compa?¨ªas pueden surgir en cualquier sitio, en lugares que nadie espera. Se han diluido las fronteras, ya no importa de donde salgas, sino hacia donde te diriges".
Despu¨¦s de los mensajes de motivaci¨®n, el hombre que se hizo millonario vendiendo su start-up a dos gigantes estadounidenses, ha desgranado ante una sala abarrotada sus tres consejos clave. Lo primero: "A los emprendedores europeos les hace falta ser m¨¢s ambiciosos, tomar m¨¢s riesgos, buscar una mayor inversi¨®n, aspirar a ser m¨¢s grandes". En esa misma l¨ªnea, apuesta por formar l¨ªderes al estilo de Steve Jobs, Bill Gates o Elon Musk. "No vale con tener la idea, una start-up necesita un gran l¨ªder, un visionario, un vendedor. Alguien con la visi¨®n y la determinaci¨®n". Su ¨²ltima lecci¨®n recoge la esencia general de su conferencia: hay que buscar los espacios donde interrumpir para cambiar las cosas. "En diez a?os, todos los sectores van a sufrir una disrupci¨®n". Pero, aclara antes de acabar: "Disruptir no significa destruir, sino crear algo diferente que sea mejor y m¨¢s eficiente". ?
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