IBM prepara el primer ordenador cu¨¢ntico universal
La m¨¢quina podr¨ªa resolver problemas que las computadoras convencionales ni pueden plantearse
La promesa de la computaci¨®n cu¨¢ntica est¨¢ m¨¢s cerca de cumplirse. IBM ha anunciado que comienza a construir los primeros ordenadores cu¨¢nticos universales. Aunque no hay fecha para su disponibilidad comercial, el veterano fabricante inform¨¢tico asegura que sus IBM Q superar¨¢n en velocidad y capacidad de c¨¢lculo a las supercomputadoras actuales m¨¢s potentes y de largo.
Con la computaci¨®n cu¨¢ntica hay que hacer casi como con la f¨ªsica cu¨¢ntica: resetear el cerebro y arrinconar las nociones de f¨ªsica cl¨¢sica. A nivel subat¨®mico, las part¨ªculas tienen una serie de extra?as propiedades que escapan a la l¨®gica convencional. La que m¨¢s inter¨¦s tiene para la inform¨¢tica es la superposici¨®n cu¨¢ntica, la capacidad que tiene un electr¨®n, por ejemplo, de tener varios estados de forma simult¨¢nea.
Los bits convencionales, la base de la inform¨¢tica actual, operan la informaci¨®n en dos estados alternativos (ceros o unos, encendido o apagado). Los segundos pueden adem¨¢s presentar ambos valores a la vez. La consecuencia pr¨¢ctica es que, mientras la suma de m¨¢s bits a una m¨¢quina aumenta linealmente su capacidad de gestionar la informaci¨®n, la suma de m¨¢s qubits la eleva de forma exponencial.
Los ordenadores cu¨¢nticos se basan en propiedades de las part¨ªculas subat¨®micas
"Los ordenadores cl¨¢sicos son extraordinariamente potentes y seguir¨¢n mejorando y sustentando todo lo que hacemos en los negocios y la sociedad. Pero hay muchos problemas con los que nunca podr¨¢ enfrentarse un ordenador cl¨¢sico", dec¨ªa el vicepresidente de IBM Systems, Tom Rosamilia, durante la presentaci¨®n del plan para construir los IBM Q. "Para obtener conocimiento desde lo m¨¢s complejo, necesitamos un ordenador cu¨¢ntico", a?ade.
El objetivo de IBM es desarrollar un ordenador cu¨¢ntico con 50 qubits en una primera fase. Aseguran que una m¨¢quina as¨ª superar¨ªa en rendimiento a las mejores supercomputadoras de la lista Top500. Aunque IBM no ha dado fechas de cuando estar¨¢n disponibles los primeros IBM Q, no se podr¨¢n comprar en las tiendas. Estas m¨¢quinas no est¨¢n pensadas para procesar textos o jugar. Solo grandes corporaciones o centros de investigaci¨®n pueden sacarle partido.
Adem¨¢s, los qubits son muy delicados. Como le sucede a otras part¨ªculas, la menor perturbaci¨®n t¨¦rmica o electromagn¨¦tica puede alterar su estado, provocando errores. Por eso los qubits se mantienen a temperaturas cercanas al cero absoluto. Esto hace a¨²n m¨¢s impracticable la idea de comercializar las m¨¢quinas directamente.
La idea de IBM es ofrecer los Q como servicio a trav¨¦s de su red de cloud computing, o inform¨¢tica en la nube. Para ello aprovechar¨¢ el proyecto IBM Quantum Experience, una plataforma estrenada el a?o pasado sobre un procesador de cinco qubits. Abierta a expertos e investigadores, ha permitido a IBM probar su enfoque de lo que debe ser la inform¨¢tica cu¨¢ntica.
Y es que IBM no es la ¨²nica que persigue el sue?o cu¨¢ntico. Tambi¨¦n lo buscan Microsoft o Google, y cada una con un enfoque diferente. De hecho, ya se pueden comprar ordenadores cu¨¢nticos por unos cuantos millones de d¨®lares. Son los D-Wave que fabrica la compa?¨ªa canadiense del mismo nombre. En enero de este a?o anunciaron la disponibilidad de su D-Wave 2000Q. La cifra se refiere a los 2.000 qubits que tiene la m¨¢quina bajo un complejo sistema de refrigeraci¨®n.
Pero los 2.000 qubits de D-Wave no son necesariamente m¨¢s que los 50 qubits de IBM. Es otra las extra?ezas de la inform¨¢tica cu¨¢ntica. Las computadoras canadienses usan un m¨¦todo llamado temple cu¨¢ntico que, aunque ha facilitado su desarrollo, las limita a tareas muy espec¨ªficas. Google, por ejemplo, compr¨® una D-Wave para explorar el uso de la inteligencia artificial en las b¨²squedas.
Por eso IBM ha destacado en su presentaci¨®n el apellido universal de sus IBM Q. No parece probable que sean alg¨²n d¨ªa m¨¢quinas de prop¨®sito general como lo son los actuales ordenadores. De hecho, tampoco lo pretenden. Y si no, esta es la lista de posibles aplicaciones que IBM imagina para sus Q: descubrimiento de nuevos f¨¢rmacos y materiales, impulsar el aprendizaje de las m¨¢quinas para la inteligencia artificial o asegurar los datos que viajan por las redes aprovechando las rarezas de la f¨ªsica cu¨¢ntica.
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