El futuro est¨¢ impreso en tres dimensiones
La impresi¨®n 3D se introduce lentamente en los sistemas productivos, pese a que el sector crece a un ritmo vertiginoso
Imaginen que el sistema econ¨®mico cambia. Que, de repente, se convierten en los fabricantes de sus propios productos. Que la deslocalizaci¨®n desaparece. Que un bien pueda dise?arse desde cualquier ordenador, comprimirse en un archivo inform¨¢tico, y descargarse desde cualquier lugar del mundo. Puede que, dentro de poco, esto no se limite a ser una ilusi¨®n.
Recientemente, el Espacio Fundaci¨®n Telef¨®nica present¨® la exposici¨®n 3D. Imprimir el mundo, un recopilatorio de objetos y obras de arte impresas con esta tecnolog¨ªa. Desde r¨¦plicas de estatuas de Buda, hasta pr¨®tesis mec¨¢nicas de piernas humanas, la exposici¨®n trata de mostrar el potencial presente y futuro de esta tecnolog¨ªa. Pero, ?se comprende realmente la impresi¨®n 3D? ?Realmente se conoce su historia, su industria como sector econ¨®mico, sus posibilidades?
El pasado est¨¢ escrito... a l¨¢ser
La historia de la impresi¨®n 3D, o fabricaci¨®n aditiva, comienza en 1983, cuando un estadounidense llamado Charles Hull fabricaba revestimientos de mesas mediante resina l¨ªquida y rayos ultravioleta (UV). Un d¨ªa, se le ocurri¨® la idea de utilizar los rayos UV en la resina fotosensible de los revestimientos para hacer prototipos de montaje, y su empresa le asign¨® un laboratorio donde experimentar. Un a?o despu¨¦s, Hull invent¨® la estereolitograf¨ªa, una forma de impresi¨®n 3D con l¨¢ser basada en la inyecci¨®n a tinta de nuestras impresoras de papel. Y en 1986, Hull cre¨® 3DSystems, la empresa que industrializ¨® esta t¨¦cnica; y uno de los grandes gigantes del sector hoy en d¨ªa.
Pero Hull no fue su ¨²nico inventor. En 1988, un hombre llamado Scott Crump desarroll¨® una t¨¦cnica llamada 'modelado por deposici¨®n fundida', o FDM. Un a?o despu¨¦s, Crump fund¨® Stratasys, otro de los titanes del sector del 3D. Y la llegada de los 90 solo supone la explosi¨®n de la experimentaci¨®n: los doctores Carl Deckard y Joe Beaman, de la universidad de Texas, inventan el sinterizado por l¨¢ser selectivo, otro m¨¦todo de impresi¨®n 3D. Al mismo tiempo, el Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT) y un grupo de cient¨ªficos alemanes creaban sus propias t¨¦cnicas de impresi¨®n. La fabricaci¨®n aditiva alzaba sus alas.
Paso a paso, capa a capa
Durante la d¨¦cada de los noventa, la impresi¨®n 3D experiment¨® consigo misma, tratando de optimizar sus recursos para volverse realmente pr¨¢ctica. As¨ª pues, el comienzo del siglo XXI es vital para entender las dimensiones de esta industria. En 1999 se logr¨® imprimir el primer ¨®rgano humano de la historia, y en 2002, se cre¨® el primer ri?¨®n animal en 3D capaz de filtrar sangre y producir orina diluida. Pero m¨¢s all¨¢ de la optimizaci¨®n y los avances, la fabricaci¨®n aditiva encuentra su punto de inflexi¨®n en el open-source y, en concreto, en el movimiento RepRap, que sac¨® la impresi¨®n 3D de la industria y la introdujo en los hogares.
RepRap, o Replicating Rapid Prototypes, nace en febrero del a?o 2004. Debido al alto coste de las impresoras 3D del momento, el doctor Adrian Bowyer, de la universidad brit¨¢nica de Bath, pens¨® en inventar una impresora de bajo coste que no solo pudiese autorreplicarse, -es decir, imprimir sus propias piezas o construir una copia de s¨ª misma en caso de aver¨ªa-, sino que tambi¨¦n fuese open source: es decir, que todo el mundo pudiese acceder a sus diagramas de construcci¨®n y alterarlos, de forma que cualquiera pudiese construirla desde cero y mejorar sus errores. Esto revolucion¨® el concepto del open-source, -reservado hasta entonces a compartir c¨®digos de software-, permitiendo que miles de creadores organizados en todo el mundo creasen impresoras 3D baratas de forma paralela a la industria, obligando a esta a rebajar sus precios.
Facturando en tres dimensiones
Seg¨²n el Departament d'Empresa y Ocupaci¨® de Catalu?a, la facturaci¨®n total del mercado global de la fabricaci¨®n aditiva se estim¨® en unos 1.900 millones de d¨®lares en 2011. Xabier Ortueta, director general de la Asociaci¨®n Espa?ola de Tecnolog¨ªas de Fabricaci¨®n Aditiva y 3D (ADDIMAT), relata que "seg¨²n los expertos, el sector global habr¨ªa facturado unos 6.024 millones de d¨®lares en 2016. En Espa?a, habr¨ªa facturado unos 60 millones de euros".
A su vez, el Global 3D Printing Report 2016 de EY Espa?a se?ala que, entre 2011 y 2015, la industria de la impresi¨®n en 3D creci¨® un 28%, de media por a?o, y pronostica que su valor de mercado llegar¨¢ a los 12.100 millones de d¨®lares en 2020. Sin embargo, el informe Wholers 2017 se?ala que los ingresos globales de la industria de fabricaci¨®n aditiva en el a?o 2016 ascend¨ªan hasta los 6.063 billones de d¨®lares, aunque coincide con EY en los porcentajes de crecimiento.
No sabemos cu¨¢nto tiempo tardar¨¢ en llegar el impacto de la impresi¨®n 3D, tal vez 10 o 15 a?os. Pero estamos en ese punto donde dices: 'va a pasar'
Modelando el futuro
Ahora, imaginen que pueden imprimir una casa donde deseen. O los dedos de una persona asesinada para romper la protecci¨®n dactilar de su smartphone. La industria de fabricaci¨®n aditiva ya ha llegado a la sociedad, pero adquiere m¨¢s peso conforme m¨¢s se expande. Salvador P¨¦rez Crespo, experto tecnol¨®gico s¨¦nior en Telef¨®nica Innovaci¨®n, se?ala que "no solo hay una implantaci¨®n en las industrias, sino que la investigaci¨®n en los laboratorios para el largo plazo perdura. No sabemos cu¨¢nto tiempo tardar¨¢ en llegar el 'gran impacto', tal vez dentro de unos 10 o 15 a?os. Pero estamos en ese punto donde dices: 'va a pasar'".
"Estar¨¢ en nuestro d¨ªa a d¨ªa casi sin que nos demos cuenta", explica H¨¦ctor Serrano, dise?ador industrial y comisario de la exposici¨®n 3D. Imprimir el mundo. "Es una industria valorada en miles de millones de euros que, poco a poco, se integra en la sociedad. Espa?a, por ejemplo, es un referente de bioimpresi¨®n a nivel mundial". Por otra parte, Jos¨¦ Antonio ?lvarez, director general de Exes Industria, cree que no tardar¨¢ tanto en establecerse. "Nadie tiene una bola de cristal, pero apostar¨ªa a que tarda menos de 10 a?os en estabilizarse. Ya empieza a usarse en la construcci¨®n de drones, o en el prototipado de la industria automovil¨ªstica. Lo que necesita es personal formado que pueda trabajar en ella".
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